Madura sumisa II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Este es uno más de tantos encuentros que he tenido con ella pero en esta oportunidad fue totalmente diferente.
Estábamos en su apartamento y me dijo que tenía un poco de hambre, inmediatamente le propuse salir a comer y cerca fuimos a cenar pepitos (son llamados así los perros calientes que vienen con un pan más grande de lo normal).
Camino de regreso me dijo que quería un helado y pasamos a comprar uno EFE de ron con pasa que es su sabor predilecto.
Era la temporada de béisbol en nuestro país y estaban jugando los rivales eternos Magallanes vs Leones, estábamos sentados en un puff viendo el juego y tomando una copa de caroreña cada uno.
El trago empezaba hacer su efecto, la tenía metía en medio de mis piernas, mientras que con mis manos tocaba sus bellos y duros senos que me enloquecen y son como un frenesí para mí, empecé a quitar su blusa con delicadeza dejando solo expuesto su sostén que con solo el leve movimiento de mi mano logre soltar.
Tome un hielo de la copa de caroreña que tomábamos y empecé a pasarlos por su espalda, repentinamente se arqueaba su espalda por la reacción fría del hielo en su piel más nunca me dijo que lo dejara de hacer, le gustaba! Al ver que estaba dispuesta a seguirme en lo que hiciera la acosté en el puff y empecé la lamer sus senos con el hielo en mi boca, se retorcía del placer, gemía con todas las ganas y eso me llenaba de morbosidad.
Recordé que habíamos comprado un helado y fui por el a la nevera pero cuando regrese y la vi ahí en el puff toda para mí se me encendió más las ganas de querer hacer con ellas muchas cosas más.
Empecé a comer helado en sus senos, metía los dedos en el helado y se los llevaba a la boca la cual chupaba y lamia con todo el erotismo, succionaba de manera tal que sentía la presión en mis dedos.
Poco a poco empecé al bajar sus jeans y al quitarlos deje en descubierto esa ropa íntima que con lencería me enloquecía (cabe decir que en el anterior relato mencione que es una mujer que cuida cada pequeño detalle de ella) y al verla así con piernas abiertas baje de inmediato y por encima de su pantis pasaba mi lengua e intentaba morder sutilmente con mis labios su vagina, tenía un olor rico, la pantis empezaba a mojarse de tanta lubricación que ya tenía, la hice a un lado con mi lengua y de abajo arriba comencé a lamer cada gota de lubricación que salía de ella.
Dejándola seca le quite la pantis, metía me lengua en su vagina mientras que introducía mis dedos en su boca y tocaba sus senos con la otra mano, me comía si vagina completa, echaba helado que ya casi se derretía con el calor de nuestros cuerpos y tanto tiempo fuera de la nevera mientras se la lamia.
Viéndola a la cara sentí como tenía sus primeros orgasmos, me apretaba por detrás de mi cabeza presionándome hacia ella cada vez que sentía un orgasmo más queriéndome como meter dentro de ella.
Diciéndome que le había hecho trampa me tomo y me abalanzó sobre e puff, ahí me di cuenta que era mi turno, accedí a tus deseos de querer hacer lo que quisiera, no dudó mucho en desabrocharme el jean y sacar el paquete que a ella tanto le gusta, lo tomaba con ambas manos, descubriéndolo todo y lamiendo toda la lubricación que tenía, intentaba metérselo todo a la boca con un poco de ayuda mía presionándola sujetándola por su cabello, note que sus ojos se tornaron cristalinos dejando salir pequeñas lágrimas dándome a entender que estaba llegando más allá de su garganta, pasable de abajo hacia arriba su lengua lamiendo cada parte de ese pene negro, venoso y grueso le gusta.
Paro por un instante y me dijo.
-Quiero que me alimentes
Queriéndome decir que quería mi semen, eso sí me hizo caso explotar de forma inmediata y la tomé fuertemente por su cabello y le metí hasta donde le cabía estos 19cm y empecé acabar dentro de sus boca llenándosela y viendo como con cada palpitaba de mi pene ella se daba un trago de mi semen, por último limpio su dedo anular cada gota por fuera de su boca que se había chorreado.
Sin pensarlo y con mi pene aún erecto la lleve a su habitación la acosté en la cama y comencé a buscar en las gavetas algo con que sujetarla en la cama, con su ayuda encontré una bufanda morada, amarre sus manos a ala cabecera de su cama y con otra la amordace.
Saque de mi bolso un rollo de 15 preservativos que ya previamente había preparado en mi casa, ella trató de exclamar algo pero no supe que quiso decir nunca, solo quería que supiera que la noche apenas recién empezaba.
Colocado frente a ella con sus piernas abiertas y con él condon puesto lo puse en la puerta de su vagina y poco a poco empecé a meterlo, ella se retorcía y gemía, yo le preguntaba.
-Te gusta? Y me respondía con gestos moviendo su cabeza en forma de SI.
Mordiendo lo que tenía en su boca y cerrando y abriendo los ojos cada vez que me metía un centímetro más hasta que logre que lo tuviera dentro por completo.
Comencé a darle embestidas que a medida del paso del tiempo comenzaron hacerse cada vez más Fuertes y rápidas, sus gritos pocos se escuchaban pues tenía la mordaza en su boca, quería que le soltara al menos una mano y termine soltándole las dos, mientras seguía encima de ella me sujetaba por los brazos y me apretaba con sus piernas aún más.
Agarre y la puse en 4 y sin medir palabras ni tiempo lo metí completo que saco de ella un grito ensordecedor, le sujete la boca e intente tapar sus gemidos mientras lamia su oreja y con la mano sobrante sujetaba un seno, exclamaba después de haber pasado más de 20 minutos.
-Ya por favor acaba amor.
Sus palabras hacían que me llenara de excitación y termine acabando exclamando también un gemido que me salía desde lo más profundo.
Y esa era otra noche más con mi novia madura.
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