Magia y Control (I)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por TeoBosh.
Posiblemente ustedes crean en la magia, posiblemente no.
Yo en lo personal no creía.
Educado como muchos otros, en una educación cristiana tradicional, consideraba todo aquello que se saliera de mis paradigmas como mera superstición, o en caso de existir tales cosas, eran algo prohibido y dañino.
Mi vida era común, con todo la monotonía que ello implica, me dedicaba a mi trabajo de maestro y a perder el tiempo en las cosas propias de la generación del milenio, es decir, a pasar horas en internet sin mas beneficio que el de la fantasía y el autoengaño.
He de decir que siempre había sido tímido con las chicas, y tuve muy pocas relaciones que se acercaran a algo amoroso.
Perdí mi virginidad como muchos de los desafortunados introvertidos, en un prostíbulo, y he de confesar que por mucho tiempo fueron tales amores pagados, las únicas relaciones sexuales que tenía.
Un día conocí a Daniela, era una rubia hermosa, era mi compañera de trabajo, realmente me gustaba mucho, y con el tiempo surgió entre nosotros una gran empatía.
Hasta que por algunos sucesos donde me declaré públicamente enamorado de ella, ella dejó de hablarme, lo cual me sumió en una gran depresión.
En mi estado triste y sumido en el dolor, la realidad fue modificándose, reorganizándose en mi conciencia, y en la desesperación de mi deseo frustrado, busque modos de tenerla.
Y cuando todo lo tradicional y racional falla, uno opta por lo heterodoxo, por lo prohibido.
Fue entonces cuando comencé a investigar sobre la magia, y comencé a investigar muchos métodos para hacer que Daniela se fijara en mi, no se que funciono de todo lo que hice, pero algo funciono.
Daniela se acerco a mi y me pidió perdón, y accedió a tener una relación conmigo, fue una buena etapa, tuvimos una relación por un tiempo, pero antes de que estuviéramos juntos le había surgido una oportunidad para estudiar en el extranjero, era un compromiso que ella ya había asumido, y se fue.
La verdad al principio me sentí triste, y pensé en retenerla con algún medio, pero en verdad sabia que eso era algo que deseaba mucho, así que le deje ir.
Ahora a pesar que ya no le tenia a ella, si tenia aquello que me la trajo.
Me dedique a estudiar con mayor profundidad la magia, hasta que me tope con una corriente mágica moderna llamada magia del caos, y su práctica básica y sencilla, pero no por eso menos poderosa, de los sigilos.
Lo cual consiste en concentrarse en un deseo, escribirlo, y tomar todas las consonantes de la frase, eliminar las letras repetidas, y con ello hacer un dibujo, un signo, al punto qué tal dibujo exprese el deseo pero que nadie pueda saber su significado, después hay que activarlo, esto se hace alcanzando un estado de gnosis mientras se contempla el sigilo, al cual se puede llegar por medio de emociones fuertes, cansancio extremo, o mi método favorito, por el acto sexual o la masturbación; al final hay que desterrar el deseo olvidándose de él, para lo qué hay que enfocarse en actividades comunes que no tengan que ver con el deseo, como limpiar la casa, o hacer ejercicio.
En un principio estas prácticas no me trajeron resultados inmediatos, así que mientras pedía mis grandes deseos, también pedía otras cosas pequeñas que deseaba pero que no eran muy importantes, para mi sorpresa muchas de las cosas que deseaba se iban cumpliendo.
Entre ellas el ser aceptado en la maestría en una universidad importante.
En pocos meses mi vida fue cambiando gradualmente, me fui a otra ciudad a vivir, tuve un buen desahogo económico al recibir una beca por lo que ya no tenia que trabajar, comencé a enfocarme en cosas que disfrutaba hacer.
Hasta que los cambios fueron tan enormes que yo mismo me sorprendí.
Muchos se preguntarán por que no desee ganar la lotería o que me regalaran un millón de dólares, pues si lo desee, pero como lo mencioné, buena parte del éxito de esta magia del caos, es olvidarse de lo que se desea al menos por un buen tiempo después de realizar el sigilo, y creo que es difícil olvidarse de querer ser millonario rápidamente.
Por lo que pedía cosas que me eran útiles pero que no me obsesionaban, como cuando quería que un profesor llegara tarde, o para tener una nueva computadora, etc.
, cosas prácticas.
Aprovechaba cuando las actividades de la universidad eran muy demandantes para hacer sigilos, deseaba, activaba, y después olvidaba volcándome en mis actividades, esto me ayudo a que bastantes de las cosas que yo quería llegaran a mi vida.
Un día aburrido comencé a fantasear con las posibilidades de estas técnicas, recuerdo que veía una serie donde un villano, controlaba las mentes de las personas, y me pregunté ¿si yo pudiera controlar las mentes y las acciones de las personas que haría? Aquello inicialmente se convirtió en una fantasía bastante bizarra, pero me fue gustando mucho la posibilidad, así que como si se tratara de un juego, escribí mi deseo, lo sigilicé y lo activé, después lo olvidé volviendo a mis actividades comunes.
Dicen los estudiosos, que los deseos sigilizados tardan en cumplirse, ya sea tres días, o tres semanas, o tres meses, dependiendo de las condiciones.
La verdad a mi se me había olvidado que había pedido aquello de controlar mentes, aquello solo había sido algo momentáneo un juego, una ocurrencia que me cruzó por la cabeza un día y lo sigilicé.
Pero tal fue mi sorpresa cuando mi deseo se cumplió.
Era un día normal, tenía una clase por la tarde, la verdad todo aquello era aburridísimo, y mientras veía al profesor simplemente dije en mi mente, ¡ya acaba esto, creo que tienes que ir a embriagarte o a limpiar tu casa, qué se yo, pero ya vámonos! Justo cuando lo pensé el profesor interrumpió su verborrea y dijo:
-Hasta aquí vamos a dejar la clase, nos vemos la próxima semana.
Aquello me pareció una coincidencia.
Pero estaba contento, al fin podía librarme de aquello.
Mientras guardaba mis cosas, vi de reojo a Estela, una compañera de clases, no es la gran cosa, pero tiene su encanto, es delgada, de rostro fino y cabello castaño, tiene pechos más bien pequeños, y un trasero redondo y compacto, en pocas palabras es sexy pero sin llegar a ser voluptuosa.
Mientras le miraba pensé:
– Sería divertido que te diera comezón en una teta, y que comenzaras a rascarte disimuladamente.
Me distraje cerrando mi maletín, y volví a mirarla, y para mi sorpresa, su mano disimuladamente se estaba rascando una teta por encima de la blusa.
Fue entonces que me asombre, comencé a contemplar la posibilidad de que mi deseo se hubiese cumplido, así que ahora pensé:
-Estela, acariciate el trasero.
Para mi sorpresa una de sus manos fue hacia sus nalgas y comenzó a sobarlas, mientras ella seguía concentrada en guardar sus cosas.
Aquello fue como un balde de agua fría, realmente ella estaba haciendo lo que yo le estaba ordenando mentalmente.
Fue en ese momento cuando mis instintos más profanos salieron a flote y comencé a pensar otros tiempos de cosas, al principio pensé que debía llevarla a la cama inmediatamente, pero la verdad es que tenía hambre, y pensé que sería divertido que comenzara a jugar con ella poco a poco, sin que sospechara nada.
Me acerque a ella y le pregunté:
-¿Qué tal estela, que vas a hacer esta tarde?
-Pues, ahora llegando a la casa voy a ponerme a estudiar, gracias a Dios que mi marido hoy sale tarde del trabajo y voy a tener algo de tiempo para ponerme al corriente con las materias.
-Invítame a comer primero –le dije- ya después estudiarás.
-Está bien ¿Qué quieres comer? –me dijo-.
Fuimos por una pizza, al momento de ordenar fue algo gracioso, pues mentalmente le ordené que pidiera la pizza de jamón y peperoni, siendo que ella es vegetariana, y así lo hizo.
Mientras comíamos fui ordenándole que comenzará a tener deseos sexuales.
Mientras ella mordía su pizza, yo le ordenaba con mi mente que imaginara que estaba me estaba haciendo una felación, y sin darse cuenta de morder la pieza comenzó a lamerla, yo le dije:
-Estela ¿Qué haces lamiendo la pizza?
Ella se sonrojó, y contestó:
-No se que me pasa -ambos nos reímos-.
Ella comenzó a hablarme sobre las clases y yo hacía como que le prestaba atención, en cambio continúe con mis juegos.
Mentalmente comencé a decirle:
-Estela, tus pezones se están poniendo muy duros y sensibles, y tu vagina va poniéndose húmeda y caliente, deseosa de que la penetren, de que yo la penetre, comienzas a tener deseos de follar conmigo.
Mientras yo pensaba esto y ella seguía hablando, comencé a notar como se ruborizaban sus mejillas, y como comenzó a agitarse su respiración mientras se retorcía disimuladamente en su asiento.
Así que para continuar mi juego, le pregunté:
-¿Qué te pasa Estela, te sientes bien?
-Si, estoy bien, es solo que me siento un poco rara.
Solo le sonreí y ella seguía excitándose, así que le dije:
– Oye ya es tarde ¿qué te parece si nos vamos?
-Bien, me parece buena idea.
Ambos dejamos la pizzería.
Mientras salíamos pude ver como en su entrepierna se iba dibujando sobre sus pantalones una pequeña marca de humedad, lo cual comenzó a ponerme caliente también a mi.
Yo en ese entonces no tenia coche y Estela en cambio si, así que le ordené mentalmente:
-ofrécete a llevarme a mi casa.
Inmediatamente después ella me pregunto:
-Oye ¿cómo vas a tu casa?
-Caminando.
-No, cómo crees, yo te llevo, traigo coche.
-Muchas gracias Estela.
Mientras íbamos en el coche le ordené con la mente:
-Estela, idea la manera de follar conmigo, realmente estas muy caliente y necesitas que yo te folle, conforme pasa el tiempo te estás excitando más y más.
Mientras conducíamos, notaba como su respiración se agitaba más, y como se desabrochó dos botones de su blusa, mientras se retorcía disimuladamente en el asiento del coche.
Al llegar a mi casa ella me dijo:
-Oye, me prestas tu baño, es que creo que bebí mucho refresco.
-Si claro, ven, te muestro donde está.
Pero justo en cuanto entramos a mi departamento y cerré la puerta, ella se abalanzó sobre mi y me plantó un beso en la boca, mientras se iba quitando la blusa.
Para ser sincero me tomó por sorpresa, pero me dejé seducir por su excitación, la condujé a la habitación y comencé a desvestirla mientras ella seguía lanzando sus besos salvajes a mi boca y cuello.
Primero le quité sus pantalones blancos, dejándole en ropa interior.
Era la primera vez que le miraba en tal situación, y pude apreciar sus curvas, que generalmente pasaban desapercibidas bajo su ropa.
Mientras continuaban los besos comencé a acariciar su piel canela, pasé mis manos por sus antebrazos y fui hacia su espalda, donde desabroché su sostén y se lo quité, dejando al aire los pequeños pero firmes pechos con sus pezones parados y duros.
Mientras le acariciaba los pechos con mi mano izquierda, con la derecha fui bajando hasta su entrepierna y sobre su pantaleta comencé a acariciar su vagina, realmente Estela estaba muy mojada.
Metí mi mano en su calzón y comencé a masturbarle mientras con mi otra mano seguía acariciandola, ella realmente estaba fuera de sí.
hasta que mentalmente le ordené que se viniera.
Un líquido blanquecino chorreo mi mano aun dentro de su pantaleta, y al unísono un grito de placer salió de su garganta.
Aquello me excitó mucho, realmente estaba controlando mentalmente a alguien, realmente ella estaba obedeciendo sin saberlo.
Ahora era mi turno, le ordené mentalmente que me hiciera una mamada.
Ella se puso de rodillas y desabrocho mi pantalón, sacó mi pene ya duro por la excitación, y sin tardanza se lo introdujo en la boca, y comenzó a chuparlo.
Obviamente no lo había hecho antes pues al principio lo hacía de forma aleatoria y sin mucha práctica, pero conforme fue tomando ritmo, aquello realmente me comenzó a dar mucho placer.
Aquello realmente me estaba gustando mucho, ver a mi compañera de clases, de rodillas mientras chupaba mi miembro era una vista magnifica, que me hacia sentir poderoso.
No pude aguantar más, así que le tomé y la subí a la cama.
Allí le quité las pataletas, y mientras ella estaba acostada, abrí sus piernas, y de una sola embestida le metí mi verga en su vagina, la cual se deslizó sin problemas en la húmeda cavidad.
Mis embestidas fueron rápidas, realmente yo estaba muy excitado.
Mientras el vaivén de mi miembro en su vagina hacia bailar sus pequeñas tetas, vi su rostro enrojecido por el placer, ella también lo disfrutaba, lo evidenciaban los gemidos los agudos que lanzaba.
En ese momento le dije:
-Ponte en cuatro patas.
Ella obediente se puso en posición de perrito, dejándome ver su culto redondeado y su vagina húmeda, volví a introducir mi verga en su vagina, y esta vez las embestidas fueron más rápidas y fuertes.
Frente a mi cama tengo un espejo, allí podía ver como su rostro disfrutaba de aquella penetración, y como sus ojos se ponían blancos de placer, mientras veía a la vez como sus pequeñas tetas bailoteaban en su pecho con cada embestida.
Con mis manos en sus nalgas mientras le follaba, vi su agujerito anal, angosto y seductor.
Saqué mi verga de su vagina, bañé uno de mis dedos en sus fluidos vaginales comencé a frotarle su ano, cuando coloqué la cabeza de mi pene, en la puerta de su ano.
Ella me dijo:
-Por ahí no.
Yo mentalmente le dije:
-No vas a sentir dolor, solo placer, entrégate por completo, y deja que haga lo que yo quiera contigo.
Poco a poco fui introduciendo mi verga en su angosto culito, mientras que por el espejo veía como ella iba cerrando sus ojos, pero no soltó gemido alguno, no le dolía.
Ya dentro de ella, comencé primero con embestidas lentas, pues aquello estaba muy angosto, pero después fui aumentando el ritmo.
Mentalmente le ordené que comenzara a masturbarse mientras le follaba por atrás.
Ella comenzó a acariciarse la entrepierna, y a medida que yo aumentaba el ritmo y la fuerza de mis embestidas, ella dedeaba con mas fuerza su clítoris.
Hasta que yo ya no aguantaba más, estaba por venirme, así que le ordené que en cuanto yo eyaculara en su culo, ella tuviese el orgasmo mas fuerte y potente de su vida.
Y así fue, cuando mi leche comenzó a bañar su agujero, ella comenzó a retorcerse de placer al vez que seguía masturbándose y soltaba unos gemidos de sincero goce.
Saqué mi verga de su ano, del cual también comenzó a salir mi semen bañándole parte de sus nalgas.
Aquello fue realmente intenso, y yo estaba agotado, me recosté en la cama, y ella vino y se acurrucó a mi lado, y me dijo:
-Nunca había hecho esto.
-¿qué follar?- le dije-.
-No, serle infiel a mi marido.
En ese momento le dije con la mente:
-No te sientas culpable, realmente lo disfrutaste, realmente te gusto, lo mantendrás en secreto, y con tu marido actuarás normalmente, esto va a ser normal para ti, míralo como una buena experiencia más, y disfruta el momento.
Mientras que con palabras le pregunté:
-¿Te sientes culpable?
-No, extrañamente no, -me dijo ella- realmente lo disfruté.
Al decir esto ella se sonrió.
Estuvimos ahí tirados en la cama unos minutos, pero yo sabía que ella debía volver a su casa, y la verdad no quería complicarme la vida, así que le ordené mentalmente:
-Tienes que irte, recuerda que debes llegar a casa antes que tu marido.
Ella se levantó juntó su ropa y se fue al baño, allí se vistió y se arregló un poco y me dijo:
-Tengo que irme mi marido puede llegar a casa en cualquier momento y será mejor que esté ahí.
Me levante, y me vestí, le acompañé a la puerta y ahí la despedí con un beso en la mejilla como si nada hubiera pasado.
Ella subió a su coche y se fue.
Cuando ella se fue, es cuando me puse a pensar, pensar en mi nuevo poder, y en las posibilidades que se abrían con él.
Era un nuevo comienzo de una nueva vida, en la que yo era el señor y el resto los siervos.
Si desean saber qué pasó después, esperen la publicación de mi siguiente relato.
Continuará…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!