Mariana: Mi primera vez
Como muchos hombres mexicanos, cuando entran en la adolescencia algún familiar, usualmente el padre te lleva a algún prostíbulo a «debutar» es decir a tener tu primera experiencia sexual, sin embargo yo tuve la suerte de que un primo me prestara a su esposa para hacerlo..
Descubrí la masturbación a eso de los 11 años, y desde ese día el libido en mí, aumento incontrolablemente, me masturbaba casi todos los días y poco a poco fui haciéndome de una colección de revistas porno que compraba de contrabando, cuando tenía 14 años (hace casi 18 años) en una comida familiar me puse a platicar con mi primo «Omar» que en ese tiempo tenía 24 a quien no veía desde hace tiempo ya que se había ido a distrito federal a estudiar la universidad y recién se había casado, de todo ya que siempre lo ví como un hermano mayor
Él: Y que pasó? Ya tienes novia
Yo: No, no todavía pero hay una compañera que me gusta
Él: Nada más ten cuidado con lo que hagas con ella eh? Usa protección siempre
Yo me empecé a reír y el me miro fijame
Él: Tampoco has cogido?
Preguntó genuinamente sorprendido, ante mi negativa, me dijo
Él: Mira, dile a mi tía que mañana me vas a ayudar a ir a comprar unos cosas, paso por ti a eso de las 11 y te voy a llevar a debutar
Asentí con la cabeza, emocionado, ante esa oportunidad, los nervios estaban al tope, al día siguiente, puntualmente llegaron por mi, subí al auto de mi primo
Él: Ahorita sólo deja que ella te guíe, tu haz lo que ella diga porque no sabes nada, entendiste?
Yo: Sí
Él condujo hasta su casa, y me indico que lo siguiera, pensé que haríamos una parada a recoger cosas o algo de esa naturaleza, pero ya que entramos, lo primero que ví fue a su esposa, Mariana en ropa interior, al verme sonrío.
Él: Bueno, los dejo, vuelvo en dos horas está bien?
Ella: Sí, déjamelo todo a mi dijo sonriendo
Yo me quedé en la mitad de la sala, completamente confundido, sólo escuché la puerta cerrarse y el auto alejarse, Mariana se puso de pie y caminó hacia mí
Ella: Tranquilo, deja que yo haga todo
Me dijo mientras acariciaba mi entrepierna, me costó todavía unos segundos agarrar la onda de lo que estaba pasando, ella se inclinó y me dio un beso prolongado
Ella: Me encantan los nuevecitos, en la sala o en el cuarto?
Yo: Aquí… En la sala
Ella me guío al sillón más grande y me sentó, de puso sobre mi, cara a cara, instintivamente mis manos se fueron a sus nalgas, ella sonrío y se quitó el sostén.
Ella: besa mis tetas, despacito
Dijo mientras comenzaba a frotarse sobre mi, comencé a besar sus tetas, sus pezones cafecitos se endurecieron mientras besaba y lamía, ella sólo jadeaba y se movía más rápido, podía sentir el calor que emanaba de su vagina traspasando la tela de mis pantalones, sus manos comenzaron a desabotonar mi pantalón, mi verga estaba durísima, en un momento se puso de pie y ordeno que me bajara los pantalones y el boxer, obedecí inmediatamente, ella se deshizo de sus panties.
Ahí estaba frente a mi, completamente desnuda, Mariana a sus 23 años era una ricura de mujer, 1.68, con unas tetas medianas y un culo firme, su piel morena clara , dios mío, mi verga estaba a punto de reventar. Me senté nuevamente en el sillon y se colocó nuevamente sobre mí, tomo mi verga y la coloco en su entrada
Ella: Nada mal para tu edad
Dijo mientras jugaba con lampunta de.mi verga, sentía su humedad y su calor, me tomo de los hombros y lentamente se empalo. Yo estaba en la gloria, sentía sus paredes envolviendo mi firmesa, ella comenzó a subir y bajar mientras gemía.
Mis manos recorrían su cuerpo y comenzamos a besarnos, ella aceleró sus movimientos y no resistí más, descargue todo mi semen en su interior, ella se detuvo y comenzó a mover su cadera en círculos hasta que mi erección bajo. Fue hasta ese momento que me dí cuenta que lo habíamos hecho sin condón.
Ella al ver mi preocupación me beso en los labios tiernamente
Ella: No te preocupes, ambos estamos limpios y tomo pastillas
Yo: Dios mío… Eso fue genial
Ella: Nada mal para ser tu primera vez, aún tienes mucho por aprender, vamos a darnos un baño
Ambos nos metimos a la regadera y ahí me permitió explorar con mis manos su cuerpo, una vez ya duchados y nuevamente con ropa, estábamos en la sala, ella recostada con su cabeza en mis piernas mientras veíamos la televisión, minutos después, quizá unos veinte regreso mi primo con pizza y cerveza, comimos como si no hubiera pasado nada, ya de regreso a mi casa hablamos
Él: Y que tal? Coge chido Mariana no?
Yo: Sí, me gustó mucho
Dije todo pendejo jajajaja, no sabía cómo actuar
Él: tranquilo, ella y yo cogemos con otras personas, otras parejas y a ella le gustan los chavitos, y le latió la idea de estrenarte. Pero recuerda, nada más es coger, nada de encariñarse
Dijo riendo, años después comprendí el concepto swinger y que ellos lo practicaban. Esa noche ya en mi casa me llegó un mensaje de texto de Mariana en el que decía que cuando quisiera podía seguir enseñándome otras cositas referente al sexo, oportunidades que no deje pasar (incluso después del divorcio con mi primo) y hasta el día de hoy que ya es toda una madura en sus 40’s cada que estoy de visita en la ciudad donde vive, tenemos unos encuentros deliciosos.
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