La Sra. Nena
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hombreconlosojosdefuego.
Llegaron a mí unas fotos del esposo de una Sra. que siempre me ha gustado. La conocía desde la secundaria, era vecina de una novia en turno y siempre nos veíamos, me fascinaba verla x casa de mi ex en short cortos y vestidos amplios.
La verdad está un poco nervioso no sabía cómo abordarla y no quería que tuviera ningún problema. Después de varios día me anime y fui a su casa, me dedico a reparaciones estéticas de casas y trabajo solo por diferentes problemas laborales que no vienen al caso relatarlos.
La Sra. Nena como le dicen afectuosamente es una mujer blanca, como de 1.65, 70 kilos de cara ovalada y nariz finita, cabello negro lacio corto hasta el cuello. Tienen 2 hijas como de 19 y 15 o algo así.
Las cosas pasaron así:
Parado afuera de su casa llamando por el timbre, me sudaban las manos y tenía un hueco en el estómago. Pero estaba decidido a hacerle ver mi propuesta y algo me decía que no tendría forma de rechazarla a pesar del mal genio que le conocía.
Doña Nena: ¿Que deseas?
YO: Hola Sra. Quisiera tratar con Ud. un asunto un poco delicado. ¿Me permitiría pasar? -Ella un poco extrañada hizo sella de que entrara.
Doña Nena: ¿En qué puedo ayudarte?
-Le extendí el teléfono con el video, al ver su cara, me caí en cuenta de que parecía que le estaba tomando el pelo-
Doña Nena: ¿Cómo te atreves? ¡Soy una mujer decente! –El tono de voz era claro de molestia y un poco alto cosa que me asustaba un poco porque alguien podría escuchar.
YO: No vengo a ofenderla, estas imágenes son de su esposo con ese muchacho. –El video era de un mariconsito chupándole el pene a su esposo, no había duda, aparte del video donde intercambiaban palabras y era más que clara la voz de su esposo tenia fotos donde se le veía la cara al Sr.- Quiero que le quede claro algo, no las voy a difundir siempre y cuando Ud. acepte hacer, digámoslo así, ciertas cositas para mí. Y lo primero es que me contrate para que le haga alguna remodelación para que los vecinos no se den cuenta.
Doña Nena: ¿Cómo te atreves? –con sonora cachetada que creo que hasta me aflojo un par de muelas-
Por supuesto que no mi inmute aunque quería salir de allí corriendo y sobarme la cara. Le tome la mano con la que me abofeteo y le dije:
YO: Que le quede claro que esto lo estoy haciendo porque se trata de Ud. Esta de mas que le diga que me gusta y que no quiero perjudicar a su familia. Piense en todo lo que los amigos le dirán a sus hijas. Tiene hasta mañana a medio día para contactarme.
Y no le di más tiempo, le deje una tarjeta en la mesa de centro y me fui. Estaba muy nervioso pero no se lo demostré, ella tenía que ver quién era el que mandaba y para los planes que tenía con ella, era fundamental dejarle en claro que era el macho dominante que la haría una puta obediente.
Al día siguiente como a las 9 de la mañana entra una llamada a mi celular de la Sra. Nena que quería que le cotizar unas cosas y que si podía ir a su casa en la tarde para que le llevar el presupuesto a su marido. No hablamos de otra cosa y colgó. El primer paso estaba dado. Fui a ver lo que necesitaba y no hablamos de nada más. En la tarde lleve la cotización y me la autorizo y quede que empezaría al día siguiente a primera hora.
YO: ¡Buenos días! Que hermosa amaneció hoy Sra.
Doña Nena: Deja tus tonterías y dime que quieres.
YO: La quiero a Ud. De mi puta partícula y sumisa. –Y acto seguido fue levantar la mano e intentar darme otra bofetada, solo que esta vez estaba preparado.- Que no se le ocurra y de ahora en adelante se dirigirá a mi como “amo” y Yo a ti como putita, entendido? –Guiñándole un ojo- Recuerda las fotos, putita.
Se tapó la cara y se echó a llorar en el sillón, la verdad la actuación no me convencía, sabía que era una mujer de carácter y que se estaba jugando la última carta. Ella no sabía que YO me había jugado más cuando decidí ir a verla con las imágenes.
YO: No me convencen tus lágrimas putita así que vente poniendo algo lindo para mí, negro. Y apúrate que aquí te esperare en la sala.
Se fue y aproximadamente 20 minutos después apareció. Despampanante en un juego de encaje negro, el bra dejaba ver parte de su piel atraves del encaje y el calzón era también de encaje pero a modo de bóxer ¾.
Por supuesto iba preparado, antes de salir de casa me había puesto una crema retardadora de eyaculación que venden en cualquier farmacia y llevaba conmigo todos mis “instrumentos de trabajo”.
YO: Úntate esto en el clítoris ahorita –y le extendí un poco de gel sensibilizador- y ahora deja que me lave.
Ella me indico mientras se ponía el gel, a que servicio pasar. Al regresar, ella seguía con la ropa puesta.
YO: Putita, ¿porque aun llevas puesta la ropa?
Doña Nena: No sabía qué hacer.
YO: Bueno, puedes empezar haciendo las cosas como te las ordene, en el orden que te las ordene. ¿Entendido?
-Ella asintió-
YO: Putita, ponte en 4 y baja los hombros, pégalos al suelo, no los puedes levantar, ¿entendido? –y ¡plast! Una buena nalgada a ese culote que tantas ganas le traía-.
Verla allí, a mi disposición hincada en 4, con el culo en popo esperándome, tenía mil. Le hice a un lado, y poniéndome poquito lubricante sobre el condón, la penetre, por la brusquedad de mi acometida respingo un poco. Bombeaba con seguridad, no le daba tiempo a que se quejara, las acometidas eran constantes y con intervalos más o menos similares, y entraba y salía, luego me movía de izquierda a derecha cuando entraba y luego otra vez derecho y luego de izquierda a derecha, para darle un buen tratamiento a todas las paredes de su vulva. Estaba totalmente entumido, pero disfrutaba tanto de poder tenerla así, después de varios minutos no sé qué tiempo paso. Salí de ella para ponerme al aro vibrador.
Doña Nena: ¿Qué pasa? –YO estaba tan concentrado en hacerle que no me fije la cara que tenía, supongo que está disfrutando y se sobre salto al sentir que salía de ella-.
YO: No pasada nada, solo voy a ponerme algo para que te ayude a terminar. Putita, súbete al brazo del sofá y ponte exactamente igual.
Tenía las piernas en el brazo del sofá y la cara en donde uno pone las nalgas, la altura perfecta para mí, prendí el aro vibrador y lo voltee para que el masaje le llegar al clítoris y la volvía a penetrar, esta vez protesto creo que más de la sorpresa de sentir el aro vibrador de silicón frio o de la sensación efecto del sensibilizador. Pero los resultado eran los que esperaba, el flujo era abundante, mi puta resulto ser muy obediente, pese al carácter que presumía tener, bastante sumisa y obediente y eso me gusto. Ya no la penetraba, estaba pegado a ella y le movía el culo de arriba abajo para que la fricción del aro vibrador en el clítoris no cesara. El tiempo se nos detuvo, ya le rosaba el botón del culo con los pulgares, y notaba que se humedecía más, jale el lubricante y comencé a penetrarle el culo con mis dedos, protesto un poco pero embestí con más fuerza.
YO: ¡Cállate puta! ¿Cuándo has escuchado que las putas opinan? Y tú eres mi puta, ¿verdad? –¡Plast! Otra nalgada- No supe que dijo, no sé si asintió o protesto, a esas alturas ella movía solita el culotote que tan enviciado me tenía.
YO: Quédate quieta puta, que te la voy a meter por el culo.
Doña Nena: ¡No! ¡Qué asco!
YO: Disculpa, ¿cómo dices? –Forzándola a bajar las caderas y jalándola hacia a mí-
Doña Nena: Es que nunca me la han metido por ahí.
YO: ¿Y te parece que te esté preguntando? –Y la penetre, sin el aro vibrador, lo tenía en mi mano.-
Doña Nena: Me arde, sácamela por favor, me estás haciendo daño y si… Le tenía puesto el vibrador en el clítoris y no termino lo que me decía. Estaba quieto con todo mi pene hundido en ella. Espere a que se acostumbrara a mí. 3, 4 metidas y me saque el condón para llegarle el culo de leche.
Fue suculento poder tenerla así, a mi disposición, sumisa y dejándose hacer. Tenía los ojos cerrados y ya no se veía tan tensa. Salí de ella y ella se quedó en esa panorámica. Se veía regia en el sillón con el culo abierto.
Tenía ganas de más, pero necesitaba adelantar mi trabajo para que el marido no sospechara. Ella fue entendiendo el roll, seguimos viéndonos. Aunque no ahora es difícil y no tengo pretexto de ir a su casa, tenemos que hacerlo en lugares públicos y en si no tenemos mucho tiempo. Algo que les contare en otra ocasión. Saludos
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