Luisa , Leticia y Natalia
La historia de una madre , una hijastra , una abuela y una suegra .
Luisa, Leticia y Natalia.
Séptima entrega
Luisa, navega en un océano de emociones; mientras camina por el pasillo del hospital, no deja de pensar en Natalia y su extraño comportamiento; de pronto, un inquietante pensamiento se posa en su cabeza y abruptamente se detiene. Leticia, con cierta sorpresa también detiene su marcha y pregunta ¿que pasa? Luisa mira con una expresión de terror a su nuera.
hay silencio; las dos mujeres se miran unos segundos.
Leticia, de manera inquisitiva confronta a su nueva compañera de juegos, luego replica en tono algo desesperante en su voz.
¡Que! que pasa. ¿Hay algo que debo saber?
Luisa toma del brazo a su nuera y en voz baja pero algo quebrada responde .
Leticia , ella lo sabe.
¿Qué sabe? ¿Quien? devuelve Leticia con cierta confusión.
Natalia sabe que algo pasa entre tu y yo. repica Luisa.
Leticia mira con una expresión burlona a su nuera mientras suelta una pequeña carcajada.
No seas tonta, no sabe nada, responde Leticia mientras mueve lentamente su cabeza invitándola a seguir.
Con lo temperamental que es esa niña ya habría dicho algo. increpa Leticia en tono conciliador.
Leticia.
¿no lo ves?
¿no te parece raro que antes le gustaba la idea de un hermanito y ahora de pronto ya no quiere?
por qué ese cambio.
¿no sé te hace raro?
¡Vamos princesa!
Reconviene Leticia de manera cariñosa.
Natalia tiene quince años, es una adolescente, tiene las hormonas vueltas mierda, o es que ya no te acuerdas de tu época; yo si recuerdo la mía.
Luisa, aunque dubitativa decide darle la razón a su nuera y amante. Ok. te la acepto, pero es mejor tener cuidado, no quiero sorpresas. Además Natalia podrá estar con sus hormonas revueltas pero tonta no es.
Leticia suelta una carcajada que resuena en el pasillo, Luisa apreta el brazo de su cincuentona amante y le dice, no es gracioso .
Llegan a la habitación de Fernando y ambas mujeres ven a una enfermera dando cuidados. Fernando sigue dormido y la enfermera les indica que no hay mayor novedad pero va progresando poco a poco.
Está dormido, mañana le harán algunas pruebas.
En ese instante, Luisa siente el celular vibrar y es su hijastra quien le dice que su maestra la llevará a casa. Luisa le explica a su suegra y aprovechan para quedarse un poco más en la clínica .
Ya de salida, Luisa ofrece dejar a Leticia de camino a su casa, Leticia acepta; una vez en camino, Leticia no desaprovecha, entonces empieza urgar entre los tonificados muslos de su nuera.
Ahora no Leticia; déjame en paz, establece Luisa con una voz floja.
Luisa siente como sus pezones se endurecen y como la experimentada mano de Leticia acaricia su entrepierna. Las ventanas del carro son polarizadas así que no hay problema.
Leticia susurra al oído de Luisa; concéntrate en la carretera. Luisa abre un poco más las piernas, luego siente como esos dedos empiezan a masajear su vulva, así que aligera un poco la marcha. Sus tangas están empapadas después de un intenso manoceo.
Luisa sigue conduciendo lo mejor que puede y de repente, de manera firme, siente entrar uno de esos expertos dedos; todo eso sucede al mismo tiempo en que su lujuriosa suegra de manera imperativa le ordena:
¡conduce, puta; conduce!
Luisa con una vos entre cortada y respirando de manera pesada le responde , eres una maldita pervertida.
con apenas aliento, Luisa llega al apartamento, se ubica frente a la entrada de la unidad residencial donde vive su suegra. Leticia habla a través del intercomunicador, le pasa la tarjeta a su nuera, Luisa está en medio de una tensa calma, la pasa por el escáner y segundos después la puerta se abre.
Luisa conduce hacia el sótano, se estaciona y apaga el carro
Leticia, de manera brusca e imponente toma por la garganta a Luisa; lo que la obliga a abrir la boca. Acto seguido le descarga saliva sin piedad, lo que mas puede; Luisa cierra los ojos y como buena niña se la traga.
Las dos mujeres suben al apartamento , una vez ahí , Leticia toma a Luisa de la mano, la lleva a su alcoba y la empuja hacia la cama. Leticia le cae encima y empieza a besarla.
Luisa sabe que no tiene oportunidades de dominio ante Leticia, lo que si sucede con Natalia, pero el juego le gusta, la impulsa, lo que a su vez la llena de frustración, pero no le importa, pues Natalia pagará las consecuencias.
Luisa cierra sus ojos, de pronto Leticia se detiene y la ve dirigirse hacia su mesita de noche.
Princesa.
¿confías en mí?
Pregunta Leticia.
Luisa asiente y Leticia le venda los ojos .
La respiración de Luisa se acelera, pero eso no es todo , Luisa siente que sus brazos son amarrados a la cama, lo que la pone muy inquieta. sin embargo, Leticia pasa la yema de sus dedos por los muslos de Luisa y la reconforta.
No tengas miedo; susurra Leticia a su oido. Luego; siente la lengua de su pervertida suegra posarse en sus muslos, va de arriba hacia abajo. Aún no se han quitado la ropa. Leticia, con sutileza sube la falda de Luisa, dejando ver un empapado triángulo de algodón entre los muslos de Luisa.
Mientras tanto, Luisa siente su vientre inundado, poco a poco siente la lengua de su suegra acercarse hacia su encharcada panochita, su tanga de algodón es desplazada, luego, la suave y experimentada lengua de Leticia ataca feròzmente ese endurecido clítoris. la punta de esa lengua, llena de saliva ese lindo botoncito rosado. Entonces, Leticia cierra los ojos para así, poder disfrutar de ese aroma femenino. Luego empieza a succionar. Luisa ya no puede sostener más y de repente todo se detiene.
Hay un silencio sepulcral; el aroma de sus líquidos está presente en la alcoba. No siente a Leticia y empieza a inquietarse.
Desátame, por favor. No juegues conmigo, zorra.
De repente, siente dos dedos encima de sus pechos tratando de apretar sus endurecidos pezones. Siente esa lengua una vez más, pero esta vez, tratando de entrar en su boca. Luisa empieza a succionar hasta llevarla al límite. Los sonidos guturales se apoderan de todo; el espacio, el aire y la alcoba. De repente, vuelve a detenerse unos segundos y siente de nuevo esa lengua, pero esta vez, ataca su clítoris, y se reanuda la búsqueda de un nuevo orgasmo; de pronto, se detiene.
Mientras Luisa siente a Leticia descargar una gran cantidad de saliva en su depiladita cosita, le pide que no se detenga. Pero sucede lo contrario; Luisa, frustrada ruega pero no es escuchada.
Hay una breve pausa de unos segundos y luego, la voz de Leticia con autoridad se impone en el silencio de la habitación. A partir de hoy, serás mia. Tu puto culo , tus tetas, tu lengua y tu deliciosa panocha me pertenecen a mi también. Acto seguido, siente entrar en su canal vaginal un enorme pene plástico. La sorpresa enciende de nuevo la lujuria. El olor a mujer y a sexo se esparce por el aire.
Luisa siente ese enorme consolador entrar y salir. las brutales embestidas de las caderas de su dueña pegan con cadencia entre sus muslos. Es intimidante, siente que va reventarse de placer.
Al fin, Luisa es desatada y ve a su suegra transformada , su cara destila dominio y con inocencia Luisa se somete. Es penetrada y sometida una y otra ves de mil maneras posibles.
finalmente, ambas mujeres quedan cara a cara; se miran, Luisa siente como sus muslos tiemblan y se contraen. Por último, apreta sus piernas y sale al fin, a chorros, un gran squirt; Leticia se detiene, le da una visita a ese estanque, lame suavemente y traga lo poco que queda.
Luisa se relaja, Leticia se quita el dildo , pero inmediatamente carga sobre Luisa. Leticia abre sus piernas de una manera muy rápida y sin oportunidad de nada, empuja la cabeza de Luisa entre sus piernas. luego, empieza a frotar de manera rápida y con cierta rabia su cincuentona panocha en la cara de Luisa, de arriba abajo con fuerza.
Luisa se mantiene relajada, mientras la panocha de Leticia sube y baja por su cara. Leticia respira con mucha fuerza y finalmente, apreta sus muslos, Leticia se detiene , Luisa agarra los lindos muslos de su suegra, cierra sus ojos, empieza a lamer, siente los líquidos de su suegra esparcirse por su cara y se aferra aún más, a los muslos de Leticia; luego, empieza a succionar, como si de ello dependiera su existencia.
Leticia empuja con firmeza la cabeza de luisa contra su mojada raja, Luisa respira profundo mientras los músculos de Leticia se tensan unos segundos y se relaja.
Luisa termina de lamer los jugos que quedan al rededor de esa vulva y sobre sus muslos, luego, con sus dedos saca lo que queda dentro y se los lleva a su boquita..
Que delicia; repica Luisa con la respiración pesada, su voz placentera y la cara empanizada con los jugos de Leticia .
De pronto, suena el celular de Luisa. Se levanta, va hacia su bolso que está en el suelo a la orilla de la cama. Toma el celular; se recuesta de nuevo al lado de Leticia que empieza a lamer sus pezones. Es un número desconocido. Luisa respira hondo y responde. es la maestra de Natalia.
¿Aló?
Buen día señora torres, soy Consuelo Gonzáles , la maestra de Natalia; la niña ya está en casa, la espero para entregársela.
ok maestra, le agradezco. Ya estoy en camino, deme unos veinte minutos , es que hay mucho tráfico.
Luisa se dirige al baño; se da una ducha rápida. Se viste, se maquilla, pues no quiere llegar oliendo a sexo, sabe que Natalia no es tonta, se despide de Leticia que aún sigue desnuda sobre la cama.
Queridos lectores, les recomiendo leer el resto de la saga para entender la historia.
pronto publicaré la octava parte y posiblemente la última.
Hasta aquí esta séptima entrega , por favor coméntame cómo te ha parecido la serie .
Un saludo .
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