Mi primera vez como Canderel con mi cuñada
Al cumplir 30 años descubrí que era estéril, la primera persona a la que le platiqué mi situación fue a mi cuñada, la cual me apodó en ese momento como Canderel por qué decía que tenía todo el placer sin engordar, lo que creí era una maldición me permitió estar con muchas mujeres jóvenes y hermosas.
Hace casi 20 años tuve uno de los momentos más difíciles de mi vida, tenía 5 años de casado y llevaba al menos 3 teniendo sexo sin protección con mi esposa, deseaba tener familia, comencé a pensar que algo estaba mal conmigo y me hice revisar, el médico encontró con qué era estéril, no podía decir la causa, pero simplemente no producía espermas, cero, nada, así que nunca podría ser padre, mi mundo se derrumbó bajo mis pies. Regresé a casa, me compré un par de six de cervezas, era viernes y mi suegra había estado mala, sabía que mi esposa aprovecharía su descanso de este fin de semana para ir a cuidarla, saliendo de su trabajo el viernes hasta el domingo en la mañana estaría con ella, por lo que estaría solo para poder curar mi dolor con el alcohol.
Pedí unas alitas y un par de hamburguesas a domicilio a un negocio de la colonia, apenas eran las 3pm, me había pedido el día libre para ir al médico con calma. Estaba inmerso en mis pensamientos cuando sonó el timbre, abrí y ahí estaba mi cuñada la llamaremos Daniela, se veía buenísima, apenas con 18 cumplidos, había iniciado su carrera en medicina hace un par de meses por lo que iba con su uniforme blanco de la escuela, supuse que su hermana le pidió pasar por algo a la salida de la escuela, yo vivo a unas calles de la facultad donde estudia y del hospital donde iniciaría sus prácticas, por lo que ya antes había pasado a comer o a llevar y dejar cosas que le pedía su familia. Abrí y casi ni me vio, traía la mirada en su celular, me dijo que iba por un par de mudas de su hermana y le dije que estaba bien, pasó y fue a la habitación, me quedé en la sala tomando. Cuando iba de salida, me vio, pero esta vez sí me observó, se quitó los audífonos, dejo a un lado su celular, puso cara de preocupación y muy angustiada me preguntó que pasaba, si alguien había fallecido, así de mal me veía, tenía la cara y los ojos hinchados de tanto llorar, le conté todo mientras ella me escuchaba y le dije que no sabía como le diría a su hermana, también le comenté que sabía que ella se divorciaría de mí, ya habíamos platicado de que pasaría en una situación así y me quedó claro que me dejaría. En ese momento todo se puso muy raro.
Daniela: Espera… no entiendo ¿cómo sabes que eres estéril? ¿estás seguro de eso?
Canderel: Sí, por completo, mira mis estudios
Daniela: ¿cómo? ¿por qué?
Canderel: No sé, al parecer es un defecto de nacimiento, solo sé que tengo cero, nada, ni siquiera un esperma en mi semen, no importa que tanto semen ponga en una mujer, no puedo embarazarla, no hay absolutamente ninguna posibilidad, nunca podré ser padre.
Al decir esto, la mirada de Daniela cambio de preocupación y tristeza a lujuria, lo había visto antes en otras mujeres, creí haber visto mal pero entonces.
Daniela: Cuñado ¿te confieso un secreto?
Canderel: Claro, dime
Daniela: Sabes que siempre he querido ser médico y aunque apenas tengo un par de meses en la carrera estoy decidida a seguir los pasos de mis padres.
Canderel: Sí, lo sé, has estudiado muy duro, 118 de 120 en el examen de ingreso y quedarte en la Facultad de Medicina de C.U. me parece un logro increíble.
Daniela: Sí, bueno, debido a eso aún soy virgen, mi mamá me dijo que si me embarazaba perdería todo y ella me ha platicado de como algunas de sus compañeras lo perdieron todo, aunque sé que hay formas de cuidarse, ninguna es 100% segura y me da muchísimo miedo tirar mi esfuerzo pero ando calienten perdida desde hace un par de años, por eso no he tenido novio para no caer en la tentación, me da miedo que me gane la calentura. No te digo que no sepa nada, le he hecho oral a los novios que he tenido muchas veces y ellos a mí, incluso he tenido sexo anal, pero vaginal nada y cuando la cosa se pone seria siempre busco un pretexto para cortar con ellos, por eso jamás he estado completamente desnuda con ningún hombre, por qué seguro no me habría podido contener.
Lo que me platicó me puso muy cachondo, comencé a imaginarla desnuda, mamando, enculada y sin darme cuenta deje de estar triste.
Canderel: Sí, te entiendo, mi hermano se aguantó hasta que termino la especialidad, recuerdo hacerle burla del diario por ser virgen, aunque sus compañeros sí tenían sexo, el nunca pudo evitar que le ganara el miedo, aunque ahora le va muy bien como Cirujano y tiene a todas las mujeres que quiere.
Daniela: Sí, bueno, la verdad no sé si me pueda aguantar más y saber que eres estéril me ha puesto súper cachonda, me he imaginado llena de semen muchas veces, por favor, ayúdame, siendo sincera no me gustas, pero necesito desahogarme con un pene de verdad, ya estoy cansada de consoladores y vibradores, mis amigas me platican y más en mi carrera, y yo ya no aguanto más.
Mi cuñada era una mujer que me parecía muy normal, blanca, delgada, cabello castaño, lacio a media espalda, pero que fuera la hermana de mi esposa, su edad, que fuera estudiante de medicina, me puso a mil, me acerque, la bese y comenzamos a desnudarnos ahí en la sala, en el sillón, incluso se me olvidó que la cortina estaba abierta, aunque afortunadamente el departamento estaba en un quinto piso, ella se arrodilló y me comenzó a mamar, era delicioso, una vez que estaba bien tieso me senté en el sillón, ella se paró y la vi bien por primera vez, quizá por ser mi cuñada nunca la había observado realmente, medía 1.70, pesaba unos 55 kilos, justo como me gustan, muy delgadas, se le marcaban las líneas del abdomen por su esbeltez, igual que mi esposa era lampiña, no tenía nada de bello en ningún lado, sus senos de tamaño mediano, calculo una talla 32 o 34 con copa B y unos hermosos pezones rosados, se dio la vuelta, tenía un hermoso trasero y un bellísimo thigh gap, ese espacio entre los muslos me volvía loco, verla como iba bajando para sentarse sobre mi pene me puso a mil, pude ver su vagina rosada abriéndose un poco para recibirme, lamento aceptarlo, pero no duré ni dos minutos, estaba apretadísima, además de que su vagina por dentro era muy muy suave, húmeda y cálida, mientras subía y bajaba le sobaba esos deliciosos senos, cuando me vine le apreté muy fuerte los senos, y no la deje moverse hasta que me termine de vaciar adentro de ella. Ella se quedó ensartada y sentí como se masturbaba jugando con su clítoris y moviéndose lentamente sintiendo mi pene hasta que un par de minutos después llegó al orgasmo.
Me disculpé por lo precoz que había sido y me dijo que no había problema, se arrodillo, y me lamió el semen de mi pene flácido y eso provocó en mi una nueva erección, una vez erecto lo sujete de la base y comencé a darle golpes con mi pene en su cara, ella solo sonreía, le dije que iría un momento al baño, estaba decidido a no fallar de nuevo, así que me embarre un analgésico en el pene para adormecerlo ligeramente y poder durar más, también me tomé un par de viagras, yo hago esto por consejo de mi hermano en ocasiones especiales cuando quiero durar más con mi esposa y por eso los tengo a la mano, es importante esperar a que se absorba la pomada y para estar seguro me lo lavé, así sabía que no quedaría rastros de la misma. Regrese a la sala, la tomé de la mano y la llevé a la recámara, la puse de perrito y comencé a darle como si no hubiera un mañana, ella comenzó a gemir, se notaba que le encantaba y yo estaba poseído, le metí el dedo gordo en el ano para hacerle una doble penetración y marcarle el ritmo, ella gimió súper cachondo cuando lo hice, después de varios minutos me salí, me recosté sobre la cama boca arriba y le dije que se subiera, quería verla de frente, ella comenzó a montarme, fue delicioso sentir como se movía sobre mí, poder ver su cara toda roja por lo cachonda y el esfuerzo, escuchar como gemía, agarrar esos hermosos senos, quería gozarla de todas las maneras posibles, me senté, la abrace, la besé, luego la hice recostarse boca arriba, me puse sobre ella, le abrí las piernas, puse sus tobillos sobre mis hombros y comencé a penetrarla, era muy flexible, siempre había hecho Yoga, desde niña le había gustado igual que a mí esposa, así que fue estirando hasta que estaba recostado sobre ella penetrandola, sus tobillos entre nuestros hombros, me pude dar el gusto de besarla, de besar su cuello, morder sus orejas, quería que se pusiera más cachonda, ya me quería venir, pero sabía que la pomada haría que durará otro poco más, no dejaba de pensar de que otra forma podía disfrutarla, la puse de lado para metérsela de cucharita, uffff que delicia, podía acariciar sus senos, besar su cuello, morder su oreja mientras la seguía penetrando, en algún momento pasé debajo de mi cuerpo mi mano derecha para agarrar sus senos, mientras con la mano izquierda busqué su clitoris, sabía que no demoraba mucho en venirme, así que comencé a masturbarla mientras la penetraba y jugaba con sus senos, sin dejar de morder su oreja y besar su cuello, sentí como comenzó a temblar y me pareció que llegamos al mismo tiempo al orgasmo, me quedé jadeando, sudoroso, ella estaba igual.
Después de descansar un rato decidimos bañarnos, olíamos a sexo, ella tenía semen escurriendo por sus muslos, en el baño nuevamente me excité, con el agua caliente sobre nuestros cuerpos, la hice inclinarse sobre la pared y esta vez decidí que le haría el culo, se la metí de una y no deje de bombear hasta que le llené el ano de semen, me costaba trabajo respirar, estaba sumamente cansado, ella igual, terminamos de bañarnos, le talle su espalda, ella la mía, hubo besos, caricias, fue delicioso, parecíamos una pareja de recién casado. Al salir del baño, ella me dijo que mañana vendría a hacerme de comer, su hermana le había pedido el favor también, sonreí, se seco lo mejor posible, se puso su uniforme, que delicia ver esas pantaletas y sostener blanco cubrir de a poco su cuerpo, al llegar a la sala nos dimos cuenta que nuestra cogedera había iniciado con las cortinas y la ventana abiertas, nos quedamos pensativos.
Daniela: ¿Crees que alguien haya visto algo?
Canderel: No creo, es un quinto piso, pero igual si nos vieron no creo que hayan visto gran cosa.
Daniela: Que bien, pues te veo mañana y lamento mucho tu problema, aunque si te soy sincera, no lo lamento tanto.
Después de eso tomó lo que mi esposa le había pedido y se fue, al cerrar la puerta deje de lamentar el fin de mi matrimonio y comencé a verlo como una oportunidad, calenté mi comida mientras reflexionaba que haría en un futuro con mi relación.
De donde eres amigo
De la ciudad de México.