Neri-2, la caceria
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por kimbocat.
Nuri aun temblaba recordando como había empezado su adiestramiento, y sin duda, este fin de semana, su cuerpo reencontraría las vejaciones de la sumisión. A la hora en punto, Neri llamó a la puerta del piso de Joan, una vez dentro, el le ordeno desnudarse y quedarse de rodillas en el centro del comedor, mientras hacia unas compras.
Aunque tardo bastante rato en volver, Neri ni se movió, al llegar la llevo a la sala de torturas, la ato en X, saco unas pinzas de una bolsa, y sonriendo le dijo que aquello era para ella. Cogiendole los pechos, la fue excitando, pronto tuvo los pezones completamente duros, era el momento de ponerle las pinzas, Neri quería gritar, sufria, lloraba, el dolor era intenso, su cuerpo se arqueaba buscando algo de consuelo, incluso se le escaparon unas gotas de orina, Joan enfadado la abofeteo, y cogiendo un trapo, limpió la orina y se lo puso en la boca fijándolo con un trozo de cinta aislante, su propia orina le serviría de mordaza, le estiro los labios del coño, y le puso un par de pinzas mas.
Neri respiraba agitadamente, sudaba, babeaba, su cuerpo la llenaba de dolor, y de pronto sobre su espalda, el primer latigazo, las pinzas se movían, ella gemía en su silencio, Joan poco a poco, disfrutando con cada golpe, buscando el rincón donde el trallazo fuese mas doloroso, fue marcando el cuerpo de la muchacha, que colgada de sus brazos recibía el castigo. Al terminar Joan la miro, sus ojos llorosos, sus pechos húmedos por el babear de su boca, moviéndose intensamente por la respiración agitada, líneas rojas surcaban casi toda su piel, esto le excito, la desato, y le ordeno tumbarse en el suelo.
Lentamente Neri se tumbo, el contacto de su espalda castigada con el suelo, le recordó el látigo, pero pronto su sexo recibió la embestida de su amo, que con fuerza y pasión la estaba penetrando. Poco a poco paso del dolor al placer, su cuerpo estaba reaccionando y su sexo, enviaba a su cerebro un torrente de placer y felicidad, cogiéndose a Joan, disfrutaba sintiéndolo dentro, a pesar de las pinzas, a pesar de los latigazos, a pesar de la mordaza que casi no le dejaba respirar, todo daba igual, era un animal en celo llegando a unas cotas de felicidad que ni se imaginaba que pudiese alcanzar, y cuando noto la eyaculación en su interior, la relajación de Joan la hizo la más feliz de las mujeres.
El le arranco la cinta de la boca, y poniéndole la polla dentro, le mando limpiarla, Neri cumplió gozosa la orden, y se entretuvo en relamer aquellos restos que había compartido de placer con su amo. Cuando acabo, le quito las pinzas, la dejo subir a la cama, y atándola a las 4 esquinas, le pregunto si aun estaba excitada, ella dijo que si, y el sonriendo le coloco un consolador en el coño, otro en el culo, y los puso a velocidad lenta, poco a poco los orgasmos se irían sucediendo y de la misma manera que había convertido el dolor en placer, ahora convertiría el placer en dolor, y para que no lo molestase con sus quejas, mojo el trapo en el coño, llenándolo de sus jugos, y se lo volvió a poner en la boca, le dio un beso en la punta de la nariz, y se marcho, la luz se apago, pero el cuerpo de la mujer estaba mas encendido que nunca.
Durante la noche los orgasmos se fueron sucediendo y el placer le dolía más que el látigo, no pudo dormir y cuando se encendió la luz Joan la encontró sudorosa, agotada, moviendo el cuerpo y pidiendo con los ojos que le vaciara sus agujeros.
Joan le quito los consoladores, la desato de la cama, y estirando de su cabellera la llevo hasta el maletero del coche, ella obediente entro dentro, y cuando se cerro el capo, quedo sumida en la oscuridad, no sabia que le esperaba, pero el agotamiento era tal, que en pocos instantes se durmió.
La luz del sol la despertó cuando abrieron el portón, a 4 patas la llevaron hasta el establo, allá Joan la encadeno y se marcho. A las 11 del mediodía, la fue a buscar, y la llevo a una explanada cercana, Neri asustada y avergonzada no se atrevía a mirar, ante ella 6 jinetes, cuatro hombres y dos mujeres que no dejaban de contemplar su cuerpo, joven, sudoroso y desnudo. Ella miro hacia arriba y tembló cuando vio que una de las mujeres era Eva, su sonrisa y una mirada cruel no dejaban ninguna duda de sus intenciones.
Joan le informo de lo que le esperaba, ella era solo un animal, y para mejorar su adiestramiento, hoy haría un poco de ejercicio; durante 24 horas, había de correr, esconderse e intentar no ser vista por ninguno de los cazadores, Neri no entendía nada, y Eva le enseño una ballesta, y un par de dardos, por cada uno clavado en su cuerpo, recibirá un castigo especial.
Antes de empezar la prueba, sacaron un cubo con restos de comida, lo vaciaron sobre la tierra y le dijeron que comiera, ella de rodillas, fue engullendo todo lo que pudo, mientras observaban, tocaban y magreaban su cuerpo, sus tetas grandes, sus piernas largas y esbeltas, su coño casi sin depilar, su piel morena, su melena negra. Le ponían las fustas en el coño y en el culo, le levantaban la cabeza, metiéndole los dedos en su boca, y ella cada vez mas humillada les ofrecía su coño mojado y caliente, su mirada sumisa, sus labios húmedos, su piel castigada.
Cuando termino de comer, Joan cogió un trapo y le limpio la cara, ella contenta mordía el trapo, para que el no se lo quitase, a él le gustaron sus ganas de jugar, pero la prueba empezaría pronto, aunque antes le trajeron otro cubo con agua, para que bebiera, ya que en 24 horas ni comería, ni bebería. Cuando ya estuvo saciada, le dio un largo beso y le pregunto si estaba a punto, Neri sonrió y afirmo con la cabeza, y el le dijo que la iban a preparar.
Eva se acerco, le puso una bola en la boca, luego le coloco un pinza con una campanilla en cada pezón, moviéndole las tetas para comprobar que estaban bien fijadas. Luego la ato los brazos a la espalda, y la llevo estirándola del coño hasta una línea marcada en el suelo. Quedaban pocos minutos para empezar, Neri nerviosa, asustada, buscaba con la mirada a Joan, pero este se entretenía conversando con sus amigos, de golpe un fuerte latigazo en el culo, fue la señal, y Neri empezó a correr hacia un bosque cercano, sus pies desnudos le dolían a cada paso, y sus manos atadas a la espalda le impedían avanzar rápidamente, aun no se había alejado ni cien metros, cuando un traspiés le hizo caer, sus pechos pararon el golpe, rápidamente se levanto y continuo la carrera, mientras de fondo oía las risas de sus perseguidores que esperaban la hora de margen que tenia, para empezar la persecución.
Cuando llego al bosque, empezó a buscar un lugar donde esconderse, pero su cuerpo desnudo era visible desde muy lejos, y abriéndose paso como pudo, entro en un zarzal acurrucándose entre unos matojos, fue acostándose sobre el suelo girando sobre si misma, como lo haría una perra, superando el dolor de los pinchos, que se le iban clavando por el cuerpo. Al rato oyó ruido de caballos, ya la estaban buscando y ella allí, asustada, sucia, temblando de miedo, dolor y vergüenza, estuvo un par de horas, cada vez estaba peor, necesitaba moverse un poco, y con mucho cuidado se levanto, y de golpe noto un pinchazo en su espalda, intento salir corriendo, pero lo único que consiguió fue caer sobre sus pechos, y ya no intentó levantarse, miró las botas delante de su cara, y vio al cazador, que cogiendola por los cabellos la levanto, para de una patada hacerla caer de espaldas, entonces le agarro por el coño y le arranco un manojo de pelos, Neri en su mordaza grito de dolor, ella no lo sabia pero cada cazador, tras clavarle un dardo, había de volver con pelos de su pubis como prueba, al lugar de salida.
Una vez sola, Neri, como pudo siguió buscando donde esconderse, aunque cada vez el cansancio, el hambre, la sed, el dolor de sus pies ensangrentados, le hacían perder potencia y agilidad, incluso para una chica fuerte, deportista y con veintipocos años, aquel esfuerzo superaba su resistencia, pero había de seguir, apenas si eran las seis de la tarde, aun quedaban 18 horas de cacería, ella confiaba en que al llegar la noche, pudiese esconderse mejor, tal vez incluso descansar, y mientras estaba mirando por aquí, por allá, un nuevo impacto, esta vez en el culo le recordó su condición de animal, cayo de rodillas esperando a su cazador, esta vez fue Eva, que sonriente se acerco a su presa, le hizo levantarse, miró su cuerpo empapado de sudor, tierra y de la saliva que salía de su boca forzadamente abierta, y poniéndole la mano en el coño, empezó a masturbarla, Neri apenas si podía sostenerse en pie, pero poco a poco el placer fue llegando a su cuerpo, y cuando estaba a punto del orgasmo, Eva le dio un fortísimo tirón a los pelos del coño, arrancándole un buen manojo, Neri cayo rendida al suelo, Eva monto en su caballo, y se alejo al galope, Neri sabia que no podía quedarse allí, y lentamente hinco la rodilla en el suelo, se levanto y volvió a correr hacia unos matorrales cercanos.
Cada vez la noche estaba más cerca, y los ruidos se multiplicaban, allí desnuda, atada y agotada, tenia miedo de aquellos ruidos desconocidos: arañas, serpientes, la oscuridad le asustaba, y aquella soledad sin silencio le hacia temblar, la noche aun no era cerrada, los mosquitos se estaban cebando con su cuerpo y ella tan solo podía dejarles hacer, su espalda, su culo, sus pechos, toda ella era un inmenso manjar a su disposición, al final terminó durmiéndose entre unos árboles, oculta bajo unas ramas caídas, notando sobre su piel la humedad de la noche, y cuando mas profundamente dormía, un aguijón en el vientre, le devolvió a la realidad, abrió los ojos, aun era de noche, y ante ella, la otra cazadora, alta, rubia , sonriendo, feliz de ser la tercera en capturar el animal, el relinchar del caballo hizo que Neri lo mirase, la rubia de una patada la hizo caer, mientras le decía, -Potrilla deja de mirarle, aun tienes que aprender mucho antes de poder sentir su tranca en tus agujeros, le mando levantarse, le arranco mas pelos del coño, y se fue al galope, mientras Neri pensaba en sus palabras y se excitaba pensando en que algún día, sus agujeros se llenarían con la virilidad inmensa de un caballo, era solo una potrilla, pero ya deseaba ser yegua.
Poco a poco el sol volvió a iluminar el día, y su cuerpo era nuevamente un blanco fácil y visible, además el agotamiento era tal, que no tenía fuerzas ni siquiera para esconderse, y aun quedaban casi 4 horas de cacería. Volvió a la zona de las zarzas, pensó que allí no la buscarían, y pinchándose constantemente se agacho entre los cardos, intentando no moverse, pero al poco el galopar de un caballo acercándose le hizo moverse de nervios y miedo, y nuevamente fue descubierta, oyó la voz de Joan mandándole levantarse, y así lo hizo, el fue hasta donde estaba la esclava, y apuntándola con la ballesta le lanzo un dardo al pecho, el golpe la hizo caer de espaldas, se acerco y le arranco un nuevo manojo de pelos, de un pubis casi pelado, ella quedo allí rendida y sin fuerzas, viendo como su amo se alejaba, sin tan solo una palabra, un beso, una sonrisa.
Como pudo se volvió a levantar y llego hasta una charca verde y maloliente, entro dentro y se escondió, hundiendo sus pies en el fango, y esperando que finalizase la prueba. El sol iba subiendo y ella nerviosa escuchaba cada ruido, intentando adivinar que o quien lo producía, vio a otro de los cazadores que la estaba buscando y intentado ocultarse, resbalo y se hundió en el agua, al sacar la cabeza, el ruido alerto al hombre, que sonrió cuando la vio, le ordeno salir del agua, y de pie, empapada, sucia y vencida, vio su sonrisa, cuando preparaba la ballesta, y le lanzaba un dardo, en pleno pubis, luego se acerco y al ver que en su coño apenas si había pelos que coger, la abofeteo y haciéndola agachar, los arranco de su cabellera, como el resto se alejo al galope. Ella a 4 patas y agotada, se dejo caer sin fuerzas para ni tan siquiera esconderse, y a los pocos minutos oyó un disparo, era el final de la prueba.
Luego escucho la voz de Joan, ordenándole que saliera al camino, como pudo se dirigió hacia un descampado para que la vieran, en pocos minutos Joan, y también Eva llegaron a su lado, miraron el cuerpo de la esclava, en total habían sido cinco los dardos clavados, que aun colgaban de su piel, la prueba había sido muy dura, pero a correazos la obligaron a ir corriendo hacia la línea de salida, ella caía, se levantaba, y volvía a caer, mientras oía los cascos de los caballos golpear justo a su lado, al final consiguió cruzar la línea entre los aplausos del resto de cazadores.
Joan, le quito el bozal y por fin pudo cerrar una boca dolorida y totalmente reseca, luego le quito las pinzas masajeando levemente los pezones para que volviese a circular la sangre, mientras Eva le desataba los brazos. Al terminar le trajeron un cubo con agua, , la sed había sido terrible, una tortura peor que los aguijones de las zarzas, Joan la cogió por la cabellera y le iba acercando y quitando la cara del cubo, no quería que le sentase mal, y la obligaba a beber poco a poco. Luego vaciaron un saco de comida para perros, y ella con los dientes iba comiendo, y ya cerca de las dos, le dijeron que era el momento de los castigos adicionales.
Habían sido 5 dardos, por tanto 5 castigos, Neri miro asustada a Joan, mientras le ponía el collar, su cuerpo estaba al limite, y no aguantaría mucho mas, Joan paso la correa al primer cazador, que le arranco el dardo de la espalda, la hizo poner a 4 patas, y le mando chupársela la esclava se esforzó al máximo y pronto el miembro comenzó a llenar su boca, hasta explotar en ella, Neri trago todo lo que pudo, y el resto cayo al suelo, ella se agacho y lamió los restos del suelo, mientras él cogía un trapo empapado en alcohol, y se lo iba pasando por la espalda y el culo, el dolor la hizo ponerse en tensión, pero siguió lamiendo el suelo hasta que su cazador quedo satisfecho.
Al terminar le paso la correa a Eva, que le arranco el dardo que le había clavado en el culo, y le enseño un palo de casi medio metro, ancho y astillado, le ordeno que lo cogiese con los pechos, y se lo trajera, Neri así lo hizo, una vez Eva lo tuvo se lo puso a la altura del coño, y le ordeno que se lo introdujera hasta lo mas hondo de su coño , Neri como pudo fue entrando aquello en su cuerpo, y cuando aun le faltaba un trozo, Eva de un golpe aun se lo introdujo un poco mas, y lo fue girando mientras sonreía con la cara de dolor de Neri que intentaba evitar clavarse las astillas, al final de un tirón seco se lo quito y lleno de jugos y con algo de sangre, lo ensucio de tierra, y le ordeno que lo lamiera hasta dejarlo bien limpio, Neri sumisa no dudo en hacerlo.
La correa paso a la chica rubia, que tras arrancarle su dardo, cogió una manguera a presión, y limpio a la esclava de manera concienzuda, luego la tumbo en el suelo, y la beso y magreo hasta hacerla excitar, luego le dijo -Potrilla, hoy te has portado bien, tendrás premio, y acercando su caballo, le ordeno que lo masturbase, Neri cogió el pene del animal, y fue haciendo lo que pudo, lamiendo, besando, y excitándolo hasta conseguir que el caballo eyaculase sobre su cara y sus pechos, que quedaron totalmente llenos del liquido del animal, luego con las manos fue llevándose a la boca, todo el esperma que pudo, hasta quedar limpia para el siguiente amo.
El siguiente fue el ultimo cazador, que tras arrancarle su dardo del coño, la puso a 4 patas, y la penetro analmente con toda la violencia que fue capaz, Neri grito de dolor y vergüenza, era solo un agujero, un trozo de carne sin mas destino que satisfacer el placer momentáneo de un desconocido, y aunque fue la prueba menos dolorosa, sin duda fue la que mas la humilló, cuando eyaculo, simplemente saco su pene y la dejo allí, chorreando semen por las piernas, y con el cuerpo tembloroso por tantas horas de dolor y placer.
Y para terminar llego Joan, que le arranco el dardo de su pecho, ella sonrió, y el le devolvió la sonrisa, la complicidad era evidente, y cada signo de dolor que llenaba su cuerpo, era una muestra mas del amor y devoción que Neri sentía por su propietario, cogiéndola por la correa la hizo tumbar en el suelo y la ato en forma de X, le dio un largo beso, y le pregunto si le gustaba la miel, ella afirmo con la cabeza, y mojando el dedo en el bote se lo puso en la boca, ella lamía contenta y el fue mojándole los labios, la nariz, las mejillas, para continuar bajando por sus pechos, sus brazos, iba llenándole todo el cuerpo, la masturbo hasta hacerla gozar, mientras su coño rebosaba jugos y miel, continuo por sus piernas hasta llegar a los pies, haciéndole cosquillas, al final todo ella era un inmenso pastel de miel, con la lengua fue subiendo lentamente, paso por sus piernas atadas, su coño ofrecido, su vientre expectante, sus pechos endurecidos, hasta llegar al cuello, le beso en la punta de la nariz, y en sus labios compartieron lengua, ella gozaba y era feliz, el se alejo un poco y le dijo que iban a comer, ella se quedaría allí, desnuda, llena de miel sobre la tierra, bajo el sol del mediodía, a la espera de hormigas, moscas y otros animales, ella se asusto, pero sabia que solo podía esperar, y dejar que aquella miel que le había dado placer, ahora fuese su tortura, es su destino, dolor y placer, alegría y miedo, ser carne y ser mujer, ser lo que su cuerpo pide, lo que su mente anhela. Al fondo oía risas y charlas, sin duda su castigo, su piel, su dolor y su placer era tema de conversación, y esto la avergonzaba, la excitaba y la enorgullecía.
Pasaron algunas horas, hasta que volvió Joan, y la encontró medio dormida, llena de moscas, hormigas y sobre un charco de su propia orina. La despertó con un largo beso en la boca, y Neri supo que la prueba había terminado, aquel beso, aquellas sonrisas compensaron con creces su dolor, y cuando Joan la puso en el maletero y empezó a notar el traquetear de la carretera, se durmió feliz, soñando ya con una nueva llamada, un nuevo mensaje, un nuevo fin de semana de placer y de dolor.
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