• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Publicar Relato
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...
Dominación Mujeres, Heterosexual, Incestos en Familia

Mi vida en incesto – Capítulo 1.3 – De niña a mujer

Mi cuerpo experimenta cambios propios del desarrollo. Mi primera menstruación marca ese cambio .

  • Capítulo 1.3 – De niña a mujer

Ya hacía mas de un año y medio que, con mi hermano Sebastián, veníamos cogiendo todos los días desde aquella primera noche en que no pude aguantarme mas y le pedí que me cogiera, cuando apenas tenía 8 años y todavía jugaba con muñecas.

Ahora que lo pienso, me parece interesante en como cuando estaba con mis amigas, en aquellos tiempos donde no teníamos celulares ni acceso a internet, jugábamos a las muñecas, a hacer “comiditas”, al elástico o saltar la soga. Pero cuando me encontraba en casa con mi hermano, o teníamos la oportunidad de estar solos, me convertía en una putita con más cogidas que las que mi abuela contara seguramente, pero con cuerpo de una niña a la cual ya le había echado su hermano litros de semen tanto en la conchita y en mi boca, como también en el culito, disfrutando de maravillosos orgasmos y de ser cogida como la puta que era, ante el total desconocimiento de mi papá, mis maestras, mis amigas y vecinos y el cura de la parroquia.

Las tardes y noches corrían entre mordidas y chupadas, cogidas y jadeos, orgasmos y semen, haciendo de cada encuentro sexual que teníamos un momento único de placer que nos despojaba de la realidad filial que nos unía.

Realmente con mi hermano nos amábamos y nos cuidábamos como si fuéramos esposos, donde si alguna chica se le acercaba a hablar, mi cara de “que haces hablando con esa” se manifestaba automáticamente y lo mismo él, cuando algún chico me quería hablar de forma medio privada, no pasaban ni diez segundos que mi hermano se acercaba para sacarme de esa situación. En verdad que éramos medio tóxicos como se dice hoy en día, pero bueno, nuestra relación era así y así nos amábamos y cuidábamos.

En fin, con el correr de los días, desde aquella primera noche de sexo con Sebastián, mi cuerpo fue experimentando cambios que se hicieron cada vez mas notorios. Y ya con casi 10 años tenía un cuerpo que comenzaba a definirse como el de una preadolescente. Crecí de altura varios centímetros, mis piernas se estilizaron, me creció mi cola, mis caderas comenzaron a ensancharse y mi cintura a definirse, mis tetitas dejaron de ser planas y comenzaron a presentarse como unos pequeños limoncitos puntiagudos, los que mi hermano saboreaba con devoción, mordiéndome mis pezoncitos y dejándome chupones cuando se apoderaba de ellos con la desesperación de un niño que quiere alimentarse con las tetas de su madre, y en mi pubis comenzó a aparecer una suave pelusa que pretendía comenzar a cubrir mi conchita. En definitiva… mi cuerpo comenzó a parecerse mucho más al de una señorita que al de una niña, por lo que tuve que comenzar a usar corpiños para que no se me trasluzcan mis pezoncitos en las remeras o camisas de mi uniforme escolar o cuando había otras personas cerca.

Pero si bien mi hermano disfrutaba, igual que yo de las chupadas que me daba en mis tetitas, mordiendo con sus dientes de forma suave con sus dientes y masajeando con su lengua mis pezones, y de los cambios que mi cuerpo venia experimentando, como también el crecimiento de mis nalgas, disfrutando mucho como me daba chirlos o me las mordía, él prefería que mi conchita se mantenga sin esa pelusita que me estaba creciendo por lo que comencé a depilarme primero con una maquinita de afeitar, pero después mi hermano me propuso que usara cera depilatoria, con lo que juntando nuestros ahorros, compramos un hornito para cera, convirtiéndose él en mi depilador personal.

Era una actividad que al principio no sabíamos bien como hacer, pero que aprendimos primero con mis piernas, descubriendo lo suaves que quedaban para después comenzar a experimentar con mi conchita y mi ano rosadito.

Y en verdad que lo tomábamos como algo “recreativo”, ya que si bien los tirones de la cera al principio no estaban buenos, después una se acostumbra, pero lo mejor eran los momentos de masajes que mi hermano me daba con sus dedos o lengua en mi clítoris entre una encerada y la que seguía.

Y obvio que después de dejarme como la nena que él mismo había estrenado al romper mi himen, al penetrarme por primera vez y hacernos descubrir y disfrutar de lo maravilloso que es el sexo, se dedicaba por horas a darme placer con su lengua entre mis pliegues vaginales y mi botoncito de placer sin olvidarse de mi esfínter, haciéndome acabar incontables veces, dándole de beber mi flujo vaginal para por último, cogerme por mi conchita y mi culito como la puta en la que me había convertido.

Ya cerca de cumplir mis 10 años, se dio la oportunidad de viajar durante 10 días a un campamento organizado por la escuela. Y en verdad, durante esos días realmente estuve desesperada por sentir la verga de mi hermanito dentro mío. Pero tambien me sentí medio extraña, como que algo me estaba pasando pero no entendía qué. Fueron 10 días de estar caliente a toda hora y que por la abstinencia que estaba pasando, sólo pude tocar mi conchita deseosa de verga y semen con mis dedos, sintiendo como mi vagina destilaba un flujo super viscoso, espeso y resbaladizo y transparente, como si fuera la clara de un huevo, lo que ayudó a poder masturbarme con el estuche de mi cepillo de dientes y que si bien no era como la verga de mi hermano, al menos me sirvió para calmarme estando dentro de mi bolsa de dormir en la carpa que compartía con algunas de mis compañeras.

Lo malo es que al estar con ellas en la misma carpa, tenía que morderme para no gemir o jadear cuando alcanzaba mis orgasmos. Pero bueno… era lo que podía hacer en esos días, que a decir verdad, me encontraba super caliente y debía escaparme al baño varias veces para pajearme porque en verdad tenía la necesidad de sentir la pija de Sebastián y su semen dentro de mi vagina.

Pero por fin volvimos del bendito campamento. Tenía necesidad urgente de estar entre los brazos de mi hermano, de sentir su piel contra la mía, de sentir sus manos y su lengua pasando por cada rincón de mi cuerpo y de yo pasar la mía por el de él. Lo había extrañado muchísimo. Mi cuerpo lo había extrañado como nunca antes. Y más el hecho de sentir su miembro duro expulsar su líquido lleno de sus hijitos dentro de mi útero en búsqueda de un óvulo que fecundar. Y así nos dedicamos a cogernos con una pasión desenfrenada, entregándonos a este placer incestuoso que nos envolvía y nos había formado, convirtiéndonos en adictos a este placer secreto, oculto y reprochado por la sociedad.

Y a pesar de que no me sentía del todo bien ya que sentía una molestia en mi pancita, sentía la necesidad de tener a mi hermano dentro mío, necesitaba cogernos como lo hacíamos siempre que estábamos solos en casa.

– Cómo extrañaba tu pija dentro mío hermanito… no aguantaba más… en verdad que tuve mucha necesidad de sentirte dentro mío todos estos días y de que me llenes de tu lechita…

– Yo también te extrañé Ani, muchísimo. Mis bolas ya no aguantaban de toda la leche que tenían juntada. Quise hacerme la paja un par de veces pero preferí guardar mi lechita para vos, para tu conchita…

– Yo tuve que hacerme la paja varias veces en estos días, te extrañaba mucho y no aguanté, no se por qué pero estuve super caliente todos estos días. En verdad que hubiera dado cualquier cosa por sentirte dentro mío, que acabes y me llenes de tu lechita hermanito

Así que después de matarnos a besos, mordidas, cogidas y provocarnos orgasmos super placenteros, mi hermano me dijo que me hacía falta una depilación porque ya se me notaban los pelitos de mi conchita y quería tenerme siempre con mi vagina depilada porque le gustaba mas así, que se vea como la de una nena, como cuando comenzó a cogerme.

Recuerdo que en esa tarde de “estética”, después de terminar con la depilación de mi vagina y habiéndonos recuperad de la cogida que nos habíamos dado, Sebastián se dedicó por mucho tiempo a degustar del trabajo que había realizado. Yo ya iba como por el cuarto orgasmo cuando mi hermano se separa de mi concha

– Ani, te está saliendo sangre

– ¿Cómo que sangre?

– Si, te está saliendo sangre desde adentro, mirá…

Y pasando uno de sus dedos por mi conchita, me mostró y efectivamente, estaba todo manchado de sangre

– ¿Te habré lastimado por dentro?

– No, sino me dolería algo o hubiera sentido algo

– ¿será que estarás menstruando? Ya creo que estarías en edad

– Espero que no, porque sino ya no vas a poder acabar dentro mío

– Bueno, en tu culito y tu boca sí

– Sí es cierto, pero me encanta que acabes en mi conchita, lo sabés bien. Vamos a tener que usar forro

– Nunca usé uno

– Bueno, vamos a tener que comenzar a usar porque no quiero quedar embarazada

– Papá nos mata si quedás embarazada

– Por eso, o nos vamos a tener que cuidar de alguna forma

– ¿Y si tomás pastillas?

– ¿Pero cómo las compramos? Vamos a tener que ahorrar y pedirle algo de plata a papá, aparte, tendría que ir al médico para que me dé receta y no creo voy a poder justificar por qué quiero tomar pastillas cuando recién ahora estoy comenzando a menstruar. No sé qué podemos hacer…

– Podemos coger como siempre pero acabo en tu boquita o en tu culito

– No sé, porque en una clase que tuvimos sobre reproducción en la escuela dijeron que por más que no acabes dentro, igual la mujer se puede embarazar. Aunque hay algunos días en que no pasa nada, los primeros 7 días después de que se me corte el sangrado. Después ya puede haber riesgo de embarazo hasta que comienzo a sangrar, ahí ya no puedo quedar embarazada

– Bueno Ani, primero que nada, quiero que este día sea especial porque ya sos oficialmente una mujercita. Y segundo, quiero que sepas que vamos a encontrar la solución, tenemos unos días para pensar a ver qué podemos hacer. Por lo pronto, cuando venga papá tenés que decirle, así te comprás las toallitas femeninas y esas cosas. Y por ahora vamos a disfrutar un poquito así hermanita que quiero dejarte mi lechita en tu conchita otra vez

Y llevándome a la ducha, nos bañamos juntos mientras comenzamos a hacer el amor nuevamente.

Nuestras bocas no dudaron en juntarse como dos imanes mientras nuestras lenguas comenzaron a pelearse compartiendo nuestra saliva. Nuestros dientes también participaban mordiéndonos suavemente en cada parte que se cruzaban con nuestra piel. Realmente en esos tiempos, estar con mi hermano era realmente hacer el amor y eso me hacía entregarme por completo a él, a sus caprichos, a disfrutar de nuestros cuerpos preadolescentes y de nuestra sexualidad.

Las manos de mi hermano rápidamente se apoderaron de mis tetitas y mis nalgas. Las apretaba como convenciéndome, aunque no hacía falta, de que mi cuerpo era de su propiedad. Bajó su boca hasta mis pequeños pechos, apoderándose con su lengua de mis pezoncitos que ya estaban erectos por la excitación que estaba experimentando de ser nuevamente poseída por la verga de Sebastián. Y mientras eso pasaba, su mano apresó mi conchita, comenzando a masajear los labios de mi vagina y mi clítoris que ya se encontraba duro. Podía sentir sus dedos como resbalaban con la mezcla de flujo y sangre que salía de mi cuevita y cómo recorrían cada pliegue vaginal, haciendo que mi cuerpo vuelva a experimentar un torrente de placer que no dejaba parte de mi ser sin apropiarse, concentrándose en mi clítoris y a los pocos minutos, hacer que nuevamente explote en un placer hermoso del cual no había forma que quisiera dejar de recibir, tratando de ahogar mis quejidos y gemidos con mis mordidas en sus hombros y brazos, mientras mi hermanito me sostenía por el temblor y flacidez de mis piernas.

– Aaaaaaaaaaaaah siiiiiiiiiii hermaaaaaniiiitoooooo siiiiiiiiiii… asíiiii noooo paaaareees pooor faaaavoooor

– Amo tocarte putita… amo hacerte sentir este placer…

– Siiiiiiiiii… meeee encaaaantaaaaa seeentiiiirteeee deeeentroooo mioooo… quiiieeeerooo queeee meee lleeeneeees deeee tuuu leechiiitaaa

Abracé a mi hermano por el cuello con mis manos y me trepé en él como un koala, envolviendo su cintura con mis piernas, haciendo que mi conchita que totalmente empalada por la hermosa verga de Sebastián, haciéndome apoyar mi espalda contra los cerámicos de la pared, comenzando a taladrar con su pija el interior de mi vagina.

El agua caliente que recorría nuestros cuerpos desnudos hacía que aumente el ruido de las embestidas de las caderas de mi hermano contra mi pubis haciendo que ese plaf plaf plaf plaf plaf plaf se escuche y retumbe como un eco por todos los ambientes de nuestra casa.

Y así como estábamos, después de no sé cuánto tiempo recibiendo la pija de Sebastián en mi vagina, entre los jadeos, los gemidos, el ruido del agua cayendo y el golpeteo de nuestros cuerpos chocando, nuevamente sentí como esa verga hermosa se ponía mucho mas dura entre cada arremetida y comenzó a expulsar su esperma dentro mío, llenándome no sólo de su semen, sino de un tremendo orgasmo que me hijo gritar del placer que sentí cuando acabó dentro mío.

– Aaaaaaaaaaah siiiiiiiiiiii Aniiiii… tomá miiiii lechiiiitaaaa puuuutiiiitaaaa…

– Siiiiiiiiii heeeeermaaaaaniiiiiiitoooo… aaaacaaaaabaaaaa deeeentrooooo miiiiiioooooo… lleeeeeenaaaaaameeeeee deeeee tuuuuuuus hiiiiiiijiiiiiitooooooos… lleeeeeenaaaaaaameeeeeee deeeee tuuuuuu leeeechiiiiitaaaaa caaaaleeeentiiiitaaaaa…

Pude sentir como su verga expulsó cinco, seis, siete grandes chorros de semen dentro mío mientras comenzamos a comernos la boca, mordiéndonos los labios.

Nos quedamos quietos, sintiendo como el agua que caía caliente de la ducha recorría nuestros cuerpos mientras nuestra respiración agitada se calmaba. No quería despegarme de mi hermano. Quería seguir con su pija palpitante clavada dentro de mi conchita, sintiendo como su glande hacía presión sobre mi cérvix, pero ya era tarde y en cualquier momento iba a llegar nuestro papá. Así que nos separamos y mientras terminamos de bañarnos, sentí cómo su semen salía de mi vagina, chorreando por mis piernas siendo arrastrado por el agua que recorría mi cuerpo.

Tuve que ponerme un bollo de papel higiénico en mi bombacha para que la sangre que me salía no me manche la ropa y cuando llegó mi papá le conté que “oficialmente” era una mujercita, abrazándome y felicitándome, aunque en realidad yo no lo veía como algo tan lindo, sino como un problema ya que íbamos a tener que cuidarnos con mi hermano para no quedar embarazada. Le pedí plata para comprarme toallitas higiénicas y mi hermano me acompañó a comprarlas.

Ese día ya no volvimos a coger con mi hermano porque me sentí medio molesta. No era que me dolieran los ovarios o algo así, pero no me sentía muy bien físicamente. Así estuve por 5 días hasta que se fue mi primer período. Lo peor, el querer coger con mi hermano, pero sentir mi vientre con espasmos que no me dejaban pensar en otra cosa que cómo hacer para que se me vaya pronto ese malestar.

En fin… mi período me resultó molesto desde el primer momento en que lo tuve hasta el día de hoy. Pero es parte del ser mujer… que le vamos a hacer…

Hasta la próxima

9 Lecturas/18 noviembre, 2025/0 Comentarios/por IncestAnalia1423
Etiquetas: baño, hermanita, hermanito, hermano, hijo, incesto, madre, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
En el trabajo me gané la fama de puta, por lo fácil que le resultó a dos de mis compañeros convencerme de que me acostase con ellos, a un mismo tiempo
Segunda parte de cuando con mi prima y yo concimos a una madre y su hija en el super
"Jugando a la play" Con Marco y Alejandro
Vacaciones con mi padre (4)
Las miradas.
Mi niñez y adolecencia en la granja 1..Reyna, la gran señora….
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.294)
  • Dominación Hombres (3.873)
  • Dominación Mujeres (2.880)
  • Fantasías / Parodias (3.110)
  • Fetichismo (2.570)
  • Gays (21.661)
  • Heterosexual (7.932)
  • Incestos en Familia (17.689)
  • Infidelidad (4.385)
  • Intercambios / Trios (3.039)
  • Lesbiana (1.130)
  • Masturbacion Femenina (904)
  • Masturbacion Masculina (1.790)
  • Orgias (1.975)
  • Sado Bondage Hombre (440)
  • Sado Bondage Mujer (172)
  • Sexo con Madur@s (4.094)
  • Sexo Virtual (251)
  • Travestis / Transexuales (2.366)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.408)
  • Zoofilia Hombre (2.165)
  • Zoofilia Mujer (1.651)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba