No soy bella, pero si bien popular, a pesar de que la mayoría de las veces, soy medio pedante, grosera, y malcriada.
Entre sus amistades y conocidos, tiene fama de puta, pero a ella no le importa eso, ya que vive de su trabajo, y se divierte como le da su real gana..
No soy bella, pero si bien popular, a pesar de que la mayoría de las veces, soy medio pedante, grosera, y malcriada.
Y es que a pesar de que tengo unos cuantos kilos de más, de que mi lenguaje no es el más decente del mundo, de que fumo y bebo bastante, a mis amistades les encanta compartir conmigo.
Quizás sea por mi manera de ser, ya que en ocasiones digo que soy tan fea como tan franca, y no tengo pelos en la lengua para cantarle la verdad en su cara a cualquiera, en fin, soy todo un dechado de virtudes, como podrán darse cuenta.
Pero a pesar de todo lo que les he dicho, tengo un grupo de fanáticos, que como ya dije, les encanta salir conmigo.
Y como en la mayoría de las ocasiones nada más me basta que me den ganas, para acostarme con cualquiera y en más de una ocasión con más de uno a la vez, y no es que me vuelva loca, o que me emborrache o me haya drogado, no que va, lo que sucede es que esa es mi manera de divertirme.
Hasta no hace mucho, me la pasaba diariamente metida en la iglesia, dándome golpes de pecho, lamentándome constantemente, de lo fea que era, de mis casi veinte kilos de sobre peso, de que mi esposo a pesar de ser muy católico se divorció de mí, en fin, también me lamentaba de lo sola que siempre estaba.
Hasta que después, de mucho decirles que no, finalmente acepté la invitación de mis compañeras de trabajo, para ir a una cervecería, cosa que jamás en mi vida había hecho.
Ya dentro la quijada se me caía, de ver tantas pocas vergüenzas que estuve viendo, y me moría de vergüenza, nada más de pensar lo que las demás personas pensarían sobre mí, al verme salir de ese lugar.
Pero una de las chicas me dio un trago, y a pesar de lo asustada que me encontraba, me lo tomé como si fuera agua, estando en la mesa me di cuenta, de la manera en que los hombres se comportaban, sobre todo si la muchacha con la que bailaban se dejaba tocar, besar o acariciar, sin importar si era linda o fea, gorda o flaca, la volvían a invitar a bailar.
Ya era bien tarde, y tenía varios tragos encima, cuando finalmente un valiente, como dijo una de mis y que amigas, me sacó a bailar, pensé decirle que no, pero como sentí la risa burlona de mis compañeras de trabajo, acepté.
Y a medida que fuimos bailando, comencé a sentir un sabroso calorcito que nunca antes había sentido, y para colmo el chico con quien bailaba, en cierto momento, me puso sus manos sobre mis nalgas, y eso me pareció la cosa más rica del mundo.
Pero cuando me apretó contra su cuerpo y sentí lo duro de su miembro contra mi barriguita, me dieron unas ganas tremendas de tenerlo metido dentro de mi mojado coño.
Así que en cierto momento una de sus manos me agarró de manera bien descarada una de mis tetas, y se dedicó acariciar mi oscuro pezón, pensé en decirle que se detuviera, pero finalizó la música, y de inmediato regresé a la mesa con mis amigas.
Yo pensé que todo había terminado, pero casi apenas me senté, otro chico me sacó a bailar, y nuevamente al igual que su antecesor comenzó descaradamente a tocarme por todos lados sin que yo ofreciera la menor resistencia, es más me reía como toda una tonta, por las muchas sabrosas cosquillas que sentía por casi todo mi cuerpo.
Así estuve casi el resto de la noche, bailando con cuanto chico me sacaba a bailar, mientras que mis compañeras de trabajo se aburrían y de momento me doy cuenta de que todas ellas, se habían puesto bravas conmigo, por estar bailando con cuanto tipo me lo pedía, por lo que me dejaron sola.
Lo cierto es que, en ese momento, eso no me molestó para nada, ya que me dio la oportunidad de soltarme, más sin la presencia de ellas.
Llegó un momento en que en medio del vacilón dos chicos me sacaron a bailar a la vez, y fue uno de ellos quien ingeniosamente propuso que mientras uno bailaba frente a mí, el otro lo haría abrazándome por la espalda.
Quizá por los tragos que me había tomado, vi eso como algo tremendamente gracioso, y acepté, pero a medida que bailaba con ellos dos a la vez, también los dos no dejaban de tocarme por todos lados, lo que me produjo un intenso placer que jamás había sentido antes.
De regreso a la mesa, con mi costumbre de ser tan sincera, se me escapó decírselo.
Fue cuando uno de ellos me propuso que los tres nos fuéramos para un motel, para que yo viera lo mucho que lo disfrutaría.
En otro momento quizás lo hubiera mandado al carajo, pero todos me llamaban por mi nombre, me daban uno que otro beso, me hicieron sentir tan feliz, que aun sabiendo lo que ellos buscaban, pensando que probablemente terminaría acostándome con uno de ellos dos acepté.
No bien había atravesado la puerta de la habitación del motel, cuando los dos a la vez se dedicaron a besarme y acariciar todo mi cuerpo, sentí sus manos entre mis muslos, y como sus dedos comenzaron a hacerme cosquillas hasta entre en mis nalgas.
Por lo que, sin pensarlo mucho, yo misma me quité casi toda mi ropa quedándome en pantis y sostén.
Seguimos bebiendo y ellos tocándome y besándome descaradamente por todas partes sobre todo mis tetas, mi barriga, hasta en mis axilas, las que me besaron y acariciaron, al igual que comenzaron a hacerlo por encima del panti, sobre mi coño.
Los dos chicos estaban vestidos, mientras que yo prácticamente desnuda, sin importarme mucho eso, uno sacó su miembro, y no es que fuera la primera vez que veía o tenía uno tan cerca de mí, pero como desde que me había divorciado de mi esposo, no había vuelto a verle el miembro a ningún otro hombre, sin demora lo agarré.
El tener eso entre mis dedos, y que a los pocos segundos tener el otro frente a mis ojos, lo único que se me ocurrió hacer fue ponerme a lamérselos.
De estar lamiendo pasé a estar besando sus vergas, y de ahí pasé a mamárselas, cuando sentí que uno de los chicos, comenzó a lamerme las nalgas, y sin pensarlo dos veces, se las ofrecí en bandeja de plata como quien dice, y una vez que sentí como me la fue clavando por mi culo, a pesar del dolor, disfruté tremendamente.
No bien ya estando en la cama disfrutando del que me estaba clavando por el culo, el otro se las arregló para terminar de arrancarme los pantis, y hacer otro tanto por mi coño.
Para esos momentos ya llevaba más de cinco años divorciada, pero cuando esas dos vergas invadieron mi cuerpo, sentí algo que jamás ni nunca había sentido durante los pocos años que estuve casada.
Fue cuando decidí que más nunca, perdería la oportunidad de tener una verga a mi disposición.
Esa noche esos dos tipos me hicieron de todo, les mame sus vergas, y sin vergüenza alguna les digo que también les mamé sus culos.
Al tiempo que uno de ellos me mamaba de la manera más rica mi coño, con una de sus manos casi por completo introducida hasta bien adentro de mi vagina.
El cambio en mí fue radical, desde luego que dejé de ir a la iglesia, a perder el tiempo, en mi oficina le llamó a todos la manera en que me comencé a vestir y a comportar.
Con decirles que, a las pocas semanas, de ser una simple secretaria, pasé a ser supervisora, y de supervisora pasé a ser jefa de división.
Todo porque a diferencia de antes, ya no me quedo callada, y hasta a mi jefe le canto las verdades en la cara.
Como una vez que me encontraba sentada en el bidet orinando, en el único baño que tenemos en la oficina, y por descuido dejé la puerta abierta, en eso entró mi jefe y no se dio cuenta de que yo estaba orinando, y él sacó su miembro y se dispuso a orinar, pero al abrir la puerta me encontró a mi sentada.
Yo me le quedé viendo de pies a cabeza, y sin decirle nada agarré su miembro, y en ese mismo instante me puse a mamárselo.
Mi jefe se quedó confundido, hasta que después de unas cuantas lengüetadas que le di a su verga, él me tomó por el cabello, y no soltó mi cabeza hasta que me chupé hasta la última gota de todo su semen.
Entre mis amistades y conocidos, no me cabe la menor duda de que debo tener fama de puta, pero a quien le importa eso, ya que vivo de mi trabajo, y me divierto como me da mi real gana.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!