La casa de las Putas II.
Danna, la hermana de en medio .
Pasaron 3 meses desde aquella vez no he dejado oportunidad de usar a la puta de Aranza. En mi casa, en la azotea o en las escaleras mínimo una vez a la semana he tenido oportunidad de cogerme a esa deliciosa putita, y aunque no era el único que tenía acceso a su delicioso culo tenía el privilegio de poder hacerlo en la comodidad de su cama.
Mientras sus hermanos veían la televisión o hacían tareas nosotros cogíamos como animales, me excitaba penetrarla duro mientras ella gemía y pedía más. En uno de esos encuentros tenía a Aranza contra la cama mientras empujaba su cabeza contra las almohadas cuando la manija de la puerta delicadamente giraba. No me detuve, pues sabía que los padres regresarían hasta la noche así que quien abriera la puerta pretendía solo saber que estaba pasando.
La puerta se abrió ligeramente, apenas para asomar un poco la mirada a la faena que estábamos teniendo en esa habitación. Por el cabello y la altura pude adivinar que era Danna la que estaba espiando. Nuestras miradas se encontraron, pero ella no reaccionó. Yo por el contrario empecé a impeler más fuerte a Aranza. Danna solo miró unos minutos más hasta que se apartó de la misma forma que llegó, en ese momento supe quién sería la siguiente en probar mi verga, solo era esperar mi oportunidad.
Para mi sorpresa esa oportunidad fue pronto, a la semana de ese suceso fui a buscar a Aranza, pero los vecinos del piso de abajo la habían metido a su departamento, iban a tardar así que era el momento. Toqué en la casa de Aranza y fue la misma Danna la que abrió la puerta, cubierta apenas por una blusa y una falta cortita de mezclilla.
Y: -Hola, ¿puedo pasar?
D:- Hola, Aranza no está- me respondió
Y:-Ya lo sé- Le dije al tiempo que pasé. Danna solo se apartó del camino, pero la tome de la mano y la jalé al sofá de su sala- Ven, tu y yo no hemos platicado antes- le dije en un tono morboso.
D: -No, mi hermana no te deja- me respondió pícara mientras se sentaba.
Y: Bueno, ahorita no está, y pues supongo la podemos pasar bien- le respondí acariciando su pierna, rozando el borde se su faldita.
D: ¿Estás seguro? Mi hermana parece la más solicitada por todos- me respondió sin inmutarse por mi mano asechando el interior de su falda.
Y: -Tal vez te falta ser más abierta, déjame ayudarte con eso.- sentencié –Vamos a tu cuarto.
Sin más Danna me llevó a su habitación, donde sin más la comencé a degustar. Sus labios, su cuello, deliciosos, y al liberar de la blusa y de su sostén sus ricos pechos me dediqué a probarlos insistentemente, eran casi del tamaño que los de su hermana.
Danna solo se dejaba hacer, se sabe una putita y estaba tomando su lugar. Unos movimientos bastaron para tenerla desnuda en su cama, donde la recosté y acerqué su cara a mi verga, moría porque sus labios carnosos y suaves se comieran mi verga. Me bajé el pantalón para que mi miembro ya erecto empezara a divertirse con la nueva putita, y ésta sin decir nada comenzó a chupar mi verga. Era buena haciéndolo, quizás hasta mejor que Aranza, turnaba entre mi verga y mis testículos como la puta que imaginaba, me estaba poniendo al cien.
La separe de mi verga, acomodándola con las piernas abiertas, viendo su pequeño coño rosado, delicioso para romper. Paseaba mi pene alrededor de su entrada, jugando un poco hasta que decidí empezar a puntearla, lo que al parecer ella disfrutaba por los leves gemidos que emitía. No aguanté más y comencé a atacar ese coño.
D: -Ah, ah ah,- comenzó a gemir. Su vagina era deliciosa, mientras sus tetas rebotaban con ritmo. Danna se dejaba usar a mi gusto, podía penetrarla más o menos duro, recorría su cuerpo, mientras el sudor comenzaba a brotar en su rostro con unos tonos rojizos en sus mejillas.
Sin salir de ella la sujeté con la cadera y la levanté para poder recostarme en la cama
Y: – Vas putita, date sola- Sin más ella comenzó a subir y bajar en mi verga, como una niña en un sube y baja, mientras yo seguía saboreando sus tetas deliciosas, suaves y tersas, te invitaban a lamerlas, a morderlas, dejando pequeñas marcas, pero Danna no se negaba a nada. Unos minutos en esa situación hizo que ambos nos corriéramos al mismo tiempo, permitiéndome llenar ese coñito de semen, mientras ella temblaba por su propio orgasmo.
Danna se levantó aun con mi semen escurriendo solo para recostarse junto a mí, que seguía duro esperando probar su culito. Discretamente le dí la vuelta y la abracé por detrás, mientras besaba su nuca y con una mano acariciaba su panocha recién usada. La putita solo gemía y reía sutilmente hasta que empezó a sentir mi verga entre su culo.
D: -Espera, creo que ya fue suficiente por hoy- decía algo insegura.
Y: -Dejate zorrita, así te van a querer como a Aranza, seré cuidadoso- mentí descaradamente y sin darle tiempo para pensar la puse de perrita y comencé a jugar con su culito, acariciando, golpeando y punteando con mi verga, y pude sentir lo apretado de su anito contrayéndose por los mismos nervios de Danna.
Tome su pequeña cadera para evitar que se moviera, y deje mi verga ya ansiosa por entrar en ese culo, y de forma firme empecé a impelerla
D:- Ay no sácala, duele- lloriqueaba Danna por su culito a medio partir
Y:- Tu querías verga, ahora la aguantas- le espete al tiempo que de golpe metí el resto de mi verga es ese delicioso y cálido hueco. Comencé a cogerla duro mientras ella se retorcía, sin saber que solo hacía que me excitara. Con trabajo su cavidad comenzó a ceder de forma efectiva permitiendo a mi puta disfrutar de la faena .
Mientras ella asimilaba yo pude sujetarla del cabello con una mano, mientras la otra encontraba su función reventando esas nalgas a golpes.
Y:- Así puta, aguántame- apenas articulaba eso mientras su culo devoraba mi verga. Danna sin todavía acostumbrarse completamente aceptaba todo lo que hiciera, solo alcanzaba a gemir y sostenerse en posición, al tiempo que las paredes de su entrada se contraían intentando sacar hasta la última gota de semen. Unos minutos fueron suficientes para al fin correrme de nuevo dentro de ella.
Con más delicadeza salí de ella y me senté en la cama, mientras Danna solo se dejaba caer lentamente recuperando el aire. Su cuerpo estaba cubierto de sudor mientras de sus agujeros escurría mi semilla y sus manos buscaban cubrir su vientre. Yo solo pasaba mi mano sobre su culito.
Y: -Aprietas más que tu hermana-
D:- Gracias…supongo, me duele todo- me dijo con un tono de satisfacción . Saqué un analgésico que traía y se lo entregué mientras empecé a vestirme.
Y: -Tómate eso- Danna lo tomó sin responder. Terminé de vestirme y la dejé recostada, me despedí con un beso y una caricia a su coñito. Al salir de su casa encontré a Aranza en faltita y top que venía recién cogida con uno de los vecinos, el cual al verme solo la dejó ahí y se fue
A:- ¿Me buscabas?- preguntó gustosa, mientras pasaba mi mano por su cinturita.
Y: -Si, pero ya te ganaron tu leche de hoy, pero te veo después ¿vale?- Aranza aunque agotada quería más verga
A: – Ah viniste por la puta de Danna- fingía sus celos hacia su hermana
Y:- Si y le deje el culo lleno de leche, hazme un favor y le das una pastilla, no quiero problemas, y mañana te compenso ¿Cómo vez?- le dije mientras metía la mano en su culito por debajo de su faldita
A: -Si si está bien- aceptó tranquilamente, Me despedí palmeando ese culito y me fui a casa, tenía cosas que hacer y recuperarme para poder disfrutar ahora de las hermanitas más ricas que he tenido oportunidad


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