POKEMON, Jessie y Ash hacen las paces en el bosque.
Jessie y Ash se ven encerrados en una prisión en el bosque y surge una existente aventura entre ellos..
Jessie, la famosa cazadora de Pokémon del Team Rocket, acechaba a Ash Ketchum desde la espesura del bosque. Su rivalidad era legendaria. Tras una larga pelea entre ambos Ketchum la derrotó nuevamente, pero algo cambió esta vez cuando sus miradas se encontraron. Ash, con su sonrisa confiada, le ofreció algo inesperado: amistad.
Por primera vez, Jessie dudó. ¿Amistad? ¿Ella? Era una idea descabellada. Pero la calidez en los ojos de Ash la desconcertó. Antes de que pudieran explorar más, el bosque cobró vida, atrapándolos a ambos en una misteriosa prisión de raíces. ¿Quién los había emboscado? ¿Y por qué? La tensión se cortaba con un cuchillo. Ash y Jessie, dos mundos chocando, se encontraron cara a cara. Pero no fue odio ni desafío lo que surgió, sino algo inesperado: una conexión.
De pronto, el bosque cobró vida. Raíces gigantescas brotaron de la tierra, atrapándolos en una prisión natural. La rivalidad quedó en segundo plano. Ahora, Ash y Jessie eran dos desconocidos enfrentados a un peligro común. ¿Podrían dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos para escapar? La tensión sexual entre ellos era palpable. Ash, con su inocencia y determinación no podía dejar de observar a Jessie pero no como su enemiga sino como la bella mujer que era, y Jessie, con su aura de peligro y desafío, eran como fuego y hielo. La prisión natural que los rodeaba parecía ser el escenario perfecto para que sus deseos reprimidos salieran a la luz.
Jessie deseos de algo de acción que hacía mucho, demasiado que no tenía, ya que su amigo jame había resultado ser gay y ella solo podía conformarse con manstubarse. Pero ya no deseaba más eso por eso comenzó a ver con otros ojos a su enemigo Ashe, si era joven, más joven que ella. Pero le enseñaría todo lo que necesitaba para estar con una mujer deseosa de su altura, se acercó lentamente a Ash, sus ojos fijos en los de él. Podía ver el deseo en su mirada, el mismo deseo que ardía en su interior. Con un movimiento suave, pasó la mano por el rostro de Ash, sintiendo la calidez de su piel.
Ash la tomó de la cintura, acercándola más a él. Sus labios se encontraron en un beso intenso, lleno de pasión y deseo. Las raíces que los rodeaban parecían vibrar con la energía que emanaba de ellos.
La ropa comenzó a desaparecer, dejando al descubierto sus cuerpos. Jessie era una mujer fuerte y curvilínea. Sus pechos, firmes y redondos, se movían con cada respiración. Su cintura era estrecha y sus caderas, pronunciadas. Su trasero, alto y redondeado, se marcaba bajo la tela de su pequeña falda, que dejaba ver sus nalgas.
Ash, por su parte, tenía un cuerpo atlético y juvenil, lleno de energía. Sus músculos se marcaban bajo la piel, y su miembro se endurecía con cada roce contra Jessie.
Sus cuerpos se unieron en un movimiento perfecto, sus gemidos llenando el espacio. La prisión natural se convirtió en su escenario más íntimo, un lugar donde solo existían ellos dos. Ash, con movimientos lentos y seguros, comenzó a desvestir a Jessie. Primero, deslizó sus manos por los tirantes de su top, dejando al descubierto sus hombros y clavículas. Luego, con cuidado, fue bajando el top y desabrochó el sujetador hasta que sus hermosos pechos quedaron completamente libres. Eran firmes y redondos, con los pezones erectos y rosados.
Ash no pudo resistirse a besarlos, su lengua trazando círculos alrededor de los pezones, provocando que Jessie soltara un gemido a lo tomara de su cabeza para acariciar su cabello. Mientras tanto, sus manos bajaron hasta la cintura de Jessie, con movimientos lentos y seguros deslizó el cierre de su minifalda. La tela cayó al suelo, revelando sus piernas largas y torneadas y su hermosa entrepierna apenas cubierta por una pequeña bombachita negra.
Jessie, sintiendo la calidez de la mirada de Ash sobre su cuerpo, se estremeció de placer. Se dejó llevar por el momento, entregándose por completo a la pasión. Ash, cautivado por la belleza de Jessie, no pudo contener su deseo. Sus manos, que hasta entonces habían estado ocupadas explorando sus pechos, descendieron lentamente hacia su vientre plano. Sus manos subieron por el interior de sus piernas, sintiendo la calidez y humedad que lo invitaban.
Jessie cerró los ojos, disfrutando de la sensación de ser deseada. Su cuerpo se estremeció de placer ante el tacto de Ash, y un gemido escapó de sus labios.
Con cuidado, Ash deslizó sus dedos hacia el centro de Jessie, explorando su intimidad. Ella arqueó la espalda, buscando más contacto. -Mmm.. que delicioso se siente- gemía ella. Ash respondió a su deseo, aumentando la presión de sus dedos.
Jessie sintió un cosquilleo en todo su cuerpo. Su respiración se volvió agitada y sus caderas comenzaron a moverse involuntariamente. Sabía que estaba a punto de perder el control…
Ash, sintiendo su excitación crecer, decidió ir más allá. Introdujo otro dedo en ella, moviéndolo lentamente al compás de su respiración. Jessie gimió más fuerte, su cuerpo se estremeció de placer.
Sin dejar de estimularla con los dedos, Ash acercó su rostro a su sexo. Con cuidado, abrió sus labios y deslizó su lengua hacia adentro, probando su humedad. Jessie arqueó la espalda aún más, buscando más contacto. La combinación de los dedos de Ash y su lengua la llevó a un punto de no retorno. Su cuerpo se estremeció convulsivamente, y un gemido desgarrador escapó de sus labios. Jessie no pudo aguantar mas el placer que esta sintiendo y tuvo un orgasmo entonces un liquido espeso y cálido comenzó a fluir de su interior, bañando la lengua de Ash. Él lo bebió todo, sin dejar ni una gota. Ash sintió cómo su cuerpo se estremecía con el clímax de Jessie. Su lengua seguía explorando, saboreando la dulzura de sus jugos. Cuando terminó, levantó la cabeza y miró a Jessie, sus ojos llenos de pasión y deseo.
En ese momento, algo llamó la atención de Jessie. La mirada de Ash estaba fija en algo debajo de su ropa. Siguiendo su mirada, se dio cuenta de que estaba viendo su erección. Una sonrisa pícara se dibujó en sus labios.
Con un movimiento rápido, Jessie se arrodilló frente a Ash. Sus manos expertas encontraron el cierre de sus pantalones y, con un tirón decidido, los bajó. La erección de Ash quedó expuesta al aire, firme y desafiante.
«Vaya, vaya, Ketchum», dijo Jessie con una sonrisa maliciosa, sus ojos recorriendo la longitud de su miembro. «Parece que estás igual de caliente que yo».
Ash tragó saliva, su deseo intensificándose ante la provocación de Jessie. Ella, sin perder tiempo, tomó su miembro en su mano, acariciándolo con ternura. «Déjame mostrarte lo que una verdadera mujer puede hacer con esto», susurró, su voz llena de promesa.
Jessie llevó su boca hacia el miembro de Ash, envolviéndolo con sus labios. Su lengua trazó círculos alrededor de su glande, provocando que Ash soltara un gemido. Con movimientos lentos y seguros, comenzó a bajar por el miembro, saboreando cada centímetro.
Ash cerró los ojos, disfrutando de la sensación placentera. Su cuerpo se estremeció, y un gemido escapó de sus labios. Jessie intensificó sus movimientos, su boca trabajando con rapidez y precisión.
De repente, Ash sintió que estaba a punto de alcanzar el clímax. Su cuerpo se tensó, y un chorro de semen caliente inundó la boca de Jessie. Ella tragó todo, sin dejar ni una gota.
Cuando terminó, Jessie se apartó, su rostro cubierto de semen. Le sonrió a Ash, sus ojos llenos de satisfacción. «No está mal para un novato», dijo, provocándolo.
Ash, exhausto pero satisfecho, la tomó en sus brazos. Su cuerpo estaba acalorado y sudoroso, pero sus ojos brillaban con pasión. «Creo que aprendí algo nuevo hoy», respondió, besándola en los pechos chupando el semen que había salpicado en ellos.
Jessie sonrió, acurrucándose en su pecho. Jessie, sintiendo la necesidad de llevar las cosas un paso más allá, se levantó y ayudó a Ash a recostarse en el suelo. Ella se subió sobre él se quitó su bombacha y arrojandola hacia un lado, lo montó como un jinete. Su cuerpo se balanceó sobre el cuerpo de Ash, sus pechos rebotando con cada movimiento.
«Ahora es mi turno, Ketchum», dijo Jessie con una sonrisa pícara. Sus manos encontraron su miembro y lo guiaron hacia su entrada. Con un movimiento decidido, se sentó sobre él, sintiendo la firmeza de su interior.
Ash gimió de placer, sus manos se aferraron a las caderas de Jessie. Y su boca se encargo de morder sus preciosos y delicados senos que quedaban perfectamente a la altura de su rostro. Ella comenzó a moverse sobre él, sus caderas subiendo y bajando con un ritmo constante Ash podía sentir a la perfección como su miembro se deslizaba dentro de la cálida vagina de Jessie . El roce de sus cuerpos era intenso, y la sensación de plenitud los envolvió a ambos.
Minutos después, el ritmo de Jessie se aceleró. Sus gemidos se volvieron más intensos- Ahh gritaba Jessie de placer, que que hermosa verga tienes niño- Exclamaba, su cuerpo se estremeció. Con un último impulso, alcanzó el clímax nuevamente, su cuerpo se arqueó hacia atrás y un líquido cálido y espeso lo cubrió.
Jessie se quedó inmóvil por un momento, disfrutando de la sensación de plenitud y del niño como no dejaba de lamer sus tetas. Luego, se deslizó fuera de Ash y se recostó a su lado, sus cuerpos cubiertos de sudor y deseo. Se miraron a los ojos, una sonrisa compartida en sus labios. En ese momento, no importaba quién era Ash Ketchum o quién era Jessie, la líder del Team Rocket. Solo eran dos personas que habían encontrado una conexión intensa y apasionada.
Fue entonces cuando Jessie, con una sonrisa traviesa, le preguntó a Ash: «¿Qué tal si llevamos esto un paso más allá, Ketchum?»
Ash, sintiendo una oleada de deseo, respondió: «¿Qué tienes en mente?»
Jessie se acercó a su oído y susurró: «Niño estupido quiero que me cojas por el culo».
Ash sintió un escalofrío recorrer su espalda. Nunca había escuchado a Jessie hablar con tanta pasión. Asintió lentamente, su deseo creciendo con cada segundo.
Jessie sonrió, sus ojos brillando con anticipación. «Entonces, ¿qué esperas?», dijo, entonces apoyandose en sus manos y piernas comenzo a mover sus caderas desosa de mas sexo.
Ash la miró a los ojos, observandola en su esplendor sus caderas su hermosa espalda que parecía una diosa del olimpo, su delicado cuello y hermosa cabellera rojo fuego, su deseo ardiendo en su interior. «Muéstrame», respondió, su voz temblorosa por la excitación.
Jessie sonrió, sus ojos llenos de promesa. Se inclinó hacia adelante y lo besó apasionadamente. Ash respondió al beso con igual intensidad, sus manos explorando su cuerpo.
La pasión entre ellos creció, consumiéndose por completo. En tonces Ash abrió las nalgas de Jessie e introdujo la cabeza de su miembro en la entrada de su ano, Jessie sentía que iba a tener otro orgasmo por la excitación que experimentaba en ese momento,podía sentir cómo su vagina chorreaba sus jugos por sus piernas. Ash beso con pasión la brillos y transpirada espalda de Jessie e introdujo el pené por su culo de una estocada con desesperación, Aahhh, que haces estúpido – grito ella del dolor. Pero al cabo de unos momentos solo salían gemidos de placer de sus labios. Jessie sentía como con cada estocada que le daba Ash su cuerpo parecía partirse en dos con una mezcla de dolor y placer, por su parte el cazador estaba fascinado con la vista de como el culo de Jessie se movía y chocaba contra él con cada embestida qué le , aumentando cada vez más su erección. Jessie amenazas soportaba el placer que estaba experimentando, por lo que no pudo más y al cabo de un momento tuvo otro órgasmo dejándose caer al piso del agotamiento sintiendo sus jugos chorrear, el joven aún no estaba satisfecho así que a medida que la continuaba comiendo comenzó a introducir sus dedos en la vagina de Jessie para jugar con ellos. Sus cuerpos se movían al unísono, sus gemidos llenando el aire. Ash sintió que estaba en el cielo, y Jessie parecía estar viviendo el mismo éxtasis, con cada movimiento, la pasión entre ellos crecía. Ash podía sentir el calor de Jessie, su cuerpo presionado contra el suyo. Y Jessie, a su vez, sentía la fuerza y el poder de Ash llenándola por completo.
En ese momento de perfecta unión, Ash y Jessie se olvidaron de todo lo demás. Solo existían ellos dos, perdidos en un mar de sensaciones desconocidas.Y entonces sucedió. Ash se estremeció convulsivamente, su cuerpo liberando una ola de placer indescriptible. Jessie sintió cómo su interior se llenaba, una sensación cálida y placentera que la envolvió por completo.
entonces no pudo aguantar más y tras un fuerte gemido de placer acabó derramando todo su semen en el culo y espaldas de Jessie. Oye Ash estás feliz? Me comiste como una perra, maldito!!- le dijo al joven mientras se reincorporación para beber todo el semen qué quedaba en la verga de Ash. Por un momento, el mundo se detuvo. Ash y Jessie quedaron inmóviles. Por un momento, el mundo se detuvo. Ash y Jessie quedaron inmóviles, sus cuerpos acalorados y sudorosos, sus respiraciones entrecortadas. Se miraron a los ojos, una sonrisa compartida en sus labios. En ese momento, no importaba quién era Ash Ketchum o quién era Jessie, la líder del Team Rocket. Solo eran dos personas que habían encontrado una conexión intensa y apasionada.
Poco a poco, fueron recuperando el aliento. Ash se incorporó sobre sus codos y miró a Jessie, sus ojos llenos de amor y deseo. Ella sonrió y se acercó a él, besándolo con ternura.
«Eso fue increíble», susurró Ash, su voz ronca por la pasión.
Jessie sonrió. «Lo sé», respondió, acariciando su rostro.
Se quedaron así por un momento, disfrutando de la calidez y la intimidad que los envolvía. Luego, Ash se incorporó y ayudó a Jessie a sentarse. Se miraron a los ojos, una sonrisa compartida en sus labios.
En ese momento, en medio de la naturaleza salvaje, Ash y Jessie habían encontrado algo más valioso que la captura de Pokémon: el descubrimiento del deseo y la pasión humana.
Ash se acercó a Jessie y la tomó en sus brazos. Ella se acurrucó contra él, sintiendo la protección y el amor que emanaba de él. En ese momento, no había lugar para la rivalidad ni para el odio. Solo había dos personas que se habían encontrado y conectado a un nivel más profundo.
Se quedaron así por un largo rato, sintiendo la calidez de sus cuerpos y la satisfacción de haber compartido un momento tan íntimo. Finalmente, Ash rompió el silencio.
«Jessie…», comenzó, su voz suave y llena de emoción.
Ella levantó la mirada, sus ojos brillando con curiosidad.
«Esto… esto ha sido increíble», continuó Ash, «Nunca había sentido algo así».
Jessie sonrió. «Yo tampoco, Ash. Yo tampoco».
Se volvieron a besar, un beso lento y apasionado que sellaba su conexión. En ese momento, supieron que su relación nunca volvería a ser la misma. Habían cruzado una línea, y aunque no sabían a dónde los llevaría, estaban decididos a seguir juntos.
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