Mi hija quiere ser gótica (hermosa chupada de pija)
Aprovechando que ya sabíamos lo que quería uno del otro, le compro ropita de gotica, o más bien oscura y de cuero, su cuerpo de nena hace que le quede todo bien..
Paso un día desde que le di la primer cogida a mi hermosa hija, mi perfecta Yasmin. Me pase la mañana en el local pensando en todo lo que hicimos, una erección venía a mi, atendiendo a clientes tenia que disimular, y menos mal que no leían mi mente y no sabian que se me paraba la verga pensando en mi hermosa zorra.
Cómo todos los días mi esposa vino a reemplazarme, y me mandó a comprar unas cosas, aproveche y compré unas cositas para Yasmin sin decirle nada a mi esposa.
Llegué a casa, abrí despacio la puerta y sigilosamente me acerque a mi hija, ella estaba aburrida viendo la televisión, su cara apática, recostada sobre el sillón blanco que ayer fue testigo y complice de nuestra pasión. Al verme suu rostro se iluminó, se levantó corriendo y vino a abrazarme, el abrazo tierno de un padre a una hija rápidamente se transformó cuando le di un beso de lengua, ella con su cara inocente me dejaba hacer a mi voluntad.
¿Que llevas puesto amor? Le dije mientras ponía las bolsas de compras en el suelo, ella dió unos pasos hacia atrás y levantando su falda del colegio, me mostró su ropa interior amarilla a combinación con el brasier, su culito bien firme causaba un cosquilleo en mi, se puso de frente y se levantó la ropa interior hasta metersela entre medio de sus labios vaginales. No aguante más y la tome de un brazo y la traje hacia mi, mientras besaba su cuello, olia el perfume que le regalamos para su cumpleaños, se me venían recuerdos a mi mente de tantos momentos familiares, empece a apretar esas nalgas divinas, ella me agarraba de la camisa y me acercaba a ella, se comportaba tan exitada. Le volví a dar un beso y mirando sus ojos verdes le dije que le había comprado unas cositas. Ella contenta tomo las bolsas y se fue hacia habitación mientras yo la seguía, se iba sacando la ropa, posando por el pasillo, llegamos a su habitación y me quedé en la puerta observando, como se empezaba a cambiar sin ningún tipo de vergüenza frente a su papá. Verla con su ropa interior amarilla era lindo, mi corazón empezó a latir con una fuerza como si estuviera corriendo una maraton y perdido en mi perversión le pedí que se haga dos coletas, no podía disimular mi sonrisa, se sacó todo y desnuda me miró con cara de orgullo, sabiendo que por mas que sea mi hija, me ponía la verga bien dura. Se empezó a poner la ropa que le compré, yo ya sabía su talle así que todo le quedaba bien, unas medias de red le quedaban dibujadas, una tanga y corpiño de encaje, se puso unos pantalones tiro bajo engomados, que parecían sacados de la película matrix,con un top negro, el hilo de la tanga en las caderas le daba un toque mágico. Luego se puso un jean corto que le quedaba apretado Pero dejaba ver sus nalgas, hermosas y suaves, se puso una pollera transparente casi pornográfica, que nunca dejaría que salga asi que la calle Pero que me sentía orgulloso de hacer que se vista asi para mí, finalmente se puso una pollera roja, un corset y el corpiño de encaje, que junto con las medias de red hacian una combinación perfecta de sensualidad y las dos coletas aportaban la inocencia que quería corromper.
Me miró contenta, la dije que fueramos a la cocina a tomar un café, total teníamos tiempo, ella con la taza en la mano se apoyaba en la mesa y sacaba cola a propósito, yo tomaba mi café y la miraba, no le daba lo que ella quería, que era provocarme a tal punto de no poder esperar para arrancarle todo y llenarla de leche de su papito.
Me acerque por detrás, levanté su falda y empecé a manosear esas nalgas blancas, ella estiró su mano por impulso y me tocaba la verga, estaba húmeda , le calentaba ser la putilla gotica de papá. Me fui a sentar, ella me estaba por seguir, pero le dije, <<vení gateando hasta mi, como si fueras una gatita>>
Entonces ella su puso en 4, y se iba acercando sensualmente, mirándome fijo a los ojos, mi verga latía dentro de mi pantalón. Estando a mis pies, se arrodilló y miro el bulto de mi verga debajo del pantalón, se mordió los labios y me dijo:
-puedo chuparte la pija papi?
Sonreí, baje el cierre de mi pantalón y saque mi verga, esperando algún tipo de reacción, Pero ella se mantuvo calmada y casi inexpresiva, se metió el pedazo de carne en la boca y de tan concentrada que estaba casi no cambiaba la expresion de su cara, asi que solte un leve gemido, puse mis manos detrás de la nuca, cerre los ojos y le dije:
-Asi hijita, que bien chupas la pija de papá.
Ella cambio su mirada, sonrió y empezó a hacerlo con más ganas, más seguro de si misma, se lo saco de la boca y empezó a lamerlo con si fuera una paleta, le pedí que se tome su tiempo que lo haga lento, y ella así lo hizo. Lamía toda la cabeza de mi verga y se lo metía lo más que podía adentro de su boca. Yo seguía gimiendo para que sepa que lo estaba haciendo bien, la mire y ella clavo su mirada en mi con mi verga en su mejilla y me dijo:
– soy una buena puta papá?
-Si bebota, Sos una buena putita, sácate el corpiño y el corset, quiere ver tus hermosas tetas.
Procedió a sacarselo, y siguió con su labor, aprendía rápido y le ponía mucha voluntad. Mientras me chupaba la pija, puse mis manos en su cabeza, acariciandola como una gatita , ella seguía lamiendo, no buscaba simplemente que yo acabará y terminar con esto, se notaba que tenía ganas de hacer y disfrutaba tener la verga venosa de papá en la boca. Con mi mano, empecé a mover su cabeza, bajandola y subiendola, ella lo entendió y solita empezó a cabecear como rockero al ritmo de la música, saco una vez más la pija de la boca, llena de una mezcla de saliva y líquido preseminal , me miró a los ojos y con la lengua subía y bajaba por la punta roja de mi verga Tenía tantas ganas de llenarle de leche la boca, Pero la detuve, la ayude a pararse y nos besamos mientras le bajaba la tanga negra y quitaba su pollera roja, la quería desnuda para mí, para sentir cada centímetro de su piel tersa y suave, se paró frente mío y su labios vaginales blanco encerrando su clítoris rosado era una maravilla, su cuerpo era hermoso.
La tome de las piernas, se las abrí y la puse sentada arriba mío.
-Ahora anda metiendotela amor.
Ella se acomodo, tomo mi verga y la acomodo entre sus hermosos labios vaginales, para humedecerla con todo el flujo que había acumulado, y empezó a bajar, su cara de dolor mezclada con placer mientras iba rellenando un vagina con mi verga. Llegó a la mitad y volvió a subir,tomo algo de aire y valiéndose de su peso, dejo que entrara hasta tocar su útero, clavo sus uñas en mi pecho mientras yo le apretaba las nalgas, y como si el instinto se lo pidiese, empezó a mover sus caderas, sentía lo caliente que estaba, sus jugos humedecían toda mi verga que resbalaba en el ida y vuelta de su conchita dilatada.
-Ay papi que rica pija tenés. Me decía mientras gemía.
-Que buena hija que tengo, le gusta hacer feliz a papi.
Le decía al oído, mientras le daba una nalgada para escuchar el espasmo que le producía en su respiración.
Cambiamos de posición, la senté en la silla y la penteraba duro, sentía su útero con cada embestida, ella hacía las caras más exitantes, le gustaba , le dolía y sin embargo me pedía más, la agarre de la nuca apoyando su cabeza en mi pecho mientras hundía me verga en su interior caliente, la silla se balanceaba hacia atrás, la tome de las piernas, la levanté y la senté arriba de mi verga , haciendo que su peso ayude a hundirme hasta el fondo.
La tome de las coletas, hice su cabeza hacia atrás y empecé a lamer su cuello, baje por su clavícula, hasta llegar a sus pechos hermosos, lamiendo sus pezones y succionando cuál infante. Haciendo un esfuerzo, movía mis caderas para sentir el roce en mi glande de sus entrañas, Pero arriba de la silla del comedor era incómodo, así que simplemente nos tiramos en el suelo de parquet, me recosté y ella se puse de espaldas a mi, ver su culito redondo y firme mientras movia sus caderas era algo hermoso, le daba de nalgadas, su culo estaba rojo y ella gemía como loba, se levantó, al salir mi verga de ella un hilo de flujo nos unía, se dió vuelta con cara de puta y una sonrisa malvada, agarro mi verga y solita se la puso, bajo hasta el fondo con su cara perdida en el placer mientras yo estaba acostado le dije:
-Ahora quiero que me saques la leche saltando arriba de mi verga amor.
Ella con los ojos iluminados, se acomodo y empezó a subir y bajar, saltaba, y me decía:
-Te gusta que salte como conejito papi?
Sus palabras dulces en el acto incestuoso que cometíamos me calentaban a más no poder.
-Si amor, seguí saltando que te voy a dar toda la lechita.
Siguió rebotando arriba mío, hasta que note el cansancio de sus piernas, por lo cual la agarre de sus nalgas y la ayudaba subiendo la y dejándolas caer, el roce del interior de su vagina me llenaba de placer. Entre gemidos y respiración agitada por estar saltando arriba de mi verga, me empieza a decir con su dulce voz:
-Dale papi…. Mmmmm… , lléname la concha… ah ah ah… la conchita de leche.
-Si amor, acá la tenés, sentí como te lleno.
Y no necesite más que eso, explote dentro de ella, y ella al escucharme se quedó quieta para concentrarse en sentir mi verga latir dentro de ella, mis chorros de semen rebalsaban de ella, sentí un cosquilleo entre las piernas tan intenso que me recordó a las primeras veces que cogí junto a su madre, ahora era su hija… mi propia hija la que ne sacaba la leche.
Yasmin cayó rendida arriba de mi pecho, abierta de piernas y todavía con mi verga dentro se fue quedando dormida. Mi miembro iba recuperando su forma normal, Pero la vagina de Yasmin tan estrecha se agarraba a él, cuando terminó de salir sola, note por el calor como terminaba de salir mi semen de ella. La levante del suelo y le lleve a dormir a su cama, desnuda, la puse de costado, me acerque a su culo y separando sus nalgas veía como de su concha seguía saliendo mi semen. Me recosté junto a ella y me quedé dormido. A las horas me desperté, exaltado, ya el sol se iba ocultando, me fijé la hora y se nos había ido, ya faltaba poco para que su madre llegue. Entre a bañarme y Yasmin junto a mi, nos sacamos la transpiración y el olor a sexo, mientras yo limpiaba los lugares donde cogimos y quedaban manchas de flujo de ella y semen mío, mi hermosa hija cambiaba las sábanas de su cama, le dije que las pusiera a lavar y si su mamá le preguntaba, se le había caído un poco de yogur encima. Sabía que me iba a reír si eso sucedía, escuchar a mi hija mentir y saber que era toda la leche que chorreo de su conchita. Escuchamos abrir la puerta, e hicimos que estaba ella viendo tele y yo viendo el celular, aquí no ha pasado nada.
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