La vida de putita de Karla
Karla nos cuenta como aprendió a ser una putita.
Mi nombre es Karla, actualmente tengo 38 años, soy chaparrita mido 1.55 tengo mi cuerpo curveado mis piernas torneadas unas nalgas firmes y gordas por tanto montar verga y unos senos pequeños pero deliciosamente mamables según lo que me han dicho los más de 10 afortunados que han estado prendidos de ellos, mis pezones son gorditos y puntiagudos pero necesitan unas buenas mamadas para crecer no soy morena pero tampoco güera más bien trigueña mis labios son carnosos y suaves . No sé en qué momento me convertí en la puta que soy hoy, solo sé que me encanta la verga en todas las partes y formas de mi cuerpo. He tenido una gran variedad de miembros ante mi, desde los pequeños y delgados hasta los verdaderamente monstruos que no he creído que pudieran enterarme en mi panocha de putita, Desde pequeña tuve experiencias sexuales con un tío mucho mayor que yo, me llevaba a su cuarto y me decía que íbamos a jugar a la comidita y que yo tenia que probar lo que había preparado, se sacaba su verga del pantalón ya estaba un poco dura, su tamaño para una pequeña como yo era demasiado no sé si eras 12 o 14 CM pero era gruesa y cabezona de color moreno, él me acercaba mi cabeza con sus manos en mi nuca a ella hasta ponerla en mis labios, me la frotaba por un momento hasta lograr que abriera la boca, la primera vez me negue pero él me sujeto por la cintura me cargó por el aire y me dijo tu vas a ser mi puta te guste o no, así que mejor empieza a disfrutarlo, al principio se me hacía raro tener eso en la boca, su olor, su textura su sabor pero después de varias ocasiones, quizá fueron más de 5 le empecé a tomar gusto y sentía como una punzada entre mis piernas, obvio yo no sabia que eso era excitarse y mucho menos que la humedad en mis calzones era porque mi panocha quería ser penetrada, mi tío nunca me trató de tocar el resto del cuerpo solo se complacía con que le chupara su verga hasta vaciarme su leche caliente en lo profundo de mi boca, la primera vez que sentí su semen espeso y casi grumoso en mi lengua tuve la sensación de vomitar, era un poco salado y un tanto amargo que no podía con su sabor mi tío se dio cuenta al ver mi cara y retiro su verga de mi boca, pero no para que pudiera volver su leche sino para cubrir con sus palmas mi cara y obligarme a tragarmelo o ahogarme con el, creo que desde ahí comencé sin saber o sin querer a ser una puta .. y con el tiempo lo fui siendo más, no me avergüenza todo lo que he hecho al contrario me encanta recordarlo pero esa es otra historia y si quieren seguir escuchando las comenten mi relato porfas!
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