Mi amigo y la lotería
Los sorteos.
Un amigo me contó lo que le sucedió hace algunos años. Lo voy a narrar como si fuese él quien lo cuenta.
Hace algunos años, cuando tenía 36 años, estando en un bar me fijé en una mujer muy guapa y atractiva y me decidí a conquistarla. Me acerqué a ella y me presenté y después de una corta conversación le dije directamente que me gustaría tener sexo con ella. Ella me dijo que no estaba interesada en el sexo con adultos. Tras unos instantes de silencio me propuso un juego con niñas y niños. Yo había tenido algunas experiencias con niñas, la más pequeña fue de 13 años, aunque de niña tenía poco ya y en cuanto a lo de los niños pensé en rechazarlos. Me dijo que tenía cuatro niños de diez años y seis niñas de ocho años y que si aceptaba jugar tendría que ser con todos, niñas y niños. Yo hacía tiempo que tenía ganas de estar con una niña pequeña y me atrajo mucho esa proposición, aunque tuviera que jugar también con los niños. La mujer me dijo que antes de que yo decidiera si jugar con ellos o no tendría que saber en qué consistía el juego y me lo explicó. Tenía una ruleta con todos los niños y niñas y al girarla saldría con quien me tocaba y otras dos ruletas con las cosas que hacer dependiendo de si me había tocado con niño o con niña. Me dijo que cada dos de esas ruletas costaba 10 €, no me pareció muy caro, aunque si jugaba muchas veces la suma sí sería ya importante. Pensé que tendría algunas posibilidades de que me tocara una niña y, por otra parte, tenía ganas de probar algo nuevo, así que acepté el juego y me cité por la tarde en casa de la mujer para jugar.
Llegué puntual a la cita y bastante excitado. Para mi sorpresa la mujer me recibió totalmente desnuda y me hizo pasar al salón. Allí estaban los niños y las niñas desnudos y se me hizo la boca agua al ver a las niñas. Sin más empezó el juego. Me tuve que desnudar y pagarle a la mujer los 10 € y giré la primera ruleta con ilusión y desafortunadamente me salió un niño. Al girar la segunda ruleta me salió que le tenía que hacer una paja al niño. Iba a ser la primera vez que tocara una polla que no fuera la mía y me daba algo de morbo y me dispuse a ello. Tumbé al niño boca arriba en un sofá que estaba cubierto con una toalla y me senté junto a él. Agarré aquella pequeña pollita que se perdía en mi mano y empecé a menearla y la verdad es que era agradable hacerlo. Pajeé al niño a toda velocidad para acabar pronto y volver a girar las ruletas a ver si con suerte me tocaba una niña y en poco rato el niño se corrió disparando su semen a gran altura. Le pagué a la mujer otros 10 € y giré la primera ruleta y tampoco tuve fortuna, me volvió a salir otro niño y al girar la segunda ruleta salió que tendría que follarle el culo. Bueno, hubiera preferido correrme con una niña, pero me imaginé que era una niña y puse mi polla en su ojete y quise metérsela con cuidado, pero mi polla empezó a entrar con facilidad y se la clavé entera de un golpe. Parecía que el niño estaba muy acostumbrado y tenía el ojete bien dilatado. Con los ojos cerrados y pensando que era una niña le follé el culo a toda velocidad y sentí un inmenso placer cuando me corrí. Inmediatamente volví a girar las ruletas y me tocó hacerle una mamada a un niño y tragarme su semen. Olvidaba decir que cada niño o niña que me tocara en la ruleta sería tachado para no repetir. Empecé a pensar que estaba gafado ya que con cuatro niños y seis niñas la posibilidad de que me tocara una niña teóricamente era mayor, pero ya solo quedaba un niño en la ruleta, así que con toda seguridad me saldría una niña como mucho en dos ruletas más. Bueno, yo estaba muy excitado y con ganas de probar cosas nuevas, así que empecé a chuparle la pollita al niño. Me gustó, en cambio no creo que me gustara chupársela a un hombre. Estaba disfrutando mucho chupándosela al niño, se lo hice lentamente para estar más rato. Me cabía entera en la boca y de vez en cuando me metía en la boca hasta sus huevos que también me cabían… me entraba todo de una vez… Cuanto más se la chupaba más ganas sentía de tener su semen en mi boca y más rápido se lo hacía y por fin el niño se corrió y me inundó la boca con su semen caliente y me lo fui tragando con verdadera pasión… le escurrí la pollita y le succioné hasta la última gota de su semen. Luego volví a girar las ruletas y esta vez si me tocó una niña y la tarea de masturbarla. Para mí fue sensacional tocar aquel coñito precioso y después de deleitarme un rato la masturbé a toda velocidad y me sorprendió el gran orgasmo que tuvo. Sin perder tiempo volví a girar las ruletas y me volvió a salir masturbar a una niña, lo cual hice rápidamente para volver a girar las ruletas. Esta vez me tocó hacerle sexo oral a otra niña y fue genial comerme su delicioso coñito y sentir sus temblores al correrse en mi boca. En las siguientes ruletas me salió una niña y le tocó hacerme una mamada. Cuando su manita agarró mi polla mi cuerpo se estremeció. La niña empezó a chupármela y sabía muy bien cómo hacerlo y yo estaba tan excitado y tan deseoso de esa mamada por una niña que en apenas dos minutos me corrí como nunca lo había hecho hasta entonces, fue una verdadera explosión de semen. Fue tanto semen que a la niña apenas le daba tiempo a tragárselo cuando ya tenía la boca otra vez llena. Esa mamada fue maravillosa, aunque apenas tuve tiempo de disfrutarla por mi pronta eyaculación. En la siguiente tirada me tocó hacerle una paja al niño que quedaba y no me recreé mucho con él, se la hice a toda velocidad y acerqué mi boca para recoger todo el semen del niño para tragármelo. Seguidamente me tocó hacerle sexo oral a otra niña y finalmente tuve la suerte de que me tocara follarle el culito a la niña que quedaba. Con ella sí que estiré el tiempo todo lo que pude para disfrutarla el máximo posible. La puse a cuatro patas y le penetré el ojete lentamente hasta que se la metí entera y me la follé despacio hasta que noté que ya no iba a poder alargar más el tiempo y me la follé a toda velocidad y tuve una corrida apoteósica.
En fin, la experiencia me costó 100 €, algo que no podía permitirme más de una vez al mes. Al terminar la mujer me dijo que todo el dinero que ganaba se lo donaba a una ONG que mandaba alimentos y medicamentos a los niños necesitados.
La experiencia me gustó, aunque fue bastante limitada al no poder disponer de las niñas a mi antojo. La repetí tres veces más en los meses siguientes, pero pensé que no me satisfacía completamente y decidí buscar y conseguir a mis propias niñas, algo que fui consiguiendo poco a poco y que actualmente sigo haciendo. Siempre estoy a la búsqueda de niñas nuevas y dejando a las que ya empiezan a desarrollarse y van dejando de ser niñas.
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