Mi primera vez con 3 marroquíes
Esa semana me había masturbado sin parar, pero no quedaba satisfecha, a la media hora volvía a tener ganas.Así que el sábado me dispuse a salir en una ciudad donde no conocía a nadie porque apenas llevaba un mes trabajando en un piso alquilado.
Me puse un vestido muy corto de verano y unas sandalias con tacón.Estuve tomando unas copas sola buscando un hombre que me satisfaciera y terminé en una discoteca latina frecuentada por inmigrantes.
Allí comencé a bailar exhibiendo mis ganas de follar mientras sentía como los hombres me miraban y me hacían de todo con la mirada.
Tras varios bailes en los que se me acercaban y sobaban disimuladamente, tres marroquíes me invitaron a tomar unas copas.
No eran guapos pero de les veía muy atrevidos y que buscaban chicas para pasarlo bien.
Eran treintañeros y decían estar casados aunque sus mujeres estaban en Marruecos.
Después de un rato de hablar y algún besito y manoseo me dijeron que si iba a su casa me invitariian a todo el hachís que pudiera fumar, y yo accedí.
De sobra sabía que lo que iban a hacer es follarme.
Fuimos andando porque no estaba lejos, y cuando entramos en el ascensor ya de abalanzaron a tocarme por todas partes.
Yo decía que se estuvieran quietos aunque tenía la risa tonta del calentón.
Entonces uno de ellos metió la mano dentro de mi bragas y me introdujo los dedos.
Lo tenía ya muy mojado por lo que me encantaba aunque le sujetará la mano.
Cuando entramos en el piso no dio tiempo a nada.
Estaban tan cachondos que me tiraron contra el suelo y me quitaron las bragas.
Yo hacia el paripé de que no quería hacerlo, por lo que dos de ellos me sujetaron mientras el otro se bajaba los pantalones.
Entonces se tumbó encima de mí y me metió su polla gigantesca hasta el fondo.
Dios, que dolor sentí, me desgarraba toda por dentro con una violencia salvaje.
Subia, bajaba y la sentía tan dentro que me daban unos terribles pinchazos en el cuello del útero.
Me dolía pero me encantaba que aquel animal se desfogarse de esa manera conmigo.
Yo le pedía que parara y me hacía llorar.
Ellos se reían y hablaban en su idioma.
Después de unos minutos sentí como se corría dentro de mí y me inundaba con su leche.
Una delicia que aquel semental me diera todo aquello.
Después se apartó y se tumbó encima de mi el segundo.
No la tenía tan grande pero jodía muy fuerte.
Las embestidas eran como martillazos y me sujetaba de los tobillos para entrar todo lo posible.
Estaba extasiada, había provocado violaciones antes para satisfacer mis fantasías, pero esto era con lo que siempre había fantaseando.
Entonces se corrió y me llenó aún más de buena cantidad de leche que sentí muy dentro de mi.
El tercero se puso encima de mi entonces.
Era muy grande y gordito, y su polla era la más grande de las tres.
Sentí romperme las entrañas, hasta cómo se me abrían los huesos de la pelvis.
Era como un toro en celo, clavándola dentro con todo el recorrido de su pollaza.
Entonces el placer era tan fuerte como el dolor, y sentía que mi orgasmo estaba cerca.
Pasé de pedir que pararan a ser muy sumisa.
Le abracé con los brazos y con las piernas y le pedí que por favor, que me diera más fuerte, que me rompiera.
Ellos se reían y comentaban cosas de mí pero no les entendía.
Él lo hacía más y más fuerte y quería que todo su cuerpo entrara dentro de mi hasta reventarme.
Seguí pidiéndole que por favor me rompiera, que quería más duro y que me hiciera daño.
entonces me corrí abrazada a él dando gritos mientras me lo hacía con toda su potencia.
Después de correrme le quise en todas partes, que entrara dentro de mí por mi parte más íntima y le pedí que me diese por culo.
Se apartó y me puse a cuatro patas, con el pecho en el suelo y abriéndome el culo con las dos manos para ofrecerle todo mi agujerito para que me la clavara.
Ellos se reían, no podían creer que fuese tan guarra.
De un sola embestida me la clavó hasta el fondo, en un tremendo dolor solo con el lubricante de su polla mojada con la leche de sus amigos
Qué dolor, y que profundo le sentí, porque cuando la clavaba entera la sentía en el fondo de mis intestinos.
Me llamaba puta, lo que me excitaba más y le sentía en ese placer incómodo y vejatorio de cuando te llegan tan profundo por tu parte más íntima.
Entonces aceleró para correrse y aunque ya no podía aguantarlo más sabía que terminaría pronto.
Entonces noté esa leche caliente recorrer mis tripas, y su pollaza palpitar en cada chorro de lefa que sentía.
Tras correrse la sacó muy bruscamente, lo que me dolió muchísimo y sentí que me sacaba las entrañas al salir.
Entonces no me dieron tiempo ni a ponerme las bragas.
Me coloqué las saldalias y me echaron de su casa como a un trozo de carne usado.
Cuando iba caminando a mi casa, sentía como la leche salia de mi vagina y me escurría por las piernas.
Cuando llegué, me puse en el vater a cargar su leche, saliendo mezclada con mierda y con sangre.
Me había desgarrado aquel animal.
También por la vagina estuve sangrando un poco al sacarme la lefa, y estuve dolorida unos días, me dolían hasta los huesos de la cadera.
Pero fue la experiencia de mi vida, follada y desgarrada por tres tremendos animales que me hicieron su putita
No todos entienden la delicia de ser usada y fornicada tan duro y ser tratada como una nada, es algo muy profundo y una delicia, me fasino tu relato