Nunca pensé tener una esclava 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Miguel49DF.
… Desperté como a las 9:30 am… al momento no reconocí la habitación donde estaba y poco a poco los recuerdos fluyeron, escuché ruidos que se acercaban al cuarto donde estaba… recordé mis órdenes del día anterior.
me hice el dormido con los ojos semiabiertos.
Ella entró desnuda al cuarto tratando de no hacer ruido, su bella cabellera mojada y recogida en una coleta, buscó algo en los cajones de la cómoda… caramba, casi no podía creer mi suerte, bella la mujer… encontró lo que buscaba y salió del cuarto procurando no hacer ruido al cerrar la puerta, ¡que par de nalgas!.
Calculé que tardaría una media hora en regresar, pero fue en un error… en menos de 5 minutos estaba de regreso con una bandeja en las manos, vestía solo ropa interior, un sexy conjunto rojo di hilo dental, dejó la bandeja en una mesa que estaba al pie de la cama, volteó a verme y se relamió los labios, su mirada entre excitada y nerviosa.
Caminó de puntitas al lado de la cama y empezó a retirar lentamente la sábana que me cubría… analizaba cada parte que quedaba al descubierto, yo veía como la excitación crecía en sus ojos… finalmente retiró completamente la sábana, yo seguía haciéndome el dormido y me moví un poco dejando las piernas un poco abiertas, ella aprovechó el espacio libre y se hincó ahí con los brazos a cada lado de mi cintura, yo tenía una media erección cuando me quitó la sábana y pensaba en mil cosas estúpidas para que mi pene no reaccionara ante tan monumental escena y sabiendo lo que seguiría…
Ella solo veía mi verga… la recorría con la mirada de arriba abajo seguía relamiéndose los labios, finalmente su deseo le ganó, fue bajando la cabeza y me dio un lengüetazo que más bien acomodó mi pene poniéndolo apuntando hacia mi ombligo, sacó la lengua y comenzó lamiéndome los huevos despacito… suave… como degustando un manjar, en ocasiones alzaba la mirada buscando una reacción mía, recorrió mi tronco hasta la punta… regresó de nuevo a la base y lo hizo varias veces… obviamente a cada lengüetazo mi verga se paraba más, hizo esto hasta tenerme con una buena erección apuntando al techo… puso sus labios en la punta y lentamente se metió mi verga mientras no dejaba de mover su lengua… yo empecé a dar gemidos y dando señales de vida… ella se sacó mi pene dejándolo rosando sus labios, me miró y dijo:
– Buenos días mi señor
– Buenos días perra.
– le contesté – continúa…
Cerró los ojos y no dejó de chupármela hasta que la tuvo llena de leche… no dejó escapar ni una gota de preciado líquido el cual tragó
– Gracias por mi desayuno amo… ahora le doy el suyo
Se paró, tomó la bandeja y la puso en mi regazo
– Mientras desayuna mi señor ¿me permite prepararle la tina con agua caliente?
Wow… mejor de lo que pensaba… asentí con la cabeza y comencé a degustar el desayuno: yogurt, fruta fresca, huevos con tocino, pan tostado, jugo de naranja natural… pfff… me podría acostumbrar rápido a esta vida…
– Dejé la tina llenando amo… ¿se le ofrece algo más?
– Por el momento no – dije – siéntate como la perra que eres en el suelo…
Ella tomó su lugar… ocasionalmente tomaba un poco de fruta o huevo y la alimentaba como si fuera mi mascota… ella engullía lo que le daba y me chupaba los dedos y luego le acariciaba detrás de las orejas como se hace con las perras, finalmente terminé el desayuno y le ordené que lo retirara… así lo hizo y mientras llevaba la bandeja a la mesita dijo:
– ¿Le gusta cómo se vistió su perra para usted hoy mi señor? – y dio una vuelta par que la mirara completa.
– No está mal – mentí, estaba perfecta – pero la próxima vez quiero verte en liguero y con collar de perra.
– Por supuesto mi señor, disculpe…
– Está bien, por ahora, llévame a orinar
– A sus órdenes mi amo
Me agarró el pene y me llevó al baño, una vez terminé de orinar ella se hincó y me limpió con su boca…
– La tina está lista amo…
Me sumergí en la tina y ella lavó todo mi cuerpo poniendo especial cuidado en mis huevos y mi verga, al terminar me paré y ella me dio un beso en la punta de la verga, la miré con cara de desaprobación… no se lo había ordenado…
– A la cama en 4 – ordené
Ella bajó la mirada y obedeció sin decir nada, me enfundé en una toalla y al salir casi se me van los ojos, ahí estaba ella en 4, con la cabeza baja y las nalgas paradas esperando su castigo, ahora que lo recuerdo le hubiera tomado una foto, que buen trasero tiene esa mujer… le di dos sonoras nalgadas en cada cachete y cuando esperaba otra sumisamente yo hice a un lado su hilo dental, dejé caer la toalla y le restregué la verga en su vagina, comenzó a gemir y mover sus nalgotas hacia mí, se la metí entera por la vagina, la estuve bombeando hasta que sentí que su orgasmo estaba cerca, le di 3 fuertes estocadas y la saqué para dirigirla a su culo, se la metí un poco más despacio y cuando ya estaba hasta el fondo hice lo mismo… 3 fuertes estocadas y se la saqué para terminar con 3 nalgadas fuertes…
– Límpiame – ordené
Bajó de la cama, se puso de rodillas frente a mí y me limpió con la lengua, cuando vi que se disponía a chupármela hasta hacerme terminar la agarré de las orejas y se la saqué.
– Este será tu castigo por todo el día de hoy
– Amo ¿no quiere seguir disponiendo de su puta?
– Eso hago perra… te prohíbo tener orgasmos hasta que yo lo apruebe
Idiota, pensé para mis adentros….
¿¿No será más bien el castigo para mí?? Me miró como no entendiendo… se acomodó la tanga.
– A lavar los platos puta
– Si mi señor
Tomó la bandeja y salió del cuarto con cara de confusión… no sabía lo que tenía en mente, por supuesto que yo no iba a poder derramar leche todo el día, ya no soy joven, pero a ella la iba a tener caliente todo el día y sin poder desahogarse.
Bajé al poco tiempo ya vestido… ella estaba inclinada ante el fregadero lavando, me acerqué por detrás de ella, me arrodillé, le bajé la tanga y empecé a darle sexo oral… ella gemía como buena perrita, su vagina estaba encharcada y hacía todo lo posible por abrir más la piernas y ofrecerme su delicioso manjar… recorría con la punta de la lengua toda la extensión de su raja 2 o 3 veces para luego meterle la lengua lo más profundo que podía… al notar que ella llegaba a lo máximo le di dos fuertes nalgadas y dejé de chuparle la vagina…
– Dame algo de tomar.
Ella con cara de decepción lo hizo, al darme la bebida la puse de espaldas a mí y la abracé con mi brazo derecho mientras con el izquierdo sostenía el vaso… le agarraba las tetas y le pellizcaba los pezones.
– Dónde está tu collar perra.
– No tengo mi señor
– Eso lo tendremos que arreglar… ¿y el liguero?
– En un momento me lo pongo amo
– No – le dije – mejor arréglate, vamos a comprar tu collar primero.
Te pones la minifalda más pequeña que tengas, blusa escotada, nada de ropa interior y el pelo suelto.
– Como disponga mi amo.
Cuando estuvo lista se veía monumental, me daban ganas de mejor quedarnos y follármela con locura, pero tenía todavía mucho tiempo para gozar a mi esclava.
nos subimos a mi carro y enfilamos a una zona comercial que se encuentra al otro lado de la ciudad, en el camino le metía los dedos en su vagina y los sacaba llenos de sus fluidos, se los ponía en su boca y ella me los limpiaba, repetí eso durante todo el trayecto, cuando llegamos al estacionamiento le dije que me esperara a que le abriera la puerta, se quedó extrañada, pero al abrirle la puerta me la saqué del pantalón y no necesitó órdenes… empezó a chupar exquisito mientras yo le magreaba las tetas, quería ponerla bien caliente para que todos la vieran… el cuidador no dejaba de ver hacia donde estábamos tratando de imaginar el porqué tardábamos, si hubiera sabido… jajaja, le retiré mi pene de su boca y lo guardé, hice que bajara… se veía monumental, sus piernas estaban húmedas por el interior y sus pezones erguidos se notaban claramente a través de su blusa.
Así por fin entramos al centro comercial y nos dirigimos a una tienda para mascotas, por supuesto toda la gente se le quedaba viendo… las mujeres con cara de escándalo y los hombres con cara de morbo… ella iba con la mirada hacia el piso… yo presumiendo a mi presa… llegamos a la tienda y le dije que eligiera collar y correa mientras yo fui al mostrador donde vendían las placas, elegí una grande y le pedí al encargado que la grabara… “Soy la perra de mi amo Miguel”, el encargado rió y se dedicó a la tarea… cuando ella llegó a mi lado con el collar y correa de su preferencia el encargado me entregó la placa ya grabada… la miró y puso los ojos como platos, tuvo una erección instantánea al verla… tomé la placa la puse a la altura de su cuello y dije…
– Perfecto, ten es tu regalo, va con tu collar y correa – lo dije fuerte para que el encargado escuchara…
– Muchas gracias amo – expresó y se acercó para darme un beso, yo aproveché para agarrarle las nalgas debajo de la minifalda.
Pagué ante la expresión babeante del encargado que no le quitaba los ojos de encima a mi perra y seguimos caminando por la plaza, compramos unas paletas y nos sentamos en una mesa para comerlas, cuando había comido un poco de su paleta le ordené que se la metiera toda en la boca e hiciera como si me la estuviera mamando… jajaja la cara de todos los que pasaban era espectacular, las mujeres reclamando a sus parejas que se quedaran viendo el show, los jóvenes mirando con cara perversa… yo no sabía si seguir viéndola a ella o la cara de los paseantes.
Finalmente salimos del centro comercial, el vigilante nos despidió con el clásico “que tengan buen día, vuelvan pronto”, como respuesta mientras íbamos hacia el carro le levanté la mini a mi perra y le agarré una nalga y así seguimos caminando, cuando volteé a ver al guardia solo me hizo una señal con el pulgar hacia arriba…
En el carro le puse la placa al collar y se lo até al cuello
– Ahora sí tienes dueño – le dije
– Gracias mi señor – dijo ella con cara de alegría
A manera de premio le jalé del collar hacia abajo… sabía que debía hacer, bajó el cierre de mi pantalón y se puso a mamar… la dejé un momento hasta que la volví a jalar del collar separándola, pero hice que mantuviera su mano en mi paquete.
De regreso a su casa seguí con la rutina de meterle los dedos en la vagina y ella golosamente me los lengüeteaba y dejaba limpios mientras seguía sobándome el pene.
En el camino vi una Sex-shop, me estacioné y le dije “quieta”, bajé y compré un plug anal con cola de zorra, me lo dieron en una bolsa de color, de manera que no se podía apreciar lo que había dentro.
Al llegar a su casa tomé la correa y la trabé al collar, bajé del carro y la jalé como si se tratara de una verdadera perra, bajó y se puso a caminar a mi lado en 4 patas, me detuve y saqué el plug le hice que lo chupara, le levanté la minifalda y se lo enchufé…
– Ahora sí tengo una verdadera perra…
Ella feliz movía su trasero para que la falsa cola se moviera.
– Ya sabes cómo seguirme…
Abrió su golosa boca, se introdujo mi erección y me siguió de rodillas al interior de su casa.
Hasta aquí la segunda entrega… disculpen lo extenso del texto pero al escribirlo y recordarlo vienen muchos detalles a mi mente…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!