Placer y dominio 2
Rebeca sigue contando lo que ha pasado con su alumna más querida Mía .
Pasó el tiempo desde esa primera vez con mía, y, para ser sincera, a pesar de cuestionarme muchas cosas, no dejo de pensar en ella, la dulce y angelical Mía.
Estando cerca las vacaciones de verano, renté una cabaña en el bosque a un amigo mío, quería pasar mis vacaciones ahí, cambiar de ambiente y reordenar mis pensamientos.
En el último día de clases, Raquel me llama a solas y me comenta:
– Profe, hola perdona si te digo ésto a última hora, tengo un problema serio, debo viajar hoy y no tengo con quien dejar a Mía entonces quería saber si me ayudarás con el cuidado de ella?
– Señora Raquel pues tengo un viaje en el cual voy sola, si tú me autorizas puedo llevar a Mía, es un viaje de naturaleza.
– Por mí no hay problema y mía no creo que tampoco lo tenga así que, la llevo, la alisto y te la traigo vale? – Si señora. – Profe muchísimas gracias, no sé cómo pagarte.
La verdad, aunque no lo sabe, sería Mía quien de cierto modo pagaría siendo totalmente mía.
Luego de que Raquel trajera a Mía con su equipaje, me encargó unos cuidados con ella y ella salió rumbo al aeropuerto, por mi parte, Mía y yo salimos en mi carro por la carretera, tan tranquila y serena, fue un viaje hermoso. Al llegar a la cabaña, organizamos las cosas, nos preparamos la cena y nos fuimos a dormir.
Al día siguiente, Mía y yo salimos al bosque a caminar un rato, la llevaba de la mano, cualquiera vería que es una madre llevando a su hija, para mí, Mía era mi novia aunque ella no lo supiera, paseamos en el bosque, caminamos alrededor del lago, jugábamos y hablamos muchas cosas y al final de la tarde llegamos otra vez a la cabaña y, como esta tenía jacuzzi, la invité a bañarse conmigo, cosa que mía aceptó.
Después de un rato en el jacuzzi, salimos y entramos a la cabaña, dejando todo con llave, nos duchamos, me seque y me quedé desnuda, ella me vió y me imitó también quedando desnuda, comimos y fuimos a la cama, y mientras, una lámpara de vela iluminaba la habitación, comencé otra vez a acariciar ese cuerpo desnudo, pasaba mis dedos suavemente por sus tetitas, ella comenzaba a respirar otra vez pesado y se debatía entre el gemido y la risa por cosquillas, le encantaba, pasaba mi dedo por cada milímetro de su cuerpito de niña de 7 años, luego la miré fijamente y nuevamente la besé, mía correspondía mi beso y las dos nos fundimos en un solo ser, luego bajé a besar su cuello, delicioso y apetitoso, luego con mi lengua recorrí lentamente sus pezoncitos de un lado para otro, la respiración de Mía era cada vez más fuerte, y su cuerpito se movía al son de mi lengua, estaba encantada con lo que le estaba haciendo, de ahí en más me dominó mi instinto de gata dominante, coloqué a Mía en cuatro, ponía mi nariz en su vagina y en su ano, olía a inocencia y virginidad, cosas que yo iba a romper ahora sí, Mía será mía, pasaba mi lengua por esos dos hoyitos y la niña, soltaba un débil gemido. – Profe, esto va a doler? – Preguntaba Mía con su respiración entrecortada. – Va a doler al principio, mía, pero ya después de que te acostumbras, vas a pedirme e implorarme que te dé más. – Bueno.
Luego, recuerdo que abrí su vagina y la escupí, hice lo propio con su ano, ya había mojado esos dos hoyitos, estaba dispuesta con mis dedos a violentarlos, era ahora o nunca, procedí a meter uno de mis dedos, lo hice en su vagina, entraba con extrema dificultad, ya que la misma era pequeña, – Ayy profe, con cuidado que duele. – Ya casi pequeña, ya casi eres mía. Luego en ese instante envié el empujón final, Mía pegó un grito de dolor, pero bajó su cabeza y levantó más la cola, se terminó de acomodar, sus quejidos iniciales terminaron siendo gemidos lo cual comencé a mover mi dedo suavemente, luego, mientras ya uno de mis dedos estaba en su vagina procedí a mi tarea más bizarra pero más excitante, violar su anito, veía ese agujerito pequeño rosado, tratando de resistir a algo extraño. Mi otro dedo, también se complicaba para la entrada, más quejidos de Mía – Por favor profe, con cuidado que me duele. Ella movió más su cola y apenas pude acomodar el dedo, terminé de hundirlo, mía volvió y exhaló otro grito de dolor, que poco a poco también se convirtió en gemido, movía mis dos dedos con una lenta asincronia, mía respiraba cada vez más rápido mientras yo aumentaba la velocidad al mete saca, estaba follando la vagina y el ano de mía al mismo tiempo. – Ayy profe, me gusta esto ahh ahh ahh . Cada vez que mía gemía, yo movía más rápido mis dedos un metesaca brutal, dominaba a placer a Mía, la había convertido en mujer, mi mujer, y pensaba eso y ya la doble follada era brutal tanto así que mía tuvo un momento de gemidos en dónde se movió y finalmente se desgonzo, en el dedo que tenía en su vagina sentí líquido con lo cual me atreví a pensar que mía tuvo su orgasmo, fui la primera mujer de mía, dejé mis dedos adentro de ella, a pesar de que gateaba en la cama, busqué un momento oportuno y saqué mis dos dedos con rapidez, alcanzó a sonar como un descorche, luego se acostó boca abajo sonriendo.
Mi instinto no llegó ahi, luego de ponerme de pie, jale con fuerza su cabello y la hice bajarse de la cama y de paso arrodillarse, luego me puse de espaldas colocando mi cola en su carita, ella supo lo que quería, y mientras ayudaba con mis manos a abrir la cola, ella con su lengüita lamía mi ano, se sentía bien, miraba de reojo y era la cúspide de mi perversión, una niña de 7 años sometida dándome beso negro, luego mia chupaba también mi esfinter anal, succionaba como si quisiera la popó que pudiera expulsar de ahí, ella agarraba mis muslos con sus manitas para que mi ano siempre estuviera conectado a su boca, yo gemía de la excitación y logré tener un orgasmo, luego me senté y abrí mis piernas, veía la carita de mía, su boquita brillaba de haberse comido mi ano literalmente, luego jale nuevamente su cabello y puse una de mis tetas en su boca, ella abrió y decidió chupar, la mirada inocente que ponía mientras chupaba mi teta me volvió a encender, mi vagina palpitaba deseosa de ser comida por una niña de 7 años que me estaba dando un placer inimaginable, luego la hice bajar, vió mi vagina, con abundante vello y la acariciaba con su manita, permití que jugará con mis vellos púbicos, pero ya no aguantaba más y tome la cabeza de mía y la agarré y la metí con fuerza entre mis piernas, ella sacó su lengua y comenzó a lamer, miraba hacia abajo y ver la carita angelical de mía con vello púbico de mi vagina debajo de su nariz era un espectáculo, ella seguía lamiendo y pasó a chupar, yo para sentirme cómoda, subí mis piernas en su espalda, y agarraba su cabeza y definitivamente la había encerrado y la única manera de ella salir era darme un orgasmo. – Ahhh ahhh auuhhmm ohhh si chupa mía chupa cariño, mi vagina es tuya ohh ohhh ohh ahh . – Slurp slurp fuup. – ahh ahhh ahhh ahhh. – Cada vez movía mi pelvis más rápido, la estrellaba sin compasión en la cara de mía hasta que no pude más, me contraje y tuve un orgasmo increíble, sentia que mía me succionaba el alma, me corría yo copiosamente, mía se encargaba de succionar y tomárselo todo, luego descansé.
Después, al observar a mía, despeinada, con su carita roja, labios y cachetes manchados de líquido vaginal y un vello que se me desprendió y se posó en la comisura de su labio, tomé una foto que me recordara por el resto de mi vida como perverti a una niña de 7 años. Luego de la foto nuevamente la besé y nos acostamos en la cama, ella, a diferencia mía, posó su cabeza en mi muslo, y jugando con los vellos de mi vagina se quedó dormida.
A partir de ahí, Mía y yo somos la una para la otra, me di cuenta de que quería estar con ella y ella también quiere estar conmigo, solo espero que nadie tan siquiera sospeche de nuestra prohibida relación.
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