MI JEFE ME OBLIGA A SER SU ESCLAVA ( POR SUMISA ABUSADA)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, soy una chica de tez blanca, delgada, con unas buenas tetas y un par de nalgas que aunque no grandes, si bien redondas y firmes, mantengo mi coñito rosado bien depilado y listo para obedecer caprichos. Hace un mes me fui a un viaje de trabajo, mi novio no quedo muy convencido de dejarme ir, pero luego de una buena cogida por mi culo, lo convencí de dejar que cumpliera con mi trabajo, fueron 4 días de trabajo intenso donde no tuve tiempo ni de distraerme un poco, solo la ultima noche, los compañeros decidieron hacer la despedida en el bar del hotel
Luego de bañarme y arreglar mi cabello, me puse un diminuto tanga y un bresier haciendo juego en encaje negro y un vestido corto muy ceñido al cuerpo, sandalias de tacón y baje al bar, ya todos estaban reunidos y al entrar mi jefe me miro de forma lasciva, como queriendo desnudarme, nunca me había visto vestida así, ya que para la oficina mi ropa es muy formal, me hizo espacio a su lado y me senté.
La noche transcurrió entre baile, tragos y algún toqueteo disimulado de mi jefe, que mas que gustarme me incomodaba, el es un viejo feo, bajito y panzón, nada agradable!, pero no me queje puesto que era mi jefe y no quería molestarlo. El final de la noche, había tomado demasiado y estaba muy ebria, mi jefe se ofreció a acompañarme a mi habitación y todos nos despedimos, al llegar al lobby mi jefe me dijo
-Estas muy ebria, apenas son 2 pisos, subamos por las escaleras, un poco de movimiento, te ayudara a despejar
– ok- dije mientras me tambaleaba a la escalera de emergencia, al entrar note que la luz era muy tenue- casi no puedo ver!- le dije tratando de devolverme
-yo si veo, sube adelante, yo te cuido- empecé a subir y sentí que me sujetaba por las nalgas y que a la vez intentaba subir mi falda para mirar, por mi estado me pareció gracioso que aquel viejo estuviera espiando mi divino trasero así que trate de moverlo un poco mas insinuante mientras subía, el llagar el descansó del 1er piso, mi jefe me empujo hacia la pared
-estas muy buena zorrita!
-que pasa?- pregunte alarmada
– súbete el vestido!
-no quiero, suélteme!- intenté salir, pero su cuerpo me aprisionaba contra la pared
-oye bien, pedazo de zorra!, si quieres conservar tu trabajo, te vas a quitar ese vestido y a hacer lo que yo mande, o a partir de mañana tendrás que empezar a buscar trabajo
-suélteme!- grite cono si no me importara lo que el viejo asqueroso me había dicho
-ok, estas despedida, ZORRA!- me soltó y empezó a subir dejándome parada allí, en mi ciudad no es fácil conseguir trabajo y menos con las oportunidades y el dinero que me ofrecía el mió, así que cuando ya iba el por la mitad de la escalera lo llame
-licenciado!, espere!- el viejo giro sobre sus talones y me miro con una sonrisa de triunfo
-te convenciste?
-no puedo perder mi trabajo- dije con rabia y timidez a la vez
– jajajaja, pedazo de puta!, te iba solo a meter mi polla por el coño un ratito aquí mismo, pero ahora quiero que subas a mi habitación!- siguió subiendo y yo camine tras el, solo imaginarme lo que me esperaba con aquel viejo panzón me daba nauseas!, llego a su habitación y entro primero que yo, al pararme en la puerta titubee, pero el grito desde dentro
-termina de entrar pedazo de puta!- entre y me detuve en medio de la habitación- escucha bien zorrita, no quiero forzarte a nada, solo daré las ordenes y tu decides si las cumples o no, en el momento que no quieras, te vas, y no regresas mas al trabajo y listo!, tu decides!, ahora quítate el vestido- empecé a sacarme el vestido, sintiendo la mirada sádica de el sobre mi cuerpo- waooo!, eres una puta divina, quítate el bressier!- obedecí quitando mi brasier y dejando salir mis grandes y redondas tetas, intentando cubrirlas con mis manos- saca las manos puta!, sube los brazos para verlas bien!- subí mis brazos dejándolas totalmente expuestas, el se acerco y con sus dedos agarro mis pezones apretándolos muy fuerte
-ahhhh!, me hace daño!- grite, sin moverme
-esto es una caricia suave para lo que te viene!, dime, ya te han cogido por el culo?- no respondí, pero sus dedos empezaron a retorcer mis pezones haciendo salir mis lagrimas
-si- dije muy bajo
-si que?- grito el preguntando nuevamente
-si me han cogido por el culo!!!- grite intentando que dejara de torcer mis pezones
-entonces eres una buena puta que me voy a gozar toda!
-por el culo es doloroso, por favor por ahí no!
-tu cállate y obedece!, eso vendrá después, arrodíllate!- me arrodille frente a el y vi como comenzaba a abrir su pantalón, sacando de el una verga, no muy grande pero si muy gruesa, estaba dura y mojada- mira lo que te vas a tragar putica!- dijo pasándola por mi cara dejándola toda mojada- saca la lengua!- saque mi lengua y empecé a lamer la punta de su verga, el sabor me desagradaba y mientras mas lamía mas se mojaba, de pronto la empujo dentro de mi boca tomándome por las orejas y obligándome a meterla hasta mi garganta, sentí que me ahogaba quería vomitar!, empezó a meterla y sacarla de mi boca, mientras gemía y con sus manos cacheteaba mis mejillas
-cométela puta, cométela!!!- de pronto sentí que toda su leche se descargaba en mi boca, no resistí y la saque para escupirla en el piso, al escupir sentí una fuerte cachetada- ninguna puta bota mi leche!, lámela del piso!
-no quiero!- dije molesta
-muy bien!,entonces lárgate!- dijo señalando la puerta, agache la cabeza hasta el piso, saque mi lengua y empecé a lamer hasta dejarlo totalmente limpio- así se hace putica de mierda!, quédate así en cuatro patas como estas- camino hasta la cama y debajo de ella saco un maletín que al abrir me extraño ver cosas que no conocía, vino hacia mi con algo peludo y un látigo- relájate por tu bien por que no voy a lubricar – abrió mis nalgas
Y así al seco empezó a meter un consolador grande y grueso dentro de mi culo que terminaba en una cola de caballo que quedaría colgando fuera de el
-ayyyyyy!!!!, viejo asqueroso me estas rompiendo el culo, sácalo, sácalo, por favor!!!!- rompí a llorar, pero mis gritos y suplicas lo excitaron mas aun y lo empujo todo de una sola ves dejando mi culo como el de una yegua con cola y todo
-empieza a gatear!
-no puedo moverme, me duele mucho!- dije sin dejar de llorar
-gatea!-dijo empujándome con su pie y haciéndome caer de lado
Como pude me incorpore y empecé a gatear sintiendo aquel consolador desbaratar mi culo, tenia ganas de defecar de lo profundo que me lo había metido, de pronto sentí q metía una bola en mi boca y la cerraba en la parte trasera de mi cabeza, ahora no podía hablar, seguí gateando, y de pronto sentí como el látigo caía sobre mis nalgas, di un ligero salto y gatee mas rápido, intentando escapar de su castigo, pero sentí como el látigo me golpeaba y el a la vez tomaba fotos de mi ultraje, no paraba de llorar e intentar escapar gateando por toda la habitación- ah puta tan llorona!, ahora soy tu amo y me vas a obedecer siempre, esto es para que sepas quien manda!- no podía gritar, me había puesto la bola para que nadie pudiera escucharme y salvarme de aquel castigo, cuando ya mi cuerpo estaba rojo y adolorido, dejo de pegarme y me dijo levántate!- saco la bola de mi boca y se asomo por la ventana
-fantástico!, aun están ahí!, ven puta- me acerque y le dije
– la ventana esta abierta, me pueden ver
-esta ventana da al jardín trasero, pero si te van a ver, hay dos jardineros trabajando y te voy a coger recostada de la ventana para que puedan verte y gozarte, inclínate en la ventana
-por favor, eso me avergüenza!, no quiero mostrarme a esos hombres!-suplique
-no te he preguntado si quieres, te voy a mostrar porque eres mi puta y hago contigo lo que quiero, inclínate o termina de irte- me incline sintiéndome humillada, mis enormes tetas colgaban haciendo apuntar mis pezones hacia los hombres que al percatarse de mi presencia dejaron de trabajar para mirarme y hacerme gestos vulgares con sus caras y lenguas, mi jefe saco bruscamente el consolador que aun permanecía dentro de mi culo
-ahhh!- me queje y esto hizo sonreír a los jardineros
-te están dando duro perra!- dijo el mas viejo mientras se sobaba la verga dentro de su pantalón, mis lagrimas salían sin control, me sentía usada, humillada y apenada, mi jefe me ordeno que tocara mis tetas mientras se desvestía, con pudor comencé a hacerlo y los jardineros me miraban
-duro perra, apriétalas!- gritaban, yo obedecía y las apretaba fuerte, de pronto sentí que mi jefe abría mis nalgas y empezaba a chupar mi culo, en ese momento perdí la vergüenza, aquello me producía un placer inmenso, su lengua entraba profundo y me hacia gemir y manosear mis tetas juntándolas y bajando mi cabeza para pasar mi lengua por mis pezones, los jardineros empezaron a masturbarse, pero ya no me importaba, los dejaba verme, gozarme y mientras mas cochinadas me gritaban mas caliente me ponía, me vine por 1era vez y empecé a gemir fuerte y a contorsionar mi cuerpo, mis tetas se bamboleaban, mi jefe se coloco detrás de mi y sin mas me empujo toda su verga en mi culo ya aporreado por el inmenso vibrador
-ayyyyy!- grite, pero pare mi culito para recibirla toda, me daba fuertes embestidas, empecé a gemir viendo como los jardineros se corrían frente a mi, y pronto sentí como mi culo se inundaba de leche y mi jefe empezaba a darme nalgadas, mientras se corría dentro de mi, me saco la verga y nos separamos de la ventana, no sin antes mirar e los jardineros y dedicarles una sonrisa
-ya puedes irte zorra- dijo mi jefe recuperando su seriedad y don de mando
-voy el baño a asearme
– deja tu ropa interior aquí, ponte tu vestido y te vas sin asearte, escurriendo leche- tome mi vestido me lo puse, me puse mis sandalias y sin hablar camine a la puerta
– espera puta!, recuerda que tengo unas fotos muy comprometedoras, si llegas a decir algo, las muestro a todos
-si, señor-
Salí de su habitación y entre a la mía, el culo me ardía, me quite el vestido y me para frente al espejo abriendo mi culo para revisarlo, tenia muestras de leche y algo de sangre y el orificio estaba bastante rojo y abierto, me sonreí y me dirigí al baño para asearme. Aun conservo mi trabajo, pero mi jefe nunca mas ha intentado usarme, y confieso que a veces deseo que ese gordo panzón vuelva a dominarme
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