Las Perversiones del Abuelo vol. 1
El abuelo los vino a cuidar por unas semanas y llevará a sus nietos por una espiral de abusos y sexo..
Buenas estimado lector: este relato lo escribí hace mucho tiempo. Si ya lo has leído en este sitio anteriormente, bueno, no diré que me lo hayan publicado sin mi permiso pero… si, ya que nunca lo he subido aquí, sin más.
¿Que clase de padres tengo?…eso me he preguntado estos últimos 8 días. Tiempo que mi abuelo Carlos ha vivido con nosotros. El tiene 70 años de cabello cano, robusto, de voz ronca y severa que, contrarresta con una sonrisa calida que esboza cada vez que habla.
Sin embargo, a mi, nunca me inspiro confianza, incluso algo de temor me provocaba cada vez que le visitábamos en su casa.
Ahora lo tengo aquí, gracias a mi querido padre que, sin consideración alguna acepto una comisión de su compañía para viajar a Shangai por 7 meses y claro, como era de esperarse, se fue únicamente con mi madre y nos dejó aquí con la excusa de; no tenemos que perder días de clases o reprobaríamos el año. Así con 13 años acabados de cumplir debo como hermano mayor, cuidar de mis hermanitas; Sofía de 9 años y Montserrat de 7 años.
No todo ha sido malo en estos últimos días, verán, mi abuelo solo hace dos cosas: Ver televisión y jugar cartas con sus amigos en nuestra sala 3 veces por semana, lo que, para un guarillas como yo, le genera mucho tiempo a solas para hacer lo que más me gusta, ver porno por Internet.
Estaba tan obsesionado con eso que nada mas llegar del colegio me encerraba en mi habitación a verlo y hacerme las pajas de rigor.
Llevaba estos 8 días practicando mi rutina de porno y paja sin inconveniente hasta que, cometí el peor error de todos, olvide asegurar la puerta de mi dormitorio antes de hacer las guarradas que más me gustan.
Alucinado viendo como un tío taladraba salvajemente a una chica y como esta bramaba ferozmente en cada embiste no me percate que, mi hermanita había entrado cual gacela sigilosa al cuarto plantándose tras de mi, contemplando con ojos como plato las imágenes proyectadas en la pantalla.
– Waaaaa parece que la estuviera matando- dijo Sofía con voz entrecortada, me
quede como de piedra no sabia que hacer, o que decirle a la niña delgada de piel clara y cabello castaño. Mi hermanita me pillo viendo porno, creerá que soy un pervertido y tendría toda la razón, los segundos pasaban y sentía que me daba un infarto. Aun no se con que fuerzas logré articular palabra.
– Que estas haciendo aquí a esta hora? no tendrías que estar dormida – le dije en voz baja pero firme
– Montse esta dormida. El abuelo esta preparando Cola Cao y me envió a ver si querías – respondió sin apartar la vista del ordenador – ¿ellos que están haciendo? –
– están jugando a cosas de mayores, tu no tienes que verlo, mejor vete a tu cuarto-respondí con una autoridad declinante
– no, hasta que me digas que juego es ese –
– te dije, a cosas de mayores, ya puedes irte – continuaba hablando en voz baja, no quería que el abuelo me pillase también.
– No quiero, puedo seguir viendo el video contigo – exclamo Sofía aumentando el tono de voz
– Si, esta bien pero quédate calladita ¿quieres? – dije con el corazón en la mano, intentando que bájese el volumen de su voz.
– Chicos van a querer Cola…pero que coños están viendo? – grito en abuelo de pie en el umbral de la puerta, lo que más temía se volvió realidad.
Dando un salto mi hermana y yo nos volteamos tratando de pensar una excusa adecuada para salir del paso, fue ahí donde vi sus ojos llenos de un sadismo reprimido por mucho tiempo, pensé que, en esa fracción de segundo fraguo un plan para nosotros o tal vez ya lo tenía y le di la oportunidad de llevarlo a cabo.
– No se asusten chicos, que no le diré nada a sus padres. Siempre que me dejen ver la peli con ustedes – dijo acercando una silla al escritorio, se sentó acomodándose a mi lado y dando golpecitos en sus piernas dijo – ven Sofía siéntate en la falda de tu abuelo.
La niña ingenuamente se sentó sobre él y seguimos viendo el video por unos 10 o 15 minutos más, hasta que, el abuelo hábilmente tomo el control del ordenador poniendo videos de sitios que ni conocía, se notaba que tenia más experiencia que yo en el porno de Internet, pues al comenzar su juego coloco un video de un chico besando apasionadamente a una chica con unas enormes tetas al aire. Disimulado puso su mano derecha sobre el muslo desnudo de mi hermana y lo fue deslizando arriba y abajo, por debajo de su falda, el abuelo girando la cabeza y guiñándome un ojo dijo
– dime cariño le has dado un beso así a algún chico?-
– no – respondió Sofía
– pero, sabes como hacerlo?-
– dar besos con saliva? No, no se como se hace –
– quieres que te enseñe? –pregunto el abuelo mientras continuaba sobando la pierna de la niña, acercándose cada vez más a su lugar secreto – es fácil lo único que tienes que hacer es abrir la boca y sacar la punta de tu lengüita-
no podía creer lo que veía, Sofía abre la boca y mi abuelo, aprovechando la situación sostuvo la nuca de mi hermana con su mano izquierda y comenzó a comerle la boca lascivamente dando sonoros chupetones a la lengua de la niña, el morbo me tenía alucinado, sabia que el viejo maldito quería abusar de Sofía pero, me encontraba tan excitado por la escena que mi mente estaba completamente nublada por la lujuria que, aumentaba cada vez que jadeando Sofía tragaba aire, oportunidad que el abuelo aprovechaba para meterle la lengua hasta la garganta.
– lo hiciste muy bien para tu primera vez, te gusto?, es rico ¿verdad? – preguntó el viejo alejándose, quedando ambos unidos por un hilillo viscoso de baba
– si, me gustó mucho- dijo mi hermana recobrando el aliento
– te gustaría que hiciéramos eso también?- pregunto mi abuelo indicando la
pantalla, en ella salía el mismo chico dándole a la chica ahora totalmente desnuda una comida de coño de campeonato, el viejo degenerado sabia muy bien cuando dejar de besarla para hacerle ver esas imágenes instándole a hacer lo mismo con ella.
– no sé –
– dale, se siente como un calorcito y unas cosquillas ricas, ¿no es cierto Rafa? –
el viejo canalla quería usarme para convencer a mi hermana. No se que hacer, por un lado ese viejo asqueroso esta abusando de Sofía y por el otro quiero que lo haga, podría apreciar en vivo y en directo lo que me gusta ver en el ordenador
– si, da un gustito en la tripa- soy un desgraciado
– ves…bájate la falda, las bragas y súbete a la cama quieres cariño-
la niña obedece como poseída, después de comerle la boca tiene que estar tan caliente como yo pensé, Sofía llevaba una blusa roja y una falda gris hasta la rodilla que se quitó soltando el seguro, estas se le cayeron hasta los tobillos seguidas muy de cerca por las bragas blancas con una notoria mancha de humedad, el abuelo sonrió maliciosamente acercándoseme.
– sabes Rafa, desde que tengo tu edad me atraen los culos jóvenes de una forma que me es imposible resistir, recuerdo que tenia unos 17 años la primera que vez rompí uno, era la hija de una vecina y mi mamá la cuidaba cuando la mujer tenia que trabajar. La niña tendría unos 5 años y me la pase por la piedra muchas veces. Ahora gracias a ti, le romperé el culo a tu hermana esta noche – me susurro el
viejo degenerado al oído, mientras veía como Sofía se acostaba en la cama.
Me quede petrificado por lo que escuche, quería levantarme, tomar el teléfono, llamar a mis padres y contarles que mi abuelo Carlos quería violar a mi hermana pero, nuevamente el morbo me congelo.
El viejo se levanto de la silla muy despacio y quitándose la camisa se acerco a la cama hincándose frente a la niña, la arrastro al borde de ella y colocando las piernitas sobre sus hombros, hundió su cara en el coño virginal de mi hermana, su lengua revoloteaba rítmicamente desde el borde de su sonrosado agujero, hasta el botoncillo de placer procurando mayor atención en ese punto, sin pensarlo me desabroche el pantalón liberando mi durísima polla, comenzado a masturbarme lentamente, quería durar lo más posible mientras escuchaba a Sofía gemir más y más fuerte.
Se notaba que mi abuelo tenía habilidad en comer coños pues no pasaron ni 5 minutos cuando mi hermana se corrió dando un ruidoso chillido, recibió su primer orgasmo por parte del degenerado del abuelo, este de entre las piernas sacó la cara llena del juguito de Sofía y mirándome satisfecho, mientras yo, al mismo tiempo me masturbaba descaradamente frente a ellos.
– date vuelta corazón, tengo ganas de comerte ese culo tuyo –
Sofía agotadísima se volteo lentamente dejando su culito al borde de la cama con las piernas colgando, el viejo con las dos manos le abrió las nalgas dejando descubierto el anito y el coñito que eran muy chiquito, y sin cortarse lo más mínimo mete su cara entre medio de ese culo, dándole lamidas a toda su raja sacándole muchos gemidos de placer,
Dejándolo reluciente de saliva y bien lubricado. Al darse cuenta que ya estaba lista, se levanto, soltándose los botones termino por bajarse los pantalones y los calzoncillos dejando al descubierto una tranca gruesa y venosa de unos 20 centímetros dura como el acero.
– aquí viene corazón, relájate y no aprietes el ano ¿entiendes muñequita? – dice
hincándose otra vez. En mi ángulo puedo ver perfectamente cuando el viejo sitúo su polla en la entrada del culo de mi hermana, yo estaba a punto de correrme cuando escuché el alarido brutal de mi hermana al notar como la verga dura le perforaba hasta lo más profundo de sus entrañas. Asustado miré al viejo quien, con las manos clavadas en sus caderas presionaba el cipote contra el ojete de Sofía que ya se había tragado el glande.
– abuelo, me haces daño, por favor detente que me duele mucho – dicho esto Sofía intenta forcejear para soltarse pero, mi abuelo la tiene bien sujeta.
– Tranquila preciosa, no te muevas, relájate o te dolerá mas –
Continuando con la lenta y constante presión, forzando lo más posible su pequeño esfínter. La niña lloraba y gritaba cada vez más fuerte del terror y dolor que sentía, pero el cabrón no tomaba en cuenta las suplicas de su nieta, estaba decidido a fallársela.
Con un fuerte movimiento de cadera su polla desapareció por completo dentro del culito hasta ahora virginal. Mi hermana dio un grito desgarrador y cayo hundiendo su cara en la cama, mi abuelo se mantuvo quieto por unos minutos para luego comenzar un suave bombeo, dentro, fuera, dentro, fuera, Sofía a penas daba unos extenuantes gemidos de dolor. La visión de la polla del viejo dentro de las nalgas de mi hermana era tan excitante que comencé a masturbarme nuevamente.
-ya debes tener tu ojete acostumbrado al grosor de mi polla, así que, ahora va enserio- dicho esto, el viejo subió una pierna a la cama para mantener el equilibrio y empujar con más fuerza. Empezó un enviste endemoniado provocándole un dolor punzante en el culo dando escalofriantes gritos de dolor, las gotas de sudor bajaban por su frente mezclándose con las lagrimas que emanan a raudal, sus manos encrispadas se aferraban a la ropa de cama intentando escaparse de la terrible sodomizada, el sádico cabrón continuaba con el violento mete y saca, las penetraciones eran cada vez mas profundas llegando a golpearse los cojones contra el coñito de Sofía, haciendo que el sonido de sus huevos retumbe en mi habitación.
Luego de unos minutos la niña ya no gritaba ni forcejeaba, solo con la boca abierta y la cara desencajada se dejaba hacer en las manos del sádico abuelo que continuaba su frenético bombeo como queriendo reventarla.
Estuvo mas de media hora cabalgando a mi hermana cuando dando un bramido vació sus cojones en las entrañas de Sofía, socó su polla ya flácida con manchas de sangre comprobando que, le había desgarrado el agujerito, dándole una sonora nalgada el viejo me mira y dice:
– Rafa termina con eso, esta noche dormirás en el cuarto de tus padres, yo dormiré aquí con Sofía, como es la primera vez que le petan el culo esta muy cansada y no quiero moverla-
– Si abuelo lo entiendo – dije parándome de la silla cabreado, aún no había alcanzado mi tan preciado orgasmo y subiéndome el pantalón caminé hacia la puerta sin apartar la vista del trasero de mi hermana.
– Espera – dijo mi abuelo, descubriendo las sabanas y cargando a Sofía en volandas la colocó entre ellas, dejando apuntado su trasero desnudo directo a mi – mira como quedó – continuó. Separando las nalgas con sus manos, su pequeño orificio rosa ahora se encontraba destrozado, dilatadísimo y rojo por el salvaje folleteo, algo de leche e hilillos de sangre se escurrían por los glúteos. Le di las buenas noches y antes de cerrar la puerta, vi al abuelo acostándose junto a Sofía abrasándola por detrás.
– buenas noches – respondió.
Esa noche me masturbe 3 veces recordando la dolorosa enculada que recibió mi hermana de 9 años, agotado me dormí profundamente. Al otro día desperté muy temprano, culpa de la luz que se filtraba por la ventana, me levante, Salí del dormitorio de mis padres y camine por el pasillo. Siguiendo un misterioso rechinar que me llevo directo a mi cuarto. Conforme me iba acercando por el pasillo, los sonidos eran cada vez más intensos. Apoyado en el marco abrí despacio la puerta. Lo que allí vi me sorprendió.
El viejo pervertido nuevamente se follaba a mi hermana, esta vez con todo su cuerpo cubriendo a la niña, la tenía doblada aguantándole los tobillos sobre sus hombros mientras le daba por el culo. Sofía completamente desnuda sollozaba y gemía, su cara se encontraba roja por el esfuerzo de soportar las embestidas, cubierta de lágrimas secas demostrando que lloró durante la noche.
– por favor abuelo ya no más, me duele, me duele mucho el culito, déjame tranquila por favor abuelito para ya – susurraba ella casi sin aliento.
– Silencio putita mía, que no la estamos pasando bien? – decía el viejo que no tenia lastima alguna y seguía bombeando con un ímpetu descomunal
– Rafa venga entra…no sabes como me pone tu hermana – dijo sin dejar de follarla.
El cabrón me había descubierto y como sabía que me ponía eso, me invito a pasar, flexionando los brazos se levantó unos centímetros dejándome ver los pequeños botoncillos coronados por manchitas rosas en forma de pezones que, tenía mi hermana por tetas pero, tras agudizar la vista. No podía creer lo que veía.
Marcas de dientes, varias y repetidas por todo el contorno de sus senos sin desarrollar, el muy cabrón no solo la sodomizó si no que le mordió repetidamente sus pequeñas tetas.
– tiene un culito tan dulce que no puedo parar de follárselo, esta ya es la quinta vez – me dijo
La quinta vez!!! Imaginar que el desgraciado se la follo toda la noche, hizo que se me endureciera la polla otra vez, deseaba sacarla y cascarmela ahí mismo pero, no quería demostrarle que era tan salido como el. Sofía se dio cuenta de mi presencia, me miró con ojitos vidriosos llenos de lágrimas.
– Rafa, hermanito ayúdame, dile al abuelito que, lo que me hace no me gusta, me arde y duele muchísimo- dijo chillándome del dolor
Yo no la mire, me di la vuelta y Salí del dormitorio con dirección a la cocina.
El crujir de mi cama se incrementó con un mayor frenesí al igual que los lamentos y suplicas de Sofía, parecía que mi abuelo pretendía que escuchara como le destrozaba el culo a mi hermana y así fue por más de una hora, no podía concebir el aguante descomunal que tenia el viejo, se la folló toda la noche y aún tenia energía para seguir haciéndolo, empalmado me deslice al dormitorio de Montse, rogaba que no hubiese oído nada y al abrir la puerta lo confirme, la pequeña estaba completamente dormida. Afortunadamente ni los alaridos, ni el rechinar de la cama la despertó.
De un momento a otro todo sonido cesó y luego de uno minutos la puerta se abrió y salio mi abuelo, vistiendo una camisa abierta dejando al aire una polla morcilloza cubierta de lefa.
– no andes así por casa, podría verte Montse o que, pretendes follartela también? – no sé por que dije eso, pero en mi cabeza daban vuelta muchas ideas
– tal vez – respondió mi abuelo
– anda a ver a tu hermana y échale esta pomada en el ojete para que se le quite el dolor, voy a ducharme mientras- dijo el viejo dándome el tubo del medicamento
Corrí a mi cuarto, al entrar contemple a mi hermana boca bajo llorando desconsolada
– tranquila Sofía te pondré esta crema y se te quitara el dolor – le dije abriéndole
las nalgas, su agujerito rosadito se encontraba de un color rojo brillante cubierto por lefá y restos de sangre. Tome sus bragas que aun se encontraban donde mismo quedaron la noche anterior y con ellas le limpie la leche que escurría de su reventado orificio. Después de dejarlo lo más limpio que pude, le unte el medicamento metiéndole todo el dedo anular dentro de su dilatado ano, entró con tanta facilidad que comencé a calentarme con la idea de metérsela yo al igual que mi abuelo y follarmela a conciencia,
entonces todo se aclaro en mi mente, soy tan depravado como el viejo degenerado ese y si quiere abrirle el culo a Montse, pues le ayudare a follarse a mi hermanita de 7 años.
L.p.d.a-2/1
a determinación de aquellas palabras terminó por extinguir la poca fuerza de voluntad que me quedaba.
Me sentía cual marioneta demencial la que, jalándole los hilos era arrastrada a los recovecos más oscuros de mi propia mente. Dejando así aflorar profanos deseos de lujuria.
– por que me hizo esto? – pregunto Sofía sacándome de mis pensamientos
– lo que el abuelo hizo fue convertirte en mujer, ahora le perteneces y podrá hacer contigo lo que él quiera ¿entiendes eso?. por eso tienes que descansar ya que, es muy posible que él vuelva esta noche a jugar con tu culo – dije embozando una sonrisa maliciosa
Sofía no respondió solo se arropo en la cama y cerro los ojos. Sabia que el viejo deseaba follarle el culo nuevamente pero, eso estaba lejos de mis planes, mis intenciones era entregarle otro agujerito virgen que profanar. Por lo que corrí a la habitación de Montserrat calculando el tiempo exacto que el viejo tardaría en la ducha.
Entré a su cuarto y la desperté remeciéndola suavemente, la niña girándose en la cama, se incorporó somnolienta.
– que pasa?- dijo tallándose los ojos
– levántate perezosa, es hora del desayuno y tu aún aquí –
– espera que me ponga ropa – replicó sentándose en la cama entre bostezos
Montse en verano acostumbraba dormir solo con calzoncitos, yo sabia, la había mirado así antes pero, ahora la veía, mi plan marchaba mejor de lo esperado.
La levante casi a rastras y la encamine por el pasillo, en el momento exacto en que mi abuelo salía del baño, tal y como entro, llevaba la misma camisa abierta con su polla balanceándose al caminar, mi hermana quedo prendada al pene morcillozo del viejo y este con cara de sorpresa, me lanzó una mirada de interrogación pero, luego de ver mi sonrisa perversa, rápidamente cambió su semblante al darse cuenta mis intenciones y en confabulación casi telepática se agachó a acariciar la mejilla de la niña,
– linda, aún tienes cara de sueño, voy a prepararte un buen desayuno para que te despereces – dijo encaminándose a la cocina medio en pelotas sin cortarse un milímetro.
Mi hermana entre asustada y consternada siguió al abuelo mirándole en todo momento el culo desnudo del viejo y yo tras ellos riéndome a carcajadas en silencio.
Los minutos pasaron y mi abuelo casi terminaba de preparar el desayuno.
– Montse cariño, por que no terminas de poner la mesa, Rafa y yo veremos si Sofía quiere desayunar – dijo mi abuelo haciéndome señas con la cabeza.
– Si, claro – respondió
Nos dirigimos a mi dormitorio siendo el viejo el primero en atravesar la puerta, allí me encontré a Sofía, sobre la cama, boca abajo, totalmente desnuda y profundamente dormida, mi abuelo se sentó en la cama, cerca de sus piernas sonajeándole las nalgas suavemente, intentando abrirle los glúteos.
Sofía se movió pesadamente sin posibilidades de despertar, el viejo separó sus nalgas dejando al descubierto su agujerito,
– ven acércate – me ordeno.
Al hacerlo observé, su orificio cerrado y apetitosamente sonrosado igual a la primera vez que lo vi.
– has hecho un buen trabajo con la crema, ábrele el culo mientras pruebo su resistencia-
y eso hice, con mis manos separé sus nalgas al tiempo que el viejo chupándose el dedo índice se lo metió en su orificio de un golpe, mi hermana se estremeció al notarse invadida nuevamente sus entrañas pero, no despertó
– está algo más dilatado que la última vez, tranquila preciosa cuando acabe contigo… –
No terminó la frase pero no importaba, al escuchar eso, me recorrió una suerte de temor y excitación por partes iguales.
La mañana del sábado transcurrió con relativa normalidad, si encuentras normal que tú abuelo se siente en el sillón a leer completamente desnudo, para no incomodar la situación distraje a Montse jugando videojuegos gran parte del día solo que, el juego era lo que menos me importaba, estaba prendado de los deliciosos botoncillos rosados del tamaño de canicas que sobresalían de su pecho semiplano, me preguntaba ¿Cómo haría para morderle las diminutas tetitas que posee mi hermana, como lo hizo con las de Sofía la noche anterior?…sin embargo el viejo parecía no estar muy interesado en el culo de Montse, eso era algo que debía arreglar. Por un descuido (intencional) dejé caer gaseosa de mi vaso sobre los calzoncitos naranjos de la niña
– ah, pero que haces – dijo Montse sobresaltada al sentir el liquido helado sobre su trasero
– discúlpame – respondí rápidamente
– ahora tendré que cambiármelos –
– por que no solo te los quitas, ya ves al abuelo – respondí suspicazmente
– pero…- titubeo
– a que no te atreves niñata – sentencie
– no soy niñata – respondió bajándose los calzones naranjos, dejando al descubierto su rajita inmaculada, estaba tan cerrada que, no le entraría una hoja de papel entre sus labios vaginales.
Al fin motivé al viejo quien, por debajo del libro que pretendía leer, no apartaba la vista del pequeño trasero de Montse.
Como a eso de las 6 p.m. Escuché abrirse la puerta de mi dormitorio seguida por la del baño, minutos después aparece Sofía con el cabello mojado y una toalla cubriendo su cintura dejando desnudas su tetas que, aún pálidamente se distingan las mordeduras del viejo que coronaban sus contornos. Alegando que no se sentía muy bien, por lo que se retiraría a su cuarto, mi abuelo corrió a prepararle una merienda para que llevara y ambos se encerraron en la cocina.
Definitivamente quería ver a mi abuelo follarle el culo, que se lo dejara tan abierto como el de Sofía, pero no lograba encontrar la manera de lograrlo. Me licuaba el cerebro pensando en la excusa para que el viejo le ponga las manos en el culo de mi hermanita.
Sin darme cuenta estaba en el baño frente al espejo del botiquín y fue allí donde la epifanía me golpeo la cabeza como el yunque de las caricaturas, medicina, cada vez que Montse come chocolate le da una urticaria insoportable en todo el cuerpo, para aliviarla mamá le coloca un supositorio de no se que, supositorio que tengo frente a mi en el botiquín del baño. Con la idea fija en mi objetivo, regrese a la cocina donde me encontré con Sofía esta vez completamente desnuda, era obligada a caminar con el viejo pegado a su espalda, hundiéndole con furia el dedo profundamente en el maltratado esfínter de la niña, quien con rostro desencajado daba pasos corto y temblorosos.
– eso putita mía, de a poco iré ablandando ese culo tan sabroso tuyo – dijo mi
abuelo al oído de mi hermana, de esa forma la dirigió a su cuarto y luego de cobijarla en la cama sin sacarle el dedo en ningún momento, le dio un tierno beso en la mejilla y ambos nos retiramos el viejo se dirigió al salón donde Montse continuaba jugando sin enterarse de nada, yo entre a la cocina , tomé un trozo de chocolate ocultándolo dentro de una magdalena de crema lo mejor posible, luego se lo di a mi hermana, esta se lo comió sin prestarle atención concentrada en el juego.
A los minutos comenzó con una leve comezón el brazo izquierdo que fue avanzando a la pierna y espalda.
– que tienes? – pregunte haciéndome el tonto
– es la comezón- respondió – necesito medicina-
– voy a buscarle – dije incorporándome raudo
– si pero, mamá no esta…quién me la colocara?-
– pues, el abuelo puede, no es así abuelo?-
– claro, que medicina es? – preguntó el viejo
– es un supositorio – respondí.
El viejo degenerado entendió lo que yo pretendía hacer y embozando una sonrisa lasciva que hasta a mi, me dio escalofríos. Me ordenó que corriera a buscar la medicina, mientras él levantaba a la niña, acomodándole el vientre en el reposa brazos del sillón dejándole las piernas colgando, el culo en pompa y la cara pegada a los cojines,
Cuando regresé al salón el viejo demostrando lo que pensaba hacerle, cubrió con sus nudosas manos las pequeñas y tersas nalgas de pre-adolescente.
– que bien ya llegas, ven ayúdame y ábrele las nalgas – me ordeno el viejo.
Apoyándome en el sillón le abrí los glúteos dejando al descubierto aquel anito sonrosado y delicadamente cerrado.
– como tu mamá te coloca los supositorios, teniendo el ojete tan cerrado? – preguntó mi abuelo acariciando el agujerito, mi hermana se sonrojo y hundió la cara en el cojín
– no logro introducírtelo – dijo el viejo – lo dilatare un poco con el dedo, trata de
relajarte, quieres cariño? – dicho esto, hundió poco a poco el dedo en su ano recién profanado, dejándolo allí largo rato, sosteniéndole las nalgas podía ver como mi hermana apretaba los dientes y tensaba su rostro mientras el viejo iba enterrándole un segundo dedo.
– ah me haces daño abuelo – musitó Montse pegada al cojín
– relájate – dije sosteniendo la mano a mi hermana
El viejo depravado estaba tan zafado que, no espero tranquilizar o calentar a mi hermana y sujetándose la polla empalmada al máximo, le apuntó el glande al agujerito, empezando a hacer presión.
Veía cada detalle de la expresión de dolor en su rostro, esperaba pajearme con ella grabada en mi mente como lo hice con Sofía la noche anterior, y al igual que el viejo, mi cipote se endurecía a cada gemido y suspiro de dolor que salía de la boca de mi hermana. De pronto el grito de Montse me confirmo que el viejo la había penetrado miré para asegurarme, si, él cabrón se la había metido y haciendo presión con su cadera esperaba que su pene entrara más profundo en sus entrañas, mi hermana soltaba fuertes quejidos de dolor. El viejo preparándose para su gran enculada.
– mira como le reviento el culo a tu hermana – dijo mi abuelo cargando todo su peso
en el culo de Montse, esta en un acto reflejo, levantó su pierna derecha acertando un fuerte golpe en los cojones del viejo. Mi abuelo dio un quejido y soltando a la niña se retorció del dolor. Libere los glúteos y lleve mi mano a la boca intentando ocultar las carcajadas que espontáneamente emergían, eso hasta ver los ojos inyectados en sangre del viejo, eso no era dolor, era odio. Se levanto del suelo aparatosamente y dándome bramidos guturales.
– métele el supositorio en el culo y llévala a su cuarto mañana me pagara esta
humillación – berreo el viejo encaminándose al dormitorio de nuestros padres, maldiciendo mientras se sostenía el racimo dolorido con sus manos, levante la medicina del suelo y la introduje en el ojete de mi hermana que lloraba desconsolada.
– por que hiciste eso? – le pregunte a Montse pero no respondió, todo el morbo
había desaparecido y aunque llevaba a mi hermana desnuda con su culo medianamente profanado, no tenia ganas de continuar con el juego, la recosté en su cama y regrese a intentar calmar a mi abuelo pero parado frente a su puerta escuche algo que me helo la sangre. El viejo hablaba con alguien por teléfono, no podía escuchar bien, solo pude concluir que quedó con una persona para mañana y que algo pasaría.
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