Lupe 44
Encadenada.
Sugiero leer los anteriores relatos.
Pido disculpas por los errores.
Pasados unos días, el señor nos dijo a su madre y a mi que esa noche iríamos a un club muy especial. Que aparte de bañarnos, debiamos limpiar el interior de nuestro ano. Ya que nos ivan a coger por todos los agujeros.
A las siete de la tarde nos fuimos a bañar, juntas como siempre. Yo pasaba la esponja enjabonada por el cuerpo de la señora, masajeando sus tetas. Ella me lo hacia a mi, luego dejamos las esponjas y continuamos acariciandonos la una a la otra.
Acariciaba los labios de mi concha y el agujero de mi culo a la vez, yo le correspondía. Llegado el momento de enjuagar nuestros cuerpos, ella sacó la flor del duchador dirigiéndo el fuerte chorro directo a mi clitoris.
La sensación era exquisita, cuando vio que yo estaba por acabar cerro el chorro. Le gustaba tenerme al limite y dejarme con las ganas de acabar.
Ahora tome yo el duchador, lo inserte profundo en el culo de la señora. Mientras el agua tibia llenaba su ano, ella sola se pajeaba con dos dedos metidos en su concha.
Me pidió que saque la manguera pero no le hice caso. Quiso empujar mi mano, yo era más fuerte. Cuando vi que realmente ella no podía aguantar más, me hubique debajo suyo sacando la manguera.
Inmediatamente ella dejo escapar el sucio liquido de su ano, esa mescla maloliente de agua mesclada con suciedad bañaba mi cuerpo. Era humillante y sucio pero me exitaba mucho, ella sola lo repitió dos veces más.
Después de ducharnos otra vez, fuimos a la habitación a vestirnos. Para nuestra sorpresa no había ropa, el señor tenia unas cadenas delgadas de hierro. Con ella fue envolviendo mi cuerpo, primero las piermas fue siendo fuerte.
La cadena se incrustada en mi piel, cada tanto ponía candados para afirmar más la cadena. Se aseguró que la concha y el agujero del culo queden accesibles. Alrrededor de las tetas dio dos vueltas, asegurándonos también con candados.
A su madre le puso la misma «vestimenta», y para salir a la calle un tapado largo, por supuesto zapatos de taco alto. Viajamos en el auto al centro de la ciudad, estaciono el auto a unas cuantas cuadras del club.
De camino nos hizo desabrochar el tapado, cualquiera que se cruzaba veia la desnudes de nuestro cuerpo cubierta por cadenas. A mi me exitaba que me vean, así que habrí más mi tapado.
El club era en un sótano, cuando el portero vio como ivamos vestidas nos dejó entrar sin problemas. A la entrada debimos dejar nuestros tapados, quedando a la vista nuestra desnudes. El señor saludaba a a otros dominantes, tanto hombres como mujeres. Se sentaron a charlar y beber, sin preocuparse por sus sumisos que permaneciamos de pie con las piernas abiertas.
Una señora muy elegante tenia como sumiso a un joven que estaba parado al lado mio. El muchacho tenia puesto un corpiño color rosa, un ligero rojo y medias de seda negra, calzada zapatos de mujer de tacon color rojo.
Tenia la cara pintada como mujer, labios rojos y una peluca morocha de pelo largo. Su pija primero estaba medio morzillona, viendo nuestros cuerpos envueltos en cadenas se le fue poniendo cada vez más dura.
Su ama se dio cuenta, le dio una suave caricia en la cabeza de la pija. Ella explicaba a los demas amos, que el joven era su hijo. Un día lo habia descubierto vestido de mujer con su bombacha usada, se estaba pajeando.
Desde ese día lo convirtió en su esclavo sexual, su amante y su sirviente. Con el relato, el joven tenia la pija a reventar. Ella estaba fumando, dirigiemdole una sonrisa a su hijo tiro la cenisa sobre su erecta pija.
El cerro sus ojos con una mueca de dolor pero no se quejo. No me habia dado cuenta que en la base de la pija tenia una cuerda enlazada la que envolvia sus huevos.
Su madre tenia en la mano el extremo de la cuerda, cada tanto daba tirones que hacian que su pija de saltos. En un momento ella tiro mas fuerte de la soga, las venas de la pija se habian inchado a reventar.
La señora pregunto a los demas amos si querían leche para algún esclavo, el señor dijo que su madre estaría gustosa de tomarla. Le indicaron arrodillarse con la boca abierta debajo de la pija, cuidando de no tocarlo.
La mujer tiro aún más de la cuerda, la pija estaba a reventar cuando acabo lanzando su caliente leche.
Yo estaba muerta de envidia, hubiera querido ser yo la que recibiera esa leche directo en la boca. Ellos seguían charlando ignorando nuestra presencia, hasta que em señor me hizo una seña.
Dijo en vos alta para que todos escucharan, que habia bebido mucho y necesitaba hacer pis. Saco su pija delante de todos, yo abri la boca lo más que pude y me trage su caliente orina delante de todas esas personas. Era muy sucio, humillante y me exitaba.
Sumisamente de rodillas, pido comentarios, para saber si continuar, o no.
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