MI AMIGO LAZARO Parte 10
Todo comenzó cuando mi amigo Lázaro me contó de la infidelidad de mi padre y sus deseos de follarse a mi madre .
RECOGIENDO LOS PEDAZOS
Si esto fuese una comedia romántica, esta sería la parte donde estoy derrotado mirando la lluvia con la fotografía de mi amada en la mano.
Al contrario, esto es una película de terror, un slasher, y esta es la parte donde estoy aterrado en la oscuridad, esperando a que el gigante con la mascara me clave el cuchillo de carnicero.
Había pasado mes y medio desde mí caída en desgracia. Me encontraba sentado al borde de la cama pensando en las estupideces que había cometido, y como había dejado que mi familia cayera en las garras de mi amigo Lázaro.
Mi situación no había cambiado mucho desde que todo pasó, nadie me hablaba, y mamá solo me entregaba la comida para que la comiera en mi cuarto. Era lamentable.
En todo ese tiempo el crujir de la cama de mamá no se detuvo. Que esperaban? Ellos seguían follando como conejos, incluso, mamá hizo un par de tríos con Roberto y con otro tío que no sé como se llamaba.
Una tarde, hace una semana, apareció Magenta en mi habitación.
- Conque aquí estas —dijo con una risa burlona—, dime, todavía te gusta ver como se follan a tu madre?
- Déjame en paz.
- Pequeño Luís, no tienes porque ponerte así, recuerda que estas aquí por tu culpa.
- Que te follen!
- A veces, me gusta a mí ser quien folla. Quieres chupar —desnudando su teta derecha.
El pezón; rosado, erecto y duro se presentaba frente a mí, llamándome, clamando, rogando que lo aprisionara con mis labios y chupara, con fuerza, con pasión.
La miré a los ojos y vi en ellos la chispa de lujuria y perversión que me hizo estremecer,
- vamos, se que te gustaría chuparla —dijo pellizcando el pezón con sus dedos, acariciando suavemente su hinchada areola—, quieres que te ruegue? Si quieres lo hago.
- Déjalo.
Se me acercó, se inclinó dejando el rosado y perfecto montículo de dulzura frente a mi cara. Traté, lo juro, traté de contenerme pero, fue inútil.
Abrí mi boca e introduje todo lo que pude de su forma, succionando a placer, degustando un dejo de vainilla que inundaba mis sentidos.
No recuerdo cuanto tiempo estuve jugueteando con su pezón, en un momento, ella colocó su mano en mi cabeza, acarició mi cabello y se encorvó, situó sus labios en mí
oreja y.
- Sé lo curioso que eres, sé que te preguntas ¿que hago aquí? —dijo inundándome con su aliento— quieres saberlo ¿verdad? Pregúntame.
- Tú —solté su teta, contuve el aliento, sabía que no quería escuchar la respuesta pero, estaba embelesado por su piel — ¿Qué haces aquí?
- Vengo a follarme a tu madre.
Lo demás está fragmentado, retazos de recuerdo llegan a mi mente cuando me esfuerzo en recordar. Recuerdo estar allí: sentado, mamando el seno de Magenta, luego, recuerdo ser llevado por ella, arrastrado casi a la habitación de mamá. Ella estaba recostada de espada, atravesada en la cama, una polla entraba y salía de su boca; un hombre le follaba la boca, un joven, un cabrón, un chico de unos veinte, veinte y algo, rubio, con apariencia de pijo surfista, el mismo cabrón que se follaba a Magenta la última vez que le vi.
Un vació en el estomago me impulsó a caer de rodilla, no sé si fueron cinco o diez minutos viendo el pene en forma de hongo entre los labios de mamá, escuchando los sorbeteos ahogados, los guturales bufidos de ella mientras el glande se abría paso entre su garganta, entonces, Magenta cruzó mi vista, desnuda, llevaba un dildo de goma adherida a un arnés asegurado a su pubis. Se ubicó entre las pierna de mi madre y untó un chorro de lubricante sobre la goma, sujetó las caderas de mamá, ella incorporó la cabeza con la polla del cabrón aún en la boca, le regaló a Magenta una sonrisa picara y acomodó las caderas, preparándose para ser penetrada.
Magenta le enterró los veinte centímetros de plástico rojo en su hendidura, iniciando una lenta, pausada y profunda follada. Las gordas tetas de mamá se agitaban como flanes cuando mi diosa aumentó la velocidad, mi diosa ja, mi demonio.
Recuerdo los gemidos de mamá inundado el pasillo, recuerdo volver a mi cuarto, en el camino recuerdo haber espiado entre la rendija del cuarto de Verónica, recuerdo haberla visto cabalgar la polla de Lázaro, recuerdo caminar, recuerdo haberme arrojado en mi cama, recuerdo mi puerta abriéndose, recuerdo pasos acercándose hasta donde yo me encontraba, recuerdo la voz de Magenta.
- Te gustó? Porque a mi si y a tu madre también, y si te lo preguntas, no, esta no es la primera vez — su voz despedía chispas—, te gustó mi arnés? Espero que si, con el le perforé el ano a tu hermanita Evolet, tu madre le sostuvo las manos, fue muy tierno todo.
No recuerdo más.
Por lo que supe después, también se folló un par de veces a Vero. Sin mí podían hacer lo que quisieran, claro que, yo tampoco generaba mucho respeto desde el comienzo.
***
Habían pasado unos veinte minutos desde que terminaron de follar Lázaro y mamá, esto fue dos días después de lo de Magenta y yo todavía me encontraba ensimismado mirando el techo, como buscando una respuesta tallada en el revestimiento. La puerta se abrió discretamente y de ella ingresó Lázaro.
- Colega, por qué eso cara?
- Que quieres —respondí
- Vamos, chaval, tú sabías que esto podría pasar si quisieras joderme.
- Y como? como podría saber que armarías un puto plan de venganza si quisiera evitar que te follaras a mi puta familia —grité al final—, dime, parezco un puto adivino? Parezco saber que eres un puto psicópata?
- Tranquilo colega, no hagas berrinches —dijo con una sonrisa—, se que es de dientes para afuera, se que te agrado, y sabes por qué lo sé? Lo sé porque tú también me agradas. Y como me agradas te daré dos opciones, me follaré a tus nenas, eso va a pasar si o si.
- Ja, que alivio.
- Pero, opción uno: tú te bajas del juego y sigues en tu papel de apestado —dijo levantando el dedo índice—, opción dos: sigues en el juego y disfrutas de lo que hago con tu mamá y hermanas, y también tendrás oportunidad de meterla, que te parece?
Increíble, me ofrecía follar.
Dos opciones, que obtendría de cada una? Por un lado, defendería el honor de mi familia al oponerme a sus folleteos, y que ganaría con eso? Mamá no me toma en cuenta, y se lo seguirá montando con cuanto imbécil le traiga Lázaro, y consintiendo que el mismo cabrón que se la folla a ella se folle a sus hijas, y yo, seguiría siendo un paria recluido en su habitación.
La segunda opción es: dejar que todo pase y yo me llevaría una pequeña tajada.
Por qué? Si lo piensas detenidamente, cual seria la motivación para convertirme en un caballero blanco al rescate de las damiselas en peligro? Que han hecho las damiselas por mí? Si, la cagé, lo admito, armé el plan original que llevó a mamá a follar con Lázaro peeeero, ella aceptó, nunca hubiese funcionado si ella no estuviese dispuesta a hacerlo, y Verónica, esa pequeña cabrona me dejó aquí. Evolet no es mi responsabilidad, yo no soy el padre, ella es la madre, ella es la responsable de la seguridad de sus hijos.
Mierda, a quien engaño, solo estoy buscando excusas.
Que opción creen que tomé?
Además, después de todo, los hikikomori no tienen mucho sexo, ¿verdad?
- y… cual es el plan?
- Ese es mi colega.
lamento la demora y lo corto del capitulo pero, vivo bajo la escuela de George R. R. Martin.
Increíble continuación, esperaba más tortura psicológica para el chico, pero igual me encantó. Espero la continuación. Ya había perdido la esperanza en esta historia, puesto que, no dabas signos de vida.
Pd: Espero sea broma lo de George Martin, no quiero esperar años para ver la siguiente parte… 😂
Algun dia vas a publicar la parte 11??
Ojalá que si llegas a publicar la parte 11, tenga bastante contenido y el texto sea bastante largo. Así, como las obras de George Martin. Ya vamos por los 4 meses. Espero llegar a ver el final de la saga, porque realmente está buena.