Preñando a la nenita exploradora
no puede comer galletas sin su lechita fresca.
Mi nombre es Armando, tengo 35 años. Después de mi divorcio decidí alejarme de todo y empezar desde cero en otra ciudad, no me estaba yendo mal en el trabajo, pero si en mis relaciones amorosas, pues las mujeres con las que salía no tenían mucha interés en el sexo así que decidí salir con chicas más jóvenes, pero estas se aburrían muy rápido así que empecé a pagarle a prostitutas, pero no me gustaba usar condones así que parecía acabado, pero una tarde toco a mi puerta una adorable nena exploradora de cabello largo castaño, ojos marrones, piel blanca y unas piernitas algo desarrolladas (no mucho pero cuando creciera sería una modelo), ella estaba vendiendo galletas y yo embobado no pude contestar hasta que cuando ella estaba por irse le encargué dos cajas, ella las traería la siguiente semana, después de eso me clavé tremenda paja mientras la imaginaba, nunca me habían atraído las nenas, pero ella tenía algo especial, cansado de mi insatisfacción se me ocurrió otra idea esperé a la siguiente semana y cuando llegó mi ángel, le abrí la puerta y recogí mis galletas, la noté un poco sudada y le ofrecí un vaso con limonada, la muy pendeja aceptó y lo bebió todo, lo que no sabía es que le había puesto un afrodisiaco muy potente a su limonada y pronto empezó a hacer efecto pues dejaba ver sus braguitas mojadas mientras temblaba, le pregunté por su nombre y edad, ella respondió Ana con voz quebradiza tenía 9 años, le pregunté si le dolía algo y ella respondió que su parte privada le ardía, yo le dije que había una forma rápida de que se fuera el ardor así que rápidamente le bajé las bragas mojadas y le devoré ese pequeño coño empapado y su clítoris, la nena comenzaba a dar gemidos muy leves hasta que tuvo un orgasmo y terminé con la cara empapada, ella me respondió que ya no le ardía y yo saqué mi pene erecto y lo puse frente a su cara diciéndole que ahora a mí me ardía y ella debía hacer lo mismo que yo, Anita empezó a mamarlo de manera muy inexperta, le tuve que decir que imaginara que fuera un helado, la escena fue tan fuerte que me corrí en su carita al instante, ella intentó probar mi esperma, pero no le gustó, entonces fui por las galletas y les unté mi semen, Ana lo volvió a probar y esta vez devoró todas las galletas que le ofrecí, le propuse hacer esto al día siguiente y ella accedió, pero le dije que era nuestro secreto. Al día siguiente aproveché para mamarle su pechito plano mientras ella comía su bocadillo, así seguimos durante dos semanas hasta que le compré un celular barato para que me hablara cuando tuviera un inconveniente y solo lo podía mostrar a sus amigas (luego verán porque), luego de dos semanas Ana se estaba acostumbrando más a mi semen, incluso me dejó lamerle su culito y sus nalguitas en formación, hasta que un día Ana se quedó a dormir conmigo con el pretexto de una pijamada, no hace falta decir que los padres de Ana se preocupaban prácticamente nada por sus hijas. en la noche le di un afrodisiaco de nuevo, me aceite la verga y le desvirgué su culito virgen a la putita, casi no lloraba pues solo se limitaba a gemir hasta que le llene el culo de leche, al final yo estaba decidido a desvirgarle su coñito y así fue, gracias a que ella estaba cansada y a los efectos del afrodisiaco fue muy fácil metérsela y tumbarla en la cama hasta que quedará llena de su comida favorita, cuando despertó nos dimos un baño mientras yo le daba sus besos y ella me dijo que éramos novios, pobre niña pendeja no sabía lo que le esperaba, pero me era más fácil seguir con la mentira y decirle que éramos novios en secreto, seguimos cogiendo y a la mañana siguiente desayunamos, le di su lechita directamente de mi verga y vimos caricaturas mientras le cogía su anito, le di unos antibióticos para el dolor y al medio día se fue a su casa. Los días siguieron y cogía con Ana cada vez que venía, al menos 3 veces por semana, se volvió una máquina de mamadas y se dejaba coger por donde fuera con la fuerza que yo quisiera, pero un día trajo a su amiga Cristina, la muy pendeja le contó todo a su amiga, pero esta quiso intentar lo mismo que su amiga, entonces se me ocurrió la mejor idea, podía usar a mi zorrita para abusar de otras nenas cada vez que quisiera. La desvirgada de Cristina fue de lo más delicioso, su pequeño culo morenito rosaba mi verga hasta que por fin se la enterré en su vagina, mientras lloraba Ana le besaba sus tetas y la muy zorra se masturbaba. Luego de descargar en su rajita Ana la limpió con su lengua mientras yo descargaba dentro de la boca de mi nueva zorra. Cristina dijo que jamás lo intentaría de nuevo, pero a las 2 semanas volvió por más supongo que por curiosidad. Ahora los 3 disfrutábamos cogiendo por las tardes, incluso Cristina trajo a su hermanita de 5 años, Sofía, la nena se dejaba besuquear y tocar, pero tuve que usar un poco de cloroformo para poder darle su estrenada, así poco a poco esa pequeña puta entró en el juego, pero parecía que le gustaban más las mujeres pues no paraba de besar a Ana y a Cristina, siempre quería que la penetrara mientras les lamía sus coños y sus lenguas. Mi vida era lo máximo, tenía salud, un buen trabajo y 3 hermosas putas para vaciar mi leche, pero un día me enteré de que Ana llevaba 3 meses de embarazo y ya se estaba notando, asustado mejor opte por una solución sencilla y decidí mudarme, pero secuestrando a Anita en el proceso, no les fuera a decir a sus padres. Una tarde cuando llego a casa en su uniforme de exploradora le di un juguito con unas pastillas y quedó rendida, me aseguré de que esas pastillas no le hicieran daño al bebe, la subí al carro y nos fuimos a otro estado, previamente había solicitado una transferencia. Reportaron su desaparición, pero por suerte había hablado con Cristina y no dijo nada ni ella ni su pequeña hermana lesbiana. Al principio Ana le costaba adaptarse, pero como prácticamente nunca veía a sus padres se adaptó más rápido a su nueva vida, ahora ver a mi putita desnuda de 9 años con una enorme panza de embarazo me calentaba y me la cogía por lo menos 3 veces al día. el día llegó y Ana me dio a mi hija Regina, ahora empezaba una nueva etapa.
Los años pasaron y mi ahora esposa Ana satisfacía mis necesidades junto a mi hija Regina, Ana cumplió con su función hasta que cumplió 15 años, pues me traía carne fresca para desvirgar, me encantaba violar niñas fresitas para después abandonarlas por ahí, ahora es mi hija Regina la que cumple esa función, pero con nenas más jóvenes, pues ella tiene 5 años y está chingue y chingue la pendeja que quiere un hermanito, cabe aclarar que mi bebé apenas sabe escribir y leer pues no va a la escuela, no la necesita porque tiene a su madre y maestra que le enseña como satisfacer a su macho a diario. Ahora me junté con unos amigos y comencé un nuevo negocio de venta de esclavas sexuales el cual me deja muy buenos ingresos, Anita y Regina van al parque o algo, traen a una amiguita a jugar y me la cojo para después venderla, aunque a veces mis clientes las prefieren vírgenes, así cobro más. También me enteré de que la amiguita de Ana, Cristina quedó embarazada y ahora cuida a un niño, me hubiera hecho cargo, pero ya tengo suficientes esclavas por el momento. Ana nuevamente está embarazada y lista para entregarme a otra esclava sexual, por parte de Regina a pesar de ser una niña de 5 estoy ansioso de poder preñarla con otra preciosa nena, quien diría que tendría todo esto por darle un poco de mi leche a la nenita exploradora.
Buen relato , quisiera que cuentes más de tu vida bro :3
eso no te lo cres ni tu y ahora si fuera cierto te diria que eres un SINVERGUENZA y tanto tu como tod@s los demas que haceis eso teniais que estar presos pero de por vida.Yo no tengo hijos pero vamos si tuviese una nenita y le haces eso yo te corto los huevos
Que rico tus relatos, sigue