La vida de Artemis
Breve relato de mis experiencias.
Hola, soy Artemis. Una chica de México, actualmente tengo 25 años y estoy en mi último año de universidad. A continuación les contaré sobre mis experiencias, como empecé a descubrir mi sexualidad a muy temprana edad y como se fue desarrollando hasta hoy.
Tengo 4 hermanos mayores, actualmente vivo con uno pues estudiamos en el mismo lugar, nos llevamos muy bien y también prácticamos el incesto, no seré hipócrita, la verdad es que me considero una chica ninfómana, y todo empezó a mis 4 años. A esa edad, no sé cómo, comencé a sexualizarme, recuerdo que en las noches, cuando estaba en cama imaginaba historias donde yo tenía un novio que me tocaba, me bajaba mi pijama y comenzaba a tocarme, mis nalgas, pecho y piernas y en mi mente imaginaba diálogos, nunca pasó por mi mente que mis hermanos se dieran cuenta, los cuatro dormíamos en la misma habitación, una litera y un sofá cama eran nuestro lugar de descanso, en el sofá cama mi hermano más grande, en la litera superior el segundo y la litera inferior la compartía con mi hermano más chico; como dije nunca imaginé que ellos se dieran cuenta de lo que hacia bajo las sábanas, así que tonta e ingenua hacia de mi lo que se me antojaba. En una ocasión, mientras mi mente imaginaba cosas, yo me desnudaba bajo las cobijas, ahí estaba yo, sobando mi pechito, cuando de repente mi hermano que dormía arriba, jalo las cobijas.
-Niña sucia ¿Que estás haciendo? ¿Porque estás desnuda?
No supe que contestarle, solo voltee a mi derecha y Vi a mi hermano mayor mirándome, no dejaba de mirar mi vulva y en ese momento conocí el pudor. Esa noche no pasa nada mas, pero me hice conciente de que lo que hacia no era bueno, aunque tampoco malo.
A los 6 años, comencé a hacer otras cosas, tocarme cuando estaba sola, y a veces grabarme en el baño, poses demasiado obscenas y que francamente serían dignas de una puta con años de carrera. Recuerdo que me excitaba muchísimo grabandome en cuatro y abriendo mis nalguitas, amagaba con penetrar mi pequeño ano con mis dedos y sobaba mi clítoris, daba pequeños gemidos y hasta ahí, veía mis videos y comenzaba a tocarme imaginando que alguien los veía, no se porque, aunque me gustaba hacerlo nunca me sentí en la necesidad de que alguien los viera o de ser observada, solo lo hacía para auto complacerme, así seguí por unos años hasta que llegue a sexto de primaria, cómo a los doce años comencé a desarrollarme, mis hormonas despertaron y entonces fue cuando empecé a sentir la necesidad de que alguien me viera, de alguien con quién compartir mi sexualidad. A esa edad, todos comenzamos a vivir las primeras calenturas, a veces antes, o a veces despues, yo quedé en el medio, recuerdo que mis compañeros hacían competencias para medirse los penes, algunos ya habían emplumado y otros… Ya saben. Je. Cuando me daba cuenta, hacia lo posible por mirarlos, sin que se dieran cuenta claro, pero me gustan y me emociona mucho, terminaba mojada tan solo con verlos, apenas llegaba a mi casa, me encerraba en el baño, me bajaba los calzones y comenzaba a sobar mi clítoris como loca, amaba esa sensación, no me tomaba mucho tiempo apenas unos 5 minutos y ya me venía. Llegó el fin de cursos y no pasó más, hasta que entre a la secundaria, ahí probé por primera vez el pene, de un maestro… Si amigos, me desfloro un profesor, era el profe de historia, del que yo estaba enamorada, así que fue un sueño hecho realidad, trece añitos tenía y mi profe, un cincuentón guapísimo me desfloro en el asiento de su auto, no hubo glamour, ni magia, ni nada de eso, solo una cogida incómoda pero muy satisfactoria, y que se repitió en muchas ocasiones. Después de eso, comencé a ser más activa, en esos años cierta red social era muy permisiva y tenía muchísimos grupos de packs, a mí me calentaba la idea de que algún día mis fotos aparecieran por ahí, así que comencé a mandar mi pack a algunos chicos, cuando me gustaban hacíamos videollamada y yo esperaba que alguno las grabará y las subiera,con algún título típico de esos años, tipo «colegiala pendeja se masturba» o «morrita cachon videollamada» nunca pasó, pero muchos chicos tuvieron oportunidad de verme todo, y cuando digo todo, es todo.
Cumplí 15 años, y en mi fiesta me perdí un rato, estaba con un mi hermano y un amigo suyo, ambos viendo lo que había debajo de mi vestido, me tiendo sus dedos en mi vagina y mordiendo mis pezones erizados por lo caliente de la situación.
Entre a estudiar al CCH oriente, ahí fue mi acabose, mientras mis papás pensaban que yo iba a estudiar, en realidad estaba montada en la verga de algún profesor, porro, amigo o dealer, fue mi época más loca, afortunadamente no termine enferma ni embarazada, aunque créanme cuando les digo que oportunidades no faltaron, en mi último año en el CCH, me enamore perdidamente de un wey, ya saben el típico sin futuro, que le gusta el fútbol y que es un bueno para nada, con el mi vida sexual tuvo un aumento increíble, orgías, swinger, gang bang, cuckold, voyeur, exhibicionismo y esas cosas, afortunadamente corregí a tiempo, y pude regresar al buen camino, terminar la escuela y ponerme a trabajar, porque si amigos, en lugar de ir a la universidad, me puse trabajar.
Comencé en la central de abastos, en una bodega de chiles… En ambos sentidos. Ahí andaba Artemis, encima de los costales, desnuda y siendo rudamente follada por uno que otro diablero que estaba buenísimo, a veces por mi jefe y otras por algún cliente que con tal de que me compraran más, les tenía que dar las nalga.
En todo ese tiempo, también entre al incesto, en un principio con mi hermano menor, a quien llamaremos Jahir, Jahir es un amor de hombre, no es muy guapo pero me encanta, en el sexo es alguien muy tierno y creo que por eso fue el primero con quién me acosté, una vida de frenesí sexual en la calle, y de amor y ternura en casa.
Luego fue con mi hermano más grande, a quien nombraremos Pepino, por obvias razones, Pepino es una máquina, todo lo contrario a Jahir, es un macho mexicano, llega me desnuda, me penetra, se viene y se duerme. Y luego está mi otro hermano, a quien nombraremos Hugo, el es más bien del tipo voyeur, es muy buen amante, pero prefiere verme con sus amigos, más cuando son tres, cuatro o hasta cinco. Quizás luego les cuente sobre ellos.
Después de trabajar en la central de abastos, me fui a una ferretería, ahí conocí a varios chicos, y si bien varios estuvieron dentro de mi, nunca hubo uno que destacará, aunque eso sí, los tríos nunca faltaron.
Y así llegamos a mis años de universidad, por diversos motivos, termine estudiando en Naucalpan, es una FES, y por la distancia entre mi casa y está escuela lo mejor fue quedarme a vivir ahí, rentar un cuarto que se convirtió en hotel de paso de mis parejas, y templo del placer para mis roomies, maestros y hermanos.
Ya después, si quieren les contaré todas estas experiencias, pero háganmelo saber, así podré tomar algo de mi tiempo y escribirles estás historias, dejen sus comentarios porfi.
Artemis.
Hola , me encanta tu relatos, también tuve mis buenas sesiones de sexo incestuoso, podemos conversar?
Ufff, así de putita deberías de pensar en ser mamá,