Lucy mi sobrina de 10 años
Me quedé a cargo de Lucy desde hace 4 años. Han pasado tantas cosas que hoy vine aqui a contarlo todo.
Hace 4 años mi hermano, su esposa y mi pequeña sobrina Lucy sufrieron un terrible accidente en carretera. Un tráiler los embistió de frente por lo que los dos pasajeros de adelante murieron en el lugar.
Mi sobrina de 6 años sobrevivió pero tuvo grandes repercusiones.
Yo era un hombre de 36 años y el día que me llamaron por el percance cumplía un mes de haberme divorciado.
Después de los sepelios, el tiempo en el hospital, los gastos y el dolor de perder seres queridos tan cercanos vinieron tiempos mejores.
Me quedé a cargo de mi sobrina después del accidente. Ella no volvió a caminar, ni mover los brazos, no podía hablar y tenía algunos espasmos que le impedían hacer una vida normal.
Con el tiempo fui acomodando mi vida de tal forma que me permitiera estar el mayor tiempo con ella ya que no se podía valer por si misma ni para lo elemental. No iba a a la escuela y pasaba largos ratos difíciles por los dolores del cuerpo y del alma.
Ahora recién cumplió 10 años y ha mejorado muchísimo en todo. Su salud es muy buena y aunque no lleva una vida como todos, los recuerdos del accidente ya no son dolorosos.
Lucy tiene una piel muy blanca llena de delicados vellitos oscuros. En diferentes partes de su cuerpo los vellos trazan una especie de caminos que llevan a diferentes zonas. Del nacimiento de orejas hacia la boca sobre las mejillas, del cuello hacia la espalda, de las rodillas hacia los muslos, etc.
Yo me encargo de bañarla cada día, de vestirla, darle de comer, leerle o ver la TV con ella y siempre había cumplido con todas mis responsabilidades como tío hasta que el pequeño cuerpo de Lucy empezó a cambiar a los 9 años.
Sus pechos comenzaron a crecer como dos montañitas coronadas por un diminuto pezón.
Y aunque ya mencione que tiene muchos vellitos muy visibles en todo el cuerpo, es importante decir que recientemente han empezado a crecer más, sobre todo en el abdomen haciendo un camino hacia su pubis.
Actualmente a mi pequeña sobrina le encanta que la arrope por las noches. La llevo a su cuarto, la siento en su cama y le quito la blusa. La acaricio largos ratos con la yema de los dedos los hombros, los brazos y bajo poco a poco hacia sus pequeñas aureolas que empiezan a crecer y oscurecer. Ella en silencio me mira. Lo disfruta. La acuesto y le acaricio del abdomen hacia las piernas. Me acerco a su vulva, rodeo sus muslos y bajo a las caderas mientras le quito los calzones. Le acaricio desde las piernitas hasta la rajita. Me quedo un ratito en su clítoris y subo hasta sus tetitas. me mira, hace gemidos de que le gusta y aunque no puede articular palabras, con sus miradas me indica que quiere más. La volteo y boca abajo empiezo las caricias desde la espalda hacia las nalgas. Voy suavemente haciendo figuras con los dedos. Llego hasta sus pantorrillas de niña y regreso, abro sus nalgas y paso mi dedo por su vagina o por su ano y vuelvo a la espalda.
La primera vez sentí mucho morbo de desnudarla. Yo no estaba acostumbrado a ver o a bañar a una niña.
Traté siempre de hacerlo lo mejor posible sin malos pensamientos pero mi verga siempre endurecía al hacer esas tareas. Con el paso del tiempo me acostumbré y lo normalice pero los recientes cambios en el cuerpo de Lucy se hicieron más notables y mi verga se hinchaba solo con empezar a quitar alguna de sus prendas.
Por las noches era un sufrimiento ponerle la pijama e irme a dormir. Pasaba horas pensando en ese pequeño cuerpo.
La mamá de Lucy era una mujer caderona de hermosas piernas largas. Tenía unas tetas redondas grandes un poco colgadas, de piel blanca con cabello oscuro y por lo que se podía apreciar, su única hija comenzaba a desarrollarse de la misma forma que ella.
Sus piernitas torneadas, sus nalgas creciendo notablemente y ahora su puchita mas carnosa y más gordita, por el contrario su cintura se está achicando y dejando un abdomen completamente plano.
Cierto día llegué al punto que no pude más y me deje llevar por mis más oscuros deseos carnales.
Habíamos hecho una adaptación al baño para que pudiera bañarla acostada o sentada. Ese día la recosté y empecé a enjabonarla me salí de la ducha, me quite toda la ropa y volví con ella totalmente desnudo con la verga palpitando ante sus ojos. Lucy la veía con gran asombro. La acerque a sus pechos y los sobé con mi tronco. Agarre su mano y la puse sobre mi verga haciendo movimientos adelante-atras para que la cabeza pudiera liberarse. Pase mi polla por sus mejillas y la miraba a los ojos. Pasaba mi venosa verga por su boquita cerrada y le sonreía con ojos de lujuria.
Callada, quieta como estaba sus ojos brillaban de deseo mientras «limaba» sus labios con mi palo y con la mano tocaba su cuerpo enjabonado. La cargue hasta su cama especial como de hospital, la sequé con delicadeza y recostada cerca de la orilla comencé a darle golpecitos con la verga en sus cachetes y en sus labios. Lo hacía risueño y ella sonreía. Le acomodaba la punta en los labios y ella los comenzaba a abrir poquito.
Le acariciaba los cabellos húmedos, la miraba con ternura, volví a a puntear sus labios y poco a poco comenzaron a abrirse. Dejó entrar mi trozo de carne y pronto entendió como mamarlo.
Inicié un vaiven de mete saca y estuve varios por minutos dandole verga en la boca. Sentía su lengua y como acomodaba su cavidad oral alrededor de mi camote. Sentí un chorro de leche que empezó a subir por mis conductos hasta llegar a la punta y sin detenerlo sentí una explosión en mi cuerpo mientas me derramaba dentro de la virginal boca de Lucy.
Pude ver las comisuras de sus labios, salia mi leche de ahí. Y ví como su garganta hacía movimientos para poder tragarse lo que estaba dentro. Tomé sus pezones y los jale, mis manos desenfrenadas pasaban por todo su cuerpo . Llegué a su clítoris y lo masajeé fuertemente hasta que mi pequeña sobrina comenzó a jadear mientras el color rojo se apoderaba de sus mejillas y sus piernas temblaban sin control.
Su pequeña pucha se inundó con sus jugos y hacía un gesto de placer indescriptible mientras mi semen resbalaba hacia su barbilla y su cuello. Nos quedamos varios minutos sudando y respirando profundo. Me acosté junto a ella y antes de quedarme dormido me dí cuenta que tenía a mi disposición una hermosa muñequita con la que podía saciar mis más profundas fantasías sexuales para siempre.
En el siguiente relato de como vestí a Lucy de cosplay.
Díganme si les interesa mi material.
muy buen inicio, a ver cómo lo desarrollas?
Una nena paralítica… eso es nuevo para mí.
Buenísimo
Estás viviendo el sueño
Porfavor continua
Muy bueno el relato.. 👍🏻
Si Bro está bien rica. Sigue más Bro 🙂
Muy bueno me gustó muy rico