Madura sumisa

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por M0R3N0.
Bueno ante que todo pido disculpas ya que es el primer relato que contare, si bien he venido leyendo a muchos aquí hoy por fin he decido contar uno de los tantos que tengo.

Todo empieza de la siguiente manera, soy un chico alto, moreno, fornido marcado por las secuelas del ejercicio, bastante pícaro de mirada, muy gesticular y no es por vanagloriar pero no soy la excepción de lo que dices de los negros.

Desde que tenía la corta de edad de 18 años he vivido aventuras con mujeres mayores, solo por casualidad de la vida y otras muchas veces porque así lo había buscado, les contare esta última relación que tuve.
Actualmente tengo 28 y ella tiene 41 años, es una mujer de descendencia colombiana, le gusta cuidarse mucho tanto así que despertaba maquillada, senos operados, unas piernas suaves, marcadas por sus ejercicios diarios, piel bronceada ya que ama estar en la playa, en fin una mujer en todas sus cualidades, muy coqueta cabe resaltar.

Todo empezó justo cuando hace años me encontraba viviendo en Cali, Colombia y solo nos saludábamos a través del Facebook ya que ella y yo fuimos los padrinos de bodas de unos de mis mejores amigos que se casó con una de sus sobrinas, (el día del matrimonio estaba con una braga de animal print) que me provocaba romper y hacerle el amor rico.
Ese día no sucedió nada ya que estaba con mis amigos y ellas con su familia, en ese entonces ninguno estaba pendiente del otro, luego del tiempo cuando ya estábamos juntos ella me confesó que ese día quería bailar salsa conmigo.
Perdón me falto decirles que mi familia también es colombiana y vienen de Cali.

Luego de transcurridos los días en Cali decido volver ya que no pude hacer lo que tanto anhelaba que era forma vida allá, no era tan fácil como todos los demás piensan.
Mi forma de ser pícaro y todo el tiempo hablarle en doble sentido cuya manera ser pensé que me alejaría de ella y sucedió todo lo contrario y me acerco aún más, ya que ella respondía a todas mis preguntas de la manera que menos se lo esperaba y siempre le decía que no me refería a eso pero me gustaba su manera de ser.

La visitaba en su apartamento y poco a poco me fui ganando su confianza y ya no necesitaba estar con la sobrina para poder tener una excusa y visitarla pues entre tantas visitas que hice me quede arreglando unas sillas que estaba pintando y comenzamos beber "caroreña" una bebida basada en vino hecha en Venezuela.

Ambos estábamos tocados por ella efectos del alcohol mas sin embargo yo sabía que solo quería besarla, mucho antes siempre le decía que era bueno dando masajes, en eso no jugaba, soy bueno.
Y en el sofá de su casa empecé a brindarle un masaje en sus hombros los cuales estaban tensos, poco a poco los fui liberando de estrés mientras mi miraba se posaba en sus senos enormes solo atrapados debajo de una camisa deportiva donde podía ver la marca de su pezon.

Mi paquete empezaba a palpitar, a crecer de manera descontrolada, mi mente no podía dejar de pensar en el momento de tenerlos en mi boca y sin dame cuenta ya casi tocaba su cabeza con mi paquete y fue ahí donde me detuve y recordé una de las escenas de la película de Spiderman.
Donde el hombre le da un beso a Mary Jen boca abajo.

Tome la decisión de hacerlo y la bese y fui correspondido, mientras la besaba mis manos bajaban hacia sus senos, no resistía las ansias de tenerlos en mis manos, cabe decir que mis manos son grandes pero ellos son aún más grandes que no podía caber en ellas.
Nos pusimos de pie y la pegue contra la pared, mis manos bajaron hasta su vagina y les cuento que para los pocos minutos que nos estábamos besando estaba full mojada, quiere decir que antes de que empezara solo con los masajes ya ella se encontraba excitaba.

Esa noche no pudimos continuar ya que su hija se encontraba en una de las habitaciones del apartamento, dormí en otro cuarto pero en la mañana me levanto con un beso y me agarro el paquete apretándolo entre sus manos con ganas de que sucediera pero con su hija en casa ambos sabíamos que no sucedería.

Pasaron los días entre tantas cosas que ambos nos decíamos anhelábamos que llegara el día en que nos comiéramos y sucedió después de un 24 de diciembre, al siguiente día fui a buscarla en un taxi que casi se estaba desarmando como comúnmente me pasaba unos chazcos con cada taxi pero ese es un cuento que diré en otro relato.

La lleve mi casa la cual es un hogar sencillo comparado a su apartamento y para la sorpresa al llegar fue que no había luz, quería morirme, inmediatamente llame al taxi que me había llevado y decidí llevarla a un hotel, tampoco era un gran hotel pues en esos días no estaba bien económicamente para costear una gran habitación, total íbamos hacerlo lo mismo donde estuviéramos.
Llegados a la habitación empezó a revisar cada parte del mismo, baño, cama, aire y todo se encontraba conforme a sus expectativas, vestía un Jean con una blusa olgada pero quejaba ver parte de sus grandes senos, no aguantaba más y me recosté junto a ella en la cama, comenzando besarla como si antes nunca fuese besado alguien, mi lengua pasaba casi hasta su garganta mientras ella más fuerte succionaba, acariciaba cada parte de su cuerpo mientras que trataba de quitarle cada prenda.

Justo cuando ya la tenía desnuda, solo quería que sintiera todo mi pene dentro de ella, quise que antes que sucediera eso lo tuviera en su boca, trataba de hacer ancadas pero no podía tenerlo todo, yo por mi parte la presionaba fuertemente para que lo lograra pero era imposible, me detuvo y me dijo.

-Por favor trátame con más delicadeza, si.

-Está bien disculpa le respondí.

Justo en ese momento comprendí que ese espectáculo de mujer que tenía en aquella cama se le tenía que tratar con mayor sutileza.
Baje poco a poco y me detuve a darle una "clase de idiomas" como le llamó al sexo oral que brindó, pasaba mi lengua con sutileza por tu clitoris mientras que metía uno de mis dedos en su vagina lentamente, sacaba el dedo y se lo daba a probar y lo lamia con todo el erotismo y excitación que no imaginan, eso hacía que mi morbosidad creciera más y más, pensarlo me coloqué un preservativo y justo ahí donde ella se encontraba con sus piernas abiertas boca arriba observando lo que le hacía poco a poco fui introducción cada centímetro de mi pene mientras ella gemía de placer y colocaba una mano en mi abdomen para ir frenando mis ansias de quererlo meter ya.

Tiene una vagina estrecha y mi pene es grueso, gordo, con venas que se hacen sentir y ver cómo le dolía un poco pero era tan placentero para ella y no me pedía que parara más aún me excitaba, comencé hacer movimientos aún más fuertes y más fuertes eran sus gritos, me enloquecía todo, mientras la tenía bien penetrada, chupaba sus enormes senos que por cierto me gusta verla desnuda sin que tenga sostén.

Minutos después sentí como ella tenía sus primeros orgasmos, apretaba duro mi cuerpo, sentía sus uñas en mis brazos y espalda, la puse en 4 comúnmente llamada la posición del perrito, sacaba y metía completamente mi pene en su vagina mientras observaba como mordía la almohada de placer, me preparé y le escupí la vagina para mojarla seguido de una metida de dedos para lubricarla para después meter de nuevo poco a poco mi pene.

Sentía como aquella pequeña vagina estaba siendo abierta por mi pene que sin medir cuidado estaba haciendo campo dentro de ella, estuve así por varios minutos, luego la puse me lado y ahí fue donde me percaté que más sentía porque ya sus gritos y gemidos no era lo mismo sino más fuertes.
Su pierna en mi pecho y mi humanidad arrodillado penetrandola, era una escena sacada de una película XXX.
Me veía en el espejo y menos quería acabar.
Luego ya después del cansancio susurraba entre sus pequeños labios.

-Ya por favor, ya no aguanto más, termina, acaba de una vez.

Mis oídos eran sordos, estaba lleno de muchas ganas de seguir pero tenía que terminar.
Terminé llenando el preservativo de todo el semen que tenía.

Se han vuelto a repetir muchas ocaciones ya que aún sigo teniendo una relación con ella pero esos serán relatos que les contare en otra oportunidad.