Mi novio al principio solo quería que le mamase su verga…
Un chico le pide a su novia que le mame la verga, ella se niega al principio, pero le propone que él le mame el coño a ella..
Si como lo leen, él quería que yo, por sus bonitos cojones, me pusiera a mamar su verga, quizás en otro momento de mi vida, seguramente que sin decir nada, por miedo a que me dejase, lo hubiera hecho.
Pero en los momentos actuales, ni que lo sueñe, por lo que le dije que antes de que yo le mamara su verga a él, él debía mamar mi coño.
Pensé que no iba aceptar, pero cuando me respondió que estaba de acuerdo, yo por aquello de prevenir y después no lamentar, le dije que debía hacerlo con sus manos atadas, que así yo me iba a sentir mucho más segura, y podría disfrutar tranquila de todo lo que él me hiciera con su boca.
Para mi sorpresa, lleno de alegría me respondió que si de inmediato, por lo que él comenzó a desvestirse, quedándose en boxes.
Luego le aseguré las manos, con una correa, tras lo cual me despojé de casi toda mi ropa quitándome los pantis, pero quedándome con mis sostenes puestos.
Al principio pensé que realmente no iba a durar mucho, que a lo sumo me lamería mi peludo coño, y quizás hasta me lo llegase a besar, pero a medida que comencé a sentir sus labios, lengua, y dientes chupando, lamiendo, y mordisqueando sabrosamente no tan solo todo mi coño, sino incluso hasta el hueco de mi culo, por lo que me entró un deseo de que continuase, y no se detuviera.
Él de manera sumisa y obediente fue haciendo todo aquello que yo le iba exigiendo, pero además lo continuaba haciendo de una manera que no me dejaba duda alguna de que lo estaba disfrutando tanto o más que yo.
El seguir sintiendo tanto su propia quijada, como su nariz, restregándolas contra, mi vulva, como mi apretado culito, hizo que me arrancase profundos gemidos de placer, como nunca antes lo había disfrutado.
Tanto fue lo que disfruté a medida que mi novio, continuaba de manera incansable chupando y mamando todo mi coño que, en varios de los profundos orgasmos, que me hizo disfrutar.
Fue tanto el placer que me hizo sentir que sin más, ni más le solté las manos y le abrí mis piernas, deseosa de que me enterrase toda su verga.
Desde ese momento mi novio no me ha vuelto a insistir en que me ponga a mamar su verga, la verdad es que voluntariamente me dedico hacerlo, al tiempo que el me mama el coño.
Él sin necesidad que yo se lo pida, se tira a mis pies, mientras que, abriendo su boca, espera pacientemente a que yo coloque mi coño en ella
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