Niña deseosa de verga adulta 2
Por fin un hombre adulto me inició como puta.
Me llamo Mariana, tengo 25 años. En el relato anterior les di una introducción de cómo desde pequeña deseaba ser la puta de un hombre adulto. En este les hablaré de cuando por fin llegó ese día.
Cuando tenía 14 por fin llegó mi momento de ser tocada por un hombre de verdad y no los niños de la escuela. Mi familia tenía un chófer, que era un hombre de unos 45 años, alto, fornido, moreno, barbudo. En fin era todo un macho, desde que empezó a trabajar en mi casa me llamó la atención. Sabía por sus platicas con otros adultos que era muy mujeriego, y eso me excitaba. La idea de que fuera un cabrón que se había chingado a muchas putas me prendía, yo quería que también me tocara a mi. Entonces empecé a acercarme a él juguetonamente primero como niña, a veces le hacía bromas hasta que llegue a abrazarlo. Lo abrazaba por la espalda pegandole mis tetas, incluso a veces cuando estaba sentado yo me paraba frente a él y lo abrazaba poniéndole mis tetas en la cara. Siempre pensé que el solo me veía como una niña y que jamás se interesaría por mi. Pero un día el estaba sentado en el porche de mi casa, me acerque a abrazarlo por detrás, acaricié sus pectorales y le di un beso en el cachete. De pronto el giró y me besó en la boca. Yo solo me dejé hacer, no era mi primer beso pero era una niña de 14 años besando a un hombre de 45 en ese momento. Escuchamos que la puerta de casa se abrió y nos separamos en ese momento, entonces el dijo que iba al oxxo (es una tienda de conveniencia en Mexico) y que si lo acompañaba. Me subí a su auto y nos dirigimos al oxxo pero nos desviamos y parkeo el carro.
Se lanzó a besarme, y empezó a sobar mis tetas por encima de mi ropa. Luego bajó su mano y tocó mi puchita sobre mi pantalón haciendo movimientos circulares. Yo me masturbaba mucho pero que me tocara por primera vez un macho de 40 años era delicioso. Estaba en el cielo. Yo quería que ese hombre usara mi cuerpo, y me hiciera saber mi lugar en este mundo que era una mujer y que solo servía para ser una puta y servir a los hombres.
-Pásate al asiento de atrás.- me dijo con su gruesa voz y le obedecí como la buena puta que me estaba volviendo.
Ya en el asiento de atrás me quito la camisa y el pantalón y empezó a chupar mis tetas y meterme un dedo en mi vaginita de puta adolescente. Yo no pude evitar soltar un gemido.
-Aj no sabes las ganas que tenía de agarrarte estas pinches chichotas desde la primera vez que te vi- me decía mientras metía su dedo en mi panocha a toda velocidad y hacia círculos con su lengua en mis pezones. Era una sensación increíble que por fin un hombre me viera como una perrita y no una insignificante niña.
-Ya te han cogido?- Me preguntó- se ve que eres bien putita.
-Aun no- respondí- pero no sabes como me he tocado pensando en ti.
-has tenido muchos orgasmos pensando en mí zorrita? Pues ahora voy a darte uno de verdad.
En ese momento bajó hacia mi entrepierna y empezó a besar mi panochita por encima de mi calzón, y luego a pasar su lengua por encima hasta que quitó mi calzón y pozo su lengua directamente sobre mi clitoris. Sentí la mejor sensación de mi vida, ese machote de 45 años estaba mamando mi panochita virgen de 14 años. Ahora entendía porque había tenido tantas mujeres y me excitaba tanto ser solo una puta más de su lista.
El movía con avidez su lengua en mi puchita y yo acariciaba su cabello y empujaba más su cabeza contra mi panocha. Quería que ese momento fuera eterno, un hombre usando mi cuerpo adolescente para satisfacer las ganas nada más como si fuera una puta de la calle.
-ah si papi- gemí -comete toda mi puchita aaah.- Y empecé a venirme en su boca
-dame todos tus jugos de puta sucia.
Luego me puse de nuevo mi ropa y volvimos a mi casa. A partir de ese día aprovechabamos cada momento solos para besarnos y que el me mamara mi puchita y mis tetas. Y cuando estábamos en público pasaba al lado de mi y me decía al oído que era su putita sucia.
Lamentablemente no llegó a pasar nada más que eso pues nos descubrieron y nos tuvimos que separar.
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