Ni mi hermano ni yo pensamos que nuestra hermana fuera tan puta.
Una mujer recibe a sus dos hermanos en su casa y tras celebrar el reencuentro, bebiendo mucho, comienzan a tomarse varias libertades entre ellos hasta que los tres terminan teniendo sexo. .
Desde hace algún tiempo, nuestra hermana menor nos dijo deseaba realizar en su casa, una reunión familiar, en la que estuviéramos nosotros dos, ya que desde que los viejos fallecieron, simplemente cada quien agarró por su lado.
Por lo que cuando me comuniqué con ella, y le dije que mi otro hermano y yo vendríamos a la ciudad a visitarla, me dijo que se sintió muy feliz.
Preparó una buena cena, y mientras nos esperaba, se vistió con una sencilla combinación de mini falda a cuadros tipo escocesa y blusa blanca.
Cuando llegamos, nos recibió como dicen a cuerpo de rey, por lo que cuando le pedí algo de beber, de inmediato sirvió tres tragos de uisquí.
Después de cenar, nos dedicamos a charlar por un largo rato, hablamos de las cosas que mis hermanos y yo hemos hecho, desde que murieron los viejos.
Así nos enteramos de que nuestra hermana había tenido un compañero, con el cual terminó por él no poder satisfacer los requerimientos de ella, por lo menos eso fue lo que nos dijo, al principio.
Pero a medida que la charla continuaba, seguimos bebiendo, cosa que ninguno de los tres, estamos acostumbrados.
Por su parte mi hermana cuando bebe, se pone muy sentimental, y a cada momento abrazaba a uno de nosotros dos, dándonos sinceras muestras de afecto y cariño.
Pero entre abrazo y abrazo, creo que se le fue la mano, ya que en cierto momento se sorprendió al sentir un bulto caliente y duro entre mis piernas, aunque me sentí algo cortado, le dije a manera de defensa, que hacía tiempo que no sentía unos abrazos como los que ella me estaba dando, y que por eso esa reacción.
Nuestro hermano, después de darse un buen trago, al escucharme se puso a reír con ganas, y frente a mi hermana dijo. “Mira que no has cambiado en tanto tiempo, si me acuerdo de varias veces haberte visto cuando entrabas corriendo a tu cuarto, porque le viste el coño a cuando ella se estaba bañando, para jalarte una paja.”
Yo me puse rojo como un tomate de la vergüenza, mientras que nuestra hermana ignorando eso, se sorprendió de lo dicho por mi hermano menor.
Pero eso no quedó así, después de darme otro trago, riéndome le dije a mi hermano menor. “Eso es verdad, lo reconozco, pero a ti como que se te olvidó, las muchas veces que te agarré haciéndote la paja con los pantis usados de ella.”
Esa otra revelación mía, dejó boquiabierta a nuestra hermana, ya que como de inmediato nos dijo, ella jamás se había dado cuenta de nada de eso.
Nuestra hermana no podía creer lo que estaba escuchándonos decir, y en un ataque de risa que le dio, quizás por haber bebido más de la cuenta, nos dijo. “Por lo visto yo no era la única ociosa, en casa.”
Mi hermano y yo nos quedamos viéndola, mientras que ella se moría de la risa, a preguntas mías de a qué se refería con eso, nos dijo. “Cuando vivíamos con los viejos, yo me asomaba por la ventanilla del baño cuando cualquiera de los dos se bañaba, para verlos desnudos.” y al finalizar de decirlo se dio otro trago.
Tanto mi hermano menor como yo comenzamos a reírnos, pero de inmediato mi hermano menor preguntó. “Y cuál de los dos la tenía más grande.”
Refiriéndose claramente a nuestras vergas, nuestra hermana sin dejar de reírse, respondió. “Ha pasado tanto tiempo, que apenas me acuerdo de estar asomada por la ventanilla del baño.”
Por no quedarme callado de inmediato dije. “Quien va ser sino yo, acuérdate que soy el mayor, y el más grande de los tres.”
Mi hermano menor, comenzó a discutir, por cual la tenía más grande, hasta que a nuestra hermana se le ocurrió, en medio de lo bebida que ya estaba, decirnos. “Por qué no me las muestran y así yo digo quien la tiene más grande de los dos.”
Por un instante, tanto mi hermano menor como yo nos quedamos en silencio, cuando de momento tanto mi hermano como yo sin decir palabra, no tan solo nos bajamos los pantalones frente a nuestra hermana, sino que nos los quitamos por completo, junto con los interiores.
Ambos quedamos completamente desnudos, de la cintura para abajo, mientras que nuestra hermana se quedó sentada en el sofá de su sala, observándonos.
Lo cierto es que prácticamente somos más o menos muy similares, además nuestras vergas estaban medio erectas, digo no estaban completamente erectas, ni dormidas, se encontraban como en un término medio, por lo que lo único que se le ocurrió a nuestra hermanita decirnos fue. “Para mí es un empate.” Y de inmediato nos explicó porque pensaba eso.
Fue cuando dije. “Basta que me la agarres, para que veas la diferencia entre él y yo.” Nuestra hermana se quedó con cara de que no debía hacerme caso por lo bebido que estábamos, pero en ese instante, mi propuesta seguramente le pareció de lo más acertada, por lo que, sin perder tiempo, con su mano derecha, echó mano de mi adormilado miembro, pero en cosa de segundos, entre sus propios dedos, mi verga se tonificó de inmediato.
Tomando una mayor proporción, casi de inmediato nuestro hermano dijo. “A ver lo que es igual no es trampa.” indicando con eso que, si me había agarrado la verga a mí, también era justo que se la agarrase a él, lo que ella hizo de inmediato con su otra mano, y lo mismo casi por arte de magia su verga tomó un tamaño mayor.
Al final nuestra hermana, se encontraba sentada, agarrando ambas vergas con sus manos, y lo más interesante de todo, que después de observarlas detenidamente, volvió a dar el mismo veredicto, de empate.
Pero ya en ese momento, quizás por lo mucho que habíamos bebido, o el tiempo que ella no tenía una relación sexual, o por el hecho que ella era nuestra hermana, comencé a sentir una tremenda y morbosa excitación, un intenso deseo de deseo de no detenerme y dejar que todo fluyera.
Nuestra hermana al levantar su mirada, y ver en nuestras caras, reflejado el mismo deseo que ella tenía.
Simplemente abrió su boca y lentamente sacando su lengua comenzó a pasarla de manera alternada sobre los glandes de nosotros dos.
Por quien sabe cuánto tiempo, ella se dedicó a ir lamiendo al principio, nuestros colorados y calientes glandes, para de la misma manera alternada, seguir pasando su lengua a lo largo y ancho de nuestras vergas, incluso hasta llegó a chupar nuestros testículos.
Ya para esos momentos tanto mi hermano como yo nos habíamos terminado de quitar toda nuestra ropa.
Mientras que aun nuestra hermanita permanecía completamente vestida, lentamente fui separando mi verga de su boca, dejando que toda la atención de sus labios y lengua se centrase en el miembro de mi hermano.
Quien dé pie, frente a ella, disfrutaba intensamente de todo lo que le estaba haciendo.
Por un instante nuestra hermana seguro se preguntó, qué pensaba hacer yo, pero de inmediato su pregunta fue respondida, al sentir mis manos sobre sus pechos, y piernas recostándola sobre el sofá.
Sin detenerme y sin decir palabra, separé sus piernas, tras subir su corta falda y retirar suavemente sus pantis, dejando del todo expuesto su peludo coño descubierto ante mí.
El que ella aun continuase mamando, completamente la verga de mi hermano menor, le impedía ver qué era lo que yo me disponía hacerle en esos instantes.
Seguramente estaba algo ansiosa esperando comenzar a sentir mi miembro penetrando su coño, pero cuando lo que sintió aparte del contacto de mis dedos, fue mi boca chupando profundamente todo su clítoris, y mis dedos introduciéndose dentro de su vulva.
Me parece que se volvió loca de placer, luego me comentó que en su vida le habían hecho eso.
El sentir mi rostro entre sus muslos, mientras mi boca le chupaba intensamente todo su clítoris, mi hermana como poseída movía sus caderas buscando sentir un mayor placer, hice que a los pocos minutos ella alcanzara un fabuloso orgasmo, algo que según nos dijo, hacía muchísimo tiempo que no había vuelto a sentir.
En el mismo momento que seguía chupando, con mayor desesperación la verga de nuestro hermano menor, haciendo finalmente que este se viniera dentro de su boca.
No me detuve por eso, continué pasando mi lengua e introduciendo mis dedos dentro de su mojado y caliente coño, por lo que nuevamente volviera a seguir moviendo sus caderas.
Pero en cierto momento dejé de lamer y chupar su peludo coño, y de inmediato sintió el calor de mi verga al momento de introducirla dentro de su húmedo y caliente coño.
Mi hermana abrió mucho más sus piernas, a medida que mi miembro entraba dentro de su cuerpo, los gemidos y gritos que di de placer, hicieron que nuestro otro hermano le tapase ligeramente la boca, pero eso a ella no le importó.
Continuó moviendo sus caderas con fuerza y rítmicamente, al mismo tiempo que yo metía y saca toda mi verga de su caliente coño.
Así estuvimos hasta que a mi hermana se le ocurrió pedirme que cambiásemos de posición, por lo que gustosamente me coloqué boca arriba recostado sobre el sofá y ella se me sentó sobre mi verga, la que fácilmente volvió a penetrar todo su coño.
Pero a la vez sus nalgas quedaron al aire, nuestro hermano menor, reparó en ellas y se las acariciaba suavemente, al tiempo que fue introduciendo sus dedos llenos de saliva dentro de su culo.
Realmente no se si esa fue su intención, pero cuando los dedos del comenzaron a entrar y salir del culo de ella, al tiempo que yo continuaba metiendo y sacando toda mi verga de su coño, a nuestra hermana le provocó pedirle que continuase, y en pocos momentos en lugar de sus dedos, era su dura verga la que, aunque de manera algo dolorosa, se la metía por el culo a ella.
Nuestra hermana posteriormente nos confesó que ni en sus fantasías más locas o desenfrenadas había soñado con eso, y mucho menos que fuéramos sus dos hermanos los que lo hiciéramos posible.
Yo no dejaba de repetirme, lo sabrosa que ella estaba, y mi otro hermano por su parte le repetía una y otra vez que culo más sabroso tienes nuestra hermana, mientras que ella entre las muchas barbaridades que dijo, y repetía como loca nos pedía que le dieran más, y más duro.
El calor y contacto de nuestros cuerpos contra el de ella, sin contar como nuestras vergas le daban tanto placer, hicieron que nuevamente disfrutase de otro salvaje y profundo orgasmo, como nunca había llegado a sentir antes, según nos dijo.
Cuando mi hermano y yo nos vestimos, y nos preparábamos para retirarnos, nuestra hermana se quedó del todo desnuda, mientras que nosotros dos permanecían completamente callados, cuando nos dijo. “Estos encuentros familiares deberían ser más seguidos.”
Aunque ninguno de los dos respondimos nada en ese momento, por mi parte ya me he comunicado con ella, pero por separado, pero para vernos a solas.
Yo no quiero que mi hermano se entere, y seguramente mi hermano tampoco quiere que yo se entere.
Aunque por su parte a mi hermana, realmente no le importa, aunque seguramente preferiría que nos hubiéramos seguido viendo los tres juntos.
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