Las ventajas del verano ademas del calor son las terrazas que se colocan en la calle sobre todo si tu perra esta vestida para la ocasion.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por anon1mo77.
No hace falta un roce para que moje sus bragas, solo basta una mirada. Tarde de amigos. Tarde de calor. Vestida para la ocasion, con una minifalda. Tan corta que apenas cubria poco mas abajo de su ropa interior.
Llegamos y los ojos de Alberto eran prueba de la buena eleccion en su vestimenta, a la diminuta prenda una apretada camiseta apretada terminaba de mostrar los encantos, marcando la redondeada silueta de su pecho sin dejar nada para la imaginacion. Bajo cualquier farola estoy seguro que no tendria problemas en encontrar quien la deseara. Sentados en la terraza de la centrica calle peatonal tomando cervezas escuchaba las ultimas aventuras cuando vi a lo lejos un hombre que se acercaba con los ojos puestos en ella. No era dificil adivinar sus pensamientos. No. No lo era. Lo que no esperaba era el regalo que para sus ojos iba obtener.
A paso lento se acercaba, volvi la mirada en ella, su mirada correspondio, la leve mueca perversa que dibujaba mis labios era cuanto necesitaba saber. Su tendencia exhibicionista sumado al estado semiebrio la desinhibia, como si un exagerado brebaje afrodisíaco se hubiera engullido.
Con la mirada puesta en Alberto alzo el pie izquierdo justo al borde de la silla, separando las piernas para con prudente disimulo empezar a tocarse para mi. ¿Quien no ha visto a una mujer sentada en una terraza masturbandose?. La reaccion de Alberto era previsible, Alba era consciente de ello, provocandolo en cada meneo de sus dedos sobre su sexo. Tanto que no dudo en apartar la tela e introducir los dedos dentro de la vagina y recrearse. Un seco chasqueo de dedos marcaba la proximidad.
Llego nuestro invitado, justo en el momento que Alba saboreo cada uno de sus dedos en la boca. No en vano la encarnada ropa interior de sus bragas se tornaban mas oscuro en la zona de su sexo dando muestra de lo excitada que estaba. Se acomodo y salio corriendo tras nuestro voyerista anfitrion mientras Alberto daba varios sorbos a la caña de cerveza, pose una mano sobre su hombro, no habia porque preocuparse.
Volvio y se sento. Venia sin las bragas, señal que habia intercambiado su prenda a cambio de algo, y aquello era su telefono. Pero olvio un detalle. No tardo la cuerda plastica del trenzado de la silla en marcarse en su culo. Incomoda era el menor de adjetivos, del que yo estaba disfrutando. "Tocate". ¿Que otra alternativa le podria quedar? Las miradas indiscretas pronto se percataron de la maniobra que estaba realizando. Como los ojos de Alberto, atentos a los movimientos de su brazo. El alcohol que corria por las venas de ambos empezaba a embriagar mas que su cuerpo, lleno de deseos. Era momento de tomar la rienda de tanto calenton. El atento camarero nos facilito las llaves del aseo donde acabamos dentro los tres.
"De rodillas perra". Alba empezaba su calvario. Alberto no tardo en arrancar la camiseta mientras ella me jalaba con ahinco el miembro. Ver como me follaba su boca lo calentaba hasta el punto que decidio unirse a la fiesta. Se alternaron las embestidas. Primero uno. Luego el otro. Hasta que deje paso para centrarme en lo que realmente me importa: su dolor.
Tome con fuerza sus tetas. Los pezones ya estan duros. Duros como pelotas de plomo. Segui. Segui apretandoselos con menos suavidad, buscando el limite de su aguante. Queria escuchar la melodia producto de la mezcla entre placer y dolor. Alberto no tardo en meter el miembro en su boca, era la mordaza perfecta. Ahogando sus quejidos en cada embestida. No podria haber imaginado mejor escena ni mayor sometimiento para ella. Soportando el dolor de tenerlos estirados y retorcidos. Sus pezones son capaz de transmitir las sensaciones mas intensas. Cualquier roce. Cualquier sensacion, es capaz de provocar en ella su delirio.
Alberto saco la falda de Alba, quedando completamente desnuda. Su cuerpo yacia erguido. Frente al espejo. Mirando su cara. Acerque una mano hasta llevar los dedos dentro de la boca. Su lengua rozaba despacio las extremidades como si fuera un piano. La pausa que pronto se rompio. Sus piernas se abrieron, hiciendo sitio a la mano de Alberto que clavando sus dedos sin piedad en su coño los. El grito de Alba no se hizo esperar.
El calenton de ambos era evidente. el dedo anular y corazon entraban en su sexo con rapidez y fuerza. "Grita perra". "Grita". Meneando las falanges con violencia y agitacion. No tardo en notar otra vez mis dedos apretando sus pezones. Era la estampa de una puta follada en condiciones.
Pero aun faltaba un huesped a la fiesta, como la llamada del cielo. Dentro del pantalon vibraba un telefono, descolgue el telefono y aquella voz atormentada al escuchar los gemidos no se pudo contener, era evidente que buscaba desahogarse. Deje el telefono en el lavabo con el altavoz puesto para que ambos se excitaran. Mas caliente no podia estar Alba.
La peticion que salian continua una tras otra por el telefono fue correspondida. Alba no tardo en correrse. Lo mismo que nuestro invitado tras lo que corte la llamada. Era nuestro momento. "Tragatelo". No hizo falta mas. Por deferencia deje que fuera Alberto quien eyaculara primero. Deleitandome con la manera en que lo tocaba. Era nuevo. Jamas habia formado parte de nuestro circulo. Su boca succionaba tanto como podia. Sus manos frotaban con las fuerzas que aun conservaba. La rapidez no se hizo esperar, llenando de esperma su boca.
No lo penso ni un segundo, tragando el nectar que habis derramado sobre su lengua. Para mi me guarde algo mejor. Su juguete favorito. No hacia falta explicarle a Alberto como funciona. Recreandose de manera perversa la intensidad con la que el vibrador agitaba en su sexo. Que mejor deleite para ella. Su boca era
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