Luz mi primera debutante.
Hace algún tiempo leí sobre los chacales en África, hombres que se encargaban de enseñar a mujeres jóvenes como debían tratar a sus maridos. Decidí ser una persona así en un futuro. Está es la historia de Luz, mi primera debutante. En la actualidad llevo más de 100 y contando..
Me describo brevemente, alto, con sobrepeso, Psicólogo, 40 años, de verga mediana 15-16 cm y estéril. Tendría aproximadamente unos 28 años cuando leyendo artículos en Internet me encontré con uno que hablaba de los chacales en África, hombres a los que les pagaban por desvirgar a las mujeres jóvenes y enseñarles como tratar en la cama a sus maridos. Al parecer en esas regiones abandonadas por la civilización, se creía que una mujer virgen no sabría complacer a su pareja por lo que la abandonarían y terminaría siendo madre soltera. Al ser una zona en conflicto hay menos hombres que mujeres por lo que eso hace aún más difícil el poder casarse y que la poligamia (hombres que tienen más de una esposa y todos viven juntos) sea común para ayudarse a trabajar y en la casa.
Me costaba trabajo olvidar lo que había leído así entré a Internet a distraerme, como siempre alguien saludaba en la sala general, le devolvía el saludo pero en privado, algunas te siguen y platican, otras no. Ese día inicié a platicar con una chica, su nick era LuzMX pensé que quizá habría suerte y sería de cerca. Vivo en CDMX por lo que es muy común para mí encontrar mujeres de cerca, aunque al final muy muy pocas se animan a conocernos en persona, en gran parte. a la situación de inseguridad que ya estaba mala desde entonces. Ella decía tener 24 años pero por su forma de hablar estaba muy seguro de que era más joven, quizá 15-16 años. Eventualmente la platica llego al sexo, pero en está ocasión yo no la guié hacia ese tema sino ella, pero obviamente le seguí el juego. Me hizo unas preguntas que dejaban claro que tenía poca o nula experiencia en el sexo y de broma comencé a decirle que la iba a dejar el novio, que a los hombres nos gustaba que ya supieran para poder disfrutar pero no demasiado porqué nadie quiere una novia puta.
Ella finalmente me confesó lo que ya sabía, tenía 15 años, recién había entrado a la prepa y no sabía nada de sexo, era de una familia de clase media alta, que era sobreprotegida por sus padres, asistía además a un colegio católico manejado por monjas que estaban todo el tiempo encima de ellas. Sus padres o algún familiar como su abuela la iban a dejar a la escuela e iban por ella, pero aún así, ella tenía novio, era el hermano de una de sus compañeras de la escuela y por eso había podido conocerlo y salir un par de veces con él, pero era muy complicado tener tiempo a solas. Iba al bachillerato y vivía cerca de donde yo tengo mi consultorio. No sé como pero le metí la idea de que buscara alguien experimentado y ella solo decía que nadie iba a tener la paciencia de enseñarle porqué era muy tonta, que ya había querido hacerlo con su novio pero siempre acababa mal por lo mismo, según esto también había sido muy tosca y ya le había lastimado el prepucio (el pellejo que cubre el pene) con los dientes. Le dije que alguien como yo con gusto la ayudaría, pero que el problema era que se pudiera escapar. Durante unos días platicamos sobre eso, Le dije que le haría y como la enseñaría, a ella cada vez le gustaba más la idea, me confesó que se había masturbado pensando en perder su virginidad en mi consultorio y que le gustaba la idea. Eso me dio una idea, vino unos días después con su mamá me comentó que su hija había estado deprimida y que una amiga (la hermana del novio) le había dicho que yo la había ayudado a superarlo por completo. Acordamos que serían $250 por hora, que la primera sesión sería de 2 horas y las siguientes de una hora, una vez a la semana. Las agendé para el próximo lunes por la tardes, el día que menos pacientes tengo. al llegar le indiqué a la mamá que debía permanecer en la sala de espera porqué su hija no se iba a abrir con ella presente. En la sala tenía puesto el cable, le di el control y le dije que podía ver lo que quisiera para no aburrirse, le mostré donde tenía algunas revistas y libros para el mismo fin, ingresamos su hija y yo a mi consultorio. Nunca tuve la intención de usar mi consultorio para otras cosas pero sí tenía la intención de que fuera privado y anticipando llanto de alguna paciente o situaciones similares al ventilar sus emociones, estaba bien insonorizado, ya lo había probado con una novia que tuve antes y estaba seguro que no se escucharía nada al exterior.
Luz ingreso al consultorio y yo detrás de ella. Era hermosa, alta, como de 1.70, delgada, de piel blanca, pesaría unos 55-60 kilos, senos de tamaño mediano, un trasero pequeño pero redondo y paradito. Pelo negro lacio a la altura de los hombros, venía perfumada bien peinada pero sin maquillaje. La invité a sentarse, tengo dos sillones, de dos plazas y en medio uno de una plaza, eso me sirve para atender a 4 personas cuando doy terapia a grupos, como es el caso de familias. Me senté en el de una plaza y ella a mi derecha en el de dos, le dije que me daba mucho gusto verla ahí y que pensé que no vendría. Ella me dijo que estaba muy nerviosa y que había pensado no venir, pero que hace un par de días su amiga le dijo que su hermano estaba pensando en dejarla y eso la terminó de convencer no quería pasar por lo mismo con él o con futuros novios. Le pregunté si estaba lista, me dijo que sí, en el chat ya habíamos acordado todos los detalles de como sería nuestra sesión. Puse un poco de música instrumental, un concierto de piano por Richard Clayderman y le dije que comenzara, ella se puso nerviosa y muy roja. Le dije que era hermosa y no tuviera miedo, le pregunté si quería que la ayudará, meneo la cabeza en sentido afirmativo, no podía hablar de los nervios. Estiré mi mano, tomé la suya y la atraje hacia mí. Una vez cerca de mi le baje los tirantes de su vestido y lo fui jalando hasta dejarlo en el suelo, ella era una fantasía, traía una linda lencería blanca con encaje, ya semi transparente, se veía hermosa. Pasé mis manos detrás de ella y desabroché su sostén, ella soltó un gemidito tan lindo, baje su pantaleta y la vi, me llamó la atención que estaba depilada, venía lista. En ese momento lo tenía tan duro que me dolía, además cuando las vi llegar por la cámara exterior me tomé un par de viagras para estar al 100 para la ocasión y ya me estaban haciendo efecto completo.
Estiré mi mano y metí la punta de mis dedos con cuidado, no quería desvirgarla por accidente, algunos himen son frágiles, estaba completamente mojada, al sentir mis dedos apretó sus piernas, en ese momento la jale hacia mi usando el borde de su vagina, ella cerró los ojos y dio un par de pasos pequeños, el gemido que hizo fue delicioso y la manera en que dio los pasos sin aflojar sus piernas, con mi mano derecha comencé a jugar con su clitoris y el contorno de sus labios vaginales, mientras que con mi mano izquierda comencé a acariciar su espalda, usando por momentos mis uñas para que al bajarlas de canto siguiendo su espalda sintiera de una manera más intensa, ocasionalmente agarraba sus nalgas y con la punta de mi dedo jugaba con el contorno de su ano, la sentía temblar al hacerlo, metía la punta para que se relajara. Al mismo tiempo acerqué mi boca a su pecho comencé a besarlo hasta llegar a su seno izquierdo, besos pequeños siguiendo el contorno, luego comencé a darle pequeños mordiscos y finalmente comencé a pasar mi lengua por su pezón haciendo las letras del abecedario, al terminar, besaba nuevamente seno y succionaba su pezón, para repetir el abecedario con la lengua, lo hice varias veces veces alternando entre esos senos deliciosos, ella comenzó a acariciar mi cabeza con sus manos al hacerlo, cerro los ojos, inclino la cabeza hacia atrás y comenzó a jadear suave pero constante. Era una sensación increíble para ambos una mano en su ano, otra en su vagina y clitoris y mi boca en sus senos.
Continuamos así durante unos 5-10 minutos era delicioso, ella comenzó a sudar, a inclinarse, su primer orgasmo con un hombre se acercaba, comenzó a gemir, se apoyó en mis hombros, me apretó fuerte y delicioso con sus piernas, sentí como salían sus jugos y el temblor de sus piernas. A continuación, me levanté, la senté en mi sillón, le abrí las piernas y las puse en los descansa brazos, la vista era increíble, ella no podía ni hablar, estaba jadeando aún, con su cara hacia un lado, sus ojos cerrados, acaricié sus senos con ambas manos, besé su abdomen, le di mordiditas, ella gemía y daba pequeños brincos como si le dieran toques, estuve así un rato viendo como disfrutaba y beso a beso recorrí su cuerpo desnudo hasta colocarme entre sus piernas, después comencé a hacerle sexo oral, su sabor era delicioso, después de 5-10 minutos, ella puso sus piernas a los lados de mi cabeza, comenzó a apretarme con todas sus fuerzas y se arqueó mientras llegaba a su segundo orgasmo. El contraste era increíble, ella desnuda, sudada y mojada, totalmente ida, mientras que yo estaba aún completamente vestido y en control.
Le dije que ahora era momento de que ella me comiera a mí, le acerque dos de mis dedos a su boca y le dije que los chupara, me miró como extrañadada, pero después de un momento lo hizo, entonces pude sentí sus dientes y comprendí porqué lo había lastimado, le fui explicando como hacerlo hasta que consiguió hacerlo bien, verla así me excitaba sobremanera. Era el momento, así que me desnudé, dejando mi ropa junto a la suya, ella veía embelezada mi pene, no se parecía en nada al de su novio, que según me dijo era bastante más delgado. Le dije que comenzara besando mis testículos mientras acariciaba y apretaba mis nalgas con sus manos, luego le dije que los lamiera y les diera mordiditas suaves, se sentía increíble, lo hacía con cariño, con cuidado, pero también de una manera muy cachonda. Ahora, le expliqué debes hacer lo mismo con el tronco mientras acaricias los testículos con una de tus manos, ella lo hacía delicioso, me tenía en el cielo, le dije que debía antes de chuparme embarrar su cara en mi verga para llenarse de su olor, ella lo hizo, me excitó mucho, después de hacerlo por un par de minutos, sin dejar de dar el beso, mordida o lamida ocasional, cuando de momento lo engulló por completo y comenzó a succionarlo como sino hubiera un mañana, duré unos 5 minutos hasta sentir que estaba por venirme, en ese momento sujeté su cabeza con ambas manos para atraerla hacia mí y metérsela tan profundo como me fuer posible en su garganta. Ella comenzó a tener problemas para respirar, pero no me importó, comencé a bombear sin piedad su garganta hasta que la llené, le dije que debía tragarlo para que la soltará, le costó trabajo pero lo hizo, cuando se lo saque de la boca le dije que debía lamer mis testiculos y pene hasta que no quedara rastro del semen, lo cual hizo con largos y húmedos lenguetazos que fueron realmente deliciosos mientras mi pene se iba haciendo más pequeño.
En mi consultorio tengo un pequeño refri, saque un par de refrescos, le ofrecí uno, lo aceptó, vi que hacía como que iba a recoger su ropa, me adelanté, la tomé junto con la mía y la dejé en el otro sillón, mientras le decía que no se podría vestir hasta que hubieramos terminado nuestra sesión, que para complacer a un hombre también había que alegrarle la vista y mostrarse sin pena, ella solo asintió y se resignó a permanecer así. Volteé a ver el monitor y ahí estaba su mamá en la sala de espera, ignorando todo lo que estaba sucediendo a un par de metros de ella, le pregunté que pensaba de eso y me dijo que eso la excitaba mucho, el sentir que se podía dar cuenta en cualquier momento, le pregunté si le había gustado y me dijo que sí, que mucho. Le pregunté si estaba listo para lo siguiente, me dijo que sí, ella sabía que a continuación le tocaba ser desvirgada por la vagina, también me dijo que estaba nerviosa pero que estaba decidida a llegar hasta el final. Platicamos un rato más, sentí que comenzaba a recuperarme y le dije que me debía ayudar, besando y acariciando mi pene y testículos para que pudiera tener una erección nuevamente, también le dije que la segunda vez duraba más que la primera porqué perdía sensibilidad el pene, por lo que no serían 5 o 10 minutos, sino 15 o 20, a lo que asintió con la cabeza.
Mientras platicabamos yo estaba sentado y ella permanecía de rodillas a mis pies sobre la alfombra, sus caricias, sus lamidas, sus besos me volvieron a poner duro, lo hacía de una forma muy cariñosa, cuidadosa, como si tuviera miedo de lastimarme, ninguna mujer me había acariciado con tanto cuidado y cariño, la hice levantar, la pusé en cuatro sobre mi sillón de piel, el paisaje era hermoso, tomé mi cinturón, lo pasé por su cadera, lo ajusté lo mejor que pudé, pasé la cabeza de pene en sus labios, acariciandolos, ella tenía ligeramente abiertas las piernas, le dije que pusiera su pecho en el sillón y estirará la mano para acariciarme los testículos. Le dije que tomara su pantaleta, la hiciera bolita y la metiera en su boca para evitar morderse la lengua, ella me miró como pensando como sería eso posible. Me ubiqué, empujé ligeramente la punta, tomé el cinturón como si fuera una rienda para tener el mayor agarre posible y entonces la jale hacia mí con fuerza al tiempo que empujaba mi cadera con fuerza hacia el frente. Ella soltó un gritó que fue ahogado por su pantaleta y por reflejo me apretó realmente fuerte los testículos, he de admitir que hasta una lagrima deje salir, sin embargo, se lo metí de una hasta el fondo, ella comenzó a sollozar mientras gemía, como habíamos acordado, comencé a bombearla de manera constante, era delicioso, estaba húmeda y muy apretada, por lo que fue sumamente placentero, unos 20 minutos después ella se había venido un par de veces, la sentí temblar, en cada ocasión, también le dije que jugara con su clítoris mientras la penetraba finalmente me vine llenandola de mi semen, le dije que debía permanecer así y disfrutar como escurría mi semen en su interior.
Me senté cerca de su cara y le dije que ya sabía que debía hacer y debía hacerlo sin moverse mucho de esa posición, me vio, lo pensó y luego recordó, así que comenzó a besarme, acariciarme y lamerme hasta dejarme limpio, como siempre lo hizo con tremendo cariño. Al final me dijo que le gustaba mucho lamerlo y chuparlo así dormido, que le gustaba la sensación en su boca y el sabor, me tomó otros 15 minutos recuperarme y le dije que era hora de la última, que duraría unos 30 minutos y que era más o menos el tiempo que quedaba de sesión. La levanté y la recosté sobre mi escritorio, le ordené abrir sus nalgas con sus manos y le tomé un par de fotos en esa posición con mi semen saliendo de su vagina, desnuda, sobre mi escritorio, era una pose tremendamente erótica, le mostré las fotos a ella y le gustaron. Le acerqué sus pantaletas nuevamente y le dije que ya sabía que hacer, así que las hizo bolita y las metió en su boca. Me acerqué a ella, busqué con la punta de mi pene la entrada de su ano, empujé un poco y ya seguro de que no se saldría, me apoye en el escritorio, empujé, metí la punta, me hicé un poco hacia atrás y se la metí hasta el fondo, pudé sentir como brincaba como si le hubieran dado toques eléctricos con un cable o algo así, estaba tan excitado que solamente dure unos 10 minutos bombeando ese hermoso culo sin piedad, ella lloró practicamente todo el tiempo, excepto al final, sentí como tuvo un orgasmo anal, poco antes del final, al terminar, le saqué las pantaletas de su boca, las metí a un cajón de mi escritorio, la dejé descansar unos minutos y me paré frente a ella, ya no preguntó, comenzó a lamer y chupar hasta dejarme limpio, luego con su nariz jugó un poco con mi pene, le alzó el pellejo y le dio un muy tierno, cariñoso y delicado beso en la punta, después de eso dijo con voz leve – gracias –, no pude evitarlo y le solté un pequeño chorro de orina en su cara, ella se sorprendió, pero no dijo nada, siempre lo hago después del sexo para marcarlas como de mi propiedad, de una manera primitiva y salvaje.
Tome una toallita humeda y limpie lo poco que escurrió en mi escritorio, en ese momento le dije que se vistiera, yo también me vestí. Le dije que invitaría a su mamá a pasar, me preguntó preocupada qué pasaría al verla así, le dije, dile que te pusiste muy emocional y no pudiste evitar llorar, tomé unas toallitas húmedas, se las acerqué y le dije que se limpiara hasta que su mamá entrara, asintió con la cabeza, estaba muy excitado, ella se vistió, estaba sin pantaletas, llena de semen en su vagina y ano, con semen y orina en su cara, abrí la puerta y le dije que entrara, al entrar vio la cara de su hija que comenzó a limpiarse el rostro y a sonarse la nariz. Le dije que su hija había estado siendo molestada por unas compañeras que le habían hecho muchas cosas malas, pero nada grave, le aconsejé cambiarla de escuela y no presionarla a denunciarlas porqué eso solo estresaría más a su hija, ella preguntó si era cierto, Luz dijo que sí y que recordarlo la hizo ponerse muy emocional, la madre aceptó, me pagó y acordamos una sesión semanal de una hora durante un par de meses para ayudarla a dejar atrás lo que le había sucedido. Tuvimos en total 24 sesiones, durante medio año una vez a la semana hacía con ella de todo con su madre afuera esperando, ella llegó a acostumbrarse tanto y a disfrutarlo que usamos disfraces, juguetes y nos pusimos muy creativos, ella se desnudaba en cuanto cerraba la puerta y permanecía así hasta que se cumplía el tiempo, nunca me dijo que no a nada, siempre estaba dispuesta a aprender y se esforzaba en mejorar. Cuando ella por fin pudo hacerlo con su novio y disfrutarlo dejamos de tener nuestros encuentros y cada quién siguió con su vida. Ella fue la primera de muchas que he podido guiar y enseñar, he descubierto que me encanta ayudarlas a dar sus primeros pasos y lo hago con gusto, tratando de cumplir las fantasías que sus novios inmaduros son incapaces de cumplir.
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