Mi nueva pequeña esposa 4.
Segundo round..
Ambas nenas quedaron tiradas sobre un solo camastro, dormidas. Después de que yo usará por primera vez a la nena de 10 años y mi hermano menor usará a la mayor de 12 como su puta predilecta. -son unas putitas, verdad? Me pregunta mi hermano después de haber comido como troglodita. Yo solo veía a mi nena dormir, con sus piernas abiertas y su sexo hinchado y rosado.
-hay que llevarlas adentro para que duerman y tal vez curarlas- apresure a decirle a mi hermano antes de llenar mi boca con un último bocado de carne. -jajajaja no mames cabroncito, ya te dió remordimiento? La primera vez que la mayor estuvo conmigo le dí por 6 horas continúas. Se vino infinidad de veces hasta casi desmayarse. Son muy jóvenes aún y se recuperan rápido.- me dijo mi hermano con el orgullo de un padre.
-desde cuándo, como fué, su madre…- fueron las sonsas preguntas que no termine de formular pero las únicas que pudieron salir de mi mente en ese momento.
-su mamá se la pasa de viaje, la conocí cuando la mayor tenía 6 años y créeme desde entonces ya pintaba para ser una puta- sorbe un poco de agua – cuando cumplió siete, su regalo de cumpleaños fue hacerme un oral y desde entonces no paramos.- mi hermano tomo su sexo y lo jala mientras va recuperando forma.
-Y a los ocho, la misma edad que su hermanita la hice mi mujercita… Su madre toma pastillas para dormir y con doble dosis sin que ella se de cuenta es que yo puedo estar con mi esposa favorita- nuevamente el pecho de mi hermano se hincha de orgullo como si aquello que me estuviese contando fuese lo mejor del mundo. Una parte de mi gritaba MONSTRUO pero otra parte como un susurro imperceptible me decía: Hazlas tuyas.
Las nenas comenzaron a despertar y mi hermano se acercó hasta ellas, las abrazó, las llenó de besos y arrumacos. Pero eso solo fue para estar cerca de ellas y que su erección terminará de crecer entre sus piernas. Mi hermano les dice algo al oído a ambas y ríen los tres.
La más pequeña se levanta y camina hacia mí. La contempló pequeña, frágil, dulce e inocente. Con su cabello suelto y enmarañado. Su sexo aún hinchado y humedo por su primera rutina de sexo. Al estar frente a mi con una inocencia pura toma mi verga con su mano derecha y me dice -ya somos esposos!- y acto seguido su boca comienza nuevamente a devorar mi verga.
Cierro mis ojos para sentir la suavidad de una boca infantil. Mi sexo como si fuese el de un niño de 14 años responde con rapidez y firmeza. En segundos mi vega está hinchada, mi glande trastoca la garganta de mi nueva esposa. Ella lucha por albergar mi sexo, pero es demasiado para su boca, es un trozo de carne que no podrá comer por completo. Hago caso a mi hermano que está delante de mi comiéndose a su nena con las piernas abiertas. Y la veo como la putita que es… Mi putita.
Reposo mi mano tras la cabeza de la nena y empujó mi cadera hacia adelante, la boca de la niña se llena con la mitad de mi verga, sus mejillas se inflan y sus labios se estiran por completo. Con sus manos apoyadas en mis piernas ella trata de poner resistencia pero poco puede hacer contra la fuerza animal de un adulto. La dejo unos segundos sin aire.
Cuando la libero jala a sus pulmones una bocanada de aire fresco y al fin la puedo ver por completo como lo que es: mi nueva pequeña esposa puta. Su boca está llena de saliva que escurre por las comisuras, sin pedir permiso sus dos manos se aferran a mi sexo y lo contempla unos segundos como si fuese el mejor dulce del mundo. Con voraz apetito reanuda su felación hacia mí.
-no metas los dientes… Abre más la boca… Usa tus labios solamente… No metas las manos solo con tu boca… – fueron las indicaciones que le di a mi nena para que su felación hacia mí fuese más disfrutable. Mis manos acarician su cabellera mientras veo como una niña de 8 años trata de engullir lo más que puede mi verga. Es una verdadera puta.
Alcanzo su sexo y con sorna alegría descubro que está húmeda. Nuevamente está lista para mí. Así que sin perder tiempo la llevo hasta un camastro donde me acuesto boca arriba, con mi verga apuntando al cielo. Le indico que suba mirándome y abriendo sus piernas contempló nuevamente su suave sexo. La nena sabe lo que hay que hacer. Flexiona sus piernas y tomando mi verga dura lo dirige hacia ella, con mis manos abro sus pequeños pliegues y contempló como va desapareciendo mi verga otra vez dentro de ella. Su rostro se levanta para mirar al cielo mientras su cuerpecito desnudo se desliza en mi verga hinchada. A pesar de que hace unos minutos le había arrebatado su virginidad y aún hay hinchazón en su sexo la hermana menor no se detuvo hasta que su tierno sexo tocó mi pubis. Fue GRANDIOSO!!!
Comenzamos con un tenue movimiento de su parte, subir y bajar nada más. Su sexo aún tibio aprisiona al mío y embonan de una forma perfecta. Mis toscas manos acarician la piel de la nena y pellizco sus pezones y pechos aún sin brotar. -ay aya ay papi me duele… Me gusta, ay papi- la escucho decir con claridad. Mi sexo se hunde y raspa sus paredes vaginales de tal forma que hacen que la nena esté en éxtasis. Sus manos se aferran a mis muñecas y sus piernas se flexionan una y otra vez sin detenerse siquiera un instante. Al poco tiempo siento una humedad en mi pubis y veo con asombro que su sexo escurre un líquido blanquecino. Mi hinchado glande detecta espasmos dentro de la nena mientras sus ojos se tornan blancos y su cuerpecito se endurece. Su sexo me aprisiona creando una presión uniforme. Un nuevo orgasmo llena su cuerpecito y apenas es el comienzo…
Excitante y con morbo, espero la continuación
Me encanta esta saga de historias de niñas putas!!!!!!
Rikisino
Uff que rico. Más
Ya urge una continuación