Inicios de un Maestro (confesiones parte 2)
ESTAHISTORIA DE COMO UNA MUJER PUEDE ACEPTAR SER SUMISA Y ESCLAVA.
Pasaron algunos meses y nuestros encuentros se volvieron rutina, ella estaba cada día más a disposición de mis llamados a lo cual yo no les perdía oportunidad cada que podía. Nuestros encuentros pasaron a ser diarios ya no me importaba el lugar ni la hora yo solo quería hacerla adicta a mi y al placer que sentiría al entregarse completamente, cada día me la imaginaba en distintos escenarios.
Particularmente me gustaba atraído por follarla en lugares donde nos podrían ver me gustaba sentir esa sensación de adrenalina y a ella eso le exitaba al punto de que un día estando en un pequeño parque público en el cual estábamos tomando algunos tragos con compañeros de clases y algunos otros de otros lugares, la llame a qué de asercara al grupo donde estaba con otros compañeros los cuales estaban con sus parejas, pasábamos el rato y entre algunos cuantos tragos más comenzamos a subir las conversaciones de tono. Y hablábamos de experiencias vividas con lo cual comenzó mi compañero Alejandro contando como follaba con su novia Claudia mientras ella solo reía y solo paraba la conversación para corregir algo que alejandro no agregaba a la historia o pasaba por alto.
Todo muy normal no muy fuera de lo común como hacerlo cada que podían en casa cuando estaba sola.
Luego Ana la cuál estaba saliendo con mi compañero Mauro, Ana de 1,65 de altura, piel morena, de cabello largo y negro hasta sus nalgas que «Oh» que nalgas que son… Piernas gruesas y de busto muy pequeño, tenía una mirada seductora y sobre todo una actitud salvaje que llamaba la atención de propios y extraños. Ana tenía fama de ser una calienta pollas a lo cuales muchos chicos terminaban inventando alguna que otra historia sobre ella, así que ella solo los desmentía mientras reía y se burlaba dejándolos cómo estúpidos, tambien contó algunas que si eran verdaderas pero siempre dando ese aire de mujer fuerte la cuál podía tener lo que quisiera y no le importaban los comentarios. Por su parte Mauro era más tímido tanto que aún no había tenido relaciones con Ana a pesar de que ella estaba dispuesta. Después de escuchar par de historias de como follaba con algunos de los chicos del barrio y quiénes lo hicieron mejor que otros, nos relato de cómo en una ocasión estuvo con otra chica la cuál no comento su nombre y nos decía lo rico que la paso y lo bien que le chuparon la concha, todos quedamos en silencio no queríamos perdernos nada de lo que decía, Paola quien era mi follamiga comento algunas de las anécdotas vividas conmigo, comenzó a contar sobre como comenzaron nuestros encuentros con lujos y detalles de lugares y horas, contó como me gustaba follarla en lugares donde nos podrían descrubrir y la vez que la folle en un baño de hombres en una finca en plena fiesta, el baño solo tenía un cubículo el resto eran solo urinales, ella al principio no quería pasar, le daba vergüenza, a lo que yo la tomé del pelo firmemente, la mire a los ojos y la bese apasionadamente mientras le apretaba las nalgas y así tomándola como mía la arrastre a ese cubículo donde son pensarlo la folle.
Paola: pasa que al entrar al baño estaban dos chicos en los lavamanos me sentía muy perra
Ana: y que paso con los chicos?
Paola: solo se miraron y se fueron, yo estaba muy nerviosa
Ana: luego dicen que la perra soy yo jaja
Todos reímos y Alejandro dice.
Ale: oye porque al baño si el terreno es grande podías ir fácilmente a un lugar más privado.
-Yo: solo pensé en follarla si estaban de mirones pues que disfruten del show jaja
Paola continuo con el relato se podía notar como cada vez se ponía mas tenso el hambiente, en eso cuenta como la besaba por el cuello le apretaba las tetas y las chupaba sin soltarla del cabello, ella gemía cada vez más fuerte, a cada instante se olvidaba más de todo lo que pasaba a su alrededor solo importaba el momento, la coloque con las manos pegadas a la pared mientras al oído le decía lo perra que era, esto hizo que acabará a los pocos minutos sus piernas temblaban yo la seguía bombardeando hasta que sentí que llegaba a lo cual le di vuelta se arrodilló cómo ya estaba acostumbrada y comenzó a chuparla con desespero abrió la boca lo más que pudo y comencé a botar chorros en toda su cara, cabello y en su ropa.
Ana: Fue todo un desastre de leche jaja quedaste toda llena?
Paola: Totalmente imagina que cuando salímos estarían 4 chicos allí con cara de no saber que pasaba jaja
Claudia: noooo, moriría de vergüenza aunque se escucha peligroso pero divertido
Paola: salí tan rápido para que no me vieran que salí toda llena fue un desastre
Yo solo reía pero observaba lo emocionada que estaba de contarle a todos de como su macho la usaba, estaba orgullosa de ser mi puta. Desde ese momento ví ese lado de las mujeres dominantes, sumisas y alternativas.
Entendi que todos tenemos demonios internos buscando ser libres y por miedos, vergüenza o por el que dirán, pero al fin y al cabo solo falta quien te ayude a liberarlos para también tu ser realmente libre.
Yo que vos la compartía con otros