María de 13 violada por 9 hombres
Segundo capítulo y final con los horrores que sufrió por todos sus agujeros..
Luego de recibir el segundo en la mejilla izquierda, el tercero en la derecha, el cuarto en el mentón, el quinto en la zona de la nariz, el sexto nuevamente por la frente…el séptimo macho, ya a punto de soltar, calculaba donde depositar su aporte en lo que ya era un dantesco bukkake que María estaba padeciendo; sus facciones, llenas de blanco líquido, dejaban irreconocible a aquella nena que, pobrecita, hasta fue atada de manos luego de intentar sacarse esa lecherada…»Puta, una falla más y acá los primos juntos te van a petar el culo». En resumen, para la paja, 4 de los muchachos sentados o arrodillados le chuparon a full su conchita, 2 la entrada de su culito y otros 2 usaron su garganta, siendo el raptor Sergio el único en largar con solo mirar…paja intensa hasta que no aguantó más la escena de los dos primos y el cajero: dos abajo, uno lamiendo como loco hasta inflamar esa conchita, otro intercalada el asterisco con las tetas y el cajero, ese mismo con el que tenía años jugando al fútbol y como todo 9… se movía, pero no para recibir un pase de gol, sino al alternar su pija con sus huevos al hacerla mamar…y así, a causa de los tres penes concentrados jugando por la nena dijo «aaaaaaaaa salgan un segundo me veeengooo» y con fuertísimos disparos, se adelantó por segundos al otro largandole por toda esa cara de puta que, con asco, sintió la octava descarga seminal, siendo el primero que en parte se escurrió por su abdomen hasta llegar a la cuquita…
Minutos después, con la novena y última eyaculación, los amigos festejaron con gritos y cerveza el fin de la lecherada; algunos zarpados pasaban dedo por esa carita y abrían la boca para hacerla tomar, en medio de insultos denigrantes de todo tipo. «Bueno los muchachos, que hacemos? manguereamos bien su cara o le cogemos bien fuerte para que vaya cayendo así… mientras elijan, pongan sus nombres en en un papelito y en breve sale sorteo para orden…de cogida en su conchitaaaaaa»….
Y fue así que empezaron, con un desesperante grito de dolor femenino, a estrenar y luego romper esa conchita de 13 años, a la que primero subieron en la mesa boca arriba y así darle pija sin parar, con sus piernas bien abiertas. Los «noooo» de la pendejita eran inútiles, ya que era sacudida y una otra vez por esos cuerpos que la sometían a las bombeadas más duras.
Aunque María rogó a Sergio que no le largue adentro, este con una risa burlona procedió a ser el primero en largarle todita la leche bien al fondo de esa riquísima vagina que, apretadita e incluso mojadita, se convertía en cómplice de esos felices ultrajadores que, sin descanso, la violaron con toda la potencia de hombres de verdad hasta dejar bien inflamado y estrenado ese delicioso agujero.
Con la dura cogida y posterior largada del mecánico en esa conchita rebasada en semen, cerró la violada vaginal y se tomaron un relajante descanso antes de continuar, momento en el que debatieron si a ese culito le iban a dar pija en cucharita o montandola de cuatro…se decidió que cada uno pudiera elegir como, siempre y cuando la cogieran con todo y lubricaran con lechita esas paredes anales.
«Me…me duele demasiado…es..muy, muy grande»…»Que dijiste puta?…no escuché…que te duele»…»por favor más lento ayyyyy…me estás rompiendo mi colita basta»…»Te duele bebé? Mi poronga es muy grande?»… «Siii ayayay…me dueleeee»….»Que dijiste, más fuerte puta hablá más fuerte, más fuerte»… «Encima te estoy cogiendo a la mitad de mi ritmo, permiso para darte mas duro, jaja»…
Y al llegar las 5 de la mañana, estaba María tirada en el suelo sollozando en posición fetal, rodeada por los muchachos después de recibir 27 a 30 largadas en su cara, en su culo y en su vagina. Satisfechos y orgullosos, a los perros poco y nada les importaba el trauma ajeno…al contrario, felices estaban luego de haber cogido tanto y tan rico… algunos tenían ganas todavía, como el plomero que quería ponerla de costado hasta que ella se durmiera con su poronga enterrada en ella.
Y para ello esperó pacientemente varias cogidas más, desde dedeos hasta dobles penetraciones, hasta que la perrada finalmente tumbó de sueño y cargandola en sus brazos, la aseó personalmente con sus manos hasta eliminar toda evidencia seminal y la llevó hasta la cama para solito cogerlo despacio, rico hasta que ambos quedaron dormidos y ella con media…media pija adentro.
Y al mediodía, con los más pijudos de la villa despiertos, la violada continuó incontables veces más hasta el domingo a la noche, cuando una María con los pies y las manos atadas, fue llevada por Sergio hasta un yuyal lejos de la escena del bárbarico crimen y al bajarla, la pone de rodillas y le da de mamar por última vez, hasta empavonarle la cara con esas últimas descargas de leche. «Cada vez que huelas lefa, vas a acordarte de este momento…no me extrañes tanto putita que nos vemos pronto, jajajaj».
Y así termina la historia de María, la que en tres días pasó de ser una virgen a una literal putita mal cogida sin consentimiento.
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