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Dominación Mujeres, Incestos en Familia, Intercambios / Trios

Mis amigos se comen a mi hija de postre

Un asado en casa con algunos amigos del trabajo, nadie trajo el postre así que tenemos que comernos lo único que tengo en casa… a mi dulce hija.

El domingo aproveche que mi mujer se había ido de viaje para hacer un asado en casa con mis amigos más cercanos del laburo. Mi hija de 18 años había salido anoche y llegado recién a las 10 de la mañana del boliche por lo que sabía que dormiría seguro hasta el otro día que se tenía que levantar temprano para ir a la facultad.

Los pibes fueron cayendo a casa mientras yo prendía el quincho y arreglaba la mesa en el patio. Había comprado cerveza y cosas para una ensalada mientras que los pibes se habían puesto de acuerdo para traer el asado.

El primero que llego fue Jorge, 58 años y el más viejo del grupo. Después le siguieron Raúl y Nicolás de 40 años igual que yo que como vivían en la misma cuadra venían juntos en el auto de Nico. Por último cayeron Ezequiel de 35 y Mateo de 29 el más chiquito del grupo al que habíamos adoptado como nuestro hijito.

Todos nos conocíamos del laburo en el frigorífico. Algunos ya se habían ido a otra empresa como Eze que ahora trabajaba en Coto y Nico que había puesto su propio negocio. Yo era el jefe de ellos en su momento, pero luego me salió un laburo de analista para una empresa extranjera y también me fui. Sin embargo, todos seguíamos siendo cercanos, jugábamos al fútbol una vez por semana, nos juntábamos en la casa de alguno a comer, tomar y fumar y si estábamos para la joda salíamos a algún barcito/boliche por unos tragos, excepto Jorge que se consideraba demasiado viejo para eso.

Nuestras mujeres también se conocían y se llevaban bien, y mi hija tenía buena relación con las hijas de Jorge y Raúl. Los hijos de los otros eran muy chicos y directamente Mateo no tenía ni hijos ni mujer.

Todos conocían a Jaz, mi hija. Ella les decía tíos menos a Mateo con el que sabía tenían una especie de histeriqueo que a mí no me molestaba. Jaz era medio así con todos los chicos y nunca concretaba con ninguno.

Éramos todo risas y charlas en voz alta. Hablábamos de todo, desde trabajo, futbol, política y nuestras vidas personales. Con cervezas en mano, Jorge haciendo el asado y con rock nacional por los parlantes. Mateo había hecho la ensalada y unas papas hervidas y Eze lo había ayudado a poner la mesa.

Cuando estábamos todos sentados, comiendo y conversando a volumen alto, aparece mi hija. Tenía puesto un shorcito de pijama tan corto que dejaba ver los cachetes del culo y era tan apretado adelante que marcaba muy bien los labios divididos de su concha. Arriba tenía puesto un top del mismo color del short, blanco, que marcaba sus tetas y pezones. Tenía el pelo en un rodete desordenado y la cara con sueño de haberse levantado recién, además de tener el maquillaje corrido.

-¡Pero mira quien aparece! -le grita Raúl. Mi hija hace una especie de sonrisa que es más una mueca.

-¿Por qué están a los gritos? No me dejan dormir.

-Son las 4 de la tarde Jaz, no es hora de que sigas durmiendo. -le digo yo mientras me fumo un pucho y ni la miro porque sé lo que puede pasar.

-Si sabes que salí anoche, pa. Y llegué a las 10. No dormí nada.

-¿Saliste con Cele anoche? Porque ella también cayó a las 10 de la mañana a casa. Le dijo de todo la mamá.

-Y sí. Esta se aprovecha porque la mamá no está.

-Ay, pero si vos me dejaste, papá. Que pesado.

-Che ¿y a vos te parece salir a recibir a tus invitados así? -le dice Mateo en joda, haciéndose el enojado.

-¿Así cómo?

-Así en orto. Se te ve todo.

Puedo ver como cada uno de los ojos de mis amigos recorren el cuerpo de mi hija de pies a cabeza.

Algo que yo he hecho desde siempre. Jazmín es la más linda de todas sus amigas y es por algo. Desde chica la mamá la anotó en patín y eso le dio un cuerpo esbelto y un culo de infarto. Es flaquita, pero tan culona que no se puede creer. Es lo mejor que tiene junto con sus muslos. Un culo gordo y parado junto con unos muslos carnosos que rebotan al caminar. Su panza es chatita decorada con un piercing el cual me negué que se hiciera, pero la mamá la dejo y mi mujer tiene la última palabra. Como dije, es flaquita y no tiene casi tetas, pero ese culo compensa todo. De cara es una belleza. Salió a su mamá en todo: rubia de ojos celestes, nariz fina y labios gruesos rositas. Es una cachetona hermosa y alta.

Mi hija es perfecta y yo me di cuenta desde siempre. Ahora mis cinco amigos a los que ella llama tíos, también.

-Ay que exagerado, Mateo. No se me ve nada. -y para demostrarlo, se da vuelta dejando su culo a la vista de todos.

En efecto, tiene la mitad de los cachetes del orto al aire.

Mi pija empieza a ponerse dura. Y puedo ver en la mirada de mis amigos que las de ellos también.

-Jazmín, anda a cambiarte y vení a comer.

-Papá estoy cambiada.

-Jaz…

-Además ustedes son mis tíos, no tiene nada de malo.

-Tiene razón mi sobrina, Pablito. Déjala que ella está en su casa.

-Gracias tío Nico.

Veo como Nicolás, Eze y Mateo se miran entre ellos y se ríen. Los hijos de puta se están morboseando con mi hija y eso me pone la pija más dura.

Jazmín se sienta en la mesa al lado de Mateo. Empieza hablar con todos de lo más normal como si no se diera cuenta de que todos los hombres de la mesa estamos mirándola con ganas de enterrarle la pija hasta el útero.

Ella habla, habla y habla y ellos les contestan. Yo ya llevo tres puchos fumados desde que ella se sentó en la mesa. No se me baja la pija y necesito pararme, pero no quiero que ella lo note.

En un momento se queda callada y deja que Raúl y Jorge sigan hablando de algo de futbol. Yo la miro, ella está seria con sus ojos entrecerrados y de vez en cuando se lame los labios. Me extraño, ¿qué le pasa? Miro a Mateo a su lado y entiendo todo. La está tocando. El hijo de puta de mi amigo le está tocando la concha a mi hija en la mesa donde yo estoy sentado. Es obvio por la forma en la que su brazo se extiende y se mueve de vez en cuando.

-Jazmín, anda a buscar el postre en la heladera, dale.

Ellos se sobresaltan por mi voz, pero mi hija asiente y se para rápido de la mesa para entrar a la casa. No hay ningún postre en la heladera, pero necesito que se vaya. Lo miro a Mateo que solo sonríe y se prende un pucho.

-¡Pa, no lo encuentro el postre! -grita Jazmín desde la cocina.

Todos siguen en la suya y yo me levanto lo más rápido que puedo para que no se den cuenta de mi erección. Les digo que ahora vengo y me meto a la casa directo a la cocina.

Jazmín está agachada, con su culo al aire y con la cabeza metida en la heladera buscando el postre que no existe.

Dios mío, que exuberante es la cola de mi hija. Nunca vi algo así de perfecto, que locura.

Verla así, empinada, entregándome ese culo entangado por el short, me termina de poner la pija dura, y no puedo evitar acercarme y apoyarle la chota en todo el orto. Sin importarme las consecuencias que vengan después.

Ella se sobresalta, se levanta rápido, se da vuelta y me ve. Sus ojos se abren grandes con sorpresa.

-Pa, ¿qué haces?

-¿Qué?

-Me apoyaste toda la pija.

-¿Y no es eso lo que estás buscando saliendo así como una trola delante de mis amigos?

-Yo…

-Jazmín, sos mi hija, pero sos una puta. Siempre me di cuenta de que te encanta calentar pijas. Siempre lo haces, a mí me dejas tangas sucias en el baño cuando sabes que me estoy por bañar. ¿Te pensás que no me doy cuenta? Después te las lleno de leche y vos lo sabes porque no decís nada. Seguro que te la pones todas sucias para sentir mi leche, ¿no?

Ella se pone roja, toda su cara, cuello y orejas. Me mira fijamente a los ojos, los suyos oscureciéndose. Los míos seguro que ya lo están porque tengo la pija más dura que nunca, y estoy tan caliente que si me toca le tiro toda la leche en la cara.

-Papá yo…

-Te voy a coger toda y no le vas a decir nada a tu mamá, ¿me escuchaste?

Por un momento ella me mira sin decir nada pero luego asiente.

-Sí.

-Y ahora, te vas a sacar toda la ropa y vas a ir al quincho para que te cojan todos mis amigos a los que vos llamás tíos. -ella asiente, con el deseo en la cara. -Si papi, decime.

-Si, papi.

-Muy bien. Sacate todo.

Lo hace. Se saca el shorcito del pijama y no tiene ni siquiera tanga la pendeja. Después le sigue el top. Tiene unas tetas hermosas aunque sean chiquitas. Sus pezoncitos rositas me dan ganas de mordérselos todos. Su conchita está totalmente depilada al igual que toda ella.

Cuando la veo así, totalmente desnuda, pienso en que es mi hija, la nena a la que le di todo desde que nació, y se me pone más dura la pija. Es increíble. No me queda nada de sangre en la cabeza, toda está en mi pija.

-Vení, vamos a mostrarle a tus tíos lo trolita que sos.

Con una sonrisa, pasa por delante de mí moviendo la cola de forma sugerente. Verla con ropa es una cosa, desnuda es otra. De las mejores maravillas que han visto mis ojos. Redondo, gordo y paradito. Tendría que ser catalogado el mejor culo de Argentina, por Dios.

Cuando nos detenemos en la puerta que da al quincho, y mis amigos la ven, en mi cara se posa una sonrisa divertida.

Ezequiel se atraganta con el vaso de coca que estaba tomando y empieza a toser, Nico abre los ojos grandes, Jorge que estaba fumando corta el pucho a mitad de camino de llevárselo a la boca, Raúl se pasa la mano por los ojos como limpiándoselos para ver mejor, y Mateo es el único que sonríe de la misma forma en la que estoy haciéndolo yo.

-¡Qué maravilla! -grita.

-Muchachos, no me quedó chocolate para el postre, pero les traje algo mejor, más dulce.

-No entiendo nada. -murmura Raúl.

-No hay mucho que entender. -digo. -Tengo de hija a la más puta del país y quiero compartirla con ustedes.

-¿Vos y ella…? -Raúl hace la seña de sí mi hija y yo cogemos y yo niego.

-No, pero ojalá. -contesta Jaz, sorprendiéndome.

-¿Eso querés? -susurro en su oído.

-Obvio, papi.

-¿Y por qué no me lo dijiste?

-Vos lo dijiste, pensé que era bastante obvio cuando te dejaba mis tangas sucias en el baño.

Tiene razón, pero no pensé que mi propia hija estuviera pidiendo mi verga.

-¡Yo me la cojo primero! -grita Mateo emocionado y Jaz y yo nos reímos.

-No tenemos por qué turnarnos, nos la vamos a coger todos juntos.

-Uf, mejor.

-Che, no sé si estoy de acuerdo con esto. -dice Jorge, con voz ronca.

-¿Por qué no, tío? ¿No te gusto?

Delante de todos, mi hija se pone en el centro del patio y comienza a menearse como si estuviera haciendo un baile sexual. Sus caderas se mueven al ritmo del tema de Callejeros. Su culo baja y sube de forma sensual, rebotando en el proceso. Se agacha dejándolo expuesto, sus piernas abiertas mostrando su concha que se abre como una flor. Esta mojada y se ve su humedad desde donde estamos.

-Quiero que el tío Jorge me coja primero.

Jorge no sabe que decir, pero se ve en sus ojos que con ese baile lo convenció. Parece que le va a dar un infarto cuando mi hija se acerca a él y se le sienta arriba. Empieza a menearse sobre la pija de Jorge que sigue cubierta por el pantalón.

-Para tener duda sobre si cogerme, estás re duro tío.

-Tenés un orto precioso, Jaz.

-¿Te gusta? ¿Me lo querés romper?

-Uf pendejita, unas ganas.

-Lástima tío, porque quiero que mi papá me lo rompa. -ella mira hacia atrás donde estoy yo y me guiña el ojo. Solo su voz, sus palabras y ese gesto es necesario para que me den ganas de venirme.

Jorge la manosea por todos lados. Se entretiene en su orto como queremos hacer todos.

Los demás se sacan la ropa, yo el primero. Nos acercamos a ella que está bajándole los pantalones a Jorge. Este se saca la pija y ahí me fijo en la pija de todos. La de Mateo y Nico son la que más pueden acercarse a la mía: larga y gruesa. Después la de los demás es cortita, la de Jorge más.

Mi hija se arrodilla y comienza a chuparle la pija. Lo hace como una profesional, se atraganta, la escupe y se la pasa por la cara, cuello y tetas. Jorge cierra los ojos, gime y la agarra por el pelo para metérsela hasta el fondo de la garganta.

Mateo se ríe. -Le encanta que la ahoguen. Bien ahí, Jorgito.

-¿Cómo sabes? -le pregunto.

-¿Quién te pensás que la entreno?

-Hijo de puta.

Mi hija se pasa la pija de Jorge por las tetas, todos aplauden y le gritan cosas y ella sonríe cuando se la pone en el medio y le hace una turca.

-¿Te gusta, tío?

-Tu hija es una puta, Pablo. Espero que la mía no sea igual.

-No sabes nada, tío. -se burla mi hija y Mateo larga una carcajada.

-No me digas que también te la cogiste, boludo.

-No te lo digo entonces.

-Que campeón que sos, Mateito. -se ríe Nico mirándolo a Mateo como si fuese un ídolo.

Y yo solo lo envidio. Anda a saber hace cuanto se coge a nuestras nenas.

Eze es el que primero se acerca y le agarra la mano a mi hija para que le haga una paja, Nico lo imita agarrándole la otra mano. Mateo, Raúl y yo solo nos acariciamos la pija mirando todo como una película porno.

El culito de mi hija es lo que más me tienta. Verla así arrodilla con el culo abierto chupando pija y esperando a que se la metan es una fantasía para mí.

-¿Sabes las veces que pensé en cogerme a tu hija, Pablo? Por Dios, si me habré pajeado mirándole el Instagram y esas fotos de putita que sube.

-¿Subís fotos así a internet, Jaz?

Se saca la pija de la boca y rueda los ojos. -Ay papi, ¿qué te sorprende? Si sabes que soy re trola.

Y si me quedaban dudas ya no más.

Mi hija deja la pija de Jorge que hace rato le lleno la boquita de leche y ahora se la chupa a Eze. Este se pone casi poético diciéndole lo mucho que quería cogérsela, lo puta hermosa que es, que le encanta que sea así y que le hace acordar a su mujer de joven. A mi hija le encanta lo que le dice por qué comienza a tocarse la conchita.

Es por eso que Mateo corre todo de la mesa, la agarra a mi hija y la sube ahí, poniéndola de espaldas.

-Ahora sí, te vamos a coger todos como la puta que sos.

Eze se sube a la mesa y se pone ahorcajadas sobre el pecho de mi hija. Juega con sus pezones mientras le mete la pija hasta la garganta. Después Raúl y Nico se colocan a cada lado de ella para que los pajee, y Nico sin forro le escupe la concha y le mete la pija de una. Mi hija grita o eso intenta porque no se le escucha nada por la verga que tiene en la boca. Mateo la penetra con fuerza mientras juega con su clítoris. Mi hija esta tan mojada que se escucha como un charco cada vez que Mateo se la mete.

-Te voy a llenar toda la conchita de leche delante de tu viejo, Jaz. ¿No te da vergüenza? Sos terrible puta.

Mi hija dice algo, pero nadie la entiende y tampoco nos importa. Solo es nuestro saco de leche y así vamos a usarla.

Eze le llena la carita de leche a mi hija cuando se viene. Ella cierra sus ojitos con fuerza, pero se lame los labios cuando la leche le entra en la boca.

 -¿Quién sigue? -dice

Nico se acerca y le come la boca sin ningún tipo de asco. Mateo sigue metiéndole la pija y juega con sus tetas pellizcando sus pezones.

Jorge que no parece que se le vuelva a poner dura la pija, se acerca y con sus dedos juega con el clítoris de mi hija.

Yo estoy como un garrote. Ya no pienso y me duele la cabeza de la cantidad de sangre que tengo en la pija.

Mateo le llena la conchita de leche a mi hija, y todos vemos como esta resbala hacia afuera haciendo un charco en la mesa.

Dios.

El próximo es Nico. Ni siquiera le da descanso a mi hija, le abre de par en par las piernas y se mete con furia dentro de ella. Mi hija grita aunque tiene la pija de Mateo en la boca, limpiándole la leche después que se la sacó de la concha.

Nico se coge a mi hija con un ritmo frenético, peor que Mateo. Jaz gime, lo está disfrutando. Y más con Jorge jugando con su clítoris.

Yo me acerco más y mientras me acaricio la pija también acaricio el agujerito apretado de su ano. Lo escupo para lubricarlo, y cuando meto un dedo, entra sin ninguna dificultad.

La puta de mi hija tiene todo el orto abierto.

-¿También le hiciste el orto a esta puta? -le digo a Mateo.

Él se ríe y niega. -No me dejó que se lo cogiera, lo está guardando para vos. Pero si lo preparamos como se debe.

Una sonrisa se asoma en mi rostro. Mi nena solo quiere que su papi le rompa el culo, es hermoso.

Cuando Nico saca su pija de la concha de mi hija, también deja un charco de leche. Le acabo adentro como hizo Mateo y eso me enloquece.

Más vale que se esté cuidando.

Es Raúl ahora el que se la coge, pero lo hace en cuatro. Mi hija se pone en esa posición en el piso. Raúl le mete la pija también sin ponerse forro y empieza a cogérsela mientras le pega nalgadas que resuenan por todo el patio. Todos nos reímos y vemos la situación como la mejor de las porno.

Mateo le mete la pija en la boca a mi hija porque vuelve a estar duro. Nico saca su celular y veo como graba todo, enfocando más la cara de mi hija con su boquita toda abierta llena de pija. Su cara y pelo es un desastre y su cuerpo está rojo y maltratado. Jorge que está sentado tomándose una birra se ríe y le dice lo puta asquerosa que es. Le recuerda que de ahora en más será la putita de los amigos de su papá.

Mi hija asiente como la puta obediente que es.

Cuando Raúl se viene, lo hace en toda su espalda y culo. La deja pintada y ahora es mi turno.

Ella sigue en cuatro y mueve el culo como un perrito.

-Ahora vos papi, rómpeme todo el orto. Sé lo mucho que me miras el culo y como te encanta. Es todo tuyo, déjamelo lleno de leche.

Todos aplauden, gritan y se ríen. Se apartan para ver cómo le hago un anal a mi única hija.

Utilizó la misma leche de Raúl para lubricarla. Mi pija entra como si fuera su lugar en el mundo. El lugar caliente y apretado donde se quiere quedar toda la vida. Se me ponen los ojos en blanco cuando siento como me aprieta la pija.

-Uh la puta madre, como me apretás pendeja sucia.

-¿Te gusta, pa? ¿Te gusta mi colita apretada?

-Te lo voy a dejar abierto y lleno de leche, Jaz. Te voy a hacer mierda, trola asquerosa.

Ella grita con fuerza ante las primeras penetraciones. Mis vecinos pensarán que la estoy matando, pero no puedo parar. Estoy cegado de placer. Nunca había sentido algo así. Los cachetes del orto le rebotan mientras me embisto contra ella. Parecen pelotas y es hipnótico. Yo también le pego con fuerza mientras mi pija entra y sale con brusquedad.

No me hace falta mucho para acabarle adentro y llenarla de leche. Cuando le saco la pija, mi semen se escurre desde su agujero roto, rojo y abierto.

Mis amigos, sus tan queridos tíos de corazón, aplauden y gritan con fuerza como si de un trofeo se tratara. Yo me rio.

Mi hija ya rota por todos lados y cansada, solo sonríe, pero se pone de rodillas para meterse mi pija en la boca y limpiármela. No le da asco hacerlo y eso me vuelve a poner duro.

Su boca se siente hermosa en mi verga y la forma en la que se ahoga más los sonidos de arcadas son hermosos.

Por varios minutos más nos la cogemos entre todos. Jorge solo se dejaba chupar la pija por mi hija, en ningún momento quiso cogérsela, pero ella lo deslecho dos veces más y se tragó todo.

Raúl si se la coge una vez más, pero esta vez le acaba en la carita dejándola hecha todo un desastre.

Nicolás y Eze si le acaban en la conchita y graban de cerca como la leche sale del agujerito de su concha maltratada.

Mientras que Mateo y yo le hicimos una doble penetración. Mi hija parecía ida mientras Mateo se la metía por la concha y yo por su ano ya acostumbrado a mi pija. No teníamos contemplación al cogérnosla, y cuando cambiábamos de agujeros, pasándonosla como nuestro juguetito personal que era, ella chillaba de placer.

-Diossss, que rico como me cogen. Voy a acabar toda, llénenme de leche, necesito sentir sus leches calentitas en dentro mío.

Mateo le pegaba cachetadas, le escupía y le decía que le encantaba tener una novia tan puta. No sabía que era novio de mi hija, pero luego lo hablaríamos.

Y yo esta vez acabé en su conchita. Fui el único que no se la había cogido por ahí así que cuando sentí que me estaba por venir, le di mi lugar a Mateo y se la metí por la concha, vaciándome los huevos dentro de mi nena, mi única hija.

Los dos gritamos de la sensación hermosa. Ella sonrió y me miro con ojos de placer.

-Gracias papi por este día, me encantó.

Lo que quedo del resto del día mis amigos se fueron y prometieron volver para repetir la fiesta, mi hija se tomó un ibuprofeno y durmió hasta que volvió su mamá dos días después.

Entre mi hija y yo la relación siguió igual, pero ahora con gestos, miradas y roces que prometían que en el momento en que mi mujer nos deje solos, vamos a cogernos como animales.

66 Lecturas/18 junio, 2025/0 Comentarios/por queenxdoll
Etiquetas: amigos, anal, baño, hija, hijo, madre, semen, viaje
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