Lupe 62

Una dócil gatita..
Sugiero leer los anteriores relatos.

Toda la semana estuve muy caliente, tenia que hacer un gran esfuerzo para no masturbarme. No quería defraudar a la doctora. Sus pastillas me habian hecho bien, ya no me salía de la concha ese flujo verdoso fetido.

El día que tenía turno para la doctora,  me preparé cuidadosamente.  Quise depilar todo mi cuerpo, mamá estaba ocupada atendiendo clientes. Así que papá me ayudo a depilar debajo de la concha y en la cola donde yo no llegaba sola.

Elegi lenceria de encaje sexy, un vestido tubo muy ajustado y corto. Me pinte con cuidado, quería lucir muy sexy, sin parecer una puta de la calle.  Dedique horas a arreglar mi cabellera.

Llegue más temprano que la hora acordada a la consulta, me sente a esperar al lado de una mujer con una gran panza de embarazada. Me acorde de mi embarazo y me puse muy triste.

Yo era la última paciente del día,  así que la doctora cerró la puerta del consultorio. Yo me levante de la silla, ella admiro mi vestido, dijo que estaba muy bella. Ruborizandome, le dije que me habia arreglado para ella.

Me abrazo atrayendo me hacia ella, beso mi boca metiendo su lengua en mi. Ella tomaba la iniciativa,  ella dominaba la situación,  eso me encantaba. Nos sentamos donde yo había estado antes esperando, preguntó como estaba de la infección.

Le dije que ya no tenía mal olor ni flujos, pero que me sentía muy caliente, necesitaba que me permita acabar. Una mano acaricio mi rostro, la otra se poso en mi muslo subiendo lentamente.

La mano se metio bajo mi falda, tocando mi concha por sobre el encaje de la bombacha. Mientras sus dedos masajeaban mi concha, ella me atrajo a sus labios comiendomelos. A los pocos minutos me corrí empapando la tela de la bolbacha.

Le di las gracias por hacerme correr, ella respondió ordenando que me desnude. Ella me observaba alabando mi buen cuerpo y la bella lencería que me habia puesto.

Cuando estube desnuda ordeno que la desvista a ella, besando las partes de su cuerpo que quedaban al desnudo. Ella tambien tenia un cuerpo exquisito, grandes tetas, pezones puntiagudos pero aureolas pequeñas. Me apresuré a besarlos y lamerlos.

Ella empujo mi cabeza asia abajo, comprendi lo que queria. Me arrodille y ella abrió sus piernas. Su vello púbico lo tenía formando una línea vertical,  acerque mis labios a ellos.

Ella me detuvo agarrándose del pelo, dijo que primero debia besar los pies de su «Señora». Yo la mire a los ojos que me cautivaron, murimure un si señora, perdón señora.

Bese y lami sus pies, primero uno luego otro. Me indico subir por sus piernas, muy lentamente. Cuando llegue a su concha, me cautivo su aroma. Estuve chupando su concha largo rato hasta que se corrio, empujando mi cabeza contra ella.

Me dolia la mandíbula, ella se dio cuenta y me dijo que tenia que practicar más. Ordeno que la siga a cuatro patas como una linda gatita, yo le segui la corriente haciendo un «miau». En el camino a su despacho me dijo que no podia hablar, solo decir miau.

En la consulta me acostó en la camilla con las piernas en los estribos, reviso mi concha con sus instrumentos. Me dijo que efectivamente ya estaba curada. Senti que metia en mi concha un gel, primero se sentia helado.

Al rato senti que me quemaba por dentro, cuando ella metio un dedo senti alivió.  Le pedí porfavor que siga con sus dedos dentro mio, ella me hizo que se lo ruegue. Lo hize, por un segundo saco sus dedos de mi concha,  yo suplique otra vez.

Ella volvió con un consolador grandioso en su mano, no podia creer que eso entrara en mi. Se lo dije,  recibí como respuesta una cachetada y un luegonun beso en la boca.

Suavemente ella fue introduciendo el consolador en mi concha, la que se
abria para recibirlo.  Finalmente logro meterlo hasta el fondo, y comenzo el mete saca. Ese monstruo habia hecho desparecer la quemazon del gel,  me estaba por correr. Le pedí permiso para correrme,  ella me lo nego.

De un tirón saco el consolador, sentí un vacío en mi, esa cosa me llenaba. Me dijo: Ahora si puta, acaba.
La mire fijo a los ojos, mi concha debia estar toda abierta, la sentia paplpitar. Me corrí dandole las gracias, sintiendo el vacio en la concha.

Cuando me tranquilise, me ayudo a levantar. Dijo que me vista, que ya me daba de alta, no era necesario que vuelva.

Yo le dije que necesitaba seguir viendola, que por favor me permita volver. Ella me dijo que no buscaba una novia, pero que le hacía falta una esclava para disponer de ella una vez a la semana. Si yo aceptaba debia renunciar a pajearme sin su permiso y tenia prohibido coger.

Acepte sin pensarlo, me dijo que ella me hablaria.

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