Modelos de perversión y lujuria
En muchos desfiles de Moda, hay dos clases de compradores. Los profesionales de la verdadera moda, y los profesionales de la carne. Los que valoran el trabajo de los diseñadores y modistos. Y los que valoran los cuerpos de las/los modelos que llevan esas ropas. .
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Cuando yo aún tenía los 10 años, a principios del curso vinieron a nuestro elitista colegio de monjas, un grupo de 5 personas mayores. Era el primer año que venían a mi colegio, aunque supe tiempo después que cada año lo hacían en un colegio distinto y en comarcas distintas. Dos de los llegados, hombre y mujer, eran los propietarios de una conocida Agencia de Modelos. Con ellos vino otra mujer, la directora de RR.PP.. Y les acompañaban dos fotógrafos ¿Para qué vinieron?
Pues para buscar niños y niñas de entre 6 y 12 años y contratarles, naturalmente con permiso de sus padres, como modelos publicitarios infantiles y juveniles, y para desfiles nacionales e internacionales de ropa infantil-juvenil. Y para promocionarles ¿para ser unos maravillosas modelos de moda en revistas y pasarelas? Pues algo así, solo que realmente, las/los elegidos, íbamos a desfilar por otras pasarelas, para que quienes quisieran follarnos pudiesen elegir carne tierna muy bien pagada en subastas, y para revistas y cine porno. Es decir, que nuestro destino verdadero no eran las grandes e internacionales pasarelas de moda, sino convertirnos en putos y putas, caras, muy caras y extraordinariamente viciosas y depravadas. Nuestras pasarelas eran más privadas y pervertidas.
Yo fui una de las alrededor de 40 niñas/os que inicialmente eligieron y a cada uno/una de nosotras, nos dieron una carta para entregar a los padres. En la carta, se les citaba para explicarles qué es lo que iban a hacer con nosotros/as de cara al mundo de la moda infantil y que no alteraría nuestra vida escolar, al revés, la incentivaría, ya que aquellas/os que pudiesen pasar etapas, aprenderían muy bien idiomas para desenvolverse, sabríamos vestir y comportarnos como verdaderas señoritas «de lujo», sabríamos socializarnos, trabajar individualmente y en equipo… ¡Y gratis total para los padres!
El día de la reunión, solo un matrimonio dijo NO, porque aquello no les acababa de gustar a pesar de las buenas referencias. La Agencia demandaba demasiada libertad “de educación” y de viajes para los niños. El resto de los padres (y las muchas madres divorciadas) dijeron si, porque aquello les facilitaba ir de fiesta, viajar para ver desfilar a sus hijos en otras ciudades, y sobre todo, presumir ante sus amigas y vecinas.
Una vez firmados todos los permisos que luego se firmarían ante Notario, días más tarde se hicieron los primeros castings eliminatorios y se eligió, inicialmente, a 4 chicos y 11 chicas, y claro, una de ellas era yo, Sandra, de 10 años de edad (a solo tres meses para los 11 años), alta, rubia natural, ojos verdes esmeralda, piel morenita mediterránea, tetitas ya muy marcadas, muy extrovertida y siempre con ganas de pasarlo bien, muy bien. La verdad es que me gustaba mucho jugar, divertirme, arriesgarme, hacer el gamberro… y no sabía lo que era el miedo a nada ¡y sigo casi sin saberlo!
Se acordó, que dos tardes a la semana para empezar y luego tres tardes, aquellas niñas que pasaron la primera criba, serían recogidas del colegio por un microbús y que una de las madres del grupo o dos, podría venir con nosotras para vigilarnos. Pero en pocas semanas las madres, cansadas de esa monotonía, se aburrieron y dejaron de venir. Nosotras pasábamos una serie de test una vez por semana, nos probábamos modelos de ropa infantil, nos enseñaban a desfilar, nos fotografiaban, y nos grababan en video. Y entrevistas personales, muchas entrevistas personales.
A finales de Noviembre, hicimos nuestros 4 primeros desfiles en Centros Comerciales. Y una gala benéfica en un Polideportivo. Éramos más de 50 niñas entre 6 y 14 años de dos agencias de modelos. De la nuestra éramos más de la mitad ¡y además nos pagaron dinero por desfilar! Nuestras madres estaban felices de lo que aprendían sus niñas.
Cuando se acercaban las navidades, además de cumplir yo los 11 años, una madre descubrió que su hija fumaba, y ella y la hija de una amiga, también lo dejaron ¿cómo no íbamos a fumar, si nos lo pedía la Agencia? Y con el follón de las fiestas y al igual que pasaba cada año, las madres dejaron de acompañarnos y las cosas cambiaron mucho.
Nos cambiábamos de ropa delante de todos, ya no individualmente en los vestuarios, y nos fotografiaban desnudas mientras nos cambiábamos, y poco a poco, el posar desnudas y estar más tiempo desnudas que vestidas, fue haciéndose habitual ¡incluso provocábamos a los fotógrafos!, y dejó de importarnos ver o tocar las pililitas de los chicos o el acariciarnos nosotras nuestras tetitas y las de nuestras amigas, para ver si crecían unas más que otras, como ver también el vello vaginal, ya que nuestros coños carecían aún de verdadero “césped”. La Agencia nos estimulaba “para que conociéramos bien nuestros cuerpos”.
Todas fumábamos, aunque luego nos cansábamos de mascar chicle para disimular en casa el olor a tabaco. Nos pusieron en parejas ¡como novias!, y mi compañera, con más experiencia que yo, me enseñó a masturbarme de muchas maneras, y empecé a gozar en solitario y en su compañía. Francis (de Francisca) era muy buena en eso (su madre le enseñó desde pequeña) y también me enseñó a besar con lengua. Realmente, nos estaban incitando constantemente a mantener relaciones sexuales entre nosotras.
Poco a poco, nos fuimos entregando a los placeres lésbicos ¡muy bien enseñadas por monitoras entre 30 y 60 años que también participaban entre ellas! Esa diferencia de edad, era para acostumbrarnos a follar con todas las edades y no hacer ningún tipo de discriminación por edad o kilos de peso. Nosotros no podíamos discriminar. Toda clase de vicios eran aceptables mientras pagasen bien.
Nuestras monitoras nos empezaron a dar unos chupitos de licores fuertes. Primero anís dulce, luego seco, más tarde coñac… Algunas tardes, hasta nos daban un porro muy bien cargado para compartir cada una con su amiga y amante… Pero también nos daban, sin saberlo nosotras, hormonas femeninas para desarrollar nuestros cuerpos, y unas gotitas que aumentaban nuestros deseos de follar y de ser folladas, eliminando así, cualquier prejuicio moral que nos pudiese quedar ¡Nos estaban haciendo ninfómanas!
Éramos niñas, pero nos estaban madurando muy aprisa para ofrecernos cuanto antes, como putas bien preparadas para los dos sexos. Y realmente nosotras lo estábamos disfrutando. Las monitoras sabían acariciar cada milímetro de la piel de nuestro cuerpo. Besar, morder o lamer nuestros aún pequeños pezones con enorme maestría. Besar nuestros labios con delicadeza o gran pasión, y jugar sin problemas con nuestras lenguas, pero sobre todo, a chupar, lamer y a comerse nuestros coños y excitar nuestros clítoris. En los brazos de estas mujeres, llena de placer y deseos irracionales, me juré ser puta hasta mi muerte y entregarme a toda clase de vicios y perversiones sin importarme sus consecuencias ¡Qué sabría yo de eso con solo 11 años! Pero aún sigo cumpliendo y disfrutando de ese juramento.
Sobre todo, Doris, una mujer muy madura, con unos kilos de más y enormes tetas caídas que habían estado llenas de leche durante casi 40 años, con múltiples embarazos, abortos, y partos. No solo era mi mejor maestra, sino la voz que me susurraba todos los placeres que podía tener dejándome preñar múltiples veces, abortando, e incluso pariendo, sino que su boca y lengua, sus manos y sus dedos, me proporcionaban tantos y tan gratos placeres que se me acumulaban los orgasmos y mis deseos de ser una cerda multireproductora. Si amig@s, entregarme a toda clase de vicios y entregar mi cuerpo para ser fuente de placeres ajenos, era ya mi deseo y mi destino. Doris sería mi ejemplo de vida… aunque con menos kilos.
Por fin, acercándose Semana Santa/Pascua con sus vacaciones escolares, nos llamaron a Francis, de 12 años, y a mí, Sandra, de 11 años, y nuestra directora, acompañada de Paco, el fotógrafo, y de Marimar, nuestra supervisora, tuvimos una reunión increíble para nuestra edad. Sin tapujos de ninguna clase, con palabras que entendíamos perfectamente, nos propusieron a las dos formarnos como actrices porno-infantiles y como verdaderas putas profesionales, muy degeneradas y deseosas de follar constantemente y sin limitación alguna. Las gotas y la maestría de nuestras monitoras, ya nos habían hecho aptas para ser emputecidas.
Para eso, nos harían fumar toda clase de tabaco, incluyendo potentes porros para cada una. Beberíamos toda clase de licores que nos apeteciesen, en vasos en lugar de chupitos, para que empezáramos a emborracharnos y gozar del alcohol. Nos irían dando rayas de coca y otras muchas clases de droga. Y poco a poco seríamos folladas por hombres y empezaríamos a ganar dinero. Nosotras nos miramos, sonreímos y dijimos un enorme Sssiiiiiii. ¡Qué guay! Las dos deseábamos ser unas putas borrachas, drogatas y pervertidas.
Nuestras madres, tanto la madre de Francis, como mi propia madre ¡las dos felizmente divorciadas!, no pusieron impedimento alguno a que algunos días, o fines de semana, o en algunos puentes festivos, la Agencia nos llevase a pequeños desfiles “promocionales” lejos de nuestras casas, porque como tod@s comprenderéis, si teníamos que desfilar, pues desfilábamos donde nos necesitasen ver ¿no? Pero no les dijeron a las madres, que a los clientes “de estos desfiles” que nos querían ver, solo les importaban nuestros cuerpos desnudos y pujar por ellos para su uso y follaje.
Lo que tampoco sabíamos nosotras, es que a nuestras madres, la Agencia les agradecía esas facilidades proporcionándoles asistencia a cenas, a actos sociales, y a fiestas “poco sociales”, muy bien acompañadas de fabulosos chicos jóvenes de la Agencia que las llenaban de semen, alcohol y drogas, además de fotografiarlas y grabarlas en escenas indecentemente sexuales para poder chantajearlas si hacía falta, y que así guardasen eterno silencio sobre lo que hacían las hijas. En algunas escenas, a nuestras madres se les veía recibir dinero. Es decir, que para cualquier policía o juez, nuestras madres también se prostituían.
Y ahí empezó “la barra libre” de nuestro entrenamiento final de putas, más que de modelos, que también nos enseñaban “para saber movernos con erótica elegancia”. El sexo y todas sus perversiones nos llamaba profundamente y nosotras acudíamos a su llamada, lo deseábamos, y queríamos entregarnos a él. Incluso el verme tan entregada al vicio sexual y con enormes ganas de ser una puta depravada ¡desde ya!, hizo que Doris pidiese ser mi monitora personal. Estaba totalmente convencida que Francis y yo, con un pequeño empuje y unas gotitas extra, seríamos tan reproductoras y depravadas como lo era ella. Y no estaba equivocada ¡nada equivocada!
Pero sobre todo, lo que más les gustaba era nuestro entusiasmo y nuestro silencio, estaban totalmente seguros que nosotras nunca diríamos nada a nuestras madres (nosotras tampoco sabíamos “su rollo sexual” con la Agencia), o amigas del cole. Estábamos locas por disfrutar del sexo y solo nos importaba eso. Ni siquiera teníamos miedo de poder quedarnos preñadas, es más ¡lo deseábamos! Francis ya hacía casi un año que tenía la regla, y yo desde navidades.
Las cosas empezaron a cambiar. Ahora, a “las niñas especiales”, nos recogía un musculoso chico cubano bastante tatuado y nos llevaba a una casona. En esa gran casona muy bien rehabilitada, estaba la verdadera porno-sede central de la Agencia, salones con pasarela de desfiles y bien iluminada, y estudios de fotografía y grabación. Además, 3 pequeñas aulas de estudio (idiomas y cultura general amplia), salones y baños. Allí, todas las modelos y de todas las edades destinadas para el porno y/o la prostitución, aprendíamos a desfilar eróticamente, maquillarse “adecuadamente”, coger un cigarrillo y expulsar el humo de manera sensual, combinarse ropa y accesorios… es decir, allí estaba todo lo que era oficialmente la parte porno/prostitución de la Agencia.
Incluso teníamos un gimnasio muy bien preparado para hacer, además de ejercicios generales, unos ejercicios para fortalecer los músculos estomacales, muy importantes para cuidar nuestros cuerpos antes, durante, y después de los embarazos. Lógicamente, también teníamos masajistas que además de cuidarnos, nos enseñaban a dar masajes eróticos para excitar a nuestros folladores.
Una tarde, Doris, tapada solo por un albornoz, se acercó a mí y me dijo, tranquilamente, que deseaba ensanchar mi culo. Que era mejor que ella lo fuese haciendo lentamente con dildos, que lo hiciese algún cabrón de polla gruesa y a lo bestia ¡yo casi me corro de felicidad! Subimos a un dormitorio y apenas entramos en él dejó caer su albornoz y vi, como otras veces, su cuerpo tatuado, pero ahora con multitud de piercings que las veces anteriores no llevaba. Sobre todo, dos gruesos aros que tiraban de sus enormes pezones y otros seis aros de diversos tamaños en sus labios vaginales. Sacó de un cajón varios dildos y a una señal, me desnudé y me subí a la cama con la ilusión de notarlos dentro de mi culo.
Me dio un vaso de vodka que bebí casi la mitad, puso una especie de aceite en la entrada de mi ano y luego, metió sus dedos dentro de mi culo y los empezó a rotar. Y yo me entregué a ella. La abracé, la besé intensamente, nos acariciábamos, nos fuimos calentando las dos. Empezó a masturbarme y de repente le dije:
–Doris ¿por qué en lugar de darme por el culo, no me la metes en el coño?
–Porque eres virgen y tu desfloramiento no es cosa mía. Yo solo debo enseñarte a ser feliz y a entregarte a toda clase de vicios y pasiones. Lo de ensanchar tu culo lo hago porque te quiero. Te he cogido cariño y quiero ser tu maestra, tu amante y tu guía. Quiero convertirte en lo que yo fui, para que puedas ser lo que ahora soy. Y no me gusta que a mis amantes, aunque sean tan niñas como tú, les hagan daño. Tienes el culo muy estrecho y por eso deseo evitarte dolores futuros, para que solo tengas placeres al penetrarte analmente. Solo sufrirás en mis brazos.
Y casi sin darme cuenta, noté algo muy duro que rozaba mi anillo anal exterior. Y dada la experiencia de mi maestra, apenas rozó la entrada de mi culo, apretó con fuerza y el dildo que me estaba rozando, de 1,5 cm de grosor, penetró hasta casi su mitad. Doris besó con fuerza mi boca y así evitó un pequeño grito. Lo dejó quieto unos instantes y luego prosiguió su penetración hasta el tope del dildo. Me sentía rara con eso tan metido en el culo. Las tripas se habían movido y se movían aún, cuando empezó a meterlo y sacarlo como si me follase. Y poco a poco me fui relajando, y ella lo aprovechó para insistir en mi follaje.
Después de un buen rato de jugar con mi culo, lo sacó y se levantó. Me rellenó el vaso de vodka, y me lo fui bebiendo entero y me quedé tumbada boca abajo. Poco más tarde acarició mi culo, y al girarme a verla, me llevé una gran sorpresa ¡se había puesto una de esas correas con polla que había visto en las pelis porno!, y le dije:
–¿Qué vas a hacer?
–Lo normal en estos casos ¡darte por el culo! Y esta polla ya es de 2,5 cm ¡te va a doler! Pero tengo que abrirte el culo. Y no te preocupes por el dolor, te he puesto unas gotitas en el vaso que eliminarán parte de ese dolor.
Yo esta extraordinariamente sorprendida… pero no me negué. Ni opuse resistencia, cuando bajo mi estómago puso una almohada para levantar un poco mejor mi culete. Volvió a ponerme esa especie de aceite en mi culo, noté como agarraba con fuerza mi cintura y como apretaba ese dildo en la entrada del agujero negro ¡y también noté como se empezaban a dilatar mis músculos terriblemente! Le costó mucho poderme meter esa polla. Tuve miedo de una rotura de esfínteres por la gran dilatación. Mis manos se cerraban y abrían al notar la intensidad del esfuerzo que hacía ella al follar mi estrecho culo con esa polla más gruesa ¡pero apenas sentía dolor!
No sé cuanto tiempo estuvimos así. Recuerdo que sacó de mi culo dos veces la polla para poner más aceite y desde luego, notaba como se deslizaba mejor, pero mis músculos seguían insultándonos a las dos ¡menuda dilatación! Verdaderamente me creí lo que me había dicho de que mi culo era estrecho. Pero aunque lo dudemos, los milagros existen y yo los sentí. Sin ser consciente de lo que me llegaba, mi cuerpo se empezó a estremecer y mi entrepierna empezó a dejar salir un chorro de líquidos ¡me estaba corriendo! Doris se quedó quieta y me dijo:
–¿Serás puta? Te pongo unas gotas para que no te duela. Casi te emborracho para que no te opongas ¿y tú te corres del gusto?
Su respiración era agitada, las dos estábamos cansadas y sudadas, me dio una palmada en mi glúteo derecho y mientras sacaba la polla de látex de mi culo, me dijo algo así como:
–Vale por hoy, mañana más, y así, cuando lleguen las vacaciones ya te habré follado con un dildo de 4 cm y no tendrás polla que se te resista. Luego seguiremos con las de 5 cm, y este verano serás la reina de las folladas anales.
***Como hoy es viernes y mañana no tienes clase, voy a llamar a tu madre y le diré que vas a terminar tarde y te llevo a mi casa, porque tu culo ahora no te duele, pero dentro de poco sí te dolerá. Esta noche pasaremos tú y yo nuestra primera noche juntas, follaremos sin parar y será como un incesto entre la abuela y su nieta. Tienes ADN de puta insaciable. Voy a hacer de ti una cerda más depravada y amoral que yo. Y te aseguro que soy la cerda máxima de esta Agencia.
Y yo sonreí, me lo creí y me gustó esa promesa. Pero durante un buen rato, seguí tumbada en la cama, quieta, muy sudada y cansada.
El martes siguiente, a Francis y a mí nos dieron a probar unos zapatos de finos tacones. Con los de 5 cm no teníamos problemas para andar, pero nos dieron los de 7 cm para que nos acostumbráramos a ellos. Así pues, íbamos desnudas pero con medias negras hasta casi la ingle y esos zapatos. Después de las clases de inglés, las alumnas destinadas a ser putas y de todas las edades que allí habían, nos bajaban de una en una, o en muy pequeños grupos, a uno de los estudios del sótano. Y por fin, vimos las primeras niñas desnudas con barrigas de preñadas. Sus fajas especiales las disimulaban muy bien cuando estaban vestidas. Yo las odié nada más verlas, porque quería quedarme ya preñada como ellas ¡y aún era virgen! Sus pechos que crecían y se llenaban de leche me impactaron y me entusiasmaron ¡ese era mi camino!
Ya no disimulaban que íbamos a ser putas. Doris siguió follando mi culo cada día y aumentando los centímetros de grosor de los dildos. Y ya no solo teníamos relaciones con las monitoras, sino que también bajaban unos hombres de raza blanca, negra y mulatos. Eran de todas las edades, fuertes, tatuados y con enormes pollas que jugaban con nosotras. Eran nuestros entrenadores sexuales masculinos, coordinados por las monitoras que nos conocían bien.
¡Qué pollas más preciosas… y de carne! Aprendimos con enorme satisfacción, a masturbarles, a mamársela, a tragarnos hasta la última gota de semen, y a notar sus manos jugando con nuestros coños, penetrando una y otra vez sus grandes dedos en nuestros agujeros anales y vaginales, proporcionándonos unos orgasmos constantes. Y nos besaban en la boca ¡Dios… qué besos! Con esas bocas tan grandes y esas lenguas tan gruesas ¡pero aún no nos follaban!
Una tarde, después de la clase de inglés, nuestra supervisora, Marimar, acompañada de Doris, nos preguntó si nos gustaría ¡YA! ser actrices porno y tener dentro de nosotras esas pollas. Naturalmente dijimos que si con enorme deseo de sentirlas dentro, muy dentro de nosotras y recibir, no solo su semen, sino todo el placer que estábamos seguras nos iban a dar. Y al decirles que si, nos dieron una sorpresa.
Directamente nos llevaron a un ala desconocida del sótano y abrieron una puerta. Al entrar, vimos un enorme y amplio dormitorio, moderno, bien iluminado (para poder grabar bien todos los planos) y con una cama enorme. Era un maravilloso estudio de follaje y grabación. Nos dijeron que nos subiésemos a la cama, cosa que hicimos con rapidez y con risas. Instantes después entraron, ya desnudos, dos chicos conocidos, Adán, de 28 años, y Cesar, de 30, y que era el chofer que nos recogía en el cole.
Adán fue a por Francis (se habían hecho muy amigos en sus juegos sexuales iniciales) y Cesar vino a por mí. Me estrechó contra su fuerte y tatuado cuerpo, me besó en los labios, nos estuvimos besando y acariciando un rato y jugando con nuestras lenguas, mientras su mano jugaba con mi entrepierna y me calentaba dándome un orgasmo estupendo, diciéndome después:
–Ahora cariño ya no vamos a jugar. Voy a convertirte en mujer y muy pronto serás una profesional ¿verdad que deseas ser una auténtica puta de solo 11 años? No solo podrás follar todo lo que quieras, fumar lo que te apetezca, beber licor hasta caerte muerta, sino que harás pelis porno en pocos días y te verán millones de personas. Entrarás en un mundo donde te follarán miles de hombres y mujeres ¿quieres hacer todo eso? Incluso te quedarás preñada, abortarás y/o parirás, todas las veces que quieras durante toda tu vida. Nunca tomarás anticonceptivos. Y serás propiedad total de la Agencia. Al igual que todos nosotros, pertenecerás a ellos.
–Cesar, si hago todo eso y lo hago bien ¿podré tatuarme ya? -eso es lo que le respondí-
Sonrió, me dejó sobre la cama y vi cómo Adán le había metido ya todo su glande en el coño de Francis. Cesar se acercó a los pies de la cama, cogió mis piernas con sus manos, me las separó, las levantó, lamio y besó mi virginal e infantil vagina que estaba mojada de mi orgasmo anterior, me volvió a depositar en la cama, y puso su enorme y grueso capullo apoyado entre mis labios vaginales. Yo me preguntaba cómo aquel inmenso miembro masculino podría entrar en mi estrechísimo y virginal coño, pero Cesar, agarrándome de la cintura, apretó, y de un golpe entró todo su capullo. Las dos amigas sabíamos que nos iba a doler las primeras veces, y si antes Francis no había gritado o se había quejado, yo iba a hacer lo mismo ¡nunca sería menos puta que ella!
–Chicos, sed duros con ellas, folladlas sin miedo, no son niñas ¡son solo unas putas de mierda! Y tienen que acostumbrarse a follar de todas las formas que quieran sus clientes, ser insultadas y menospreciadas ¡tratadlas duro! –se oyó una voz por altavoz-
Noté como las manos de Cesar agarraban mi cintura con más fuerza. Apreté un instante mi boca y me quedé mirando el rostro de Cesar que se había puesto serio. Los dos nos mirábamos a los ojos mientras Cesar volvía a apretar con más fuerza para introducirlo más. Mis músculos vaginales se dilataron brutalmente y un gran pinchazo de dolor llegó a mi cerebro y tuve que hacer un esfuerzo para no gritar. Mis manos se agarraron a las sábanas y una pequeña sensación de mareo me llenó. Pero yo seguía mirando desafiante a los ojos de Cesar, y esa enorme polla de 26 cm deseaba verla desaparecer dentro de mí, aunque claro, con 11 años, mi útero no la recogería ni en broma. Pero si todo su semen.
Tal y como me habían dicho que hiciese, yo sonreía el mayor tiempo posible y jugaba con mis deditos en el Monte de Venus, me estaban follando para hacerme mujer, para hacerme mayor, para hacerme puta siendo niña, pero también me estaban follando para vender en internet mi desfloramiento y supongo que a un buen precio, aunque a mí nunca me han dado dinero de ese acto y peli. Tampoco sabía que miles de personas de ambos sexos, nos estaban mirando por web ¡desfloradas en vivo y en directo… y sin saberlo nosotras! Pero en esos momentos, a nuestros cuerpos ya se les estaba poniendo un precio para su uso público ¡ya estábamos en el mercado de la carne!
Poco a poco, Cesar iba entrando en mi interior y mis músculos ¡brutalmente ensanchados!, me gritaban, me insultaban y si hubiesen podido, le hubiesen cortado la polla a aquel cabrón. Mis ojos exigían llenarse de lágrimas, pero tenía que sonreír, aunque debo confesar que mis manos al jugar con mi coño, me estaban dando un gran placer. Dolor y placer, ese ha sido mi destino voluntariamente elegido y que ha llenado de placeres mi sexual, pervertida, y aún joven vida.
Pero si todos los coños tienen límites, el mío de solo 11 años, más. Cesar llegó al fondo y al comprobar que realmente estaba ya en mi cérvix, me dijo en voz baja:
–Y ahora Sandra sonríe todo lo que puedas porque voy a hacerte daño y voy a subir tu precio de venta. Voy a follarte como si fueses adulta y tu coño no está preparado para eso… pero dentro de pocos días tendrás tus primeros clientes. Tenemos que dilatarte para que te puedan usar… pero no demasiado. Con tu cuerpo y tu hambre de sexo, vas a volverles locos.
Al oir que en pocos días tendría mis primeros clientes, ya sería puta, y con tanto semen me podría ¡por fin! quedar preñada, sonreí abiertamente. Incluso me incorporé un poco y abracé y besé a Cesar para su sorpresa. No me importó nada la fuerza de su follaje, ni que su polla se quedase como pegada varias veces, atascada en mis paredes vaginales y tirase constantemente de ellas, ni los dolores. Solo quería ser follada. Abrí un poco más las piernas para que entrase mejor y no sé si lo conseguí o no. Pero notaba los golpes que esa polla me daba al fondo de mi matriz, señal que se deslizaba bien dentro de mi coñito ¡con lo gorda que era esa polla!
Un nuevo mareo me llegó y me di cuenta que estaba totalmente sudada, empapada, las piernas me dolían mucho, como acartonadas en la entrepierna. Y la zona de la vulva y del bajo estómago estaban llenas de millones de hormigas carnívoras que no cesaban de morderme. La polla de Cesar me seguía taladrando y fui consciente de tener un precioso orgasmo. Y no me pude contener, a pesar de mis dolores, me levanté cuanto pude y me comí a besos a mi violador… que poco después se corrió dentro de mí ¡por fin mi vagina recibía el primer semen de mi vida!
Poco después, Cesar se tumbó encima mío y me llenaba de lentos besos y algunas caricias. Noté pasos que parecían carreras y oí una voz que decía:
–Ya puedes levantarte Cesar, ya sabes, lentamente para que lo filmemos bien.
Y Cesar se fue levantando mientras se apartaba a un lado. Fue sacando la polla de mi coñito recién abierto, y mirando mis piernas, vi al fotógrafo y su ayudante que estaban grabando algo con la cámara de TV y cuando vi lo que grababan ¡no lo entendí! Porque estaban grabando como el semen se salía de mi coñito, se deslizaba y caía en la cama. Pero me di cuenta que era un semen sonrosado. Su color blanco, mezclado con la sangre de mi destrozado himen.
De repente, un gran aplauso inundó el estudio y bajaron un poco la intensidad de las luces. Y mientras me incorporaba sorprendida, la directora de la Agencia, muy feliz y contenta, nos dijo:
–Sandra, Francis, ¡habéis estado geniales, maravillosas, imponentes…! Hacía tiempo que no emitíamos una desvirgación tan exitosa como esta. No os habéis quejado ninguna, lo habéis soportado todo y encima tú, Sandra, has abrazado y besado a tu follador a pesar de los dolores ¡parecíais unas putas profesionales con experiencia! Nuestra web se ha colapsado de las miles de grabaciones que se han hecho de este precioso acto ¡ya no sois vírgenes! A partir de ahora y durante unos pocos días, seréis folladas y entrenadas, para dentro de pocos días iros con Marimar a unos apartamentos de lujo en una playa preciosa, para entregaros ya al sagrado trabajo del servicio sexual, también llamado prostitución ¡vuestra carrera de putas ya ha empezado!
Francis y yo estábamos eufóricas, sorprendidas, felices, y mientras el semen de nuestros machos folladores seguía bajando por nuestras piernas, nos dieron a esnifar una potente raya de coca, y Doris se me acercó con una copa de auténtico Champañ. Me lo bebí feliz y mientras me acariciaba, me dijo con voz temblorosa de su emoción por mi trabajo bien hecho:
–Mi amor, me han concedido ser tu monitora personal permanente. Con mi gran experiencia en toda clase de perversiones, te aconsejaré, y como eres tan viciosa, entre las dos podremos hacer de ti un verdadero modelo de vicios y depravaciones. No serás modelo de alta costura, pero si modelo de lujuria para tus compañeras como yo lo he sido y lo soy.
***Cuando te quedes preñada, ya lo arreglaré con tu madre para que te vengas a vivir conmigo, y conmigo y en muy poco tiempo, serás una poderosa fuerza de sexo sin límites. Dentro de pocos días, en Pascua, haré que te follen al menos 6-8 hombres diarios, y este verano solo dejarás de follar las horas que dediques a dormir. El resto del día entregarás tu coño, tu culo y tu boca, a todos los que paguen. Yo he llegado con 12 años, a follar con 27 hombres en un día, y he llegado a quedarme preñada 3 veces en un año ¡y con tu carácter. sé que me ganarás!
***Tómate ahora esta píldora que es para que no te quedes preñada todavía. Solo hace 4 meses que te ha bajado la regla y si te quedas preñada antes de los 6 o 7 primeros meses, puedes tener problemas y yo quiero cuidarte. La ginecóloga te dirá mañana cuando podrás dejar de tomar anticonceptivos y yo te prometo que este verano te quedarás preñada por primera vez. Es más ¡te lo juro! Yo me he quedado preñada y abortado más de 25 veces y he parido 5 hijos, el primero con 15 años. Eso me hizo ensanchar mis caderas y crecer mis tetas que han sido tan deseadas y mamadas por miles de personas. Y el mamar de tus tetas, también se paga. Una puta lo vende todo.
***Y por supuesto, yo seré la puerta ¡muy abierta!, para que entres en el mundo del alcohol y las drogas. No solo te quedarás preñada este verano, sino totalmente enganchada a las drogas y el alcohol que ya has empezado a tomar y a beber. Eres propiedad de la Agencia, y yo te educaré para que nunca renuncies a esta vida de lujuria, vicios y dinero ¡mucho dinero!
Pero yo estaba bastante cansada, me sentía mareada o adormilada, y solo le pregunté:
–¿Podré tatuarme como quiera y ponerme piercings como tú?
Doris empezó a reírse con fuerza mientras me decía:
–Por supuesto. También en eso me ganarás tú ¡ya lo verás!
Sonreí y me quedé dormida.
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Morbosayhot *** [email protected]
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