Mi sobrina Agustina de 8 añitos (11)

Le lleno la conchita de leche a mi nena. Cada vez me demuestra ser más sumisa y hace lo que le pido. Estoy formando a una putita hermosa .
Luego de colarle un dedo a mi bebota de 8 años, lamentablemente al otro día vino su papá a llevarla a su casa, habia arreglado que aprovechando las vacaciones de verano la iba a tener con él un tiempo.
Y así fue, estuvo casi dos semanas en su casa, las cuales yo no me masturbe ni mire porno, estaba esperando un evento aún más grande, que era guardar toda mi leche para mí hermosa Agustina. Además Lourdes se había portado mal y le habían sacado el celular. Así que tampoco tenía tentación desde ese lado. Dos semanas después, Agus volvía, la iba a traer su papá de camino al trabajo, un lunes a las 7 am. Claro que para mí suerte ese día me pidieron que me levanté temprano ya que no iba a haber nadie, mi hermana tenía que trabajar, mi viejo lo mismo y mi mamá ya tenía arreglado ir a visitar a mi abuela.
Me levanté, desayuné, y a las 7:10 Agustina golpeaba a la puerta con su papá que me dejaba la mochila con ropa y se iba rápido a trabajar. Apenas cerré la puerta, gire y mi hermosa nena me tomo de las mejillas y me dió un piquito muy tierno.
-Te extrañe tío. Podemos desayunar? Porque papá me levanto y me trajo.
Me dijo con una cara de puta libidinosa, toda despeinada.
Le prepare una chocolatada, Pero al ir a sentarse a una silla, le dije que se sentará en mis piernas. Ella acepto, la senté arriba de mi verga, haciendole presión en medio de sus nalgas redondas, blancas y firmes. Puse una mano en su pancita y la otra en su muslo derecho, la acariciaba, olía su pelo, con mis dedos rozaba sus pezones. Le pregunté que había echo mientras estaba allá y me contó que jugaba mucho con las vecinas, cuando estaba encerrada se la pasaba mirando el celu que le había prestado su papá, y que como el celular era de su papá , habia muchas páginas porno en el buscador, así que miraba a veces con su papá mirando el partido, o cuando el se encerraba con alguna chica y cogían, ella miraba porno , mi corazón se aceleraba más, mi verga casi la levantaba presionando su ano. y entonces mientras terminaba la chocolatada y las galletitas me dice.

-Cuando me encerraba a las noches a ver porno tío, me colaba los dedos como vos me enseñaste en el sillón, tenía que morder la almohada para no hacer ruido y pensaba que eras vos tío el que metía los dedos.

Eso fue una señal para que empiece a jugar con ella, metí mi mano debajo de su remerita y empecé a tocar su pezones, con mi mano derecha pase de tocar sus muslos a dirigirme a su pantaloncito corto de fútbol, metí mi mano por un costado y le moví la bombachita, para empezar a tocarla, ella solo respiraba y no decía nada , besaba su cuello con mi verga explotando, pidiéndome que la penetre sin piedad.
La baje, levanté las cosas que utilizamos para desayunar, y fui a lavarlas, Agustina solita se acercó a mi , saco mi verga y la agarraba con ambas manos, torpe Pero muy caliente y con ganas de devolver un poco del placer que yo le daba. Mientras ella intentaba masturbarme lave todo lo que ensuciamos. Termine, me seque las manos y la levanté a upa, puse el dedo mayor de mi mano derecha en medio de sus glúteos firmes y se lo undi lo mas que pude, meti mi lengua en su boca que la recibió mas que complacida, ella también intentaba meter la suya en mi boca. Subimos las escaleras besándonos desaforadamente, llegué a mi pieza, la dejé arriba de la cama y ella sola se sacó la remera, yo le arranque el pantaloncito de futbol y quedó en bombachita, una con dibujo de Sofía la princesita. Me tire arriba de ella, la volví a besar y empecé a bajar con mis besos por su cuello, lami sus pezones, baje besando su barriga, le saque la bombachita, abrí sus piernas y le dije, esto se llama sexo oral, disfrútalo mi putita hermosa.

-Soy tu putita tío?

-Obvio que si mi amor.

Empecé a lamer su conchita blanca, con labios hinchados, a medida que lamía ella excitada repetía soy tu putita, como si fuera un mantra que la mantenía en trance, disfrutando de mis lamidas, separe un poco sus labios infantiles y succionaba su clítoris, lamía la puerta de su vagina, hacía de todo, lento pero constante, asi hasta que que escucho que me dice:

-Dale tío que siento cosquillitas, tu putita siente cosquillitas.

Era su manera de decirme que se venía, seguí lamiendo, ella se apretaba las tetitas y se se agarraba del pelo, hasta q con sus piernas apretó mi cabeza y tuvo un orgasmo que le generaba espasmos, además de que yo seguía lamiendo más despacio debido a que todo se ponía más sensible en ella, y al lamer lentamente obtenía un nuevo espasmo de placer. Me asome a verla y ella con los ojos cerrados se le notaba complacida, despeinada, totalmente mojada me acosté al lado de ella y sin decirle nada meti un dedo dentro de ella. Estaba tan lubricada y caliente que solo empezó a gemir más y recibía mi dedo sin ningún problema, se lo saqué e hice que se chupara su propio flujo, y ella sin ningún problema lo hizo, era una hermosa y tierna puta.
Todo estaba dado para que perdieramos la virginidad ambos, me desnudé la abrí de piernas y puse mi verga gruesa entre los dos labios blancos de la vagina inmadura de mi sobrina. La lubrique con sus propios jugos, y empecé a embestir esa vagina de nena que me recibía contenta, caliente, extasiada.
La cara de Agustina era una mezcla de dolor por sentir como se terminaba de romper su himen e iba separando todo el recorrido de su vagina Pero también ponía una cara de placer que me invitaba a seguir metiendosela cada vez más profundo.
Ella entre gemidos, y respiración alborotada repetía su mantra.

-Soy tu putita tío, soy una putita tío.

Y yo afirmaba su oración, respondiendo que era solo mi putita, y de nadie más.
Llegué a un punto de profundidad que ya no ingresaba más mi verga, lo supe porque empuje y Agustina movió la cabeza hacia atrás como poseída y se quejó, me quedé quieto y la saqué un poco, para empezar a cogerla, un Vaivén de mis caderas que hacían que mi verga entre y salga, sus gemidos de nena q me ponía loco, y hacían que cada algunas penetradas se la mandara bien profundo para que su grito fuera más fuerte, quería mostrarle el dolor y el placer de coger, me acomode mejor y en una posición mas distante aún arriba de ella, doblando mi espalda para quedar a una distancia que me permita cogerla sin que la cabeza de mi verga este empujando sus útero de 8 años.
Al ver que la cogida ya no le dolía aceleré mi ritmo.

-Soy tu puta tío, siempre quiero ser tu puta.

Sentía su conchita hirviendo, baje el ritmo para que me escuche y le digo.

-Ahora yo voy a sentir cosquillitas, como vos sentiste recién mi amor, va a Salir algo blanco de mí, es mi leche, leche de hombre, quiero que me digas que sos mi putita y que querés la lechita, que me digas esas cosas me gusta. Ella estaba concentrada mirándome, movía la cabeza confirmando que había entendido. Empiezo a moverme más rápido y la escucho.

-dame tu lechita tío, soy tu putita, soy un puta que quiere leche, dámela por favor dame la leche tío. Soy tu putita hermosa la más puta.

Yo le daba duro y esas palabras hicieron que le dé más duro todavía, hasta que acabe. Mientras mi bolas eran vaciadas dentro de mi nena, le digo mirandola a los ojos:
Ahí te lleno de leche bebé, sentí como te lleno de leche, toda tuya mi lechita mi amor.
Y la quede mirando a los ojos, mientras mi verga latía dentro de ella llenando de esperma si conchita. Sonreí, ella aliviada y cansada sonrió, me abrazo y me di un piquito de nena.
Yo me levanté y ambos observamos como salía mi pija de su conchita. Llena de semen, y al sacarla su interior expulsaba lo que quedaba de mi esperma. Lo tome con mis dedos, y le dije que se tenía que tomar la leche del tío. Ella no dijo nada solo abrió la boca.
Le puse mi leche en su boca y la trago toda. Me acosté, y la acosté arriba mío, ambos desnudos en la cama nos dormimos. A las 2 horas nos despertamos. Nos besamos de nuevo, no sabía a qué hora podía volver mi madre, así que nos fuimos a bañar juntos, le lave su pelo con ternura, le daba besitos, la dejé limpia, salimos, y le peine su largo cabello rubio, sus ojos color miel me miraban con amor. Baje a la cocina para preparar el almuerzo y a los 15 min llegó mi madre. Contenta saludo a Agustína, la felicito por ser nena grande y portarse bien, le dijo que la veía muy cambiada.
Yo por dentro pensaba cuan cambiada estaba, ya que yo la hice mujer y ahora ya no era más una nena, era una putita. Mi putita.