Me cogieron por empollona.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ese día tenía un exámen, estaba super nerviosa por que no estaba totalmente segura de sabérmelo… cosa que me pasa en todos los exámenes.
En el recreo, Miguel, uno de los chicos más guapo y popular de la clase se burlo de mí diciéndome:
– Empollona… ¿no estamos segura de haber estudiado lo suficiente?…. empollona, no sabes divertirte.
Me llené de valor y le contesté.
– Que no haga lo que tú haces para divertirte es una cosa y que no sepa divertirme es otra cosa… creo que tu vida es una mierda.
– No ladres tanto y no digas más idioteces… ¿qué hago yo que veas tan mal?
– TODO
– ¿todo?
– Por supuesto
– Como por ejemplo… que folle, que beba, que fume que me drogue… ¿eso?
– Si
– ¿Qué destacarías de esa lista?
– Que te drogues…
– Ah… pensaba que ibas a decir que follara… Empollona, ¿sabes que tus padres también follan?
– ¿Tú por quien me tomas?
– Por empollona
– Ahí tienes la respuesta.
– ¡Es verdad! Eso lo sabrás… estudias… pero, seguro que no sabes lo que es hacerse una paja.
Por supuesto que lo sabía, pero si se lo decía me diría guarra y todas mis amigas pensarían lo mismo… claro que no podía decírselo.
– No me interesa.
– ¿Eso es un no?
– Es un no.
– ¿Y no quieres saberlo?
– No.
– Lástima, por que lo sabrás de todos modos.
– Adiós.
Me giré y seguí andando.
– Sígueme.
Esta vez estaba enfadada, humillada, me giré de nuevo, quedando de frente a él.
– Ni de coña, eres gilipollas, no pienso permitir que me ridiculices más… ridiculizar, ¿sabes que significa?… ¡Analfabeto!
Él se acercó más a mí.
– Eres idiota… ¿no sabes hacer otra cosa? estoy hasta las narices de todos ustedes…. ¡Gilipollas!
– ¿Quienes somos nosotros? – dijo en un susurro.
– ¡Hijos de puta!
Se inclinó y me beso.
Me quede sin respiración, no podía creer lo que acababa de ocurrir, acababa de decirle hijo de puta y me besaba…
– Sígueme.
Me cogió de la mano, y esta vez me dejé llevar.
Entramos en los cuarto de baño.
– Voy a enseñarte todo.
Yo estaba asustada, no quería pero a la vez lo deseaba, algo me impedía decir que no.
Se sacó la polla, reluciente, grande, se notaba que estaba cachondo… ¿era por mí?
– Cómemela
Me quede paralizada, no sabía que hacer.
Con una mano me indicó que me arrodillara, me posó la polla en los labios y me dijo que los abriera, le hice caso.
De un empujón me introdujo la polla en la boca, por poco no vomito, me entraron arqueadas y empecé a salivar mucho.
– Agg…. ummm… sube y baja…. así, bien empollona…. aggg…
El satisfacerle empezó a calentarme, mis bragitos empezaron a humedecerse por mis jugos.
Me sacó la polla de la boca, me desnudó lentamente… cuando quedé en bragitas y sujetador se apartó un poco para admirarme… me sentí avergonzada, quise salir huyendo pero no podía… él me retenía.
Se volvió a acercar, me quito el sujetador y chupo y succiono mis pezones..
– Aggg…. por favor….. aggg…. para… ya….
Él no me hizo caso y siguió chupando.
Luego bajó hasta mi obligo y cuando llegó a mis partes intimas me beso encima de la braga.
Me estremecí al sentir sus dedos bajando mi braga.
Llego a mi vagina y empezó a comérmelo, me corri en su boca, gimiendo sin parar.
Rápidamente se desnudo, pude admirar su torso musculado y su polla dando saltos de excitación.
– Ahora te convertiré en mujer.
Me asusté, pero la calentura me impidió resistirme.
De una estocada introdujo todo su miembro en mi.
– Aggg …. si…. agg…. así…. más… porfavor… más… aggg.
Así me desvirgó, muchos más recreos quedamos en los cuartos de baño para darnos sexo.
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