MI AMIGO LAZARO Parte 13
Todo comenzó cuando mi amigo Lázaro me contó de la infidelidad de mi padre y sus deseos de follarse a mi madre .
DEVUELTA AL COMIENZO
Caminando de regreso bajé por las estrechas escaleras, el largo pasillo y la maquina expendedora de gaseosas, sin querer me encontré mirando mi reflejo en la pulida mampara de vidrio. Ese era yo? Ese era mi rostro?
Tenía un cierto parecido al que vi hace mucho tiempo, antes de que esta locura comenzara.
Ese era yo?
Un sumiso patético de mierda que se dejaba manipular por un cabrón mal nacido?
Si.
Entre el reflejo de luces y carteles de oferta estaba yo, algo que al fin lograba reconocer.
Corrí hasta el vestíbulo, activé la alarma de incendio y me alejé de allí corriendo.
Al llegar a casa me encerré en mi habitación, no presté atención a Verónica que llegó media hora después, se detuvo frente mi puerta unos minutos, la podía escuchar resoplando contra la madera para luego marcharse.
De Lázaro no oí nada hasta cuatro días después, me encontraba solo en casa cuando Magenta me arrinconó contra la pared de la cocina.
- Sabes, papá está enojado contigo —colocó su dedo en mi pecho y lo deslizo hasta llegar a la entrepierna acariciándome lo huevos—, te propuso un trato y tu lo rompiste.
- No he roto nada —dije—, no se de que estas hablando.
- No te hagas el tonto pequeño Luís. Tú, mi padre y yo, sabemos que activaste la alarma —abriéndome a bragueta—, por qué lo hiciste? Te molestó que no te dejaran ver como se follaban a tu hermanita? Querías ver como la gruesa polla de Octavio le perforaba el coñito? Es eso no?
Terminó de bajarme los pantalones, me tomó la polla ya erecta y se la llevó a la boca al tiempo que se quitaba el ligero vestido que llevaba, quedando completamente desnuda.
Era increíble ver la cabeza de Magenta moviéndose en mi ingle y como su boca devoraba mi verga.
- Por favor Magenta, no quiero ver eso aquí —dijo mi madre entrando sin que me diera cuenta.
- Lo siento Isabel, lo llevaré a mi casa.
- Has lo que quieras pero no en mi cocina —sentencio mal humorada.
No me miró a la cara, se limitó a espetar la orden y dejarnos vía libre para que Magenta me sacara casi a rastras de mi casa a la suya.
Todo era muy excitante, caminar por el pasillo exterior de nuestro piso tirado por Magenta desnuda y yo, en camiseta con la polla morcillona y cubierta de baba, tan excitante que no me di cuenta que algo iba mal.
Nada más entrar me encontré con un aroma particular que me golpeo como el puñetazo de Mike Tyson.
- Tenemos visitas —susurró Magenta indicando el sillón rojo.
Mi amigo Nicolás se encontraba despatarrado en el sillón, desnudo y con un medio porro entre sus dedos, se veía su humanidad tendida sobre la piel bermellón pero su mente estaba muy lejos de allí.
- Papá quería darte una pequeña lección de lealtad —me beso los labios—, sabes bien que cuando haces pacto con el diablo y no cumples, te llevas una reprimenda —me empujó en dirección a la habitación.
Me dirigí allí como cordero al matadero, esperando encontrarme a Lázaro follándose a Verónica o a Evolet pero, lo que encontré fue otra cosa.
Lázaro se encontraba sentado al borde de la cama, con su mirada llena de orgullosa soberbia, a su lado, desnuda, con las piernas abiertas y rezumando lefa se encontraba Catherine.
- Como son las cosas —exclamó Lázaro incorporándose—, tú estabas pilladito por ella, lo sé, lo vi en tu rostro ese día, ella lo estaba por Nicolás y Nicolás es un completo capullo —caminó junto a mí—. Con ayuda de Magenta y unos porros no me fue difícil hacerlo venir, y con él, a tu linda Caty, convencerlo de lo demás fue aún más fácil.
Me tomó de los hombros y me acercó a la cama, para que tuviera una mejor vista del cuerpo desnudo de Catherine.
- Sabías que tu amiguito se la folló? Fue una sola vez, estaba casi sin estrenar —sonrió—, su coño estaba apretadito, aun así y tu sabes que tengo un buen trabuco, no me dio tanto problema, no tanto como me lo dio su culo.
Lo miré con furia.
- Que pasa colega? Digamos que este es un pequeño recordatorio de cómo son las cosas —dijo metiéndole los dedos en el coño a caty, la chica estaba tan fumada como Nicolás—, de que no me gusta que me jodan, es para que no lo hagas nunca más.
Agitó los dedos en su interior, Catherine se estremeció pesadamente.
- Tus amigos son pesos ligeros —sacó los dedos pringosos y me los acercó a la cara—, dos porros y comienzan a oír colores, entiendes lo que te dije?
- Si —respondí titubeante.
- Bien, ahora —el sonido del timbre lo desconcentró—, esta noche llevaré a Verónica y a tu madre a cenar a fuera, como te quedaras solo con Evolet, quiero que tomes la virginidad de su culo.
- Como?
- Lo que escuchas, para que veas que sigo siendo tu amigo, tu colega y te aprecio, solo, no te pases de listo otra vez, entiendes?
- Bien, espero que cumplas con lo que te pido, mañana Magenta le dejará el ano como un túnel y te perderás de abrir un culo virgen —me apartó de la cama—, es mejor que te vayas.
Cinco hombres desnudos ingresaron al cuarto sacudiéndose las pollas, preparándolas para una buena tarde follando a una chica recién estrenada, una mezcla de tristeza y rabia me invadió al imaginar como esas cinco pollas penetrarían los tiernos agujeros de mi chica, la chica que me gustaba, la chica a la que nunca le dije lo que sentía.
- Te veo después —reafirmó Lázaro sacándome del cuarto.
- Ya ves lo que pasa cuando le llevas la contra a papá? —dijo Magenta tomándome del brazo encaminándome al salón.
- Ya lo vi —respondí.
Al pasar frente al sillón me encontré con otro de los amigos de Lázaro, el hombre era enjuto de cabello negro y lacio, forcejeaba con Nicolás acomodando su espalda contra el reposabrazos, eso te pasa por capullo pensé. Magenta me hizo señas para que me quedara quieto y en silencio. Ella se dirigió a la cocina a paso ágil mientras, yo me limitaba a contemplar como el flaco se embadurnaba el pene con lubricante para, acto seguido, enterrarlo en el culo de mi amigo. Todo el largo de la polla penetro las entrañas de Nicolás quien se retorció al sentirse rellenado como un pavo en navidad, sin oponer mayor resistencia que un gemido gutural.
Los movimientos de cadera, el pubis huesudo impactando contra los glúteos del chico, las piernas de Nicolás sobre los hombros del flaco, los dedos del hombre masajeando el pene dormido de mi amigo y los cinco cabrones dentro del cuarto follándose a Catherine. Todo era muy loco.
—Toma —dijo Magenta entregándome un platillo con cinco galletas de chocolate—, las hice ayer y te guarde unas especialmente para ti.
Pasé el resto de la tarde imaginado a los hombres violando a Nicolás y Catherine, metiendo sus pollas dentro de sus agujeros, pensando si lo recordarían mañana o sería como una loca pesadilla.
Después me enteraría que se pasaron toda la tarde follándolos, ya entrada la noche y antes que el efecto se desvaneciera los llevaron a un edificio abandonado, el que suele estar ocupado por vagabundos y adictos, allí los dejaron, en pelotas y medio aturdidos.
Antes que la policía los encontraran dos días después fueron abusados constantemente por al menos una docena de hombres, les hicieron y tuvieron que hacer de todo. Permanecieron tres semanas en el hospital para curar sus heridas, eso es todo lo que supe de ellos.
Recostado en la cama mirando el techo, imaginado como se vería el culo de Catherine abriéndose al paso de un glande, me comí las galletas esperando que mamá y Vero se fueran para comenzar a trabajarle el culo a mi hermana menor tal como dijo mi “amigo”, o al menos ese era el plan.
Cinco minutos después de comer las apetitosas galletas de chocolate y diez antes que mi progenitora fuese a comer con Lázaro, una colosal cagadera me obligo a recluirme en el baño hasta muy entrada la noche.
Se lo que están pensando, y yo debí pensarlo de la misma manera, sin embargo, no lo hice y terminé envenenado por Magenta, supongo que ella tampoco quería perderse la oportunidad de follar un culo virgen.
Fue divertido ver el video que la puta hija de Lázaro me envió la noche siguiente, ver como ella y mamá preparaban a Evolet, como entre las dos le separaban las nalgas y le lamían el rosado agujerito, como intentaban penetrarla con sus lenguas, como reían cada vez que le sacaban un orgasmo a la niña, como mamá enterraba su dedo empapando en lubricante al interior de su hija, como Evolet se aferraba a las sabanas y apretaba los ojos, como gruñía guturalmente cuando el pene de goma negro que magenta llevaba de arnés rompía la resistencia de sus añillos anales y se adentraba entre sus carnes; como mamá la consolaba limpiando el sudor de la frente de la niña y como la retenía evitando que se moviera cuando Magenta, ya con el dildo enterrado arreciaba los embistes. Más rápidos y profundo.
La primera follada, la que mamá contuvo y retuvo a Evolot, la más dolorosa, duro diez minutos. La segunda fue más fuerte pero sin tanta resistencia por parte de Evolet, parece que se estaba acostumbrando, esa tardó veinticinco minutos hasta que Magenta se cansó. La tercera fue con un dildo doble, la parte más corta y gruesa entraba en el coño de Magenta mientras el extremo delgado y con relieves entraba en el culo de la niña, esta vez estuvo arremetiendo contra el ano recién profanado por veinte minutos, hasta que un fuerte orgasmo detuvo a la mujer. Magenta se retiró el arnés y se lo entregó a mi madre, ella chupó los fluidos que empapaban la parte gruesa, y se la colocó en su propio coño, al tiempo que la hija de Lázaro acomodaba a mi hermana sobre su espalda y flexionando las pierna de la pequeña contra el pecho para dejarle todo el culo expuesto, podía ver con claridad como un enorme boquete se ensanchaba entre más separaba las piernas de mi hermana, entonces, mamá se montó sobre su hija y en un misionero algo incomodo comenzó a follarle el culo.
El video finalizo con “y este es mi castigo por traicionar a papá”
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