Lupe 66

Un asesino. .
Lupe 66
Sugiero leer los anteriores relatos.

Me dejo en el auto, ella volvió a  entrar al club. Vino con una bolsa llena de drogas, dijo que ya que no la ivamos a consumir ahora, se la llevaba.

Manejaba en forma brusca, se veía que seguía bajo los efectos de las drogas y el alcohol como yo. Habiamos viajado unos quince minutos por caminos de tierra, cuando perdió el control del auto.

No fue un choque fuerte ya que ivamos despacio, pero el auto había quedado atrapado en una zanja. Baje del auto ver si podíamos sacarlo de ahí, pero fue inútil. Por más fuerza que haciamos no se movia.

Alrrededor reinaba la oscuridad, tan solo los sonidos del bosque. Me confeso que creía, se habia equivocado de camino. Teniamos un poco de miedo de los animales, me vesti con lo poco de ropa que tenía, aunque la ropa sobre mi lastimada piel me dolia mucho.

Decidimos dejar el auto cerrado y caminar en busca de ayuda. Las dos calzabamos zapatos de tacos altos, a los pocos metros tuvimos que sacarnoslos y continuar descalzas.

El camino se convirtió en un sendero angosto,  con árboles a los lados. De la nada apareció un hombre armado con un fusil, nos dijo que estabamos en una propiedad privada. Hace tiempo habíamos pasado unos letreros de advertencia,  «Propiedad privada. No pasar se disparara a todo intruso».

Mirandonos lasivamente dijo que hace tiempo no tenía intrusas como nosotras, se iva a divertir mucho antes de matarnos. Nos apunto y nos indico avanzar por un sendero, llegando a un descampado nos ordeno desnudar.

Cuando vio las lastimaduras en mi cuerpo, dijo que alguien se habia divertido de lo lindo castigandome. Apreto en las tetas donde tenia las heridas, probocandome dolor y haciendo que vuelvan a  sangrar. Bruscamente toco mi inflamada concha, metiendo sus dedos. Pegue un grito de dolor, vi nuevamente la sangre salir.

Eligió coger primero a la doctora, yo estaba muy maltrecha. Me ató a un árbol, utilizando restos de nuestras ropas. Dejo su arma y saco un amenazante cuchillo. Le dijo a la doctora que coopere así seria más fácil. Saco su pija, ordenando que se la chupe. Estaban a menos de un metro de mí.

La doctora se arrodillo ante él,  puso la pija en su boca. Cuando el hombre estaba empezando a gozar, ella le dio un fuerte mordisco en la pija, a la vez que trataba de quitarle el cuchillo.

Pero el fue más fuerte y rápido que ella, en un minuto la tenia de espaldas sobre la tierra. Con una mano apretaba su garganta, la otra la utilizo para guiar la pija a su concha penetrandola de un golpe.

Yo no podia hacer nada, estaba fuertemente atada. Siempre apretando su cuello, a veces le apretaba las tetas, otras le daba bofetadas. Ella inútilmente trataba de defenderse, procurava quitar la mamo que oprimia su garganta, movia sus brazos y piernas. Finalmente se quedó quieta, las manos inertes a los costados, las piernas extendidas. El continuo asi largos minutos, cuando finalmente acabo se levanto de encima de ella.

Aterrada vi que la doctora no se movia, le pedí al hombre que me desate que algo le pasaba a la doctora. Tenia en su cuello las marcas de la mano del asesino, sus uñas marcadas en la piel.

El hombre le dio varias patadas en los riñones, gritándole que se levante de una vez. Como ella no reaccionó, tomo su pulso, dijo que estaba muerta. Con una sonrisa sinica, dijo que había sido placentero cogerla mientras se moria, que habia sentido unas contracciones en la comcha de ella, pero pensó que estaba teniendo un orgasmo.

Le dije que quizás estaba desmayada, que me deje ayudarla. Respondió que habia matado muchas personas, como para saber cuando una estaba muerta. Se sento a descansar contra un árbol, poniendo sus pies encima del cuerpo muerto.

Era aterrador. El cuerpo desnudo de la doctora  muerta yacía en la tierra y el se durmió apoyando sus pies en su estomago. Yo estaba llorando temblando, también debo haberme quedado dormida,  porque me desperto el ruido de una pala excavando.

Ya era de día, el hombre estaba a pocos metros cavando una tumba. Se lo veía transpirando, muy cansado. Cuando vio que me desperté, me apunto con el revólver.

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