Iniciando a su esclava
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un sencillo te quiero despedia esa hoja de papel, cuidadosamente doblada, junto a un pequeño ramito de flores.
Como cada mañana ella se levanto un poco despues de que el marchara al trabajo. Se despidieron como de costumbre en la cama con unos dulces besos de buenos dias. De vez en cuando, al acercarse a la mesa de la cocina, encontraba alguna nota sobre la mesa, eran notas en las que el acostumbraba a decirle lo bonita que era, o cualquier otra cosa que se le ocurria, sin embargo esta era distinta. Durante un instante penso en llamarlo por telefono, pero en seguida recordo que no podia hacerlo, el se lo habia dejado claro en la nota, no volverian a verse ni hablarian hasta la noche.
Ella no paraba de pensar, no sabia de que se trataba, el no era muy dado a este tipo de sorpresas, asi que estaba un tanto desorientada. Su impaciencia hizo que el dia le resultara interminable. A la hora prevista acudio a la direccion indicada, era un sencillo y discreto hotel. En recepcion le entregaron las llaves de una habitacion. No se habia arreglado excesivamente, la nota tambien era clara en ese aspecto. No era necesario que llevara nada ni se vistiera de ningun modo especial, sencillamente tenia que acudir.
Se dirigio hacia la habitacion, estaba nerviosa, no sabia lo que se iba a encontrar. Se tranquilizaba diciendose para si misma…me habra preparado una noche romantica, el dia a dia , el niño, el trabajo… merman mucho la relacion de pareja y de vez en cuando hay que dedicarle un poco de atencion. Ya estaba ante la puerta, abrio sin llamar. No habia nadie. La habitacion era amplia pero al mismo tiempo acogedora, sobre el sofa habia otra nota.
"Gatita…Recuerdas cuando jugabamos con la idea de que tu eras mi esclava y podia disponer de ti para lo que quisiera. Recuerdas cuando me entregaste aquella carta en la que te entregabas sin reservas a mi. Hoy ha llegado el dia. Hoy tienes la oportunidad de ofrecerte sin limites a mi y disfrutar de ello. Llegare a las nueve. Te quiero.
Debes prepararte para mi. En el lavabo encontraras maquillaje y perfume, y en armario de la habitacion la ropa que debes llevar".
Lejos de tranquilizarla, la nota aun habia puesto mas tension en ella. Sin embargo estaba excitada. Es cierto, hacia algun tiempo que habian hablado sobre la posibilidad de adoptar una relacion de sumision, sin embargo nunca llevaron a la practica esas ideas. Y ahora que lo pensaba no sabia el porque, en el fondo siempre le habian seducido sentirse dominada por el, pero quizas por falta de comunicacion la idea se fue diluyendo hasta acabar olvidada.
Pero no queria pensar en nada, tenia que vaciar su mente y prepararse, aunque no le resultaba sencillo, no sabia que iba a ocurrir, pero confiaba en el. Se dirigio al lavabo y alli se desnudo. Se miro en el espejo y se sintio hermosa. El siempre se lo decia. No era muy alta pero su cuerpo era proporcionado y sus pechos aunque pequeños eran muy lindos. Abrio el grifo de la ducha y dejo salir el agua hasta sentirla calida, se coloco bajo el chorro de agua y se enjabono. Despues cogio el mango de la ducha y empezo a aclararse, llego a su sexo y se concentro en el, queria dejarlo realmente limpio. El solo pensar en que pronto iba a ofrecerselo la excito, el chorro de agua calida sobre su clitoris hizo el resto. Hacia tiempo que no se masturbaba asi, aunque le gustaba hacerlo y le resultaba facil llegar al orgasmo de ese modo. No fue sencillo, deseaba seguir hasta correrse, pero decidio parar. Queria estar muy caliente para el.
No podia entretenerse demasiado, el llegaria a las nueve y tenia un monton de cosas por hacer. Menos mal que se le habia ocurrido depilarse en casa, sin embargo tenia el sexo con demasiado vello. Recordo que a el le gustaba depilado, rebusco entre las cosas que habia en el lavabo y encontro una cuchilla. Se sento en la taza del lavabo, abrio sus piernas y empezo a depilarse. Sin el vello se veia mucho mejor, ardia por dentro, deseo de nuevo acariciarse pero no lo hizo. Se levanto, se aclaro y se envolvio en un suave albornoz.
Se seco un poco el pelo, pero no mucho, asi le quedaba de un modo mas natural, como le gustaba a el. Se maquillo, mucho mas de lo que era habitual en ella, sobretodo los ojos con un color bastante oscuro lo que le daba un aire mas racial, y para acabar el perfume. Habia un frasquito de esencia de vainilla, el mismo perfume que ella utilizo la primera vez que se vieron.
Abrio el albornoz y lo dejo caer al suelo, desnuda se miro en el espejo del baño…
Recogio un poco las cosas y fue hacia el armario de la habitacion. Cuidadosamente colocada estaba la ropa que debia ponerse. Una fina malla para todo el cuerpo y unos zapatos de piel con un tacon altisimo, todo era de color negro. Abrio una pequeña caja esperando encontrar algo mas de ropa, pero solo habia un collar de cuero, unos brazaletes y unas tobilleras, tambien habia un par de pendientes. Al verlo se sintio… feliz, poco a poco se iban disipando las dudas sobre las intenciones del encuentro.
Empezo a vestirse, busco de nuevo unas braguitas, pero no las encontro, asi que supuso que no debia llevarlas. Se vistio la malla, era de media fina y no le cubria en absoluto, ademas en la entrepierna tenia una abertura que dejaba su sexo completamente expuesto, sin embargo se sentia a gusto con ella, se calzo los zapatos y junto a ellos sobre la malla las muñequeras y las tobilleras. Se acerco al espejo para colocarse el collar y al verse en el no pudo evitar sonreir…Estaba realmente preciosa, se sentia esplendida.
Miro la hora en la pantallita del movil, eran las 9…en ese mismo instante recibio un mensaje "Hola gatita, supongo que has seguido mis instrucciones. Ahora debes apagar las luces y colocarte sobre la cama a cuatro patas, las piernas no debes juntarlas. Cierra los ojos y esperame" Justo leyo el mensaje antes de obedecer.
Estaba practicamente desnuda sobre la cama de un hotel y a expensas de los caprichos de su pareja, sin embargo se sentia muy feliz. Obedecia ciegamente, y esa entrega la llenaba de un modo que jamas habia imaginado. Los minutos pasaban y el no llegaba, comenzaba a impacientase, pero no se movia lo mas minimo de la posicion que habia adoptado. De repente oyo la llave girar la cerradura y un escalofrio recorrio su cuerpo, por un momento imagino que cualquiera podria estar acercandose a ella…pero enseguida lo reconocio, era su olor, su colonia, eso la tranquilizo. Se acerco a ella y le acaricio la mejilla, despues su mano recorrio su espalda hasta llegar a sus nalgas, la acaricio varias veces antes de comprobar a traves de la abertura de la malla la humedad de su sexo.
-Puta, estas verdaderamente mojada.
Solo con oir esas palabras sintio como todavia se humedecia mas. El nunca la habia tratado asi, pero le gustaba, le gustaba sentirse su puta…sentia que estaba pediendo los papeles ¿Como podia sentirse tan a gusto oyendo eso? No, eso no esta bien se decia a si misma…pero no le contesto
Noto como le colocaba una correa en el colar y encendia una pequeña luz en la cabecera de la cama. Todavia estaba con los ojos cerrados y oia como el estaba preparando algo. Le dio permiso para abrir los ojos. Cuando lo hizo encontro sobre la misma cama una bandeja con un poco de comida y un cuenco con agua. El estaba alli, a su lado, y con voz tierna le dijo:
-debes comer, la noche sera larga, pero no debes usar tus manos, comeras y beberas directamente de los cuencos como la perra que eres.
Esto ya era demasiado, no alcanzaba a saber que pretendia exactamente con todo eso, pero decidio dejar de pensar, en realidad se sentia bien. Lo miro tiernamente a sus ojos justo para escuchar
-Antes de continuar, amada, debes contestarme ¿Estas dispuesta a aceptar todo lo que voy a pedirte esta noche?
Transcurrieron dos segundos que se sintieron horas.
-Si, vida mia, te quiero.
-Yo tambien te quiero, pero ademas deseo poseerte como nunca lo hice, quiero que te entregues a mi sin limites. Quizas vas a sentirte humillada, ultrajada, sentiras dolor, pero cuando terminemos me habras ofrecido aquello que nunca tuviste el modo de darme, aunque hubieras deseado hacerlo. No serviran de nada tus llantos o tus suplicas, solo si ves que estas llegando a tu limite deberas decir con decision la palabra "rojo", solo en ese caso daremos por acabado lo que ahora vamos a empezar.
-Desde este momento me llamaras señor y tu mirada sera baja, a no ser que te pida ver tus ojos.
-Si señor, respondio con voz dubitativa.
-¡No te he escuchado bien!
-Si mi señor, respondio de nuevo alzando la voz.
-Bien, ahora quiero que comas.
Nunca habia comido de unos cuencos, le resultaba dificil. El la observaba y ella lo sabia, sentia una vergüenza terrible porque debia sacar la lengua y ademas se estaba manchando la cara.
-Ahora iremos al lavabo para que puedas lavarte y repasarte el maquillaje, pero recuerda que debes ir a cuatro patas, perra.
La agarro de la correa que le habia puesto en el collar y la llevo hasta el lavabo. Andaba tras de el por la moqueta con la cabeza gacha, cuando llego al lavabo le dijo:
-Bien, ahora puedes levantarte, cuando estes lista vendras hacia mi de nuevo a cuatro patas.
El se dirigio hacia una silla de la habitacion, se sento en ella mirando hacia la puerta del lavabo.
Transcurrieron unos minutos cuando la vio aparecer, no necesito demasiado tiempo para arreglarse un poco y sonreir de nuevo al mirarse en el espejo, no sabia que le ocurria, pero era feliz en su nueva condicion. Se acercaba a el andando por el suelo llevaba la mirada baja y arrastraba la correa que habia dejado enganchada en su collar. Estaba preciosa. La malla que cubria su cuerpo le conferia un aspecto de animal de lujo. El movimiento de sus muslos al gatear era tremendamente excitante. Cuando llego hasta el se detuvo.
-Bien, ahora te sentaras en esta silla.
Antes de que se sentara la oriento hacia la puerta de entrada. Ella seguia con la mirada baja. Abrio una pequeña maleta que ella de reojo intento averiguar que contenia. Saco una mordaza de bola que le coloco en la boca. Le resultaba incomoda pero la acepto. El, pausadamente cogio el movil, parecia que estaba enviando un mensaje. Ella al darse cuenta de lo que estaba haciendo alzo la vista e intento hablar con el, no entendia que pretendia hacer con el telefono, pero la mordaza le impidio expresarse con claridad.
-¿Quien te ha dado permiso para hablar?
-¿Quien te ha autorizado levantar la mirada? Recuerda, eres mi perra y debes ser disciplinada, las desobediencias se corrigen con castigos. Esta es la ultima que te acepto.
Rapidamente bajo la mirada y callo, sentia como poco a poco se iba abandonando a las ordenes que recibia.
El acabo de utilizar el movil, seguro que habia enviado un mensaje…pero ¿Que mensaje? ¿A quien iba dirigido?, y de repente sintio tanta excitacion como preocupacion. Si esa era la palabra, preocupacion. Miedo no, lo conocia desde hacia mucho tiempo, convivia con el y sabia que era incapaz de hacerle ningun daño…pero…estaba tan cambiado.
Seguia sentada en la silla, la mordaza en la boca no le permitia tragar la saliva y empezo a babear.
-Bien, amada mia, ahora te cubrire los ojos.
No contesto, seguia con la cabeza agachada. Cogio una ancha venda de seda y le cubrio delicadamente la vista.
-Ahora voy a atarte, Quiero que abras las piernas.
¿Como podia ser? tanto tiempo juntos y se sintio mas desnuda que nunca. Notaba como la iba sujetando a la silla. Unas cuerdas la amarraban por los tobillos, otra la mantenia oprimida contra el respaldo. Esta ultima le presionaba los pechos y se los realzaba, la cuerda blanca sobre la fina malla negra aun lo resaltaba mas. El roce de las cuerdas y de sus manos anudandolas la excitaron tremendamente, empezo a sentirse mojada. Sus pensamientos se difuminaban…De repente sono el timbre.
Se sobresalto, una ola de calor recorrio todo su cuerpo, recordo que estaba desnuda, abierta y atada justo en frente de la puerta. Intento hablar de nuevo, queria decirle que no abriera la puerta, pero no pudo, la mordaza se lo impedia, forcejeo para zafarse de las cuerdas pero era imposible.
-¡Un momento por favor!
Se dirigio a ella.
-Veo que no entiendes las cosas. Te adverti sobre tu comportamiento.
Con rudeza le cojio el pezon del pecho y se lo pellizco. Le dolio muchisimo y gimio.
-Recuerda, eres MI puta, MI perra. La proxima vez sera mucho peor.
Con dulce voz le dijo:
-Te lo volvere a repetir ¿deseas seguir con esto?
Estaba completamente loca, penso ella, pero asintio con la cabeza.
Oyo como le decia:
Bien…gatita.
Antes de escuchar sus pasos dirigiendose hacia la puerta sintio como acariciaba su pelo. Estaba abriendo la puerta…se sintio tan acalorada que por un momento penso que iba a desmayarse.
No podia moverse, ademas no veia nada. La maldita mordaza la estaba haciendo babear tanto que notaba como su saliva ya habia llegado hasta su sexo. Estaba tan excitada como angustiada…no sabia que le iba a deparar el resto de la noche ¿quien demonios estaba entrando en la habitacion?
Oyo voces, era una mujer que con una agradable voz saludo.
-Hola, ¿Que tal?
-Estupendamente, respondio el. Pasa por favor.
Si, recordo, "rojo", esa es la salvacion, pero…en realidad no queria acabar con la situacion, solo que no podia controlarla… Escucho como la puerta se cerraba y se dirigian hacia donde estaba ella.
-Aqui esta mi perra, preparada para su adiestramiento.
-Hermoso animal, contesto ella mientras la acariciaba levemente. Amablemente pidio que le retirara la venda de los ojos.
Sintio como le descubrian la vista, casi no se atrevia a abrir los ojos. Mantuvo la vista baja, pero fue suficiente para poder ver delante suyo el cuerpo de la mujer. Era alta, y aun mas con los tacones de sus botas. Llevaba un abrigo largo, y un agradable perfume.
-Mi nombre es Diana, y por indicacion de tu señor voy a iniciar tu entrenamiento como sumisa. A partir de ahora tu nombre sera florete, ha sido escogido especialmente por el y solo por eso debes estar orgullosa. Retirandole la mordaza de la boca le dijo.
-Ahora quiero que me mires a los ojos y me digas si accedes a ser adiestrada por mi.
Ya empezaba a dudar si estaba inmersa en un sueño, lo que le estaba pasando era algo impensable solo unas horas antes…pero se sentia sumisa, su entrega la llenaba de una dulce placidez. Alzo la vista y vio a Diana. Era una guapa mujer. Debia tener treinta y bastantes años, estaba perfectamente maquillada y una lisa y peinada melena de color caoba.
Miro a su amado buscando la respuesta, el asintio reflejando en su gesto la satisfaccion del momento.
-Si, contesto en voz baja.
-¿Como has dicho?
El tono en la voz de Diana hizo que rapidamente bajara la mirada y replicara.
-Si mi señora.
-Bien, desatala por favor, voy a prepararme.
Mientras florete iba siendo liberada de sus ataduras Diana se despojo de su abrigo. Iba totalmente vestida de negro, las botas eran altisimas, por encima de la rodilla, llevaba un corse anudado que estilizaba su silueta alzando sus pechos. Lucia un tanga de un material brillante, al igual que el corse, y unas medias tambien negras llegaban hasta lo alto de sus muslos quedando sujetas al corse por unos ligueros. Del bolsillo de su abrigo saco una especie de latigo con muchas tiras y una empuñadura que asemejaba un pene. Lo deposito sobre la cama. Mientras, florete habia sido liberada de las cuerdas.
-Levantate y ven aqui, ordeno Diana.
Florete se acerco mientras su amado se sentaba comodamente en un butacon.
-Vamos a ver que podemos esperar de esta zorra. Date la vuelta y abre las piernas.
Ella obedecio, aunque con la mirada intentaba esperar un gesto de aprobacion por parte de su Señor. Queria entregarse a el, pero a nadie mas, pero el estaba consintiendo de buen grado que Diana tomara las riendas de la situacion. Era evidente que la situacion estaba planeada por ambos… debia obedecer.
Sintio como Diana empezaba a manosear sus pechos, jugaba pellizcando sus pezones que se pusieron duros, despues una de sus manos bajo hasta su sexo y hurgo en el, florete queria reprimir el placer que sentia, pero no le era posible.
-Zorra, te estas poniendo cachonda. Ni se te ocurra correte hasta que te tu amo o yo te lo permitamos.
Florete estaba incomoda, estaba gozando en manos de otra mujer mientras el las observaba, se sentia indigna por ello.
De pronto Diana ordeno:
-flexionate hacia abajo y expon con tus manos tu sexo y tu ano.
Florete obedecio.
-Bonito y apretado ano, ¿es virgen? Pregunto dirigiendose hacia el.
-No, pero es utilizado en muy pocas ocasiones.
-Esto no puede ser, toda sumisa debe ofrecer habitualmente a su señor sus tres orificios. Acercame el plug anal que te pedi, por favor.
El se dirigio a la bolsa de donde habia sacado la mordaza y saco un consolador, era corto pero grueso, en la parte final tenia una escotadura para que una vez introducido no se saliera por si solo. Su forma conica facilitaba su introduccion en anos poco acostumbrados. Se lo dio a Diana y esta a florete que seguia flexionada abriendo sus nalgas con sus manos.
-Toma, quiero que lo lamas bien para poder metertelo en tu culo. No te levantes.
Florete no soporto mas la tension y empezo a llorar. El la consolo diciendole:
-Lo estas haciendo muy bien…te quiero.
Lo tomo de sus manos y empezo a lamerlo.
-Metetelo todo en la boca, puta, le increpo Diana y despues me lo das
Asi lo hizo florete, despues cerro los ojos esperando ser penetrada. Sintio como el consolador se abria paso en su trasero…se sintio humillada como nunca, pero sabia que estaba haciendo lo que el deseaba, y eso le daba fuerzas para seguir adelante.
-Bien, ahora te arrodillaras y andaras hacia tu amo. Florete obedecio hasta llegar al sofa donde el se habia vuelto a sentar.
Florete llego hasta los pies de su amo, estaba abatida, pero aun le quedaban fuerzas para continuar. Quedo a cuatro patas con la cabeza mirando al suelo entre las piernas de el. Con delicadeza su amado le levanto la vista y le dijo.
-Ahora quiero que me mires a los ojos. Florete sabes lo mucho que te quiero…Esto es una prueba, es un paso que debemos dar para llegar a un nivel superior en nuestra relacion. Seguro que te preguntas porque ha venido Diana. Ella es una buena amiga, y muy amablemente se ha ofrecido ha colaborar conmigo para iniciarte en tu nueva singladura como sumisa mia.
Las lagrimas le habian estropeado un poco el maquillaje, y el con ternura, con sus manos le seco los ojos.
-Sabes…uno solo puede ceder algo cuando es su dueño. Tu seras cedida a otros para de ese modo sentirte realmente mia, y aunque ese dia llegara no es hoy. Hoy no te cedo a Diana porque aun no eres mia, pero su presencia aqui es un primer paso. Se que te cuesta aceptarla en nuestro mismo espacio, y precisamente por ello esta aqui.
Nuevas lagrimas brotaron de sus ojos, lejos de reconfortarla estas palabras aun la hundieron mas, pero…era inexplicable, era como si su alma se vaciara para dar cabida a nuevas y desconocidas sensaciones…y ansiaba llenarse de ellas.
-Bien, Diana puedes proseguir.
Florete bajo su mirada de nuevo
-El objetivo maximo de cualquier perra es dar placer a su amo. Quiero que me muestres como chupas su polla. Espero lo hagas mejor de lo que me has demostrado antes con el consolador.
Florete se incorporo un poco y empezo a abrirle los pantalones, estaba nerviosa y sus manos temblaban.
-Espera perra. Primero los pies. Quitale los zapatos y los calcetines a tu amo
Con delicadeza retiro los zapatos y los calcetines de los pies de el.
-Ahora lameselos
Florete empezo ha hacerlo. Era algo nuevo para ella, recorria con su lengua desde la punta de los dedos hasta la pantorrilla. Para conseguirlo debia agacharse mucho, asi que dejaba su sexo expuesto.
-Sigue asi florete, abre mas tus piernas. Diana si te parece podrias empezar tu por probar su sexo.
Diana fue al lavabo y aparecio con un guante de latex en su mano derecha, se lo embadurno de lubricante y se coloco tras florete, empezo a acariciar su sexo…era habil y en pocos instantes florete empezo a tener problemas…estaba mojada, muy mojada y Diana ya introducia sin ningun esfuerzo cuatro dedos en el interior de su coño. Sus cuatro dedos entraban y salian ritmicamente y con el pulgar rozaba su clitoris. Ya casi no podia lamer los pies de su amo, estaba retorciendose, no queria gozar en manos de Diana, pero no podia evitarlo, el orgasmo era inminente, pero recordaba que le habian prohibido correrse, asi que instintivamente aparto la mano de Diana con la suya.
-Maldita perra…quien te has creido que eres.
-Florete, has enojado a Diana, ahora recibiras tu primer castigo.
Florete quedo postrada sobre el suelo, el se levanto y fue a buscar el latigo que habia sobre la cama.
-Toma Diana quiero que seas tu la que la azotes.
¡Azotes! La palabra retumbo en la cabeza de florete. Nunca habia sido azotada.
El se coloco delante de ella, se bajo los pantalones liberando su erecto pene. Despues se sento de nuevo en el sofa y reclamo a florete.
-Quiero que empieces a chupar mi polla
Florete se extrañaba del lenguaje tan burdo, pero a la vez tan concreto. En los años que se conocian nunca habian hablado de este modo, nunca lo hubiera pensado, pero oido de su boca le gustaba, se excitaba, se sentia puta, muy puta de su señor.
Se incorporo un poco y empezo a chupar. Diana pregunto:
-¿Cuantos azotes damos a esta perra?
-Quiero que le des 10 azotes. Florete yo los contare, deberas tener toda mi polla en tu boca, no quiero que tus gritos y sollozos espanten a los clientes del hotel.
Diana rasgo la malla que cubria el cuerpo de florete dejando sus nalgas al aire. Su trasero era redondeado, su piel muy suave. Se situo detras de florete, coloco las puntas del latigo sobre su culo
-Estoy preparada señor.
-Bien cuando quieras.
Silbo en el aire, instantes despues restallaba sobre la blanca piel. El le apreto la cara contra su miembro…intento gritar pero no pudo, le quemo…le quemo mucho, despues escucho:
-uno.
Dios mio no lo voy a soportar, penso florete. Tenia sus manos apoyadas en el suelo…no, no debo moverlas
Despues se escucho dos, tres, cuatro, cinco…Diana manejaba bien el latigo, sus golpes eran precisos y la intensidad perfectamente dosificada. Le dolian, pero le gustaba, ¡le gustaba el dolor! le gustaba sentirse a prueba y salir airosa…le gustaba abandonarse y saberse manejada por su amo. Si, ¡estaba pensando en el como su amo! Y ella era el centro de sus atenciones, aunque esas atenciones fueran unos latigazos.
Perdio la cuenta…aunque supuso que habian acabado al no recibir el azote que esperaba. La voz de Diana la rescato de su abstraccion…
-Asi es como esperas que tu señor se acuerde de ti cuando este caliente…Debes chupar como la puta que eres. O acaso quieres que te humille obligandote a ver como puedo hacerle gozar yo.
No, eso no, penso florete…y empezo a introducir el pene hasta el fondo de su garganta. El pene no era excesivamente grande, pero lo suficiente como para que no le entrara todo en su boca. Diana estaba tambien cada vez mas en su papel, cogio la cabeza de florete y la empujaba con fuerza provocandole arcadas…Babeaba como una autentica perra penso el…tambien penso lo afortunado que era por poseerla.
-Bien es suficiente, Ahora es el turno de Diana…Seguro que tambien esta caliente, dijo el levantandose del sofa.
-Dime amiga, ¿deseas que mi perrita te lama el coño?
-Si, hace rato que lo estoy esperando.
-Ocupa mi lugar por favor, sientate en el sofa.
Diana se despojo de tanga delante de florete, el vello de su sexo estaba perfectamente perfilado formando un pequeño triangulo sobre el pubis, el resto de su sexo estaba depilado. Se sento sobre el sofa levantando una pierna sobre el apoyabrazos de manera que ofrecia su raja justo delante de la cara de florete
-Florete esclava mia quiero que te comas el coño de Diana.
La entrega de florete era total. No dijo nada, empezo a lamer…El disfrutaba viendo como su perra estaba haciendo gemir a Diana.
-Bien, muy bien…seguir asi.
Estaba tambien muy caliente, su pene estaba duro y se lo acaricio viendolas. Se acerco por detras a florete extrajo el plug que hacia rato llevaba colocado. Florete gimio…Sabia que iba a ser penetrada por detras…lo deseaba…deseaba a su señor, estaba dilatada y caliente. Diana empezaba a retorcerse mientras dirigia con sus manos la cabeza de florete acomodandola a sus gustos.
-Sigue perra, meteme un dedo en el culo le increpo.
. Florete noto frio en su sexo, era el lubricante, que el jugando con sus dedos lo esparcio por toda su raja, desde el clitoris hasta el ano… Con la misma mano el embadurno su verga. La apunto en su culo y de un solo golpe la entro toda dentro de ella. Florete se estremecio, gimio, y por fin llego su recompensa.
-Esclava mia quiero que te acaricies el coño, pronto podras correte.
-Todos nos vamos a correr ahora, grito Diana.
Diana fue la primera, se convulsiono como una posesa gritando frases entrecortadas para despues acabar desfallecida sobre el mismo sofa. El cogio a florete por la correa saco su verga del culo de ella y tirando de ella tajo su cara hacia el…se corrio sobre su cara. Que hermosa vision…el mejor maquillaje para una bonita cara. Florete seguia acariciandose con la cara desencajada por el placer.
-Ahora limpiamela, chupamela toda.
Florete lo hacia, pero con muchas dificultades, estaba al borde de su orgasmo.
-Bien, amada mia es tu turno.
La cogio con rudeza y la lanzo sobre la moqueta de espaldas, le abrio las piernas y le dijo:
-¡Correte perra!
Hundio su cara, su lengua en el sexo de florete, Ella empezo a gemir, ahogaba los espasmos de placer que fueron llegando uno tras otro hasta perder el sentido…no sin antes escuchar…Te quiero florete.
Lejano, en la madrugada suena un despertador, florete despierta y lo apaga. Abre sus ojos, esta en su casa, en su cama, su compañero aun duerme, el despertador no ha podido con el.
Se lleva la mano al cuello buscando el collar, no esta, al igual que sus muñequeras, lleva el pijama puesto. Buffffffffff todo ha sido un sueño. Se entristece…desea ser esclava, desea ser sometida…incluso ser cedida…nunca habia sentido nada igual. En silencio se dirige al lavabo. Daria tanto por que su sueño fuera realidad, abre el grifo de la ducha y se despoja del pijama…se estremece…sobre la blanca piel de sus nalgas…las finas marcas del latigo….
Dedicado a florete{JB}
http://laesclavadelbukanero.blogspot.com
Autor: Anonimo
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