La esclava Erina.
Relato de ficción sobre una mujer esclavizada y sometida..
Erina, mujer de negra piel y enormes atributos, cuerpo esbelto y hermoso trabajando con largas horas de trabajo forzado en la mina, es el juguete favorito del amo.
Con un rostro fiero y músculos femeninos prominentes, es una gatita dócil en la cama del amo, la domesticó a base de golpes y de ver a su gente morir.
Se entrega «feliz y complaciente» a su amo para salvar a su hijo, un niño de 3 años producto de una relación con otro esclavo, el hombre que Erina amo y ahora su osamenta adorna su choza como recordatorio.
El pecado de Erina fue nacer mujer, negra y hermosa. Violada y explotada desde los 12 años cuando su comunidad fue allanada, saqueada y destruida. Sus padres murieron esa noche, 2 de sus hermanos siguen vivos, esclavos de la mina.
Esa noche fue horrible, se la presentaron al hombre que es su actual amo, ofreció la «increíble» suma de 800 dólares por una hermosa niña negra sana y virgen.
Esa noche fue violada por su nuevo dueño, al que le costó someter el espíritu indomable de la hembra, hicieron falta 4 hombres para sujetarla mientras su amo le arranca la ropa.
La niña observa con ojos de furia y odio a quien dice ser su dueño, lo desafía con la mirada, pero Erina es una niña de 12 años, el miedo la quiebra al ver esa varilla al rojo vivo, al final están las iniciales de su nuevo amo, su nuevo dueño, un hombre sin escrúpulos que la marca sin piedad sobre su vientre.
La niña grita y forcejea de dolor aunque le es imposible escapar, lágrimas caen de sus ojos, pero esto está lejos de terminar.
Unas agujas perforan sus pezones y una pequeña barra de oro queda en su lugar, esa noche no solo su vientre y pezones fueron marcados, su ombligo, orejas y clítoris también.
La niña se retorcía de dolor a cada nueva aguja que perfora su piel, pero eso no fue todo, pues fue colgada por sus pies de cabeza con las piernas abiertas totalmente desnuda maniatada, fuertes latigazos flagelaron su hermosa piel negra, a cada impacto le repetían que era una esclava, un producto, debía obedecer la voluntad de su nuevo amo.
Un total de 12 latigazos, uno por cada año de vida en libertad, todos y cada uno de los flagelos cayó en la espalda, su nuevo amo no deseaba dañar sus suculentas nalgas o piernas, torneadas de tanto correr y ayudar a su madre en las labores domésticas.
No saciado con el sufrimiento de la niña, su sádico amo la sumergió en agua helada, Erina sacude su cuerpo de desesperación y dolor, pero el propósito no es matarla, si no someterla.
Colgada boca arriba por sus extremidades, piernas abiertas a más no poder, la niña de 12 soporta la tensión. En esa pose su zona pública es afeitada, axilas, vagina, ano, piernas, no hay rastro de vello en su cuerpo, se siente vulnerable, totalmente expuesta, destrozada y aún viene lo peor.
Su amo es un hombre con un pene grueso y grande, compite sin problemas con los penes de los hombres de la comunidad de Erina, quién pese a ser de raza negra aún tiene el cuerpo de una niña de 12 años, no ha tenido su primer periodo y está a punto de ser violada.
Las mujeres de su asentamiento le hablaron de eso, le dijeron que algún día sería su labor atender a su esposo y darle hijos, que debía hacerlo gustosa, con placer, pero en ese momento la niña está aterrorizada, este hombre haría algo imperdonable, la niña intenta resistir pero es inútil, al menos está a solas con el hombre, nadie sería testigo de su ultraje.
La gruesa cabeza del pene hace contacto con los labios exteriores de la niña, sus negros genitales hacen contraste con el blanco pene que inhesto amenaza su pureza, la roja cabeza se pasea exponiendo el rosa y virgen interior.
- Voy a disfrutar esto zorra
El hombre le habla en su dialecto, la niña entiendo perfectamente, se muerde los labios de rabia e impotencia hasta sangrar.
Con una sonrisa burlona el hombre hace presión sobre la vulva de Erina, la chica se encaja las uñas en las manos para mitigar su dolor, es más su orgullo que el dolor físico, saber que no se pudo guardar para su futuro esposo.
El glande se abre paso y rasga el interior, Erina deja de morderse para gritar de dolor, apenas entraron 8 centímetros de grueso pene en su seco interior. Sangre y lágrimas, el llanto de la menor, los gemidos de placer del hombre, 22 centímetros de pene que entran y salen, el clítoris estrujado con la penetración, las nalgas apretadas de la chica en un intento de oponer resistencia sin saber que incrementa el placer del hombre.
La herida de su vientre se abre, Erina sangra de su espalda, perforaciones, vagina y vientre. Cada herida de su cuerpo sangra, son pequeñas gotas, pero suficiente para darle placer al hombre que ve su creación.
- Algún día tomaré tu vida!
El sádico se ríe ante las palabras de la niña que llora de impotencia y dolor, continúa con su acto sádico de violación pero ahora estira los pezones de la niña, sus prominentes pechitos que auguran un hermoso par de senos.
Erina está destrozada, llora desconsoladamente por el dolor, la humillación y la vergüenza, no pudo hacer nada para salvar o proteger su pureza.
Los gruñidos de placer del sádico le hierven la sangre, repudia darle placer con su cuerpo a este cerdo, sus gemidos de placer le revuelven el estómago, desea vomitar, pero solo le queda soportar mientras su cuerpo de sacude con cada salvaje embestida.
Pero el sádico es más sádico de lo que Erina espera, con toda la vergüenza del mundo ve a los 4 hombres entrar de nuevo, pueden ver su cuerpo desnudo, su vagina abierta con el pene del amo adentro.
Los hombres están aquí para seguir torturando a la chica, entre los 4 la sujetan con fuerza, Erina está tan cansada que no puede oponer resistencia. Su cuerpo es puesto sobra abajo, un madero la obliga a bajar su espalda dejando su ano desprotegido y expuesto.
En esa pose su nuevo amo retomo la violación, está vez los hombres no se fueron, sacaron sus penes y se masturbaron con la escena. Erina cerró con fuerza sus ojos, evitaba el contacto visual, tristemente para ella fue peor, podía escuchar los gemidos del cerdo y sus esbirros con mayor intensidad, el ardor en su vagina se intensificó, la chica comenzó a gritar en un intento de distraerse, fue contraproducente, solo consiguió que los hombres se emocionarán comenzando a rodearla sacudiendo sus penes.
El repudio y la humillación de aquel acto la hizo vomitar, acto que fue celebrado por los hombres que la rodeaban.
Sin saber por qué, la chica disfrutó de un segundo de paz, el pene que la laceraba abandonó su interior, pobre criatura, no se esperaba lo que seguía, no estaba al tanto de las costumbres de estos hombres.
El pene apunta contra su negro y arrugado ano en medio de ese hermoso par de nalgas, redondas, duras, paradas. Sin ella saberlo o desearlo le otorgan al hombre una hermosa vista de un corazón listo para ser destrozado.
Erina ahora es víctima del pánico, siente la gruesa cosa presionar contra su esfínter, en un esfuerzo desesperado hace fuerza para impedir el acceso a semejante acto atroz.
La niña de 12 años grita de dolor, el pene se está abriendo paso rasgando su canal en su ingreso.
- Noooooooooooo por favoooooooooooooooooor nooooooo
Eri le grita pidiendo clemencia, pide que detengan semejante acto vil, no entiende cómo pueden hacer eso, meter su pene por dónde defeca, en su cultura eso está relegado a la escoria que se acuesta con hombre y son expulsados de su comunidad.
Los hombres vitorean extasiados por su amo que viola el orificio anal de la chica, con sus sucias manos acarician su espalda, la suciedad en sus dedos quema en las heridas, paradójicamente la chica agradece ese gesto, es tanto el dolor en su espalda que por momentos logra ignorar el dolor en su recto.
Los testículos del hombre impactan con la vagina, Erina sabe que el cerdo llegó hasta el fondo. Totalmente derrotada la niña de 12 años se dejó hacer, su cuerpo le arde, le duele su vagina y ano, está tan agotada que no puede ni quejarse.
La tortura duró un poco más, algo caliente en su interior que pensó era orín por lo abundante, pero recordó que es la semilla de hombre, Erina llora en silencio, cree que quedará embarazada, la pequeña niña no lo sabe, ignora que así no funciona el cuerpo humano, pero todos quienes la aman y estaban a cargo de su cuidado han muerto.
El hombre abandonó el recto de la chica dejando tras de sí un agujero abierto de dónde brota su semen, Erina cree que todo acabó, pero aún falta una última humillación. Los hombres que la rodean y sacuden sus penes arrojan su semilla sobre Erina, espesas gotas de semen caliente se mezclan con su sangre.
Sin poder evitar la chica vomita de nuevo, la semilla de todos estos hombres escurre por su herida espalda, le escocés. Gruesas gotas de semen destilan por su espalda, dejando a la chica en shock, totalmente desvanecida.
Los hombres desatan a la niña y la sacan cargando, la arrojan a una celda de roca inconsciente, adentro hay 2 mujeres viejas, su trabajo es atender las heridas de la niña.
Erina duró 3 días con fiebre por las heridas, cuando volvió en sí la chica se quedó acostada, destrozada, sin ánimos de seguir viviendo, pese a eso, su cuerpo sano lentamente, pero su alma y corazón están devastados.
Erina es una hematita, hermosa como pocas mujeres, su piel negra como la noche y sus ojos que brillan cómo fuego, la niña de 12 años que fue testigo de cómo destruyeron todo lo que ama aguarda en silencio en su celda, ya no tiene lágrimas para llorar, ya no tiene voluntad para luchar, ya no tiene fuerza para oponerse, la niña negra de 12 años es un objeto sin voluntad, un artículo de cambio que su amo usará para su beneficio.
Continuará.
Que buen relato, espero la continuación…