No sé qué me pasa, que no puedo ver un interior que me provoca acostarme con su dueño. Primera parte.
Una mujer cuenta como fue iniciada en el sexo por su hermano gemelo, y posteriormente como el resto de sus familiares siguieron ayudándola a tener un mayor conocimiento del tema incluso su propio padre. .
No sé qué me pasa, que no puedo ver un interior que me provoca acostarme con su dueño.
Yo adoro a mi marido, pero hay algo dentro de mí que, a la menor insinuación, o provocación por parte de cualquier otro hombre, estoy dispuesta, no tan solo abrirle mis piernas, sino que también a dejarme hacer todo lo que se le antoje.
Desde bien jovencita, comencé a estar activa sexualmente, y para colmo, mi primer macho fue mi propio hermano gemelo.
A mis quince años, yo aun jugaba con muñecas, y mi hermano se burlaba de mí constantemente, hasta que un día que fuimos a la playa, yo estaba desvistiéndome, cuando él entró a la habitación viéndome completamente desnuda.
Yo le di un grito a mi mamá diciéndole que mi hermano me estaba viendo desnuda, y que no se quería salir del cuarto.
Para qué fue eso, a la que regañaron, castigaron y obligaron a que se disculpase completamente desnuda ante mi hermano, fue a mí.
Diciéndome mi madre que no podía estar provocando a mi hermano que, si no le hacía el menor caso, él se acostumbraría a verme así, sin maldad ninguna.
Bueno mi hermano como que se aprendió esa letra de memoria, y cada vez que me encontraba cambiándome de ropa o desnuda, sin dejar de verme mientras me vestía o desvestía, me decía. “No te preocupes ya estoy acostumbrado a verte así.”
Un día en que yo regresaba del colegio, cansada y sudada por haber estado en un juego de voleibol, rápidamente me quité toda mi ropa y me dirigí a la ducha con la intención de bañarme.
Fue en el momento en que corrí la cortina, me encontré a mi hermano, que al parecer estaba por comenzar a ducharse, de inmediato comencé a retroceder, cuando lo escuché decirme. “No te preocupes ya estoy acostumbrado a verte así.”
Eso quizás fuera cierto, pero yo no estaba acostumbrada a verlo completamente desnudo a él, así que mientras el agua comenzaba a caer sobre su cuerpo, no podía quitar los ojos del miembro de mi hermano.
Que para mi sorpresa como que comenzó a crecer frente a mis ojos, en ese instante me dijo quieres enjabonarme la espada, a lo que yo a lo que yo tomé la esponja y comencé a enjabonar la parte alta de su espalda, pero a pedido de él comencé a enjabonar un poco más abajo, hasta que comencé a enjabonar sus nalgas.
De momento mi hermano me dijo, deja que yo te enjabone tu espalda, y le entregue la esponja y el comenzó a enjabonar la mía de igual manera hasta que sus manos llegaron hasta mis nalgas.
En ese momento mi hermano que pienso yo, que se había dado cuenta de mi sorpresa, al ver yo como su miembro crecía, y como quien no quiere, parándose frente a mí, me dijo. “Bueno ahora continúa enjabonándome el pecho.”
Entregándome la esponja, la que yo agarré de inmediato me dediqué a enjabonar su pecho, y él me pidió que le luego bajara un poco más, y así hasta que llegué a su parado miembro, el que tímidamente agarré y comencé a enjabonar.
Hasta que mi hermano me pidió que me detuviera y pidiéndome el jabón, sin decir más nada comenzó a enjabonar mis senos, cosa que aunque me sentía un poquito incomoda, me estaba gustando el sentir sus dedos apretándome mis parados pezones, luego continuó bajando sus manos hasta mi vientre, y sin que yo le dijera nada continuó hasta mis coño.
Sentí sus enjabonados dedos acariciándome toda mi vulva, lo que yo comencé a sentir fue algo tan rico que de manera inconsciente separé mis piernas, y sus dedos se deslizaron más dentro de mí.
En ese instante él agarró mi mano y la colocó sobre su parado miembro, y sin saber precisamente que estaba haciendo comencé a masturbarlo.
El sentir sus dedos dentro de mi coño, fue algo tan rico, que cuando me indicó que me pusiera de espaldas a él, y comenzó a rozar mi coño con su verga, no pude negarme.
Sentí como me fue penetrando, y aunque en cierto momento sentí un ligero y pasajero dolor, comencé a restregar mis nalgas contra su cuerpo.
Sentía como entraba y salía su miembro de mi enjabonado coño, a medida que el agua caía sobre nuestros cuerpos, mi hermano me apretaba contra su cuerpo, hasta que tanto él como yo disfrutamos de algo completamente nuevo para mí.
Desde ese momento sino era él quien me buscaba era yo quien lo encontraba a él, y en silencio nos íbamos al patio trasero, donde en una vieja casucha nos encontrábamos y a dentro.
Sin perder tiempo nos quitábamos la ropa, nos llegamos a besar y acariciar hasta que volvíamos a tener sexo, de las más distintas y diferentes maneras.
En una ocasión ya habíamos terminado, cuando mi hermano, se vistió bien rápido y salió de la casa como alma que lleva el diablo.
Aun yo me encontraba completamente desnuda, y lavando mi coño con un pequeño chorro de agua, siento que estoy siendo observada, y al volver la mirada, me di cuenta de que estaba siendo observada por un tío mío.
Él se me acercó, y agarrándome por el brazo, me dijo piensa lo que van a decir tus padres, cuando se enteren que te estás acostando con un chico al que no pude agarrar.
Yo me asusté tanto que casi me pongo a llorar, fue cuando agarrando mi coño me dijo, ya veo que sabes usarlo, al tiempo que sus dedos me hacían una rica cosquilla dentro.
No hizo falta que me dijera más nada, esa tarde mi tío, hizo conmigo lo que quiso, además en cierta manera me enseño cosas que yo ignoraba como el 69, y hasta el disfrutar del sexo anal.
Después de mi tío, con el tiempo me relacioné con mis seis primos, no había día que no me acostase con alguno de ellos, hasta cuando me bajaba la regla.
Ya a los 18 era un secreto a voces dentro de la familia que yo era un poquito ligerita de cascos, y eso que mi madre en sin fin de ocasiones me regaño, por acostarme con alguno de mis primos, pero parecía no darse por enterada si descubría que me había acostado con alguno de mis hermanos.
Un día llegó mi papá, algo tomado, y mi madre le dio la queja, diciéndole. “A ver si hablas con ella, hoy la agarré completamente desnuda con tu sobrino, mamándole su verga.”
Mi padre me agarró por el brazo, me montó en su camión y regañándome por un corto rato, me dijo un sinfín de cosas, hasta que nos alejamos lo suficientemente de casa.
En eso desvió al carro hacia los montes, y en el medio de la noche me ordenó que me bajara, ya fuera del auto, agarró se quitó su correa, y me dijo que me quitase toda la ropa, yo muy asustada así lo hice.
De momento me dijo que me acercase a él, y tirando la correa al suelo, me tomó en sus brazos y comenzó a besarme de manera desesperada.
Al principio estaba asustada, pero apenas noté que bajo su pantalón su miembro se le había puesto bien duro, supe que era lo que mi viejo deseaba, así que me arrodillé frente a él y sacando su verga del pantalón me dediqué a mamársela.
Después de eso me colocó sobre el frente camión, y bajo la luna me penetró divinamente, eso sí cada vez que mi viejo se emborrachaba, terminaba metido en mi cuarto.
Mi mamá después de un tiempo eso como que dejó de molestarle, y a su manera como que me daba las gracias por pasar la noche con mi papá, y que ella pudiera dormir tranquila.
Que que rico debe ser tener una hermana así
!qué placentera iniciación sexual! Lo bueno y muy rico es que fue en familia. Felicidades por tu mente abierta al sexo
Que rico el final