La tia petera

Una confesion de muchas que andan dando vueltas por ahi.

Me llamo Claudia, tengo 37 años y estoy casada. Soy morocha de pelo lacio, ojos marrones, de estatura media, algo gordita, tragona, y capaz subo algo de peso con lo que ando comiendo. Me considero una mina con curvas.

Esto me ocurrió hace varios meses atras (un poco más de un año). Estuve poniendo mucha atención a esta nueva situación que sucedió, capaz por la calentura que me produce.

Vivo con mi esposo, mí casa es la de atrás del terreno y la de mi cuñada Valeria da a la calle. La habitación en la que duerme mi sobrino está en la parte de atrás de su casa y da a mi vivienda, sobre todo una ventana grande que muestra su pieza entera si deja las cortinas abiertas y desde mi ventana de arriba se ve todo.

No puedo tener hijos por razones médicas en realidad, capaz por eso mi cuerpo necesita tanta leche.

No tengo hijos entonces «cuido» al de Valeria. Mi sobrino se llama Juan Cruz, el pendejo es normal, medio petiso y flaco, típico pibe que se la pasa viendo porno y jugando con la play station.

Todo empezó porque el pibe arrancó a tocarse con la cortina abierta y desde mi ventana a veces yo miraba lo que hacía, comenzó con la paja hace algunos meses cuando cumplió 14 parece.

Se me hizo hábito verlo, cuándo había clases yo ya sabía su rutina; llegaba a casa del cole y a eso de las 2 ya estaba en la cama haciéndose una paja, a veces se dejaba el pantalón y otras en bolas. O sino a la noche siempre miraba porno en la PC, a veces hasta las 3 de la mañana.

Ya sabía que a las 2 de la tarde si me asomaba seguro iba a poder ver «el espectáculo», la mayoría de las veces estaba en su cama en bolas masajeándose la chota y duraba media hora más o menos, pero a veces se hacía pajas muy largas.

A veces si me tocaba mirando, pero la mayoría de las veces miraba embobada, más cuando el pendejo se la hacía en bolas o con la ropa del colegio. Yo también me preguntaba: ¿por qué tardaba tanto?; hasta que vi que a veces frenaba, capaz para disfrutar más. A mí me daba lo mismo, mientras más largo el espectáculo mejor, ya llegaba un punto donde estaba todo traspirado ahí en la cama.

Si no me tocaba durante el show hot que me ofrecia Juancito, era después si o si mi masturbación y me fuí memorizando los horarios de sus pajas. Algunos días eran por la mañana o seguro a la tarde o a la noche. Otras veces la madre se iba y yo desde la ventana veía como apenas la mamá salía, el pibe se metía a la pieza y se iba sacando el pantalón para aprovechar que se había quedado solito, como se nota que los pendejos de esa edad «aman la paja».

No sé por qué me dió mucha calentura verlo y empecé a pensar en hacerle petes, más a esa edad que tiene la leche nueva y está re pajero (alzado todo el día, literal).

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Empecé haciéndole la cabeza por mensajes y cayó fácil, me aseguré de ser muy degenerada; así se volvía loco por mí y fue funcionando bastante bien. A mi sobrino le digo «Nene» o «Pendejo» para cumplir mi rol de «Tía petera» y hacerle la cabeza.

Le hablé de temas sexuales, protección, y después pasé a petes y le pregunté si ya había hecho «cosas». Me dijo que no y que le gustaría, entonces yo le seguí el juego y le conté que se notaba porque lo veía siempre pajeandose. Y eso llevó a la propuesta, le empecé a decir que a su edad necesita a alguien que le saque la leche, hablé mucho de su chota y que sus bolas necesitaban largar leche y con esas cosas se puso loco. Fui de a poco y cuando me empezó a mandar fotos y videos ya sabía que lo tenía re agarrado, yo le mandaba mensajes morbosos a cualquier hora del día y el respondía a los 3 segundos re alzado. Al final le mandé:

«¿Querés que esta noche la tía te tire la goma?» Aceptó de una.
En el primer pete entré y le dije:
«Hola» con mi mejor cara de petera, y el pendejo estaba acostado con la chota al palo.
«Mmm…..»
No me saque nada de ropa, pero fui gateando como puta hasta su cama y fui yo la que le sacó lo de abajo.

Al principio jugué un poco, le baje la piel de la cabecita y le pase la lengua, después le chupe los huevos y ahí ya se relajó y abrió las piernas. Y entonces empecé a hacerle un pete lento concentrándome en la cabeza de la chota. Cada tanto bajaba a chupar los huevos y miraba como disfrutaba.

Al final me dijo que iba a acabar y yo seguí como si nada, y ahí empezó a largar toda la leche que me fui tragando a medida que salía y yo seguía cabeceando despacio. Todavía me acuerdo de su cara de placer y la leche que tiene un sabor distinto, capaz por su edad.

Cuando se la chupé por primera vez esa noche, no hice nada más en su habitación, me toque después en mi casa con el sabor de la leche en la boca y la calentura por todo lo que había pasado. A veces me gusta mantener la leche en la boca un rato largo.
Capaz es verdad que por no poder quedar embarazada estoy muy hot y necesito cantidad de leche, así que las bolas de mi sobrino van a tener que laburar un poco más.

Siempre larga un montón de leche el pendejo, pero depende de la duración del pete y si estoy un día sin ir al día siguiente está cargado de leche. ¿No sé si seguirá haciéndose la paja o prefiere guardar la leche para los petes nocturnos? Seguro así lo disfruta más o capaz toda esta situación le come la cabeza y sigue con la paja cuando no estoy. Yo creo que hay que aprovechar que el nene está en su pubertad desarrollando las bolas.

Una vez le dije:

Más vale que no te pajees, que la leche te la voy a sacar yo como si fueras una vaca y tus bolas las ubres. Intuyo que le gustó la idea……jajajaja.

Si ese adolescente no larga la leche le puede hacer mal a sus bolas, yo solo estoy ayudando tragándomela directo del pico, total se iba a desperdiciar.

Pobres bolas apenas hacen un poquito de leche llega la tía a succionarla. Mi parte favorita es: avanzada la madrugada cuando el pete ya lleva 20 minutos y el nene empieza a largar ese fluido rico antes de acabar, preseminal, si mal no recuerdo. Ahí me gusta ir más despacio y ver como goza. Solo le ayudo a esa chota de 14 años a crecer sana.

Mi marido sigue sin sospechar siquiera, y anoche se durmió como un tronco asi que me quedé un rato largo complaciendo la pija del nene (deslechándolo bien).

Mi marido la verdad me da igual ya, y cuando se duerme no despierta aunque lo golpees así que puedo portarme mal con libertad.

Lo que me importa más es Valeria, pero una vez que estoy en la pieza de mi sobrinito cierro la puerta y ya está. Valeria es muy conservadora, es mejor que no sepa que ordeño al nene.

Sería un lindo giro que Valeria en secreto espíe mientras le chupo la pija al hijo, pero no creo. Se escuchan sus ronquidos.

Sería una situación un poco morbosa, pero más morbo me da escuchar sus ronquidos mezclándose con los gemidos de su hijo. No sería buena idea contarle, como comenté es muy conservadora.

Y si las madres están tan pendientes de las pajas de sus hijos capaz notó un cambio; ya que desde hace días toda la leche que producen las bolas del pendejo va a mi estómago (ya no encontrará ni verá más sábanas, ni ropa interior del pendejo manchadas de semen)