Mi Madre y su problema con un ratón enorme
Mi madre descubre un enorme roedor y llamará al vecino para que la ayude a cazarlo.
Mi madre llamó a don juan, el vecino, para que la ayudara con un tremendo problema. Mientras ordenaba el patio, mi madre vio un ratón enorme, de unos 30 centímetros. Don Juan accedió entusiastamente a revisar el patio ya que sería espectador de primera fila del tremendo cuerpazo de mi madre. El vecino llegó en la tarde y no se desilusionó; Mi madre para variar, vestía provocativamente, con una blusa blanca semi transparente, una minifalda negra muy corta y excesivamente apretada. Su culo bien grande y parado y unas piernas de ensueño. De calzado llevaba unos zapatos negros de taco aguja…Al vecino le recordó a la actriz Sara Jay.
-Muchas gracias por venir Don juan…estoy desesperada. No se imagina el miedo que me provocó ese tremendo Guarén.
-No se preocupe vecina…aquí traje algunas cositas para atapar a ese roedor…
Don Juan sacó de su mochila varias trampas para ratón, un bastón de madera, de los que usan los guardias de seguridad y un frasco de vidrio lleno de lombrices.
-Este es un secreto que me enseño mi abuelo. Se prepara la trampa de ratones, y se coloca un par de lombrices cerca…los ratones sienten las vibraciones y salen a mirar…¡mucho mejor que un trozo de queso!, dijo Don juan. Mi madre asentía confiada.
-Ohhh…no me hubiera imaginado. Espero que no le moleste si me quedo un rato a mirar, dijo mi madre.
-No, para nada…pero dígame vecina…¿Dónde cree usted que podría esconderse el ratón?…
Mi madre inclinó el tronco hacia adelante, paró el culo y dijo: » Por ahí don juan…era Grande, Grueso, Negro y muy peludo»…
A don juan casi se le salen los ojos con el tremendo culo de mi madre…
Al cabo de rato, se activó una de las trampas de ratón que el vecino había preparado. La verdad es que el ratón era Enorme. Medía más de 30 centímetros sin contar la cola.
-Don juan, déjeme tomarle unas fotos para mostrárselas a mi hijo. Mientras tomaba las fotos mi madre exclamaba: «dios mío, ¡Que Grande!, es monstruoso!
Al cabo de un rato, mi madre agradeció a Don Juan por haber cazado al enorme ratón. » Don Juan, lamentablemente no tengo dinero para pagarle…pero yo estoy a su disposición en lo que usted me pida»
-La verdad vecina, es que yo le pagaría a Ud., dijo Don juan mientras acariciaba las contoneadas caderas de mi madre….
-¡¿en serio?!…bueno, si quiere podemos hacer algo al respecto. Mi madre se arrodilló, abrió el cierre del pantalón del vecino y se lo comenzó a chupar…luego de un rato mi madre se apoyó en la muralla, con el culo bien levantado y el vecino procedió a meterlo en la vagina…estaba como loco. Metiéndolo a 100 por hora mientras apretaba firmemente las caderas apretadas de mi madre. Así estuvo durante tres o cuatro minutos hasta que acabó. Mi madre, visiblemente insatisfecha le dijo: » Vecino, parece que su lombriz no sirve para nada» mientras reía burlonamente. Don juan se enfureció y sacó de su mochila una cuerda. Ató a mi madre de las muñecas, le dijo que levantara los brazos y colgó la cuerda de una rama de un árbol. Cuando la tuvo inmovilizada, sacó el bastón de madera y un puñado de lombrices.
-» ¡Estas lombrices te van a gustar, Perra!…y procedió a echar un puñado de lombrices en su vagina, mientras las empujaba con el bastón de madera. Mi madre se quejaba mucho, pero al sentir cerca de una treintena lombrices vivas dentro de su vagina comenzó a gozar.
–Dame más, viejo de mierda! dijo bruscamente mi madre. Don juan echó otro montón de lombrices, las cuales se retorcían dentro de la vagina. Algunas caían y don Juan se las daba a mi madre para que se las comiera vivas. En ese momento Don Juan se acordó del ratón moribundo. Lo sacó de la trampa y se lo colocó a mi madre en la cara para que le pasara la lengua….Mi madre no se quejaba. «Desátame, ya no doy más» le dijo al vecino. Este la desamarró y mi madre por su propia voluntad fue hasta el frasco con las lombrices, tomó un gran puñado, se sentó en un viejo sofá que estaba tirado en el patio y se comenzó a meter las lombrices vivas por la vagina mientras con la otra mano sostenía al ratón moribundo, el cual comenzó a usar como consolador. El vecino tomaba fotos sin parar.
Continuará…
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