Mi sobrina Erika me enseña como juega con su papá
En una reunión familiar descubro un secreto de mi cuñado.
De esto ya han pasado varios años y aún lo recuerdo y me excita tanto como si hubiera sido ayer.
Todo empezó cuando mis cuñados y sus familias nos visitaron un fin de semana. Comidas, pláticas películas etc. Nada fuera de lo normal.
Nuestros hijos todos jugaban corriendo de aquí para allá y la casa estaba llena de gente.
El sábado después de la comida yo me fui a un pequeño cuarto que tenemos al otro lado del patio. Tiene una cama individual y algunas cosas desordenadas por lo que no se ocupa. Yo me fui allá a descansar del ruido de la casa; así que me recosté y no tenía ni 5 minutos cuando atrás de mi llegó Erika. Una niña morenita de 9 años de cabello rizo largo. Ojos enormes y pestañas gigantes adornaban su rostro infantil. Y con su diminuta boca de labios gruesos pronunció palabras como » hola tío, que haces?»
En mi mente paso un enojo porque me había escapado a un lugar tranquilo para estar solo y ahora tenía frente a mi a una niña preguntona…
-Vine a descansar un ratito Erika
Porque no te vas a jugar con los demas?
-Andan corriendo lejos y no me gusta. Comentó.
– Tu tienes cosquillas tío?
Y al momento de preguntar llevo su manita a mi abdomen y la movía a la altura de mi ombligo.
– no , yo casi no tengo cosquillas, respondí.
– a mi papá si le dan. Yo también tengo.
– ah si. Y dónde le dan cosquillas a tu papi??
Y con la manita me hizo en el abdomen el pecho, cintura.
Ahí algo se despertó en mi que me hizo preguntarle.
– Y a ti, dónde te dan cosquillas??
– en todos lados – dijo.
Sin decir palabras yo me moví hacia el centro de la cama, haciéndole un espacio para que ella se acostara. Y sin decir palabras ella se subió a la cama y se acostó de frente a mi.
– mmm veremos dónde tienes cosquillas – le dije y con la mano le hice cosquillitas en la pequeña cintura.
Es imprescindible antes de seguir describir a detalle a la pequeña Erika porque aunque tenía 9 años poseia un hermoso cuerpo que yo no había notado.
Apenas había empezado a desarrollarse pero ya tenía bien definida el área de la cintura y las caderas que, aunque eran infantiles tenían carnita dura y tungente. Sus piernas cortitas pero gorditas, duritas y sus nalgas…. Aún no lo sabía pero eran dos jamones calientes y duros.
Sus pechos eran dos montañitas que apenas empezaban a crecer coronadas por unos pezones morenitos chiquitos envueltos en un suave corpiño infantil.
Así que, con la mano inicie a las cosquillitas por la cinturita y ella contenta y solo asentía con la cabeza diciendo que si era un lugar de cosquillas.
Pasaba mi mano por su espalda y también decía que si.
Para ese momento o mi verga ya estaba despierta dirigiendo el momento. Bajaba un poquito hacia las nalgas y ella decía que si tenía cosquillas en esa zona. Iba hacia la espaldita y también asentía.
Sentí que era momento de meter la mano por debajo de su blusa y así fue. Las cosquillitas se fueron metiendo el cuerpecito de mi sobrina.
Ella sonreía y veía como estaba contenta con los cariños, asi que le pregunté si así le hacía cosquillitas su papá. A lo que contestó que si pero era un secreto que no se lo podía contar a nadie.
Escuchar eso, hizo que mi verga empezará a palpitar con urgencia por saber todo lo que mi cuñado pedía a su hija callar. Asi que poniendo mucha atención a lo que decía y con 30 años de diferencia entre Erika y yo sincronice mis preguntas con mis dedos que iban y venían por el torso de la nena.
Le pregunté si ella lo disfrutaba, me dijo que si.
Metí mi mano por debajo del corpiño hasta encontrar su pezón y con suaves caricias le pregunté su su papi le hacía cosquillas ahi.
Respondió que si. Con dos dedos aprisione esa bolita de carne dura y la masajeé. Pregunté si le gustaba y me dijo que si.
Que más haces con tu papi nena?
Y sin dudar ni un segundo y con mirada caliente se enderezó y se subió en mi.
Y papi te da besitos?
– si- respondió y ya no hubo más preguntas.
La jale hacia mi boca y comenzamos a besarnos como dos novios calientes.
Al principio del relato mencioné su pequeña boca de labios carnosos porque es algo que hasta hoy después de tanto tiempo me sigue calentando por la forma en que sabía usarla. Erika a su corta edad sabía besar fenomenal, sabía usar su lengua y sabia succionar muy bien la mía.
Pasamos varios minutos en que nos besábamos y mis manos recorrían todo su cuerpo. Ese día ella llevaba puesto un Pans de tela gruesa color violeta que para ese momento ya iba a media caderas puesto que mis manos lo iban bajando a medida que acariciaba sus nalgas.
Me encontraba en pleno extasis disfrutando de aquella niña cuando volví en si y pensé que algún otro curioso podría llegar y ver qué estaba pasando en ese cuartito. Me separe de ella y nos incorporamos
– déjame ver qué pasa allá afuera-
Eche un vistazo por la ventana y todo estaba en calma. Desde ahí podía dominar toda la propiedad sin ser visto.
Cerré bien la cortina y puse llave a la puerta.
Regrese con Erika que estaba con los cachetes colorados y la boca prominente. Despeinada seguía en la cama esperándome.
-Que bonito juegas con tu papi Érika –
– quieres probar mi concha tío?
Dijo.
Yo intentaba comportarme a la altura de mi interlocutora, es decir utilizaba tonos infantiles al hablar o mostraba timidez pero ella me sorprendía con sus respuestas.
– pero no le vayas a decir a mi papá.- me advirtió.
– no diré nada. Pero tú tampoco le digas.-
Y sin más palabras me acerque a la cama y agarre el Pans del resorte y lo baje de una sola vez.
Vi unas bragas de niña de tela delgadita con imágenes de Frozen en la vulva y vi también como ella las comenzó a bajar para que su sexo quedara expuesto.
Me hinque en la cama con las dos manos comencé a frotar sus piernas, saque el Pans completo y abrí sus piernitas. Contemple por un breve instante el manjar que iba a disfrutar y me hundi entre esas deliciosas carnes húmedas que también me esperaban.
Probé sus deliciosos labios vaginales, los más suaves que había probado hasta entonces, los más cerrados que conocía. Lampiños por completo, libres para pasar me lengua por todos lados.
Así estuve muchos minutos con la lengua en la vagina de mi sobrina con las manos a veces en sus muslos, a veces en sus pezones, con la verga dura a más no poder. Ella acostada respirando fuerte. Sentía sus manitas encima de las mías como guiandome a sus puntos de placer. De repente comenzó a moverse y a jalar mi cabeza hacia sus entrañas, su sexo comenzó a mojarse y a mojarme . Yo contento flotando en otra dimensión sintiendo el orgasmo de mi sobrina en la cara.
Me levanté desabroche mi pantalón de mezclilla y saque mi verga que parecía que iba a estallar. Sus venas palpitaban y se engrosaban como nunca. Jale a mi sobrina y conduje sus carnosos labios a mi cabeza. Ella ya sabía que seguía. Solo ví como mi tronco se fue hundiendo en esa boquita para volver a salir llena de saliva. Así varias veces.
La voltee y la puse en 4 en la cama. Ella dócil accedió y aunque por un momento paso por mi mente que no le cabría mi camote en la raja también al mismo tiempo me contesté que esa raja ya tenía experiencia con una verga adulta como la de su papá.
Abrí esos dos jamones carnosos; mucho más grandes de lo que los podría tener una nena de 9 y coloque la punta de mi verga en su entrada.
Empece a empujar poco a poco y gustoso vi como se abría para recibir no solo la cabeza sino el cuerpo completo. Desde la punta hasta la base de mi verga estaba clavada en ese chochito. Un escalofrío recorrió mi espalda y comencé un mete saca a buen ritmo. Ella, gozando sin un síntoma de dolor o disgusto. Aceleré un poco el ritmo y ella contenta, sin una traba que me impidiera seguir.
Abrí más sus nalgotas y aceleré a fondo viendo como salía fluidos cremosos de esa rica vagina. Ella contenta recibiendo, gimiendo suave, dejándose penetrar por su tío. No pude más y con gemidos solté varios disparos de leche en el interior de Erika como si fuera una adulta experimentada. Ella los sintió y gemía mientras volvía a mojarse por un segundo orgasmo.
Después de unos minutos se la saque con mucho temor y la mente desordenada por lo que acababa de hacer. Ella se volteo y me dijo que le gustó más que con su papá, pero que no le fuera a decir nada. De la manera más natural me pidió papel higiénico se limpio el chocho y se subió los calzones junto con el Pans morado Dijo que si quería podíamos cojer otra vez . Hecho una mirada por la ventana, se aseguró que nadie la viera nadie y se fue corriendo a buscar los demás niños.
En la noche de ese día sucedió otra cosa, pero esa es otra historia.
Comenten si les gusto y que les gustaría saber más de mi sobrina.
Excelente relato ojalá tenga continuación
Cuenta más cosas!
No hay una edad para ser puta…, desde la cuna ya apuntan maneras. Para ser putito, tampoco hay edad. Buen relato.
Buen relató, espero poder leer la continuación pronto.
Muy bueno continúa
Excelente relato.
Que relato más morboso.
Que buena formación le dio el papa a Erika.
Quién podría negarle más enseñanzas a tan buena alumna.
Esperamos más lecciones. Con papá, con papá y el tio, o añadiendo otras primas o hermanas mayores.
Qué pinche paja tan más rica!!!
ufff muy rico ehhh seguid
muy excitante relato, me gustan mucho los detalles como las bragas que estaba usando, ojalá publiques pronto la continuación y seas muy preciso con los detalles.