No era lo planeado 5
una pelea en casa y termina en sexo.
Los días continuaron con la misma rutina salía a trabajar, regresaba a comer y dormir. En si una vida normal hasta cierto punto, mi mujer en la cama seguía siendo sensacional, pero había días en los cuales en lo que a mí me daban ciertas calenturas y ella no quería. Yo lo dejaba pasar porque se le veía el rostro cansado y me imaginaba lo pesado que debía estar el día de trabajo así que sin darle mayor importancia transcurrieron los meses hasta llegar diciembre, un par de semanas después me dieron vacaciones mientras que a Yaritza sus vacaciones caerían un par de meses después. Mientras pasaban los días que yo pasaba tiempo con los niños y noté que había días que el hijo del jefe la traía en su carro hasta la casa los cuales sentí algo raro por la manera que el tipo miraba a mi mujer y sobre todo por cómo me saludaba que incluso me empezó a irritar, tras eso empezaron los problemas en casa, se empezó a notar cierto distanciamiento entre nosotros.
Un día para tratar de normalizar las cosas en la casa quise invitarla a salir y cambiar de aires cuando saliera del trabajo, pero cuando la busqué me había dicho que había salido hace poco así que decepcionado y sin saber que hacer di una pequeña vuelta dentro y salí mire alrededor al final del estacionamiento noté que había un carro solo y se le veía que medio meneaba rápidamente mi mente pervertida se le encendió el foco y me acerqué con naturalidad y cuando miré evidentemente eran dos personas teniendo sexo lo cual me paró la verga, ver ese culo como se tragaba la verga del tipo era grandiosa hasta que vi de quien era la cara gozosa de la mujer. Nunca había sentido mayor decepción, ver a mi mujer con otro en el cual ni me notaron así que me fui a pesar de lo que había visto no estaba enojado si no triste, desilusionado pensar que ella me fuera a hacer algo así, creí que había confianza para hablar las cosas porque sexualmente no veía problemas entre nosotros o sea no cualquiera comparte su mujer, en fin. Cuando llegué la vecina que cuidaba los niños notó mi cara y me invitó a pasar, pero no quería habla, pero fue tal su insistencia que terminé entrando a su casa mientras que mis hijos fueron a la nuestras, entre nos le pedí que fuera lo más discreta posible y ahí empezamos a conversar sobre el porqué estaba así. La cara que tenía la vieja se veía que se estaba gozando el cuento y trataba de darme algunos consejos, pero yo no estaba para recibir consejos y en esa me hace un ofrecimiento bastante atrevido.
—bueno, bueno. No es el fin del mundo, tienes una vida bastante aceptable, unos lindos mellizos y ambos aún son jóvenes. Hay momentos en que ambos sentirán la curiosidad de probar cosas nuevas o con gente nueva—, y se me arrima tocándome el muslo y dejándome llevar nos comenzamos a besar, ella era una mujer madura cerca de sus 50 pero aun con esa edad estaba apetecible incluso al ver como caían esas teas al quitarse el brasier lo que me hiso recordar las tetas de mi suegra y su boca me conto los años de experiencia que tenía cuando se devora mi verga aunque fue un tanto decepcionante porque no me dejo que me viniera en su boca aparentemente nunca le ha agradado eso así que pasando a lo siguiente le como el coño un rato haciendo que entonara una serie de buenos gemidos y de repente tocan la puerta, pero como no paraban fue a ver quién era y era Yaritza furiosa por lo que me vestí y me le presente todo desaliñado y en la casa me empezó a formar peo pero antes de que continuara deje los niños en casa de la vecina. Cuando regreso y ella reanuda la discusión le menciono lo que había visto ese día y eventualmente soy yo el que se va poniendo furioso al punto que por impulso tras un insulto de su parte le doy una bofetada y ella me lanza arañazos a la cara y al asestarme uno yo lanzo un golpe al estómago lo que hace que vomite y veo como tocia entre lágrimas cosa que me excitó así que tomándola del cabello me saco la verga se lo meto a la boca mientras tocia provocando otro vomito aun así seguí forzándola contra su garganta por un buen rato hasta que me corrí entretanto ella se quejaba por como la había tratado.
—no me interesa, quítate el pantalón—.
—¿Qué te pasa?, no tienes derecho a tratarme así—, lo decía medio sollozando.
—ya hablé te lo quitas o te lo quito en pedazos—, realmente me sentía mal e incluso quería salir corriendo llorando, pero al verla prácticamente arrodillada sentía el impulso de querer humillarla y pisarla.
—cálmate primero, por favor—.
—que me calme primero, que me calme primero. Estoy bastante calmado—, y me saco el cinturón del pantalón (cinturón de tela gruesa).
—¿Qué me vas a hacer? —, con una mano al frente como para evitar que la golpeara por lo que la tomo por ese mismo brazo se los ato en su espalda, tomo una media y se la meto a la boca y con la otra la amordazo luego le quito su cinturón y le amarro los pies. Sin decir nada salgo de la habitación y regreso con un cuchillo, y Yaritza se aterra e intenta gritar a la vez que lloraba y se trata de alejar así que la agarro desde atrás por el pantalón y comienzo a córtaselo con el cuchillo hasta picarlo por la mitad, pasaron de ser unos pantalones de jean a ser unas medias largas de jean, su ropa interior no se salvó también se las había cortado junto con el pantalón dejando al aire su coño entre abierto y ese culo enrojecido.
—veo que has usado mucho ese culo, que bien, que bien. Soy el esposo cabrón el cual tiene que jalarle bolas a su mujer para coger y estas se lo regala a otro, excelente—, y le doy tremenda nalgada que incluso me dolió el pinchazo, —supongo que he sido un idiota—, y otra fuerte nalgada y así seguí hasta que ya no podía más dejándole sus nalgas bien enrojecidas —¡ay ya no me puedo aguantar más! —, le zampo mi verga por su culo, —por lo menos el resto de la leche del tipo ese sirvió para algo—, decía eso mientras la embestía repetidas veces haciendo que sonaran bien fuertes nuestros cacheteos hasta venirme y por consiguiente me dejo caer en su espalda entretanto meto mis manos bajo su camisa hasta llegar a sus pechos y comienzo a masajearlo y apretar fuerte sus pezones, —no eres más que una zorra, Yaritza. Mira cómo te pones, aunque te trate mal—, y continúe penetrándole el culo hasta que ya no se me paró más la verga así que la desato y quedamos tirado uno al lado del otro.
—creo que es mejor que lo dejemos hasta acá—, digo yo.
—ok, pero creo que te pasaste. Ese golpe en el estómago sí que me dolió—.
—pues, ¿Quién fue la loca que me arañó la cara? —.
—creo que deberíamos comprar unas correas y algún juguete para repetir lo de hoy, aunque—.
—creo que no me has entendido—.
—¿a qué te refieres? —.
—que me voy de la casa, sinceramente no creo poder contigo—.
—¿Por qué, por mi jefe? Si quieres dejo el trabajo, te juro que no lo volveré a hacer—.
—vas a salirme con esa, por dios Yaritza. Así que seamos adultos separémonos que estamos de buenas—.
Y continuamos por un rato discutiendo sobre el tema a la final decidí no separarme oficialmente, pero emocionalmente ya estaba separado de ella, aunque el deseo sexual por ella no se apagaba. Después de haber terminado de hablar arreglamos todo lo mejor posible, a pesar de todo aún tenía el disgusto de haber sido engañado, aunque me lo merecía ya que era la misma clase de persona. Me imagino si se enterara que la he estado engañando con su hermana menor.
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