Obligame (2da parte)
Y siguió de esta «nueva» mujer….
Un par de días pasaron después de la visita al motel. Por cosas de trabajo (de ambos) no tocamos el tema, hasta que una tarde, hablando de que íbamos a hacer el fin de semana…
-¿Te atreverías a hacer una prueba? – dijo mirándome seriamente
-¿Que clase de prueba?
-Algo que vi en una película – al decir esto su expresión se volvió exquisitamente picarona
-… ¿Es como lo del otro día? ¿Después de la fiesta?…
-Si… – dijo sonriendo – pero va a ser una sorpresa…
Me fue imposible no esbozar una sonrisa al escuchar eso, «ok, dejemos que nos sorprenda» pensé.
-De acuerdo, voy a ver un motel, pero esta vez no será algo a la rápida, ok?
-¿En serio cariño?
-Si, me gusto lo que paso y si me quieres dar una sorpresa de esa clase… con gusto la espero
Eso fue algo así como «no se diga mas». Seguimos nuestra rutina como todos los días sin tocar nuevamente el tema y obviamente comencé a buscar donde recibir «la sorpresa». Buscando en internet encontré algo que me llamo la atención, una habitación de tonos caoba y crema, la cama era de esas antiguas, suntuosa, con una cabecera tallada con diseño floral, las esquinas eran altas, prácticamente podías poner velas en cada una. Los muebles que se veían, tenían tallados simples pero hermosos, en resumen era una especie de habitación como de los años treinta o cuarenta. A decir verdad me sorprendió que el precio fuera accesible y tomando en cuenta la ocasión y los gustos de ella, hice la reserva de inmediato.
Ese viernes la fui a buscar a su trabajo, pensé que seria buena idea ir a comer algo, si era una sorpresa, ¿Mejor que sea buena, no?… al llegar a su trabajo, ella me estaba esperando y conversando con algunos de sus compañeros… Siempre me gusto verla sin que se diera cuenta, conversando con otra gente, siendo ella misma, con su pelo largo al viento, riendo, explicando lo que decía con gestos y moviendo las manos. Aunque hoy, no llevaba su cartera habitual, en vez de eso tenia una pequeña mochila… «¿La sorpresa?», pensé… me acerque, hubieron los saludos y las despedidas respectivas y la lleve a un restaurant al que ya habíamos ido un par de veces, comimos y conversamos tranquilamente sin tocar el tema, ya cuando terminábamos, me tomo la mano y me dijo:
-¿Estas listo para la sorpresa?
-Si
-Antes de ir, me gustaría que compráramos algo para beber, algo fuerte.
-¿Y eso?… esta bien, ¿Whisky quizás? ¿Vodka? ¿Tequila?… dime
-Vodka… si, eso me gustaría.
No era de beber cosas así… le gustaban los tragos ligeros, Martini, tequila margarita, cerveza, esas cosas… de alguna manera, «la sorpresa» empezó antes de llegar al motel…
Como lo pidió, pasamos por una botillería antes de ir, compramos el vodka, aparte llevamos un jugo de naranja, por si acaso se arrepentía de beber algo así. Al llegar al lugar, nos acercamos a la recepción, comprobaron la reserva y pasamos a la habitación. Mientras nos acodábamos le dije:
-¿Y la mochila? nunca la usas.
-¿Quieres saber lo que traigo?
-Obvio
En silencio, se sentó al borde de la cama, abrió la mochila y saco una especie de pelota de tela roja, que fue desarmando de a poco y me di cuenta que eran varias tiras de tela envueltas, aparte saco un par de velas, obviamente también el vodka y el jugo de naranja y una bolsita con unas pastillas azules.
-¿Y que pretendes hacer con eso? – le pregunte asombrado
-¿Esto?… es la sorpresa… y tú las vas a usar.
-¿Ya?… ¿Y como se supone que las voy a usar?
-Yo te diré cuando llegue el momento
-¿Y las pastillas?
-Son viagra
-No necesito eso… lo sabes
-Pero lo que yo quiero si – al terminar la frase un brillo malicioso se reflejo en sus ojos
-Ok…
Mientras hablábamos, sonó la puerta, era una señora con el «trago de cortesía», lo fui a buscar mientras ella ordenaba un poco. Entretanto me acercaba con los vasos, ella tomo dos pastillas, las partió a la mitad y me pidió que las tomara, sin preguntarle mucho lo hice, todo esto ya me tenia intrigado y entusiasmado… pero, no había apuro, teníamos toda la noche para nosotros, conversamos un poco, mientras el vodka y las pastillas hacían efecto. El Vodka hizo que la temperatura subiera, así que nos fuimos sacando la ropa entre vaso y vaso.
Como era obvio, los efectos del alcohol y el viagra eran obvios, ambos solo teníamos la ropa interior encima… era exquisito verla… los encajes coquetos cubriendo sus pechos, su trasero, su vagina… me dejaba loco de solo verla. El tono de la conversación también cambio y el vodka relajo demasiado las palabras… me levante un momento de la cama, para buscar la cajetilla de cigarrillos que estaba en mis pantalones, mientras volvía ella me miro fijamente y dijo
-Se te ve rico el paquete…
-¿En serio?
-Si… ya te hizo efecto
-jajaja… no para nada
Ambos reímos, cuando la risa paso ella se mordió los labios y dijo:
-Sácatela… muéstramela
Sin decir nada, baje un poco el bóxer… hasta ese momento no le había dado importancia, por la conversación y los tragos… pero de verdad que el viagra influye… deje al aire mi verga que estaba dura y roja, mas de lo normal, el impulso hizo que me la tocara, masturbándola despacio.
-Mmm… me calienta verte así… ¿Me quieres ver la concha?
Nunca hablaba así, de hecho decía que no le gustaban las palabras vulgares… la sorpresa va bien…
-Dale, muéstrame la concha y las tetas… pero de a poco.
De a poco se empezó a apretar las tetas, entre los encajes del sostén podía ver sus pezones que ya estaban duros, lentamente abrió las piernas y se apretó la concha con fuerza y de esa misma forma se empezó a masturbar… el calzón se le pego a la vagina por la humedad de la calentura, mientras yo me hacia una paja enfrente de ella, sorprendido y caliente por la estar en presencia de la cara oculta de mi pareja.
-¿Te gusta así? ¿Que me toque la concha? ¿Que me toque la zorra?… ¿Así como puta?…
Mientras se manoseaba, sus ojos resplandecían con el mismo fulgor que la vez pasada… una mezcla de excitación y maldad, de insidioso placer… se fue quitando el calzón, una vez que lo hizo se abría la concha, mientras sacaba la lengua lamiendo el aire lentamente… me tenia demasiado caliente todo esto, solo me limitaba a mirarla excitado moviendo mi verga despacio y apretándola fuerte…
-Acuéstate…
Sin decir nada cambiamos de posición, ella se levanto y fue a buscar las cosas que traía en la mochila, yo me estire en la cama, con una cara de felicidad enorme, mientras veía ese culito hermoso buscando «la sorpresa».
-¿Te voy a amarrar… ¿Me vas a dejar hacerlo?
-Solo si me prometes culearme bien rico – le dije picaronamente
-Voy a hacer más que eso…
Ella se acerco a la cama, tomo uno de mis pies y lo amarro a la esquina mas cercana, luego el otro, luego los brazos… yo la miraba en silencio y pensaba que quizás esta era la primera vez que de verdad frente a ella… no a la simpática y un poco tímida secretaria de todos los días, si no que estaba en frente a la mujer que ella realmente era… y eso me tenia hirviendo…
Se acostó encima mío suavemente, me beso los labios, despacio mientras frotaba su cuerpo contra el mío, me daba mordiscos coquetos y al mismo tiempo sentía como acomodaba mi verga entremedio de los labios de su concha… esa humedad ardiente mojándome la verga, bajándome por las bolas, mientras ella movía sus caderas, acariciando con ambos labios de su concha la cabeza y los bordes de mi sexo, de ida y de vuelta, rico y despacio. La respiración de ambos se agitaba más y mas, mientras ella bajaba con su boquita por mi cuello, lamiéndome la piel, hasta que llego a mis tetillas, las chupo un poco luego me miro a los ojos y murmuro:
-¿Esta noche, serás mi puto, mi muñeco y te voy a hacer lo que yo quiera
-¿Y si digo que no? – le dije con voz seria
-Te obligo…
Después de decir esto, se levanto un poco y me dio una dio una cachetada, la mire sorprendido… su cara tenia una expresión sádica exquisita… de golpe puso de nuevo su boca en mis tetillas, pero esta vez, las mordía, al principio suave, pero apretaba mas y mas fuerte en cada mordida, hasta el punto de sujetarlas entre sus dientes y estirar la carne… sus caderas se seguían moviendo entremedio de mi verga, mis bolas y mi pelvis estaban completamente mojadas por sus jugos, y de a poco sentía como el roce llegaba hasta su culo, daba pequeños empujones con su ano en la cabeza de mi pene… tentándolo a entrar… mientras mordía gemía despacio, mojándose el ano con las gotas de leche que de a poco salían de mi verga. El dolor y la excitación hicieron que se me escaparan algunos gemidos y le dije
-Perra sádica… ¿Esto era lo que te gustaba, cierto?
-Si… pero no me atrevía
-Dale… cochinita… dale
-¿Si?…
Se paro de la cama, tomo ambas velas y el encendedor, volvió y se sentó con las piernas abiertas encima de mis muslos, mi pene que estaba duro y rojo por las pastillas, no bajaba con nada. Dejo una de las velas al lado de mi torso, prendió la otra y miro la llama crecer con malicia, una vez que empezó a derretirse la cera, me miro y saco la punta de su lengua solo un poco, con la mano que tenia libre me apretaba la verga y la tiraba hacia arriba, la mano que sostenía la vela la acerco a su teta y dejo caer cera caliente en su pezón, siseando y apretándome aun mas mientras las gotas hirviendo se pegaban en su pecho.
-SSSS… ¿Te gusta puto? ¿Te gusta verme así?
-Si… no tenia idea que te gustaba hacerlo así
-Si… y ahora te toca a ti putito
Lentamente dejo caer cera caliente en una de mis tetillas, me dolió y obviamente me queje un poco, sin aviso ella dijo
-¡Cállate llorón!
Al decir esto, le dio una cachetada a la cabeza de mi verga.
-¡Oye!… eso dolió en serio
-Mmm…
Con esa misma mano la empezó a acariciar, mientras movía la vela hacia mi otra tetilla… el golpe debió haberla bajado, pero el efecto de las pastillas la mantenía firme, mientras me quemaba la otra tetilla sus pulgar abría el agujerito de mi pene, lo movía despacio de un lado para otro mojándose con la leche caliente ansiosa de salir.
-Quiero comerte esa verga rica… – dijo, como si estuviera hablándose a si misma
No dije nada, el dolor y la calentura me tenían mudo, solo podía gemir y mirar sorprendido. Apago la vela apretándola con sus dedos, se dio la vuelta y puso su concha y su culo en mi cara, se recostó y sentí su legua lamer mi verga desde la parte mas baja hasta la cabeza… no podía creer nada de lo que estaba pasando… “no es ella, no es ella” pensé…
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