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Dominación Mujeres, Fantasías / Parodias, Intercambios / Trios

Las Testigos

Una experiencia espiritual. Relato completamente Ficticio..
Esa mañana estaba venenoso, mi novia me había dejado semanas atrás y no podia apagar la calentura que me había dejado desde la ultima vez que nos vimos, era domingo y estaba sin quehacer después de una fiesta la noche anterior sin haber conseguido nada que llevarme a la cama, estaba apenas viendo que desayunar cuando recibí un mensaje en el celular con solo un «tenemos que hablar, voy para allá» de mi ex que me prendió como cuete de fiesta de pueblo, me considero un playboy aunque soy puro farol (blof), me metí a bañar y cuando apenas salía con mi toalla de galán escucho el timbre en la puerta, abrí sin pensar creyendo que era ella.

 

Cual fue mi sorpresa que frente a mi estaba un par de pastorcitas soldados de la fe, una pareja de testigos, eran una señora de unos 40 y tantos junto a una niña no mayor de 13 años, ambas con sus acostumbrados vestidos largos hasta los talones, cubiertas hasta el cuello y mangas largas, mientras que la mayor traía un vestido oscuro, la pequeña tenia un vestido infantil, de color amarillo muy claro, casi blanco, mas bombacho pero igual la cubría desde la barbilla hasta los talones, hermosa, de cabello rubio rizado, ambas con amplios sombreros de mimbre enormes para cubrir el sol, sumado a una gran sombrilla para el intenso sol de verano. La mayor tenia el pelo recogido tipo «doña Josefa» color negro azabache, su rostro se veía cansado, de frente amplia y grandes pómulos, labios delgados con gafapasta típica de señora y aunque rondaba sus 40s estaba de buen ver, tetas firmes y figura esbelta caderas bien con un culo parado y sin panza, firme la vieja.

 

Yo quedé paralizado, estaba en bata de baño sin nada debajo, me sentía con el corazón en el cielo y los calzones en el suelo, ellas estaban igual de incomodas, la niña con la cara roja y la señora con cara de molestia, muy digna alcanzo a decir:

 

-Venimos a «compartir» con usted, ¿llegamos en mal momento?- Acertó a decir

 

-Perdone, esperaba a alguien…- apenas alcancé a decir, cuando me llegó otro mensaje de mi ex que decía.. «¿sabes que? olvídalo, Vete al diablo!», el mensaje me cayó como balde de agua fría, un gesto de molestia cubrió mi cara y solté un -¡Hija de tu chi…! pero me detuve por estar frente a mis visitas, me tome el cabello y lo estrujé de coraje. -Lo siento..- les dije apenado.

 

-En tiempos de tribulación es buena la compañía y más escuchar lo que venimos a decir- Dijo la dama con aire de autoridad moral, típico en ellos.

 

-¿Sabe que? pásele, esta usted en su casa!- Dije con aire de cinismo, desenfado y despecho, si ya había perdido la mañana ¿que más podría pasar?, solo quería distraerme y olvidar el momento, quería ver si estas pastorcitas podían entretenerme un rato.

 

-¿Gustan algo de tomar? ¿Agüita, un refresco?, ¿una cervecita?, ¿un tequilita?- Mi modo cínico estaba en ON y solo quería patear el avispero

 

-¡Noo como cree! estamos de servicio, no crea usted, nosotros también disfrutamos los momentos a nuestra manera.

 

-Si, estoy seguro, cantando con panderos.. pero, no me va usted a desairar, relájese, que vamos a chupar tranquilos- o ¿a poco la castigan?

 

-No, insisto, esta niña es mi responsabilidad- dice mientras le da una palmada en la espalda a la niña.

 

-Pues la barra esta abierta, si me permite…- tomé una cerveza del refri y la abri frente a ellas, -está dura la calor, pero pásele siéntese- les ofrecí mi sala, los típicos sillones enfrentados.

 

Ellas se sentaron muy pudorosas, apenas en el filo del sillón, notablemente incómodas, eso me agradó ya que usualmente ellos siempre tienen el control de la situación, eso me dio confianza y decidí sentarme frente a ellas a mis anchas y despreocupadamente con mi chelita en mano, con las piernas abiertas apenas con la toalla cubriéndome mis partes nobles.

 

Aunque no les mostré nada ya que la toalla me cubría bien me regocijaba de ponerlas nerviosas, mis piernas son velludas y subiendo hacia mi entrepierna se oscurecía todo, la mayor estiraba el cuello y volteaba hacia otro lado mientras articulaba palabras acomodándose las enormes gafas de santurrona, la niña pelaba los ojos y aunque no veía nada en mi entrepierna no dejaba de clavar la mirada en ella como cuidándose de que no saltara una bestia de entre mis piernas a atacarla.

 

Yo me aguantaba la risa pero trataba de hablar con propiedad. -Y dígame a que debo el gusto de su visita «hermana»-

 

-Es claro que venimos a anunciarle a nueva buena, de que el reino esta cerca y que debemos festejar- dijo con una seguridad y orgullo asombroso

 

-Que bueno, pues hay que festejar no?- separe discretamente un poco mas las piernas y mi trozo cayó de lado con peso, oscuro y con unos tanates peludos acompañaban la escena. La niña pegó un salto involuntario y comenzó a ponerse de todos colores, la mayor se ruborizó igual y trató de guardar la compostura, pero era notorio que comenzaba a respirar mas profundo y ese vestido ajustado comenzaba a incomodarla, pues jalaba del cuello para refrescarse.

 

-Usted parece que solo piensa en fiestas no? Bien lo dice nuestro libro, que «las puertas del infierno están abiertas a los disolutos»- Pareciendo ignorar que mi amigo saludaba desde su trinchera.

 

-Mire, como usted dijo, todos tenemos nuestros modos de festejar, doy otro trago a mi chelita y exclame un «ahhhh» de frescura, el calor era insoportable y ellas comenzaban a sentirlo más, les insistí nuevamente, -ándele, anímese, una no es ninguna, no se preocupe con este calor hace falta- abrí una cerveza y se la di en la mano.

 

-Bueno, gracias- dijo mas a fuerza que de ganas.

 

-No se preocupe, estamos entre hermanos- dije sarcásticamente abriendo una segunda chela.- Salucita!- copeé su cerveza ocasionando que la suya espumeara -¡chúpele, chúpele! no me la desperdicie!- ella reaccionó y le dio un fuerte sorbo a la cerveza espumeándose los labios, tuvo que lamerse la comisura

 

-Ah mire! se ve que sabe chuparla! tan seriecita que se veía- le guiñe el ojo, ella sonrió nerviosa y trataba de guardar la compostura, evitando la mirada de reproche de la niña.

 

-Usted debe pensar que somos una bola de santurrones pero debe saber que nuestra base es reconocer que todos somos pecadores por naturaleza- yo sabia a donde iba, ella trataba de empatizar para después jalarme la rienda a su lado en un momento de debilidad, pero no le iba a dar oportunidad.

 

-Ah entonces usted también peca, no se nota con esa cara piadosita que se carga – le sonreí maliciosamente

 

-Claro que si, así como me ve, puedo tener mi lado oscuro- dijo en un todo con un aire de soberbia.

 

-¿En serio? yo también tengo mi lado muuy oscuro- Le dije mientras me pasaba sutilmente la mano por la entrepierna.

 

-Pues aunque no lo crea, yo no me espanto por cualquier cosa, conozco el pecado-

 

Callé un segundo, me levante y me acerque a ella sentada en el sillón, la tenia a la altura perfecta -¿y…? ¿Conoce el pecado de la carne?- abrí mi bata y mi venudo amigo estaba firme y duro listo para la acción-

 

La niña se espanto y volteo a un lado tapándose los ojos con las manos, La señora solo los cerró con dignidad

 

-Puedo enfrentarme y salir triunfante- abrió los ojos y me miro retadoramente, tomó mi verga con firmeza y con su izquierda apretó la mano de la niña, -mira chiquilla, nosotras tenemos el control…- y puta MAMADA que me pega!, engullo mi verga hasta el fondo chupando esplendorosamente… si respiración era agitada y mamaba fuerte como becerro hambriento, apretaba con fuerza y respirada fuerte castigándome el miembro, la niña miraba con sorpresa y respiraba agitadamente asustada casi al punto de llanto, no sabia si era por mi o porque su senpai se había convertido en un demonio, no paraba de mamar. La tome fuertemente del cabello y le di unos jalones a ver si se calmaba, soltó mi verga bañada en su saliva mientras yo deshacía su peinado.

 

-Eres una sucia- Le dije, -bien que te encanta la ñonga-

 

-Todos somos pecadores…-

 

-Si y tu pecado es el mejor de todos, el de la lujuria… y eso que venias a compartir-

 

-¡Y claro que vamos a compartir! ven Cristal párate- la niña pareció no entender pero obedeció

 

-¿A poco no esta hermosa la niña? hasta parece muñequita, es la mas piadosita de todas, obediente e inocente- decía mientras acariciaba su cabello rizo y rubio de niña- la mirada de la señora se tornaba perversa…

-por eso me la encargan para que aprenda bien conmigo, ¿verdad Cristal?-

 

-Si Pame..- dijo la niña casi como un susurro y con la cabeza baja-

 

-Si es muy hermosa, se ve tiernita- decía mientras le acariciaba los labios con el pulgar y me saboreaba este dulce que me iba a comer

 

-Claro que esta tiernita, mira- Pame (como supongo ahora se llamaba la mayor), desabrocho el vestido de la niña desde la nuca y bajo un cierre que llegaba hasta la espalda baja, tomo el vestido desde el cuello y comenzó a bajarlo, como abriendo un caramelo en celofán descubrió primero el cuello, los hombros y finalmente desnudó el torso de la niña, Cristal temblaba y respiraba como un conejito asustado, sus muñecas seguían atrapadas dentro de esas largas mangas

 

La niña era hermosa, su piel era blanca y rosada, tersa como algodón, con unos pequeños senos apenas floreciendo de pezones rosados como bombones, era una delicia de contemplar.

 

-No tengas miedo- le dije sonriendo -Pame y yo vamos a enseñarte a jugar cositas de grandes- ella trato de sonreir por compromiso, mientras una lagrima bajaba por su chapeada mejilla-

 

-Abre tu boquita mi niña, vas a saborear mi carne- Cristal abrió apenas un poco su boca con inseguridad, unos dientes de conejo se asomaban y eso me puso al 100, puse la punta de mi verga entre sus labios y tome su cabeza empujándola en su boca, fue delicioso como mi verga aspera y negra se perdía dentro de esos labios tiernos y esponjosos, sentía que la desvirgaba, su boca se abría cada vez mas mientras engullía mi trozo, su saliva era miel y su interior esponjoso, mi verga gozaba esa cueva.

 

Pame comenzó a morderla del cuello como una vampira atrás de ella, chupaba su cuello y se pegaba como abrazando a un santo, lamia su espalda como un demonio y la tomada de las caderas para chupar su cintura, se veía como un cuervo disfrutando de una presa, Cristal tenia espasmos mezcla de las cosquillas que le provocaba Pame y los latidos de mi verga en su boca, su cuerpo se torno rosa intenso y sus mejillas enrojecían, su boca se sentía cada vez mas caliente y comenzó a salivar mucho mas, esa miel era un nectar. Su cuerpo comenzó a hundirse en su vestido al hincarse, su torso parecía envuelta en una flor vista desde arriba prendida de mi verga.

 

De pronto sentí unas manos en mis muslos, era Cristal que comenzó a aferrarse a ellos, me tomó de sorpresa que apreté las pompis de la reacción, sus manos subieron hasta llegar a mis pompis y las apretó con fuerza, se aferró a ellas como quien se atasca en al charola de un pastel, Cristal comenzó a poner mas presión y mi verga salto de su boca, ella se aferró a lamerla y mordisquearla con tal lujuria que se había convertido en una bestia, no pude más y comencé a venirme a chorros en su cara, ella salió de su trance, se sorprendió y asustó nuevamente temblando como si tuviera sangre en la cara y manos, Pame la reconfortó con un «ssshh ssshh» como a un bebe y le acarició el pelo con manos temblorosas, se acerco a oído y le susurró -Niña buena, niña buena, es su leche de hombre nada más mi niña- acto seguido comenzó a lamerle la cara frenéticamente, toda una vampira.

 

Pame se levantó y se paró frente a mi, su cuerpo se sentía hinchado como apretado queriendo escapar de ese sepultural vestido negro ajustado, sus pezones se marcaban en el vestido en unas grandes tetas adultas.

 

-Supongo que ya terminaste- Dijo resignada

 

-Noo, si apenas empiezo, les voy a dar hasta para llevar- mi verga seguía erguida, aun faltaba probar gallina vieja.

 

Tomé a miss Pame de la cintura y nos besamos apasionadamente, quité el broche de su cuello y baje el cierre con delicadeza, desabrochando su sostén al paso, su cuerpo se liberó de su prisión, el vestido cayo al suelo mostrando una figura esbelta, madura, unas tetas generosas con unos pezones maduros, oscuros, se acostó en el sillón y abrió las piernas, una entrepierna al natural negra y peluda, me monté sobre ella y hundi mi fierro en su cuerpo, gimió como sofocada, sin dulzura, como si acuchillara un cerdo, un quejido jadeante salía de su boca, bombeaba duro y jadeaba como loca, mientras me la follaba tomaba ella la mano de Cristal y la lamia y se la restregaba por su cuerpo. soltó a la niña y se apretaba las tetas como almohadas. Cristal me tomo del brazo y me jalaba para que estuviera con ella, como toda niña que exigía tu atención, tenía cara de súplica. Pame finalmente hizo un gemido final y sentí como su vagina me exprimía la verga, reclamando su leche para alimentarse, Pame estaba agotada y sonrió al ver a Cristal jalarme del brazo.

 

-Cógetela, cógetela, desflórala- me miró Pame y se levantó, se colocó atrás de Cristal y la acostó en su regazo, acariciaba su frente y le decía delicadamente -hoy vas a hacerte mujercita, disfruta tu primera verga-.

 

Me acomode frente ella y busqué entre su vestido sus piernas, cuando las encontré eran suaves como una muñeca, blancas, níveas, subí hasta sus muslos y encontré un calzoncito blanco de encaje, fue un regalo retirarlo, una hermosa puchita se asomaba dentro, rosadita , tierna y esponjadita acompañada de unos rayos dorados, aún mas dorados que su cabello, brotaba miel de su interior que escurría por su muslo, lamí esa miel desde el interior de su pierna hasta su cuquita, Cristal se estremecía y soltaba un suspiro profundo, no podia aguanta y presente mi troco entre sus piernas, estaba mojado de los jugos de Pame y la saliva de ambas, empuje mi pelvis y hundi suavemente mi leño en su lecho, su puchita se fue abriendo y enrojeciéndose al paso, entraba suavemente como cuchillo caliente en mantequilla, un hilo de sangre salió de si, ella se arqueó y soltó un gemido dulce como un ave agonizando, mi verga entró hasta el fondo, comencé a mover la pelvis suavemente mientras ella jadeaba y sus pupilas se abrían. un quejido dulce como un canto se escuchaba mientras la embestía, Pame lamia los lobulos de sus orejas, acariciaba su pecho y se hundía en su cabello oliéndolo como un animal, Cristal gemía y se quejaba en una mezcla de dolor y placer, lagrimas en su cara y la saliva de Pame la hacían brillar que parecía de porcelana, su hueco era sublime, como seda de miel, la tome de las caderas y comencé a menear un poco mas fuerte, sus gemidos al ritmo de mi vaivén era la locura, mi verga bañada en su miel no pudo soportar más, me vine nuevamente a chorros mientras su vagina me apretaba la verga y latía con espasmos por mi leche, la niña hijo un grito pero se paralizó, una reacción tan innata como desconocida que Cristal tomo una bocanada de aire y abrió lo ojos al techo apenas sin comprender como funcionaba su cuerpo, exhaló suavemente para soltar el demonio que llevaba dentro.

 

Yo seguía desnudo cuando Pame se vistió y vistió a Cristal que aun no parecía reaccionar o entender todo lo que había sucedido

 

-Vaya que ustedes disfrutan mucho de su hermandad- Alcancé a decir mientras tomaban sus sombreros y se disponían a salir

 

-Son algunos de lo beneficios de nuestra comunidad – Pame había recuperado su aire de autoridad moral mientras planchaba con sus manos su vestido.

 

-No vaya a pensar que con esto ya me tiene de su lado hermana- Aún me resistí

 

-Entonces creo que tendremos que trabajar mucho con usted- podemos venir a compartir en otra ocasión si gusta.

 

-Claro, estoy ansioso de verlas a ambas nuevamente-

 

-Con permiso mi señor- Pame y Cristal salieron de mi casa y se perdieron en el la vuelta de la esquina.

 

Bueno, hasta aquí mi relato, espero que les haya gustado, espero contarles próximamente de alguna otra experiencia pero ya se me hace tarde que tengo que ir al culto, hasta pronto!


Sus comentarios motivan para seguir contando historias y relatos, su opinión es siempre invaluable, negativa o positiva, es valiosa y relevante, todo nos ayuda a crecer como escritores y narradores, además, cachondean sus reacciones, comenten y voten.

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24 Lecturas/12 septiembre, 2025/0 Comentarios/por Texcit
Etiquetas: baño, hermana, hermanos, hija, hijo, madura, maduros, mayor
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