MI HERMANO SE APROVECHO DE MI.*
De cómo mi hermano me hizo suya sin que yo lo supiera..
Mi nombre es Priscila. Soy muy libertina, tengo una mente abierta en cuanto al sexo; eso si, no he hecho más que estar con uno o dos hombres, pero respeto las preferencias de cada quien.
Soy gordita, no mucho. Los atributos que más chulean son mis piernas, mi trasero. Unos dicen que esta grande y otros que es mediano. En fin. Mis pechos también son generosos, copa c, mido 1.70, tengo cabello largo y lacio.
Preferí vivir aparte, porque mis papás reprobaban en gran manera mi estilo de entretenimiento.
Es aquí donde todo comenzó cuando mi hermano menor, peleó fuertemente con mis padres y estos lo echaron de la casa.
Leonardo tiene apenas 22 años, de cuerpo atlético, le gusta vestir bien, siempre notandose rudo y fue por esa razón que se lío a golpes con otros jóvenes en una fiesta. Por eso el pleito con mis papás.
Por esa obvia razón me pidió quedarse conmigo, dándole tiempo a mis papás de calmarse.
Todo transcurría de lo más normal. Leo iba a la universidad, yo a mi trabajo y así.
Luego de algunos días. Despertaba con secreción vaginal. Pensaba que era por algún sueño cachondo que había tenido, pero ni siquiera recordaba nada.
Fui al ginecólogo para ver si no se trataba de alguna infección o algo más.
Todo era muy confuso, por lo que me pidió hacerme unos análisis.
Su respuesta me dejó confundida; porque el análisis arrojó que esto era debido a que mantenía relaciones sexuales. ¿Como era esto posible? Si ni siquiera había salido de fiesta y tampoco había metido a nadie al departamento.
Y mucho menos, dejó que me penetren sin condon y eso que llevo puesto un dispositivo.
Buscando la causa a esto.
Recordé que luego de terminar la cena con mi hermano, me daba bastante sueño.
Esto se lo atribui por el cansancio del trabajo.
Bien dice el dicho. Piensa mal y acertarás.
Como era de costumbre llegue molida del trabajo. Me puse mi pijama, que consta de un short cortito de color rosa y una remera blanca.
Cené junto con mi hermano como en cada noche, pero esta vez, no me retiré a mi recamara.
Traté de platicar con él y así lo hicimos, hasta que, me vino una somnolencia muy pesada, mis ojos me pesaban, por un instante pensé que me iba a desmayar.
Me recargue en la mesa, para ver si esta sensación se me pasaría pronto.
Minutos después, podía escuchar a Leo llamándome, pero decidí no hacerle caso, porque sentía mi cuerpo muy pesado.
Me movió, me habló fuerte al oído, pero ahí yo ya no podía hacer nada y el sueño en mi ya era muy pesado.
Como en las películas. Podía medio abrir los ojos. Primero vi como era llevada a mi habitación, observando solo el suelo.
Donde ya no supe más de mi fue con una ligera y borrosa visión de Leonardo colocándose encima de mi.
Al día siguiente, amanecí exactamente como en los demás días.
Con mucha espectativa puse la grabación de la web cam de mi laptop.
Cosa que se me ocurrió al llegar a cambiarme de ropa.
Se ve que Leonardo entra conmigo, como cuando ayudas a una persona en avanzado estado de ebriedad.
¡Realmente parecia un muñeco, no me movía para nada!
Me recuesta en la cama y aquí es donde por un momento me horrorice.
Al terminar de acostarme, me acomodo boca arriba, me observó por unos segundos, para acto seguido, tocar mis piernas, recorriendo una por una de arriba a bajo y luego las dos juntas.
Con el pulgar acariciaba mi concha por encima de mi short, haciendo movimientos circulares.
Ahora levanto mi remera, con todo y sostén, para posar sus manos en mis pechos.
Para este momento yo ya comenzaba a tocarme y más cuando mi hermanito chupaba mis pezones. Con su lengua movía los mismos erectos pezones que ya pedían guerra.
Besó mi cuello, mis mejillas. En la grabación se puede ver que se detiene a decirme algo, pero no se alcanza a escuchar.
Me da un tierno beso en la boca y empieza a quitarme el short. Dejando mi pantaleta blanca.
Me contempla un poco y se acerca para hundir su nariz en mi vulva.
Acto seguido, me quita la prenda, abriendome las piernas y darme lo que probablemente fue un delicioso oral.
Después de un rato, beso mis muslos, mis rodilla, hasta llegar a mis pies.
Metió la lengua entre mis dedos, lamia las palmas de mis pies, como si fuesen dulces, besaba mis talones y así siguió.
Yo no hubiera soportado eso, ya que soy muy cosquilluda.
Dejando caer mi pie. Se levantó para desnudarse. Al hacerlo se colo de nuevo encima de mi.
Imagino que fue ahí cuando lo vi.
A cómodo su miembro en la entrada de mi vulva y comenzó a meterla lentamente, hasta que sus movimientos fueron más rápido.
Yo ya había metido mi mano bajo mi short, para jugar un poco con mi clitoris.
¡Aahh, aagg! Vaya escena.
Alzandome de los brazos y de la espalda, terminó de quitarme la ropa.
Podía apreciar como besaba mi cuello, de hecho con una mano me saco la lengua para darme un beso frances.
Ahora se medio incorporaba para recargar las manos en mis pechos.
Cuando pensé que había acabado, porque salió de mi, pero ¡el muy idiota, se estaba haciendo una rusa en mis senos!
Por ende yo me saque la remera, quedando en topless, para masajear mis propias chichis.
Luego de eso, se coloco encima de mi pecho. Era evidente que me la metió en la boca, y eso por sus movimientos.
Más después, jugo con su glande en mis pezones. Ahora y la verdad no se como, pero me puso en cuatro.
Por un instante pensé que el muy estúpido me iba a tirar de la cama, pero para sorpresa quede estática y así el me la metió.
Esperen. ¡Me la metió por el culo. Que hijo de p**ta!
Yo estaba con las piernas arriba de la silla, dándome una buena penetrada con dos dedos y mi otra mano apretaba mi seno izquierdo.
¡Aahh, ooohh! Se pudo escuchar.
Intui que Leo ya me había llenado el agujero de leche.
Al terminar me acomodo como al principio, se levantó y se fue.
Al cabo de unos minutos regresó, haciendo lo mismo que al principio.
Esta vez puso su verga entre mis pies para masturbarse con ellos.
Luego se limpio el pedazo de carne, para levantarme y ponerme encima de él.
Volvió a ponerse sobre mi.
Me sacó la lengua nuevamente y la chupo. Teniendo así una gran explosión de semen dentro de mi (supongo).
De menos tuvo la amabilidad de limpiarme y vestirme.
Sospeche de él porque llegué a notar que me observaba con mucho morbo.
Bueno. Ahora que ya sabía porque amanecía así de húmeda. Ahora la cosa era. Reclamarle o desquitarme.
Continuará…
Vladimir escritor.
Wooooooooooow, delicioso relato!